guess one

— Hey, Jimin, ¿estás ahí?

La voz lo sacó de su ensimismamiento, pero apenas logró reaccionar.

Su mente seguía atrapada en el eco de las conversaciones que lo rodeaban, una tras otra, como si todo el mundo hubiera recibido la misma noticia al mismo tiempo. No podía evitar escuchar los murmullos a su alrededor, aunque una parte de él deseara no saber nada.

Desde hacía unas pocas horas, todo el campus parecía estar envuelto en el mismo escándalo

Una filtración inesperada, brutal y anónima que había encendido las redes y los pasillos de la facultad todo en una sola madrugada y hubiera dado lo mismo si no se tratará precisamente de él dueño de la foto

Una fotografía de Kim Taehyung. 

Una foto íntima de él y un enorme y grueso amigo que daba gusto ver

Jimin aún no lo podía creer. 

Aunque no había visto la imagen directamente aun, los rumores eran suficientes para pintar una escena demasiado explícita en su cabeza.

Y al parecer, no era solo él quien estaba impactado.

En cada rincón, en cada conversación que escuchaba de fondo, el nombre de Taehyung se repetía con morbo, entre risas y comentarios atrevidos. 

Parecía imposible escapar de ese escándalo de proporciones descomunales

Jimin sentía un nudo en el estómago. No sabía cómo reaccionar, ni qué pensar. ¿Cómo se suponía que debía sentirse al respecto? Taehyung siempre había sido alguien que no pasaba desapercibido, pero esta vez la atención no tenía nada que ver con su carisma o su talento.

Las risas, los chistes, los susurros. Era como ver un incendio esparciéndose sin control. Y en medio de todo eso, Jimin escuchó claramente los comentarios de dos chicos que pasaban a su lado, uno de ellos exclamando con incredulidad:

— ¡Está enorme esa mierda!

El otro, riendo, agregó:

— Mira bien, ¿Esos son boxers de Minecraft?

Jimin sintió que su cara se encendía involuntariamente, un calor incómodo subiendo por su cuello. No solo era el contenido de la conversación, sino la velocidad con la que todo se estaba saliendo de control. 

El campus, que antes había sido un lugar lleno de rutina y clases, ahora parecía haberse convertido en un hervidero de opiniones y risas mal disimuladas, todo centrado en una foto que no debió haber sido vista por nadie.

Y ahora, Jimin sabía que no podría evitar verla también.

Aunque al principio se había resistido a ser parte del morbo colectivo, acabó cediendo ante la insistencia de sus amigos. 

— ¿Te da miedo que te provoque una erección tan temprano? — le habían dicho en forma de burla, y aunque su orgullo gritaba lo contrario, tomó el teléfono que le extendieron con una mueca.

— No seas imbécil, trae a ver.

El brillo de la pantalla iluminó su rostro mientras observaba la famosa imagen.

Al principio, lo invadió una mezcla de incredulidad y asombro. Sabía que Taehyung siempre había sido llamativo, pero esto... esto era diferente. Su estómago se contrajo por una breve fracción de segundo.

Lo peor de todo era que, a pesar de sí mismo, Jimin no podía ignorar la realidad

Taehyung estaba bien dotado, en un sentido que inspiraba comentarios variados y desbordantes de envidia pues con una de sus enormes manos apenas podía cubrir su extensión. Podía ver su pelvis desnudo, sus abdominales y las venas de sus brazos, nada más allá de lo habitual en unas fotos provocativas. 

Una parte de él quería despreciar el hecho de que era sumamente caliente, quería minimizarlo de alguna manera, pero su cerebro se negaba a cooperar. 

No obstante, lo que realmente rompió la tensión interna fue ver esos ridículos boxers de Minecraft. 

— ¿Qué es esto? —murmuró, entre risas — ¡Esos malditos boxers! ¿Quién diablos se toma nudes usando eso? — Jimin, estaba más allá de las risas que provocó a sus amigos. 

Porque, si bien la imagen de Taehyung lo había afectado de una manera que no quería admitir, también sentía una profunda satisfacción. Cualquiera en su lugar se habría compadecido de alguien cuya intimidad había sido violada de esa manera.

Peto era Kim Taehyung, ese irritante, altanero y arrogante ser humano que llevaba años haciéndole la vida imposible. Jimin no podía contar las veces que había deseado verlo caer.

Desde el primer día que lo vio llegar a la universidad, sus caminos parecían destinados a chocar, cada pequeño desacuerdo escalando hasta convertirse en una rivalidad absurda a ojos de todos los demás. El campus entero lo había convertido en un espectáculo, en "la enemistad" del año, y aunque no había una verdadera razón para odiarse, la tensión entre ellos se alimentaba día a día.

Y ahora, después de todo lo que Taehyung le había hecho, Jimin sentía que el destino finalmente le estaba pasando factura. ¿Cómo olvidar aquella humillación pública cuando Taehyung había subido una foto suya de niño al mismo foro donde ahora circulaba este escándalo? Era una imagen en la que Jimin, aún con lentes y sin haber desarrollado del todo, parecía un completo nerd, un blanco fácil de burlas. Todos en la facultad se habían reído de él por semanas.

Ver a Taehyung en esta posición tan vulnerable, le producía una mezcla de justicia poética y satisfacción. 

"Está recibiendo las consecuencias de sus actos", pensó Jimin, mientras su mirada se detenía una última vez en la imagen. 

— Tres días mínimo — Jimin salió de sus pensamientos al escuchar la voz de Mark.

— ¿De qué hablas? — preguntó, su amigo sonrió de manera traviesa mientras señalaba su teléfono, donde la foto aún estaba abierta.

— Míralo, ¿no crees que podría dejar a alguien inválido?

Jongin, que estaba sentado al lado, chasqueó la lengua y se inclinó hacia adelante con una ceja levantada. — ¿A quién crees que se lo haya enviado? No parece algo que compartirías con cualquiera, ¿no? — dijo, pensativo

— El único que podría ser tan descarado como para compartir algo así sin un mínimo de vergüenza es Jimin — añadió Jaehyun con una risa burlona.

De inmediato, todos en la mesa miraron a Jimin con curiosidad. Era el tipo de broma que solía lanzar el grupo, pero había algo en esa sugerencia que encendió una chispa en Jimin.

A pesar de que se reía con ellos, la idea de usar esa foto para fastidiar a Taehyung comenzó a formarse lentamente en su cabeza.

— Puede que, amigo, ¿no te encantaría tener una excusa para molestarlo? — dijo Jongin, sonriendo con malicia.

Jimin, aunque tentado por la idea, negó con la cabeza, encogiéndose de hombros.

— Nah, la verdad, lo último que me interesa es verle el paquete — declaró, aún con esa sonrisa confiada en el rostro — Lo único que me sorprende es su ropa interior, honestamente. ¿Hasta cuándo voy a poder burlarme de esos ridículos boxers sin que me meta un golpe? — añadió, soltando una carcajada que resonó por el pasillo.

La risa de Jimin era contagiosa, y el grupo de amigos se unió a él, pero lo que no esperaba era que, entre las risas, una presencia familiar se acercara. Desde la distancia, Taehyung tenía los ojos clavados en Jimin con una mezcla de molestia y desafío. 

Con una expresión que oscilaba entre la irritación y la burla, Taehyung caminó hacia ellos, y el bullicio del pasillo pareció disminuir al notar la tensión que se estaba formando. Jimin, que seguía sonriendo, notó su presencia inmediatamente, y su cuerpo se preparó para lo que sabía que sería un intercambio verbal intenso.

— ¿Te diviertes mucho, Jimin? Es muy temprano para andar de payaso. — preguntó Taehyung plantándose frente a él, su mirada fija e impenetrable.

Jimin se encogió de hombros, como si nada en el mundo pudiera quitarle su buen humor.

— No tanto como tú con esos boxers de Minecraft, eso seguro — replicó, sin poder contener la diversión en su voz.

Taehyung entrecerró los ojos, sabiendo exactamente hacia dónde iba la conversación. Sabía que Jimin no iba a desaprovechar la oportunidad de hacer un comentario sarcástico con su situación.

— Dime, ¿de qué son hoy? — continuó Jimin, levantando una ceja — ¿Bob Esponja? ¿O tal vez Mickey Mouse?

Los amigos de Jimin se rieron suavemente detrás de él, pero Taehyung no se inmutó. En lugar de molestarse como todos esperaban, sus labios se curvaron en una sonrisa lenta y peligrosa.

— ¿Por qué no vienes y lo averiguas tú mismo? — respondió Taehyung, su voz suave pero lo suficientemente alta para que todo el mundo en el pasillo la escuchara.

El aire se volvió más denso, y Jimin sintió que su estómago se revolvía, aunque no sabía si era por la provocación o por la atención que estaban atrayendo. El pasillo entero parecía haber detenido su actividad, esperando ver qué sucedería a continuación entre ambos. 

Sin embargo, Jimin no tenía intención de seguirle el juego... al menos no de esa manera.

— Paso — respondió con una mueca de disgusto, aunque sabía que la propuesta de Taehyung no era más que una burla. Apretó la mandíbula, tratando de mantener su calma habitual, pero sabía que Taehyung estaba logrando lo que quería: incomodarlo, hacerlo dudar de sus propias emociones.

— ¿Te interesa demasiado lo que llevo puesto? Porque parece que no puedes dejar de hablar de ello

— No, Taehyung, créeme — dijo, con una sonrisa forzada — Lo último que me interesa es saber lo que llevas debajo. Aunque te recomendaría cambiar tu estilo si no quieres que todos sigan riéndose.

El silencio que se extendió entre ellos estaba cargado de tensión, y aunque Jimin quería cortar el enfrentamiento, una parte de él también disfrutaba del intercambio. Después de todo, así había sido siempre entre ellos: un constante ida y vuelta de provocaciones, de retos implícitos y comentarios hirientes.

Finalmente, fue Jimin quien dio un paso atrás, rompiendo el contacto visual.

— Supongo que esto es lo más interesante que ha pasado en el campus en meses — dijo, girando sobre sus talones para alejarse —. Nos vemos por ahí, Taehyung.

Y con eso, Jimin se fue, dejando atrás una atmósfera pesada y un Taehyung que, a pesar de todo, seguía sonriendo con esa confianza inquebrantable manteniendo la idea de que Jimin efectivamente, quería adivinar lo que llevaba puesto, como todos ahí. 

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