Obstáculos

Somos escritores, estamos generando una gran historia, pero de repente, advertimos que se nos está quedando muy corta, pues llevamos veinte páginas y ya tenemos al protagonista preparado para el conflicto final.

¿Cómo podemos hacer para frenar nuestra historia y crear más tensión narrativa?

Bien sencillo: creando obstáculos a nuestros personajes principales.

Los obstáculos van a frenar la trama durante un tiempo, el mismo que necesiten los personajes para sortearlos; ahora bien, frenar la trama no significa que se vuelva aburrida, al contrario, los obstáculos generan más tensión porque es algo con lo que no contábamos y que hay que superar. Podríamos definirlos rápidamente como los micro objetivos que nos ponen las fuerzas antagónicas.

Vale, genial, ya sabemos qué es un obstáculo. Pero, ¿hay más de un tipo?

Afirmativo. Hay tres tipos de obstáculos, y cada uno tiene sus características y su grado de dificultad.

En orden creciente de dificultad tenemos:

1. Barreras: Es una situación que se genera que obliga al personaje protagonista a superarla. Frena un micro objetivo, pero la trama no varía, solo se detiene un poco, el tiempo que se tarda en superarlo. 

Tened en la mente la imagen de una barrera de un paso a nivel: si está bajada, significa que va a pasar un tren, por lo que nosotros como peatones o conductores tenemos que detenernos. Una vez que el tren pasa, la barrera se levanta y ya podemos continuar. 

Eso es, en esencia, una barrera. También las fuerzas antagonistas pueden crearnos barreras, un ejemplo sería cuando Dobby cierra el acceso al andén nueve y tres cuartos y Harry y Ron pierden el tren (en ese momento, Dobby actúa como fuerza antagonista, ya que no quiere que Harry vuelva al colegio).

2. Complicaciones: Aquí ya la cosa se pone fea, como decimos en España cuando algo se torna mal para nosotros. Las fuerzas antagonistas ya dan un paso al frente y nos generan mucha más tensión narrativa, pues el micro objetivo que teníamos anteriormente se ve opacado por esta complicación que genera uno nuevo.

Por seguir con las imágenes mentales, si la barrera era como un paso a nivel de un tren, la complicación es como si vamos por un camino de montaña y hay un desprendimiento por la zona por donde vamos caminando. Ahí ya no solo hay el peligro de que el camino quede cortado y tengamos que tomar otro, sino que tenemos que intentar escapar de allí para no sufrir un accidente.

Ejemplo de esto sería: en el primer libro de Harry Potter, el primer partido de quidditch. El micro objetivo para Harry es atrapar la snitch y ganar el partido, algo que cambia cuando su escoba es hechizada y pierde el control, quedando para Harry, Ron y Hermione el partido en un tercer plano.

Otro ejemplo: Frodo parte hacia Rivendel con el Anillo. Los Nâzgul van detrás de él, y en la Cima de los Vientos les dan caza, hiriendo el Rey Brujo a Frodo con una hoja de Morgul, lo que provoca que el hobbit se pueda transformar en uno de ellos si no recibe curación pronto. Rivendel en ese momento ya no es nuestro objetivo por llevar el Anillo, sino porque no queremos que Frodo se pierda en la oscuridad. 

3. Revés: Este es el más difícil de todos de superar. Es el que tiene más tensión narrativa, por lo que se da con más frecuencia en el desenlace o tercer acto de la historia. 

Aquí las fuerzas antagonistas despliegan ya todo su potencial para evitar que el protagonista venza en el conflicto, pero, dado que este se ve más en ese tercer acto, hablaremos más en profundidad de él llegado ese momento.

Hasta aquí los obstáculos para frenar la trama de nuestra historia y generar más tensión.

Nos vemos en el siguiente.

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