Valiendo a través del tiempo
En esta oportunidad me gustaría contarles sobre los flashback, recurso muy curioso para incluir en sus historias.
Probablemente ya les suena familiar. También conocidos como analepsis, retrospección o escena retrospectiva, los flashback son escenas rápidas y breves del pasado que se meten en la historia que se está narrando en ese momento.
Lo más habitual es que aparezcan como recuerdos en la mente de un personaje, como en este caso:
Se apoyó en la mesada con su postre en mano. Cerró los ojos con placer cuando la primera cucharada se derritió en su boca. Las frutas de estación eran una explosión de sabor dulce que le recordaban a su infancia, esas tardes escalando árboles en secreto para robar algún fruto de los vecinos.
La vida que había elegido podía ser solitaria, pero no se arrepentía de huir de la casa materna.
Su mirada se oscureció al recordar esa despedida. Cuando le dijo a sus padres que pretendía estudiar actuación, reaccionaron peor que religiosos ortodoxos al oír a su hijo salir del clóset.
Fue la primera vez que ella les levantó la voz. Gritó desde el fondo de su corazón. Tan fuerte que se rompieron las cadenas que la habían mantenido atada al destino elegido por sus padres.
Había derramado lágrimas de impotencia al armar su mochila con sus documentos y escasos ahorros. Continuó llorando las noches siguientes hasta quedarse dormida, preocupada por sobrevivir cada día. Aterrada de que se cumpliera la profecía pesimista que sus progenitores le escupieron cuando la vieron cruzar la puerta hacia la salida.
Sacudió la cabeza para regresar al presente. A los fantasmas del pasado era mejor dejarlos en el olvido.
Probó otra cucharada de yogur y lo dejó a un lado. Estiró los brazos sobre su cabeza, soltando un gran bostezo.
¿Para qué sirve mirar atrás?
En la vida, para estresarse por los abundantes errores cometidos y someterse a noches de insomnio. En la Literatura, para desarrollar con mayor profundidad la personalidad de los personajes, ahorrarse relleno, agregar tensión a ciertos momentos, ralentizar escenas para aumentar su dramatismo, incluir giros inesperados, etc.
Me gustaría explicar un poco más esas funciones:
Desarrollar personajes: Al mostrar fragmentos de su pasado, vamos profundizando en las razones que los llevaron a ser como son hoy en día. Si nuestro objetivo es contar un conflicto ocurrido en la adultez del protagonista, sería muy largo e innecesario empezar la novela desde su tierna infancia. Con flashbacks podemos rescatar los momentos significativos e importantes de años atrás. Esto incluye traumas, secretos y experiencias intensas.
Aumentar la tensión y posponer lo inevitable: Si el personaje está al límite porque espera una respuesta importante, o no sabe si su compañero ha sobrevivido a la explosión y desean hacer sufrir a los lectores más tiempo, pueden incluir un recuerdo o fragmento de otra época en la que había esperanzas, o los mejores momentos que ambos compartieron juntos.
Ralentizar escenas dramáticas: Uso muchísimo este recurso cuando los personajes se besan. Después de describir que sus labios se unieron y uno que otro detalle que ya enseñé en otro artículo, incluyo algún pensamiento sobre el pasado en la mente de los implicados. Normalmente un flashback del día que se conocieron o de cuando estaban solos y no imaginaban que conocerían a la persona especial cuya lengua intentan meter en su garganta. Este recuerdo ayuda a que el momento se sienta más largo e intenso, como si todo pasara en cámara lenta.
Aumentar el drama: Si deben narrar una reconciliación, un reencuentro o un momento con mucha carga emocional, apenas las miradas se encuentran puede aparecer un recuerdo muy dramático del pasado. Eso hará que se sienta todo más humano.
Acelerar la trama, ahorrar transiciones lentas: Vamos con un ejemplo más concreto. Los protagonistas están huyendo por sus vidas en auto, un camión les sale de la nada, intentan frenar, gritan, escuchan el chirrido de las llantas y luego el impacto que destruye el parabrisas. Termina ahí mismo el capítulo, súper dramático, dejando a los lectores con el corazón en la boca.
En vez de narrar la llegada de la ambulancia, el traslado, las horas en cirugía y el despertar... en el siguiente capítulo podrían saltar directamente a una escena en la que el protagonista está sentado en su habitación de hospital, mirando a la nada, solo, herido, y que sea entonces cuando recuerda brevemente la locura que pasó el día anterior con la ambulancia y la operación de su coprotagonista.
Un ejemplo más alegre sería con los personajes teniendo una cita romántica en el parque. El capítulo acaba en un momento súper divertido y bonito, intercambiando miradas. En el próximo ya podrían pasar al protagonista lavando los platos en su casa y soñando despierto con la despedida cursi que tuvieron la noche anterior después de esa cita.
De esta forma se ahorran un montón de transiciones y detalles (in)necesarios.
Establecer contrastes y paralelismos: Si desean hacer énfasis en el progreso que el protagonista ha tenido en su trabajo o en su relación, podrían incluir un flashback de un momento de su vida en el que estaba desempleado o soltero. Esto aumenta la complejidad a la trama y enriquece la narrativa.
Preparando la máquina del tiempo
Después de ese largo preámbulo, les voy a explicar cómo crear este tipo de escenas.
1. Disparador de recuerdos
Esto es lo primero que necesitan.
Cuando recordamos algo, rara vez es porque la imagen vino de la nada. Siempre nos llega porque nos dijeron o vimos algo que nuestro cerebro asoció a ese evento pasado.
Lo mismo ocurre en las historias. Antes de empezar a redactar el flashback, debe haber algo que despierta ese recuerdo en el personaje. Esto suele relacionarse con algo que percibimos con uno de los cinco sentidos.
Algunas imágenes sensoriales que nos conectan al pasado pueden ser:
-Olfativa: un aroma, ya sea agradable como el pan recién horneado en la cocina o el hedor perturbador y asqueroso de un cadáver.
-Visual: una persona que vieron pasar, un paisaje que se quedaron complementando, una fotografía que encontraron guardada en una caja.
-Táctil: la sensación de la arena entre los dedos, de un golpe en la piel, del agua helada en los pies, la suavidad o el peso de un abrigo al rozar sus hombros.
-Auditiva: una melodía que nos remonte a la infancia (como ciertos openings), los gritos que desbloquean recuerdos de discusiones traumáticas, una risa que nos haga retroceder a momentos felices.
-Gustativa: un sabor familiar que hace mucho probaron, el regusto agrio o amargo del veneno, la dulzura de una fruta que solo conocieron en la infancia.
2. Emplear frases de transición:
Una vez que ya ocurrió o apareció algo que llamó la atención del protagonista, es hora de indicarle a los lectores que hará un viaje astral.
Apenas empiezan a redactar la escena, deben usar frases que indiquen que ocurrirá un cambio temporal en la trama.
Algunas de mis favoritas son: «Recordó cuando...», «En aquel entonces...», «En el pasado...», «En ese momento...», «Su mente viajaba a aquel...», «¿Cómo olvidar...?», «¿Cuánto tiempo había pasado desde...?», etc.
En lo personal también me gusta agregar unos puntos suspensivos justo antes de meterme de lleno en la escena.
Un ejemplo usando una imagen auditiva:
Escuchó el canto de las aves en su ventana y cerró los ojos para disfrutar de esa armonía. Su mente viajó a otra mañana de verano...
3. Formas de introducir flashbacks
Ahora es momento de narrar la escena retrospectiva. Para que se note incluso más el cambio de tiempo y espacio hay varios métodos.
Cambio de estilo de narración:
Este es mi recurso favorito. Cuando empiecen a narrar ese pasado, prueben escribir de una forma más poética, descriptiva o dramática, que destaque por encima de la narración que venía teniendo el resto de la novela.
Cambio de tiempo y persona:
Unas alternativas para mostrar el salto temporal son: si la historia está narrada en primera persona, el flashback puede insertarse en tercera persona. Si todo está contado en presente, que el recuerdo sea en pasado.
Un ejemplo sería:
Salgo al patio y ahí está el gato, todo majestuoso tomando su siesta bajo la luz del sol.
¿Cómo puedo imaginar mi vida sin su compañía? Todo ha cambiado desde que lo encontré aquella tarde de invierno...
Él estaba temblando en una caja. En cualquier momento estallaría una tormenta, por lo que yo corría para llegar a mi casa.
Entonces, un maullido me detuvo. Nunca imaginé que, desde ese día, nada volvería a ser igual.
Ahora me despierto a la madrugada para alimentar a un zángano que a cambio de croquetas de lujo me ofrece la oportunidad de acariciarlo.
La verdad es que, a menos que la historia esté en presente, no recomiendo que hagan estos cambios de tiempo o persona porque, si no se hacen con destreza, pueden interrumpir la fluidez de la lectura.
Diálogos:
Teniendo en cuenta lo anterior, otra forma de desbloquear recuerdos es a través del diálogo. Que un personaje cuente la historia en medio de la conversación. Aquí hay dos opciones:
-Toda la anécdota puede ser un largo diálogo dicho por un personaje, con algunas partes en primera o segunda persona. Dividida en párrafos, incluso. O que la historia la cuenten entre dos, interrumpiéndose mutuamente.
-El personaje empieza a hablar y después de la primera frase su interlocutor se sumerge en sus pensamientos e imagina la escena. Pasamos de hablar en primera o segunda persona y regresamos a la tercera como el resto de la novela. Por ejemplo:
—¿Recuerdas cuando nos perdimos en este parque? Nos buscaron por horas...
«¿Cómo podría olvidarlo?», pensó. Llamaron a la policía. El caos se había desatado. Ambos adolescentes incluso se unieron a la búsqueda, pensando que alguien importante había desaparecido.
Podrían haber seguido por horas si alguien no los hubiera reconocido. El hombre, que tenía un pesado abrigo oscuro, se acercó y los miró con una expresión confundida.
—¿Estos son los pendejos que estamos buscando? —anunció en voz alta, señalándolos.
4. El camino de regreso
Una vez que ha sucedido algo que desbloqueó un recuerdo, introdujeron la escena pasada y la narraron, es momento de cerrarla. Para eso pueden hacerlo de forma suave con frases en medio de la narración o con una interrupción (usando un diálogo, un ruido o movimiento repentino).
Para esto son útiles otras frases de transición. Mis favoritas son: «Ahora...», «de regreso al presente...», «sacudió la cabeza o parpadeó para alejar esos recuerdos», «de vuelta en...», «un ruido lo arrancó de su ensimismamiento», «algo interrumpió sus pensamientos».
A esto conviene sumarle una descripción breve de las acciones que estaban haciendo o del lugar en el que se encontraban antes de empezar el flashback. Como para sacudir esos pensamientos y recordarle a los lectores dónde estábamos.
Ejemplos:
«Su mente regresó al presente. La fiesta estaba en su mayor apogeo. No era momento de ponerse sentimental, decidió antes de darle un largo trago a su botella».
«—Tierra a Exe-punto-exe. Te estoy hablando —la voz femenina interrumpió sus pensamientos. Él parpadeó. Ella se encontraba de pie ante la puerta, con los brazos cruzados, esperando una respuesta a una pregunta que él no había escuchado».
En conclusión, lo que necesitan para crear un flashback decente es:
1. La aparición de algo, percibido a través de alguno de los cinco sentidos, que desbloquee un recuerdo.
2. Una frase de transición de inicio del viaje en el tiempo.
3. Desarrollar el flashback, cambiando o no algo en el estilo de narración.
4. Una frase de transición que cierre el recuerdo y nos regrese al presente.
5. Una descripción breve del lugar o de las acciones que se están haciendo en el presente, para remarcar que regresó y recordarle al lector dónde estaban.
Eso sería todo sobre este espectacular recurso. Me encantaría enseñarles sobre su versión futurista, los flashforward, pero lo dejaremos para otro artículo.
¿Qué les pareció?
¿Sabían usar flashback?
¿Hay algo que no entiendan?
Hace un par de años, me preguntaba qué rayos eran y deseaba que alguien me explicara cómo hacerlos. Qué ironía estar aquí enseñándolos a otros. No tengo idea cómo hace mi cerebro para desarmar y reconstruir estas cosas, pero es un placer compartirlo con ustedes. ¡Espero que les sea de utilidad!
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