Capítulo 4.
—¿Enserio Nishinoya-Senpai peleó con Asahi-Senpai?—Preguntó sorprendida Emiko.
Nos encontrábamos andando por las ya oscuras calles de Miyagi hacia nuestras casas, en compañía de Tanaka y Nishinoya.
—Así es. Noya és pequeño pero matón.—Dijo el rapado cogiendo a este por el cuello, mientras reían.
Yo observaba la escena como quien está en una sala de cine, y así, pude comprobar que no eramos Emiko y yo las que hacíamos oscurecer la mirada del líbero. Solo se trataba de mi.
Mordí el interior de mi mejilla, pensativa. No me molestaba no sentirme incluida en este pequeño paseo, era algo que había decidido de manera voluntaria. A veces, sentía la necesidad de abstraerme de ciertas situaciones sociales.
Aunque entendía muy bien a las personas, los grupos de amistades nunca habían sido lo mío. A veces esto me hacía pensar que algo estaba mal en mi, y sufría pequeñas crisis existenciales con las que aún estaba aprendiendo a vivir.
Hay personas que tienen círculos grandes de amistades, otras un círculo pequeño, algunas otras un triángulo, e incluso otras, lineas. Solía pensar aquello que me dijo una vez un amigo.
No estaba mal mi forma de relacionarme. Tenía amistades, pero no grupos, y eso estaba bien. Lo único que debía hacer era controlar la ansiedad ante el rechazo grupal.
Creo que era por esto, que en mi intento de huir de los círculos sociales, me había colocado siempre en el lugar de un espectador, y había aprendido a observar como funcionaban las personas y sus gestos, sus sentimientos, convirtiéndome en la persona tan perceptiva que soy ahora.
Me sobresalté al notar que ninguno estaba a mi lado ya, y me giré, encontrando a mis acompañantes parados unos metros por detrás de mí.
Mirándome, mientras formaban una escalera de alturas, con Emiko en medio. Reí.
—Perdón.—Sonreí acercándome.
Tanaka ladeó la boca.
—No me estabas escuchando.—Este habló, con algo de indignación.
—Lo cierto es que no, Tanaka-Senpai.—Respondí sinceramente.—Pero no porque no me interese escucharle, a veces necesito mi espacio en mi cabeza. Discúlpeme.—Dije haciendo una pequeña referencia.
Los tres abrieron los ojos, y me miraron con mucha atención, podía notar sus miradas en mi cogote.
El rapado tosió con algo de incomodidad.
—Esta bien, Shiori-chan.—Dijo, rascándose la nuca.
Me puse recta de nuevo y dirigí mi mirada azul a la castaña de Nishinoya. Aunque sus ojos seguían oscuros, su expresión no parecía tan tensa.
—Y... ¿Que se supone que hacemos aquí?—Pregunté al fin.
—Shiori-chan, aquí es donde solemos separarnos.—Emiko hablo de forma obvia. Hacíamos este recorrido cada día.
—Oh, bueno, entonces yo seguiré por aquí.—Dije señalando con mi pulgar el camino de mi espalda.
Emiko río. Yo fruncí el ceño.
—No escuchaste nada en todo el camino, ¿Cierto?—La rubia ladeó su cabeza sonriendo. Oh, vamos mujer, enfadate un poco, por Kami-sama.
Hice un mohín con los labios ante la risa de Tanaka.
—Yo iré con Emiko, y Nishinoya contigo.—Informó el alto.
—¿¡QUEEEÉ!?—Grité, tal vez, demasiado alterada. De nuevo, los tres me miraron con los ojos bien abiertos.—Quiero decir, puedo ir sola.—Dije recomponiendome, y poniéndome todo lo sería que era capaz de ponerme.
—Nishinoya vive por ahí también.—El rapado respondió.
Yo solo asentí.
Solo iba a hacia su casa, no me estaba acompañando en realidad. Si acaso, nos estábamos acompañado mutuamente.
Le miré de reojo mientras se despedía de Tanaka. Estaba de perfil hacia mi. Su boca formaba una amplia sonrisa, y su pelo se movía con sus frenéticos movimientos. Podía observar como los músculos de su espalda se marcaban de manera tenue bajo su camiseta y alguna gota de sudor brillaba sobre su frente. Sentí la necesidad de morder mi labio pero me contuve.
Me balancee sobre mis pies y miré a mi amiga rubia, quien ya me observaba a mí.
—Deberias intentar ser agradable con Nishinoya-Senpai.—Dijo, en un pequeño susurro esta, ladeando su cabeza.
—Tks. Ya lo soy.—Dije poniendo mis brazos en jarra.
Ella estalló en una adorable risa.
—Le has llamado cara de culo hace un rato.—Yo miré al suelo, algo avergonzada.
—Emiko, como amiga solo te pido que no nombres las ridiculeces que hago. Es el único requisito.—La indignación formaba parte de mi pequeño discurso.
Ella estuvo en silencio unos instantes.
—Creo que ambos estáis tensos cuando estáis juntos, y creo que tú puedes ser capaz de controlar eso mejor que él.—Yo dirigí la mirada hacia ella con atención.—Quiero decir, es un chico adolescente, no espero mucho de ellos.—Abrí la boca ante las palabras de mi amiga y reí, al verla con su expresión tan inocente tras esas palabras.—Y creo que tú tienes algo especial para expresar como te sientes sin tapujos. Solo úsalo.—De nuevo, mi amiga sonrió, pero fue una de esas sonrisas que si me agradaban. Era reconfortable y sincera, llegaba hasta sus ojos achinandolos.
Yo solo asentí y me despedí de ella y de Tanaka, al ver como Nishinoya se acercaba.
Durante un rato, caminamos en silencio, de nuevo la energía que Nishinoya desprendía me fastidiaba, era oscura, pero no parecía enfadado, ni asqueado. No comprendía que es lo que sentía bajo mi presencia.
—Siento haberte llamado cara de culo, pero me molestas.—Las palabras salieron casi por inercia de mi boca.
No creo que así lo estés arreglando, Shiori. Dijo mi voz interior con ganas de golpearme o bueno, golpearse. No sé.
—Y-yo... Esto... Quiero decir... A-a m-mi ¡Me dieron el premio al mejor líbero en la secundaria!—Creo que mi barbilla tocó el suelo de todo lo que mi boca se abrió, de hecho, paré en seco mi paso.
El paro unos pasos hacia delante y se giró, mirándome.
¡Nishinoya Yuu estaba tan nervioso que no podía ni hablar! Además, ¿A que venía lo del premio? Sacudí mi cabeza intentando suavizar mi cara.
—Nishinoya-Senpai.—Al oír como le llamaba dio un pequeño brinco casi imperceptible, tensandose, con sus hombros muy hacia arriba. Yo di un paso, acercándome a él. No valdría de nada preguntar nada si ni si quiera podía hablar con fluidez. Puse mis manos en sus hombros, y con un poquito de presión, le indique que los bajase, relajando su postura.—Respira conmigo.—Cogí su mano y la coloque sobre mi estómago, para que notará mi respiración y pudiera imitarla.—Coge aire por la nariz, bajalo hasta el estómago y luego suéltalo por la boca. Sin prisa.
El castaño obedeció mis indicaciones. Mi mirada estaba en sus hombros, y cuando decidí subirla hasta sus ojos, me sobresalté ante su, como no, oscura mirada. Sin embargo, aunque así continuo, su cuerpo si se relajó tras unos 5 o 10 minutos.
Ninguno dijo nada antes de volver a caminar, hasta que llegamos a la puerta de mi casa.
Yo le di la espalda al líbero unos instantes, pero me giré al oír como carraspeaba.
—N-no hay ningún problema contigo, Shiori-chan.—Hablo, mucho más apaciguado, aunque sus hombros volvían a estar algo tensos.
—Tampoco contigo, Nishinoya-Senpai.—Sonreí y rasque mi nuca.—Siento haberte dicho que me molestas yo quer...
—¡Se lo que querías decir y siento haberte hecho sentir así!—Dijo de manera apresurada sin dejarme terminar mi frase. Yo di un pequeño salto debido al susto.
Le observé unos instantes. Tenía la boca entreabierta y una capa de sudor sobre su frente.
—Mas adelante hay un parque, podemos sentarnos a charlar un rato.—Ofrecí sonriendo, pero no pude evitar sentirme algo insegura ante la propuesta.
—Ya se que hay un parque vivo por aquí.—Dijo el castaño formando una fina línea con sus labios. Yo dejé caer mis hombros. ¿Que tipo de respuesta era esa? Creo que él pudo leer mis pensamientos.—Digo, ¡Si!
De nuevo, caminamos en silencio, nos sentamos en un banco algo iluminado por una farola. Yo miraba mis pies, arrugué mi nariz y me decidí a hablar.
—Puedo preguntar, ¿Que te ocurre conmigo que no ocurre con Emiko?—Mire a Nishinoya. El también estaba mirando sus pies como yo anteriormente, su pelo se echaba hacia delante. Sus ojos se dirigieron a mi y cogió aire con fuerza, y lo expulsó.
—Mmmm. Creo que eres la chica bonita con más seguridad que he conocido. Y creo que eso me hace sentirme pequeño a tu lado. Y a pesar de mi altura, es la primera vez que me pasa.—Yo abrí los ojos y reí.
—No soy nada segura, Nishinoya.—Dije aún, riendo. Y él me miró sorprendido.—Creo que la persona que más desconfía de mi, soy yo misma.
El volvió a mirar al suelo, y nos quedamos allí en silencio.
—No es lo que parece. Tu presencia es muy grande cuando estás en cualquier sitio.—Yo ladeé la cabeza.
—¡Por eso dijiste lo del premio, para que pensara que eres importante!—Dije chocando mi puño contra mi mano y mirando al frente.
Y fue entonces cuando Nishinoya soltó una carcajada. Era la primera que soltaba cerca de mi, conmigo involucrada en una conversación. Y se me contagió su risa.
—Eso fue muy ridículo.—Dijo al fin, aún sonriente.
—Yo te llamé cara de culo.—Contesté de la misma manera.—Delante de toooodo tu equipo.
—Pero en ti no se ve ridículo todas esas cosas que haces.—Sus ojos se posaron en los míos, y por alguna razón, mi piel se erizó, su mirada ya no me molestaba. Me encogí algo en mi lugar, me sentía avergonzada ante esas palabras.
—Deberiamos irnos ya.—Canturreé intentando escapar.
¡Hola chicas! Este capítulo me ha gustado mucho, y ojalá que a vosotras también. Espero vuestros comentarios.
Mucho amor ❤️
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top