Paso 06: Di el nombre de otro chico. Intenta que sea algo casual, que el Gran Rey no noté tu vago intento de ponerlo celoso. (Si el chico es alguien guapo mejor, recuerden que el ego de Oikawa es alto no se podrá celoso de cualquiera)

Ambos adolescente caminaba por las calles semivacías de Japón, el viento frio de la noche golpeaba sus rostros mientras contaba alguna anécdota que había sucedido en sus vidas. Todo parecía perfecto, dos adolescentes hablando como si fueran amigos de toda la vida, solo faltaba la oportunidad perfecta que ejecutar su plan de conquista.

—¿Cómo fue que terminaste siendo manager del club de baloncesto? No pareces alguien que le gusten los deportes. —cuestionó el castaño mientras lanzaba miradas furtivas a su compañera.

La de ojos oscuros se hizo la ofendida, juguetonamente golpeó al brazo de Tōru ganándose una risita de su parte.

—¡Me gustan los deportes! Son muy fan de...verlos. —culminó levemente sonrojada haciendo que las carcajadas del muchacho aumentaran. —En cuanto a tu pregunta, tiendo a ser muy hiperactiva, siempre estoy haciendo alguna cosa. Himuro notó lo inquieta que puedo llegar a ser e invitó a unirme en el equipo de básquet con él, somos amigos desde pequeños. —finalizó mirando a Oikawa esperando alguna reacción de su parte.

Pero el chico seguía con su vista al frente como si nada. Rápidamente un silencio rodeó a ambos adolescente. Por su parte, Oikawa intentaba ponerle un rostro a aquel nombre "Himuro" estaba completamente seguro de haberlo escuchado antes, aunque no sabía muy bien de donde.

—Espera, ¿hablas de Himuro Tatsuya, el príncipe del consejo estudiantil? —detuvo sus pasos de manera abrupta para mirar a la fémina, esta asintió.

—Sí, él y yo somos...

—¡Maldición! ¿Dónde estabas? Tu madre estaba a punto de llamar a la policía. —Kentarō salió de un edificio usando una sudadera azul, su enojo podía notarse a kilómetros y este solo aumentó al notar al armador de su equipo junto a ella, gruñó. —Debemos irnos, ahora. —demandó antes de entrar nuevamente al complejo de apartamentos.

—¡Tiene razón! ¡Hasta mañana Oikawa-senpai, gracias por traerme! —Y sin esperar respuesta, entró siguiendo al chico rapado.

El Gran Rey miró las puertas de vidrio donde había desaparecido la chica con una mueca de tristeza. Estaba confundido, sí. No comprendía que clase de relación tenía [...] con Himuro y, ¿Perro Loco y ella también se conocían?

Por alguna extraña razón, sentía su estomago revolverse.  

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¡HEY, HEY, HEY!

¿Se nota que soy fan de Kuroko no Basket? JAJAJAJAJAJ. 

Tuve muchas dudas sobre si poner a Himuro o Kise, pero me decidí por el papi rico de Himuro porque sentía que se ajustaba mejor a esta historia.