Viejos rencores

Título: GUGALANNA

Autora: Clumsykitty

Fandom: MCU

Parejas: Stony y un pellizco de Thorki, algo de OC/Loki.

Derechos: Todo es de Marvel, hasta mi alma pecaminosa. Yo solo hago ideas.

Advertencias: Violencia, sangre, horror y malos tragos. Me tomo súper licencias con aspectos mitológicos, otros tantos con personajes. Adoro los monstruos y el terror, por lo que esta historia es de lo más oscura. Más no puedo decir.

Gracias por leerme.

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Capítulo 5. Viejos rencores.

Cuando tu día se haga largo

Y la noche,

Tu noche sea solitaria.

Cuando estés seguro de que ya has vivido suficiente

Bien, espera.

No te deprimas.

Porque todo el mundo llora

Y todo el mundo sufre

A veces....

Everybody hurts, R.E.M.

La columna de humo alcanzó las nubes, la onda vibratoria catapultó todo objeto kilómetros lejos de aquel punto de choque entre Vengadores e Hydra. Trataron de reagruparse antes de recibir un segundo ataque que terminó por separarlos, algunos perdiéndose entre los árboles secos de aquel paisaje semi nevado, los escombros del enorme edificio de concreto o entre los restos de las naves quemándose, unas de Shield y otras de Hydra, cuyos soldados eran dirigidos por una cabeza sumamente astuta como imparable, no le habían podido ubicar más si sufrido por las armas que utilizaba y que habían dañado seriamente al Quinjet como a los Vengadores.

-¡Muévanse, muévanse! –gritó Tony haciendo un zigzag en vuelo para perder unos misiles de corto alcance.

Aquello se estaba convirtiendo en una escena digna del infierno dantesco: cuerpos por doquier, fuego, gritos, destellos de cañones, balazos cruzando el campo de batalla. Tenían rodeado a Hydra pero no habían podido acercarse un milímetro más, a pesar de haber neutralizado su campo protector, de derribar varios de sus cañones o destruir sus tanques de largo alcance. El Capitán América estaba abriéndose paso junto con el Soldado de Invierno en tierra, ayudados por la Viuda Negra y Ojo de Halcón mientras el resto trataba de sabotear de alguna manera la fortaleza en el suelo desde donde estaban enviando aquellas fuerzas. Uno de los agentes de Coulson al fin se coló por unos ventiladores, conectándose a la red para que Viernes hiciera el resto del trabajo. Hulk terminó por derribar el edificio de concreto, lanzando unos pesados bloques en contra del techo de la fortaleza que descubrió mientras que Vision buscaba abrir el metal junto con la Bruja Escarlata.

-¡Tony, a tu derecha! –avisó Rhodes.

Tenían una enorme cantidad de robots que impedían una completa coordinación. Stark le dio las instrucciones a Viernes, neutralizando los sistemas de los robots, haciéndolos caer al suelo al crearles un corto circuito masivo. Fue la oportunidad de Shield para contraatacar, permitiendo a los Vengadores llegar al fin al techo de la fortaleza que abrieron en un esfuerzo conjunto, dejando que Hulk lanzara aquella capa de acero y otros metales lejos de ellos. Vision fue el primero en aventurarse cuando salió despedido por un chorro de hielo que lo envió casi fuera de la atmósfera. Los demás se vieron envueltos en una tormenta de nieve, volviendo a ser dispersos pero esta vez tuvieron la sensación de que aquel ataque provenía de la cabeza de Hydra. Un nuevo villano a vencer. El Hombre de Hierro terminó estampado contra los árboles pero se volvió con los cañones preparados contra los nuevos aguijonazos de hielo que trataron de atacarle.

-"Perdiendo estabilidad del traje."

-Toda la potencia al cañón derecho, Viernes.

Lo que fuese que podía manipular así el clima como el hielo, era sumamente poderoso. Una aguja azul le alcanzó apenas lo suficiente para hacerle caer sobre una columna de concreto en un golpe sordo que desorientó unos minutos al castaño. Las ráfagas de hielo alcanzaron más naves de Shield, destruyéndolas al acto como a los propios soldados de Hydra cuando un viento cual hoz barrió con el terreno no lejos de él. No habían visto lo peor. Se levantaron enormes muros de hielo como si fuesen icebergs en pleno páramo, envolviendo toda la escena, trayendo consigo un frío que hizo merma en todos los ahí presentes pues las nubes igualmente se arremolinaron, comenzando a dejar caer una tormenta de nieve que empeoró además la visibilidad.

Tony saltó de la columna hacia el cielo para medir el grosor como altura de aquellos muros cuando vio por uno de sus monitores una figura que también se elevó en el cielo. Abrió sus ojos como platos no creyendo lo que veía. Podía estarse confundiendo pero le era imposible equivocarse, lo que estaba a pocos metros de él era nada menos que ese extraño Jotun de cabellos albinos con dos espadas curvas en ambas manos mirándole fijamente. Disparó su cañón ya preparado a toda potencia, viendo como era desviado igual que una pelota de béisbol. Aquel ser rugió soltando sus espadas que se giraron en el aire y que atrapó después, enviando una ráfaga de aire helado que resquebrajó buena parte de su armadura, haciéndole chocar su espalda contra el enorme muro azul cerca de él.

-"Señor... potencia... fallo... energía..." –la voz de Viernes comenzó a perderse.

Vino una segunda ráfaga, esta vez atacando de lleno el metal que le protegía, haciéndolo añicos mientras caía pesadamente sobre una capa de nieve con un rebote doloroso. Una mano con garras le sujetó la cabeza, destruyendo el casco para tirar de sus cabellos, arrastrándole sin mucha consideración hasta donde un trozo de concreto manchado de sangre donde le tumbó boca arriba. El Jotun rugió con su rostro sobre el suyo, mostrando filosos colmillos blancos como sus marcas y cabellos rizados. Era el mismo de aquella noche. Quien le había llevado a Rain. Pensamientos atropellados comenzaron a marearle ante la gama de posibilidades sobre lo que iba a sucederle.

-¿Por qué estás aquí? –siseó el monstruo con acento extraño, sujetando su garganta que apretó con demasiada fuerza, no estaba preguntándole es espera de una respuesta, era un reclamo- ¿Dónde lo tienes?

Apretó su mandíbula no dispuesto a soltarle ni una sola palabra. El Jotun resopló haciendo castañear sus colmillos con esos ojos carmesí oscureciendo de pronto. Tony aulló de dolor. Algo taladraba su mente de forma espantosa. Una pesada mano vino a cubrir su boca con otra a la altura de su estómago para sujetarle cuando su cuerpo empezó a estremecerse del dolor. Sus manos semi cubiertas por el metal golpearon con todas las fuerzas que tenía contra aquellas tenazas que ahogaban sus gritos como la que le sujetaba, buscando patearle. Sintió lágrimas correr de sus ojos. Estaba leyendo su mente, sus recuerdos. Pero era como clavaran agujas en su cerebro. El castaño se dio cuenta que estaba buscando las memorias sobre Rain, volviendo a forcejear con rabia, no le iba a permitir arrebatarle a su hijo. Con una risa cruel, aquel ser bajó sus párpados, inclinándose lo suficiente para susurrarle al oído.

-Muy bien, casi me dan ganas de follarte aquí mismo.

El muro más lejano estalló cuando un relámpago lo hizo pedazos. El Jotun rugió levantando la mano del torso de Stark hacia el cielo de donde cayó una tromba helada que envió directo a su nuevo adversario mientras terminaba de leer la mente de aquel humano. Otro nuevo muro estalló en respuesta, seguido de otro más y la tormenta se agitó con un viento que se llevó los copos de nieve, escuchándose el inigualable sonido de una oleada de relámpagos que anunciaban la llegada del Dios del Trueno desde el cielo donde agitaba a Mjolnir, buscándole.

-¡BLYSTÁR!

Tony apretó sus ojos cuando éste le levantó con esa manaza aun cubriendo su boca y nariz, escuchando un silbido que fue acercándose más. Un escudo de Vibranium a toda velocidad que se estrelló contra el Jotun, haciéndole soltar al Hombre de Hierro quien tosió, con el mundo dándole vueltas. Thor se lanzó contra Blystár quien tomó sus espadas, mirando al Capitán América llegar con un Soldado de Invierno apuntándole con un tiro que le alcanzó el hombro, con un relámpago golpeando además su pecho. Se carcajeó haciendo estallar el muro para levantar una enorme cortina de humo blanco frío que les distrajo lo suficiente para huir aunque el Asgardiano le persiguió por los alrededores antes de darse por vencido.

De no haber sido por la súbita aparición del Dios del Trueno, hubieran perdido catastróficamente la batalla. Se reagruparon una vez que las fuerzas restantes de Hydra se rindieron, permitiendo que el Helitransporte al fin se acercara. Todos los Vengadores tenían serias heridas, provocadas por Blystár El Blanco quien parecía dirigir ahora a su antigua enemiga. Las bajas eran numerosas, el cazarecompensas había destruido la fortaleza subterránea para no dejar evidencia alguna de la misma manera que había abatido a sus propios soldados. No era un ser que iba a tener consideraciones ni con su propia gente, siendo lo suficientemente fuerte para enfrentarse a los Vengadores o huir de ellos como había sido el caso.

-¿Steve? –murmuró Stark cuando se recuperó lo suficiente para enfocar la vista, sintiendo el cuerpo acalambrado como si hubiese sufrido una descarga eléctrica.

Rogers miraba a otra parte, dando instrucciones a Sam como a Barnes. El millonario se dio cuenta que se movían, de hecho estaba llevándole en brazos. Sus manos subieron al acto queriendo liberarse de su fuerte agarre, llamando la atención del rubio quien giró su rostro hacia él. Un hilo de sangre le escurría de la sien derecha.

-Estás a salvo.

-Puedo caminar.

-La nieve tiene más color que tu rostro, Tony.

No le iba a soltar y el millonario no tuvo más remedio que aguantar aquel momento, siendo llevado así por el Capitán América, terminando de dar órdenes antes de ser alcanzado por Thor quien preguntó por Tony al verle en los brazos de Steve. Todos los demás fueron uniéndose a su caminata hacia el Helitransporte. Natasha intercambió una mirada chusca con Clint quien se encogió de hombros mientras que Rhodes frunció su ceño. Había algo de posesividad en la manera en que su líder cargaba al Hombre de Hierro pero se guardaron cualquier comentario, adoloridos por las heridas como preocupados de que semejante monstruo ahora guiara las fuerzas de Hydra.

El Dios del Trueno les puso al tanto de las capacidades de Blystár como la razón para que él estuviera persiguiéndole. Bruce revisaba las heridas de Stark, ayudándole a quitarse lo que le restaba de la armadura, escuchando lo que el Asgardiano decía sobre su complicidad con el Embustero para robarse uno de los más preciados tesoros del reino de Alfheim y hacer la peor injuria a la Familia Real con lo sucedido por el medallón que Loki usaría para motivos aún desconocidos pero que tenía a los Nueve Reinos clamando por la cabeza de Blystár El Blanco como la del Embustero.

-No sé la razón para que alguien como Blystár llegue a la Tierra y se haga de las fuerzas de Hydra, quizá desee conquistar este mundo o está preparando algo. Pero sin duda, se reunirá con Loki.

-Cosa que no debe suceder –gruñó Fury- Si con Loki tuvimos suficiente para ponernos en jaque, dos villanos de otros mundos será demasiado para este planeta.

-¿Dices que tu hermano liberó un monstruo? –preguntó Vision con curiosidad.

-Es más una sospecha que un hecho, pero así lo indican las evidencias –respondió el Asgardiano- Posiblemente para ello usó el medallón.

-Qué lindo, una pareja con una mascota –bromeó Clint.

-Aun no entiendo que harían en la Tierra si pueden hacerse de otros lugares más provechosos –apuntó Natasha de brazos cruzados.

-Loki tiene resentimiento por no haber podido conquistarnos –comentó Sam.

-Am, Thor –Tony al fin se decidió a hablar- ¿Qué clase de poder tenía el medallón originalmente?

-Fue usado por Inanna para salvar el alma de su hijo, el príncipe Endiku cuando Gugalanna lo asesinó. Este monstruo no permite que las almas descansen en el Inframundo, las lleva al Ginnungagap, nadie sabe exactamente qué horrores suceden ahí pero las leyendas antiguas narran algo peor a cualquier infierno que sea descrito.

-¿O sea que el medallón protegía un alma?

-Sí, pero con lo sucedido, su poder ahora es diferente.

-Tony, ¿qué sucede? –Bruce se le acercó de inmediato.

-... creo que necesito aire fresco.

Una realización le drenó las pocas energías que aún le quedaran. De todas las conjeturas que hubiera hecho sobre la relación de Blystár con aquel bebé que le dejara aquella noche de tormenta, la que fuese su hijo era la más viable en su mente. Pero ahora se daba cuenta por la narración del Dios del Trueno que no era así. El cazarecompensas no le había traído a su propio hijo. Era Loki. Rain Stark era nada menos que el Dios de las Mentiras. La razón de su existencia era su mayor enemigo encerrado en un cuerpecito indefenso. Lo que más amaba en esta vida podía matarlo. Una broma demasiado cruel del destino. Por eso Blystár había leído su mente, quería asegurarse de que lo había mantenido con vida, era un instrumento de su juego macabro.

-¡Tony!

Steve fue más rápido que el doctor Banner, sujetando al castaño quien perdió el conocimiento. Le levantó en brazos mirando a Fury.

-No sabemos que daño le hizo Blystár, será mejor que lo revisen.

-Adelante. Regresaremos al cuartel ahora mismo.

Mientras Stark yacía inconsciente en una camilla, Viernes habló con Bruce sobre las cintas de video en el hangar cuando sufrieran aquel extraño ataque. El doctor miró las pantallas que aparecieron ante él mientras terminaba de colocar una intravenosa en el brazo del millonario.

-"Tuve el atrevimiento de tomar prestados unos filtros especiales de la NASA, doctor Banner, con ello pude conseguir estas capturas."

-¿Qué es lo que veo, Viernes?

-"Se trata de una entidad hecha de energía oscura, doctor. Parece valerse de su entorno para alimentarse y manifestarse en un universo visible."

-¿Crees que sea la mascota de Loki?

-"Con toda humildad, no creo que sea la mascota de nadie."

-¿Puedes repetir ese análisis con las otras evidencias?

-"Ya lo hice. Mismos resultados."

-¿Esa cosa ha estado atacando desde entonces?

-"Sí, doctor Banner. En su primera estadía en Tailandia tenía un volumen aproximado de un metro cúbico, en el hangar ha mostrado que goza de un volumen cercano a los doce metros cúbicos."

-¿H-Ha... crecido?

-"Y temo seguirá creciendo."

-Esto lo tenemos que hablar con Fury –Bruce se talló su mentón con preocupación antes de volverse hacia el rostro de Tony- Duerme, amigo mío. Será mejor que te enteres de esto después.

Todo apuntaba a que Gugalanna era aquel ser de energía oscura que había atacado en el hangar como en otros puntos del planeta. Lo cual significaba que Loki estaba en la Tierra o pronto llegaría. El panorama empeoraba. Había un clima de incredulidad entre los Vengadores que no daban crédito a lo que veían como a la situación que se les venía encima. Tenían mucho que pensar cómo hacer. Estaban volando sobre el Océano Atlántico cuando el Hombre de Hierro despertó, encontrándose con Steve a su lado, cuidándole.

-¿Bruce? –preguntó mirando alrededor.

-Vendrá después –el capitán le miró, ladeando su rostro- ¿Cómo te sientes?

-Mejor... quisiera que me quitaran esto del brazo.

-En cuanto se termine el suero.

El castaño miró al lado contrario de Rogers, apretando ligeramente la sábana que le cubría. Ahora menos que nunca necesitaba del conflicto con el capitán, necesitaba estar solo para pensar. Una mano atrapó la suya sobre su pecho, haciendo que volviera su vista hacia el rubio, quien se acercó más a la camilla.

-Tendremos un descanso al llegar al cuartel.

-Qué bien.

-Me gustaría que habláramos.

-Lo estamos haciendo.

-No así.

-¿Telepáticamente? –quiso bromear Tony observando aquella mano sobre la suya- No poseo tal habilidad.

-Estoy pidiéndote que salgas conmigo.

Los ojos del millonario se alzaron hacia el rostro decidido de Steve, no creyendo lo que sus oídos acababan de escuchar. ¿Le estaba pidiendo una cita? Con bastante aplomo por lo que veía. Rogers no mostraba nada de vacilación o signo de que estuviera haciéndole una broma. Sintió los labios resecos de pronto con su corazón volviendo a acelerarse.

-¿Por qué? –preguntó en un susurro.

-Porque quiero hacerlo –el Capitán América se puso de pie, sin dejar de mirarle- Iré por Bruce.

Llegaron sin mayores problemas al cuartel, con un par de días de descanso en lo que movilizaban todas las fuerzas disponibles ante un inminente ataque de Blystár. Tony se sentía de trapo al momento de llegar a la torre, apenas si respondiendo con monosílabos las preguntas de Pepper antes de dirigirse a donde la habitación de Rain quien dormía en esos momentos en un mameluco de oso con un carrusel de luz acompañado de música. Sus manos apretaron los barrotes de madera de la cuna. Rain era Loki. Y no podía odiarlo, tenerle resentimiento o rechazarlo. Ver ese pequeño cuerpecito que le había acompañado durante su rehabilitación con un cariño inocente estaba lejos de la maldad que Thor describiera en el ojiverde. Su Rain no podía lastimar ni a una mosca.

-Se ha portado como un ángel –Pepper habló a sus espaldas- Deberías aprender de él, Tony.

-Gracias por cuidarlo, Peps.

-Te dejaré descansar, luego hablaremos –la rubia entró para depositar un beso en su sien- Espero que no te hayan puesto en grave peligro o Fury me va a escuchar.

-Nada de qué preocuparse.

-Hay comida en la cocina. Hasta luego, Tony.

-Nos vemos.

Se quedó observando a Rain largo tiempo. No, no podía dejar de quererlo como lo hacía. Era su hijo, su ángel guardián. Aunque fuese Loki jugando a ser un infante ya le hubiera hecho algo de solo llegar Blystár, no tendría por qué perder más tiempo con él, romperle el corazón hubiese sido su mejor trofeo antes de atacar al mundo entero. Rain seguía siendo Rain. Thor se equivocaba en algo, tenía esa corazonada, lo que había ocurrido no era como lo había descrito. Quizá era su necedad o su pánico de perderle, tal vez una mezcla de ambos. Tan perdido estaba en esos conflictos que no vio a Rain despertar, tallándose sus ojos unos segundos antes de verle con un gorgoteo feliz, agitando sus manitas pidiendo que le cargara.

-Mamá.

No había maldad en esa mirada, ninguna trampa escondida en esa sonrisa sin dientes. Tony le cargó de inmediato llevándole a su pecho donde le envolvió entre sus brazos besando sus negros cabellos. Claro, tenía un aspecto similar al Dios de las Mentiras, salvo los ojos que no eran completamente verdes, ni tampoco rojos como el Jotun que era. Rain murmuró cosas en su lenguaje de bebé, acariciando el rostro sobre él con sumo cariño, a gusto, seguro entre aquellos paternales brazos, dejando caer su cabeza en el hombro del castaño, dándole a entender que estaba aliviado de volver a estar juntos.

-Rain...

-Mamá.

-Tú eres Rain, y así te quedarás, ¿me escuchas?

Su hijo le sonrió y las dudas volaron por los ventanales. Así tuviera que pelear contra el mundo entero no permitiría que dañaran a su Rain aunque fuese el mismísimo Loki. Habría de averiguar qué secretos se ocultaban en todo eso pero nada cambiaría el hecho de que aquel pequeño permanecería a su lado contra viento y marea. Tony al fin sonrió, besando la frente de Rain, saliendo de ahí para ir a la cocina, cuando Viernes le avisó de la llamada del Capitán América. Casi se le había olvidado.

-Comunícame.

-Te marchaste sin despedirte.

-O te has vuelto un cínico o me he golpeado la cabeza más fuerte de lo debido.

-Nuestra cita.

Stark tomó aire. –Está bien. Hoy a las cinco de la tarde, en el Central Park, donde sueles correr.

-Sé puntual, Tony o iré por ti a la torre.

-... hasta entonces, capitán –éste rodó sus ojos, mirando a su hijo- ¿Puedes creer a ese helado humano? Creo que quiere consquistarme, Rain.

-¿Ua?

-No lo sé, amor. Pero no vamos a hacerle las cosas tan fáciles.

-Da.

-Por cierto, quedé de contactarme con Pavel. Viernes, comunícame. Necesito escuchar sus salmodias.

-"A la orden, Señor Stark."

Cuando el reloj de Central Park marcara las cinco de la tarde, Steve encontraría en una banca a un despreocupado genio millonario cargando nada menos que un bebé el cual estaba tomando en esos momentos agua de una mamila con caras de gatos. Tony se dio el gusto de sonreír ante su expresión, si quería solucionar algo entre ellos iba a tener que lidiar con todo lo que había en su vida, incluyendo a su pequeño.

-Capipaleta, creo que no conocías a mi hijo. Rain Stark. Saluda al capitán, cielo –tomó una de las manecitas del infante para agitarla a modo de saludo sin interrumpir sus tragos.

-¿T-Tienes un hijo?

-Ah, bueno lo quería mantener como secreto hasta que tuviera la mayoría de edad pero...

-Tony.

-Tengo un hijo, capitán. Adoptado.

Steve se acercó a pasos más lentos hasta sentarse a su lado en la banca, mirando aquel bebé que terminó su agua, riendo y escondiendo su rostro en el pecho del castaño cuando sus ojos se encontraron con los azules del capitán, cubriendo su rostro con una mano cerrada.

-Lo intimidas.

-¿Desde cuándo...?

-Medio año –Tony miró al frente antes de volverse a él- ¿Qué es lo que quieres hablar? Como te das cuenta hace frío para Rain, no puedo estar mucho tiempo.

-Quiero que lo intentemos –respondió Rogers luego de un largo silencio.

-¿Por qué ahora? ¿Remordimiento? ¿Culpa? ¿O las meras ganas de fastidiarme?

-Porque no pude encontrarte luego de esa noche.

-Dejaste muy en claro tu posición.

-Fue... una mala decisión.

Stark negó con una sonrisa a medias. -¿Mala decisión? ¿Mala decisión, Steve? Poco te faltó para haberme lanzado por la ventana.

-¿Y cómo iba a tomármelo cuando siempre estuviste jugando conmigo? Jamás tuve la seguridad de tus acciones, siempre te burlabas de mí o me hacías creer cosas que no eran.

-¿Disculpa? ¿Y qué tan complicado era entender que yo estaba besándote? ¿Querías un manual?

-Enseguida me dijiste que estabas jugando.

-¡Porque me aventaste como si tuviera la peste! –el castaño se puso de pie con Rain en brazos- Estábamos los dos solos, Steve, te estaba preguntando si tenías interés en alguien, cómo sería tu pareja ideal, ¿qué parte no captaste? Quise morirme esa noche, de hecho, más adelante estaba a punto de hacerlo, pero el universo al fin se puso de mi lado, capitán. Y me dio algo por qué vivir cuando tú me quitaste toda razón con tu desprecio. Ahora quieres embarrarme en la cara el sufrimiento de tu amigo, un ex asesino, mostrándome lo bien que pueden trabajar juntos, que no me necesitas en tu vida ni jamás lo hiciste. Yo creí que sí, pero ése fue solo mi error. No pienses que volví con los Vengadores para suplicarte que me ames o que no puedo vivir sin ti, no te creas tanto. Lo hice por Rain. Quédate con tu Bucky, con tu equipo de héroes, tus glorias y justicias, no necesito de las migajas que ahora tratas de lanzarme porque te remuerde la consciencia de saberte responsable de que haya terminado en un manicomio. Una vez más, no te des tanta importancia. Quizá hayas cautivado a mi padre como al resto del mundo, pero a mí... -Tony negó, alejándose- No puedo creer más en ti.

-¡Anthony, espera!

Rain le miró por encima del hombro de aquél, haciendo un adiós con su manecita antes de perderse entre la gente.

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