El Destructor vs El Titan del tiempo


Zeus caminaba por los pasillos del palacio celestial, su paso lento y tranquilo, recuperándose de la intensa batalla que había tenido contra Ra. Aunque sus heridas sanaban, el cansancio aún pesaba sobre él. Sin embargo, en su rostro comenzaba a aparecer un atisbo de aburrimiento; después de un combate tan estimulante, la calma se le hacía insoportable.

De repente, un estruendo musical resonó a lo lejos, una música fuerte y rítmica que rompía la quietud de los pasillos y perturbaba el ambiente solemne del palacio. Zeus frunció el ceño, claramente irritado por el sonido que se infiltraba en su momento de descanso.

Zeus:—¿Qué es esta vulgaridad? —gruñó, y sus ojos se encendieron con un destello de impaciencia.

Con pasos firmes y un creciente mal humor, Zeus comenzó a caminar en dirección al sonido, decidido a descubrir la fuente de aquella perturbación y a confrontar a quien se atreviera a perturbar la calma del palacio celestial.

Zeus llegó a una parte remota de los jardines celestiales, donde la fuerte música que había escuchado se intensificaba, y al acercarse, observó una escena que lo dejó paralizado por un instante.

Allí estaba Parvati, la diosa hindú de la fertilidad, la belleza y el amor, su presencia irradiando una gracia y sensualidad incomparables. Su figura era hermosa y voluptuosa, y el largo sari oscuro que vestía brillaba bajo la luz celestial, moviéndose en armonía con su danza alegre y despreocupada.

La expresión de Zeus cambió de inmediato. Sus ojos brillaron con un deseo intenso y, en un instante, su cuerpo comenzó a transformarse, incrementando su musculatura y liberando una energía amenazante.

Sin contenerse, avanzó hacia Parvati, tomando a la diosa de un brazo mientras una mirada de lujuria se apoderaba de su rostro.

Zeus:—Ahora serás mía, Parvati, —murmuró con voz grave, sus intenciones claras en su mirada.

Pero antes de que pudiera tocarla, dos puñetazos impactaron directamente en su rostro, enviándolo a volar hacia atrás con tal fuerza que lo alejaron varios metros. El golpe resonó como un trueno en el jardín, y Zeus se encontró cayendo pesadamente en el suelo, sorprendido e indignado por la interrupción.

Zeus, enfurecido, se levantó del suelo y fijó su mirada en el responsable del golpe. Allí estaba Shiva, el dios hindú de la destrucción, una figura imponente que irradiaba poder y determinación.

Alto y musculoso, con cuatro brazos y cinco ojos dorados, tres de los cuales permanecían abiertos en su estado tranquilo, Shiva miraba a Zeus con un desdén absoluto. Su piel índigo y su cabello negro se movían con cada respiración poderosa, y sus brazos, adornados con tatuajes azules heredados de su amigo Rudra, el dios de las tormentas, mostraban la marca de innumerables victorias.

Shiva envolvía proyectivamente a Parvati en un abrazo, dejando claro que no permitiría ninguna amenaza a su esposa. Su rostro reflejaba una ira fría y contenida, y sin apartar la vista de Zeus, hizo tronar sus nudillos y comenzó a girar sus cuatro brazos, preparándolos para el enfrentamiento mientras su energía se elevaba en un aura cargada de poder.

Zeus observó a Shiva con una sonrisa de desafío, sus ojos llenos de interés. El mal humor que sentía se desvaneció al instante, reemplazado por una emoción desenfrenada. Apretó sus puños, dejando que su propia energía se manifestara en destellos dorados alrededor de su cuerpo.

Zeus:—Bueno, parece que al fin encontré algo de diversión en estos aburridos pasillos, —dijo Zeus, con una risa baja y llena de emoción.

https://youtu.be/pJvduG0E628

Zeus se lanzó al ataque con entusiasmo, sus puños desatando una serie de golpes veloces, conocidos como:

¡¡¡Jab Meteoro: Lluvia de meteoros del crepúsculo!!!

Tan rápidos y poderosos que parecían meteoritos en llamas dirigiéndose hacia Shiva. Cada golpe llevaba la intención de aplastar al dios hindú, y el aire se llenó de destellos ardientes y ondas de energía descomunales.

Pero, para sorpresa de Zeus, Shiva esquivó cada golpe con una facilidad desconcertante, su figura ágil moviéndose entre los puños en llamas como si danzara. Una sonrisa apareció en el rostro de Shiva, quien, con sus movimientos fluidos, dejó claro que había anticipado cada uno de los ataques de Zeus.

En el instante en que Zeus quedó expuesto, Shiva aprovechó la oportunidad.

Con una precisión devastadora, impactó un doble gancho con sus dos brazos inferiores directamente en el rostro de Zeus, sacudiéndolo con una fuerza abrumadora.

Sin darle tiempo para reaccionar, Shiva comenzó a desatar una lluvia de golpes poderosos con sus cuatro brazos, cada golpe presionando y forzando a Zeus a retroceder. La sucesión de impactos fue tan intensa que el dios griego apenas podía mantener el equilibrio.

Shiva:—¡¡¡KORA KORA KORA KORA KORA KORA KORA KORA KORA KORA KORA KORA KORA KORA KORA KORA KORA KORA KORA KORA KORA KORA KORA KORA KORA KORA KORA KORA KORA KORA KORA KORA KORA KORA KORA KORA!!!

Finalmente, Shiva remató el ataque con un doble golpe de palma abierta, sus dos brazos superiores estrellándose contra el pecho de Zeus, enviándolo unos pasos hacia atrás.

Sin perder el ritmo, con un giro fluido, lanzó un doble gancho con sus dos brazos derechos, impactando una vez más en la mandíbula de Zeus y mandándolo a volar hacia atrás con un estruendo.

Zeus cayó pesadamente, sorprendido por la fuerza y velocidad de Shiva. Recuperándose, no pudo evitar sonreír; el desafío y la ferocidad de Shiva solo avivaban su deseo de combate, elevando su emoción a niveles aún mayores.

Shiva observó a Zeus con una sonrisa burlona, cruzando sus brazos superiores mientras sus ojos brillaban con un destello de desafío.

Shiva:—Que ocurre anciano? te hiciste mas lento o que parece que la edad te esta haciendo efecto. Shiva se burló abiertamente de Zeus.

una clara referencia a la batalla que Zeus había tenido recientemente contra Ra. Aunque las palabras de Shiva encendieron su orgullo, Zeus simplemente sonrió, decidido a demostrar su velocidad y fuerza. Con un movimiento rápido, se lanzó hacia adelante usando su técnica.

¡¡Kami no Ono: Hacha Divina!!!

Una patada extremadamente veloz y letal que iba directo hacia Shiva, con la intención de partir al dios hindú en dos.

Pero, en el último segundo, Shiva esquivó la patada con un salto preciso, y, en un movimiento fluido, impactó un gancho con su brazo superior derecho directo en el rostro de Zeus, rompiéndole la nariz.

El dolor resonó en la expresión de Zeus, y por un instante, la ira se reflejó en sus ojos. Sin embargo, en lugar de perder la calma, una sonrisa tétrica se dibujó en su rostro, una expresión que mezclaba enojo y emoción.

Pero antes de que pudiera atacar de nuevo, algo inesperado ocurrió:

Shiva alzó su puño al cielo, y en ese momento, los dioses hindúes cercanos, al ver el gesto, intercambiaron miradas y sonrieron con anticipación.

Zeus notó la reacción de los dioses indios y frunció el ceño, una breve confusión apoderándose de él mientras intentaba descifrar qué clase de ataque planeaba Shiva, y por qué sus seguidores parecían tan emocionados.

Shiva soltó una carcajada resonante, una risa llena de desafío y energía, mientras el aire a su alrededor vibraba con una brutal y creciente aura de poder. Su expresión era de pura emoción, y el viento comenzó a arremolinarse con fuerza alrededor de su figura, como si la atmósfera misma respondiera al poder del dios de la destrucción.

Shiva:—Ahora, ¿estás listo para mi danza más grandiosa? Con un bramido, Shiva comenzó a mover sus pies con un ritmo hipnótico y salvaje, sus movimientos resonando en un vaivén perfecto y calculado de brazos y piernas.

El movimiento de sus pies.....Iba al ritmo del cosmos mismo una danza que solo el podria ejecutar.

Los dioses hindúes cercanos se unieron a la ceremonia, entonando un antiguo canto hindú, pisando y aplaudiendo el suelo en un tempo rítmico que acompañaba la danza de Shiva.

El sonido de sus voces y aplausos reverberaba a lo largo y ancho de los jardines celestiales, dotando el ambiente de una energía vibrante y atemporal.

"TA KI TA TA TIN GI NA THOM"

Zeus, al ver la danza, sintió una mezcla de incredulidad y desafío, y sin perder tiempo, lanzó una lluvia de golpes a velocidades sobrehumanas, cada uno de sus puñetazos cargado con una fuerza devastadora.

Sus movimientos eran tan rápidos que el aire alrededor de sus puños ardía, como si cada golpe fuera un rayo. Pero, por más poderoso que fuera el ataque, cada uno de sus golpes fallaba; Shiva esquivaba con facilidad, sus movimientos tan fluidos que parecían casi burlones.

Con una sincronía perfecta entre pies y brazos, Shiva se acercaba cada vez más, acortando la distancia entre él y Zeus mientras el dios griego intentaba, frustrado, conectar siquiera un solo golpe.

"TIN TA GI NA THOM"

Cuando Shiva estuvo lo suficientemente cerca, desató el verdadero poder de su danza de guerra.

En una fracción de segundo, Zeus se vio atrapado en una tormenta de puñetazos que impactaban en su rostro y cuerpo con una velocidad y fuerza que ni siquiera él podía prever o bloquear.

Los puños de Shiva lo golpeaban en cada ángulo, asestando golpes que Zeus apenas era capaz de registrar; sus intentos de defensa eran inútiles. En menos de un segundo, el dios griego fue lanzado hacia atrás, su rostro retorcido de dolor mientras intentaba recomponerse de la serie de impactos.

Sin darle ni un instante de respiro, Zeus intentó lanzar un golpe de izquierda, pero Shiva lo evadió con un movimiento fluido, casi como si flotara en el aire, y rápidamente se colocó detrás de él.

Con una precisión letal, Shiva conectó una patada directa a la columna vertebral de Zeus, un golpe tan devastador que un espasmo de dolor recorrió el cuerpo entero del dios griego, que lanzó un alarido de furia y sorpresa.

"¡¡TA TIN GI NA THOM!!"

Zeus trató de recomponerse, su orgullo herido y su cuerpo resintiéndose por los golpes recibidos. En un intento desesperado, lanzó una serie de golpes a diestra y siniestra, sus movimientos volviéndose más erráticos y salvajes en su afán por defenderse de la tormenta de ataques de Shiva.

Pero la danza de Shiva continuaba, cada uno de sus movimientos calculado y preciso, sus cuatro brazos golpeando con una coordinación letal.

Zeus era abordado por una verdadera tormenta de puños, patadas y codazos; cada golpe provenía de una dirección diferente, y el dios griego apenas podía mantener su postura bajo el peso de los ataques.

"¡¡TA KA VI MI TA KI TA!!"

Los puños de Shiva, sus rodillas, codos y pies se sucedían con una brutalidad que mantenía a Zeus en pie sin permitirle caer.  La danza de Shiva era una sinfonía de destrucción, tan imparable y abrumadora que Zeus, a pesar de sus intentos, no lograba ni siquiera desplomarse en el suelo.

Cada vez que parecía que iba a caer, un nuevo golpe lo mantenía erguido, golpe tras golpe, mientras el ritmo hipnótico del cántico hindú en el fondo parecía marcar cada impacto como si fuera un tambor de guerra.

La expresión de Zeus, una mezcla de dolor y frustración, reflejaba la magnitud de la fuerza de Shiva.

"TA KI TA TA TIN GI NA THOM"

La danza de guerra de Shiva no solo lo estaba venciendo físicamente, sino que también atacaba su orgullo, reduciéndolo de un dios guerrero a una mera presa de una tormenta de ataques divinos.

La furia y la frustración en su rostro se convertían en una máscara de resistencia, mientras Shiva continuaba atacando con una precisión y fuerza inhumana, hasta que el dios griego se sintió casi incapaz de soportar un golpe más.

Y sin embargo, Shiva no se detenía. La intensidad de su danza solo aumentaba, el ritmo cada vez más salvaje, sus cuatro brazos una vorágine de destrucción.

"¡¡TA KA DI MI TA KI TA!!"

Shiva:—Bueno viejo veremos quien aguanta mas tu Resistencia o mi baile ¡¡Veamos cuál será superior!!

Los puños de Shiva comenzaron a estallar en llamas, su intensa danza de destrucción había sobrecalentado su cuerpo hasta el punto de entrar en combustión espontánea. Las llamas lo envolvieron, convirtiéndolo en una figura titánica y ardiente.

¡¡¡Tandava: Danza de la creación!!!

La sangre que manchaba el rostro de Zeus se secó al instante, y el sudor en su piel se evaporó al contacto con el calor abrasador que despedía el dios hindú. Cada golpe de Shiva se sentía como si viniera de un ejército de clones, golpeando desde cada ángulo posible y bañando a Zeus en un torrente de puños en llamas.

Shiva:—¡¡Acabemos con esto!! En un movimiento devastador, Shiva alzó su pierna izquierda hasta sobrepasar su propia cabeza.

Su pie, rodeado por las llamas, trazó un arco perfecto mientras golpeaba directamente la guardia de Zeus, quien intentó defenderse, pero fue superado por la velocidad y la fuerza del ataque.

 Shiva, usando el impulso, se lanzó hacia las alturas, elevándose con una elegancia feroz mientras su cuerpo entero ardía en un resplandor infernal.

El tiempo pareció detenerse.

Shiva flotaba en el aire, su figura envuelta en llamas, con su pierna extendida y lista para caer sobre el imponente Zeus, quien, pese a su inigualable fuerza, se encontraba sin defensa alguna.

En ese instante, Shiva descendió con su ardiente pie en un arco devastador, trazando una trayectoria de fuego que iluminó los cielos celestiales como un relámpago rojo.

El pie de Shiva impactó brutalmente en el cuerpo de Zeus, quien tambaleó hacia atrás bajo el peso del golpe.

¡¡¡Kritti Vasasu: La Garra de fuego del tigre!!!

El ataque fue tan violento que un géiser de sangre hirviente y llamas abrasadoras brotó de su torso, como si su cuerpo hubiera sido dividido por el calor extremo del impacto.

El ojo izquierdo de Zeus, estallado por la fuerza, dejó escapar un rastro de sangre que se mezclaba con el sudor y las quemaduras que recorrían su rostro.

La piel de Zeus estaba marcada desde la cintura hasta la cabeza por una cicatriz de carne quemada, un recordatorio indeleble de la furia del dios destructor.

Humeante y con la respiración entrecortada, Zeus apenas podía mantenerse en pie. El dolor era inmenso, y su propio orgullo herido se mezclaba con el fuego que aún recorría su cuerpo.

Shiva, aún envuelto en llamas, observaba a Zeus con una calma implacable, listo para continuar la destrucción que había comenzado.

https://youtu.be/NjrxqYXC-nY

Shiva:—¿Y bien? ¿Qué piensas?—rió—. ¿Acaso mi baile te entretuvo?

Zeus, sintiendo el dolor persistente en su cuerpo, comprendió que su agotamiento aún no le permitía regresar a su forma Diamante. Aun así, no iba a ceder tan fácilmente.

Con un grito de guerra, Zeus alzó su puño derecho hacia el cielo, y en respuesta, las nubes sobre él se volvieron negras, cargándose de una energía densa y oscura.

Un instante después, el legendario rayo de Zeus descendió de los cielos, directo a la palma de su mano, que lo sostuvo con una fuerza desbordante.

Con su rayo en mano y sus puños electrificados, Zeus inició un feroz contraataque. Descargó una serie de golpes veloces que tomaron a Shiva por sorpresa. 

¡¡Jab Meteoro: Lluvia de meteoros del crepúsculo!!

+

¡¡¡Relámpago supremo!!!

El dios hindú, obligado a levantar su guardia, trató de resistir el impacto de aquellos puños cargados con el poder de la electricidad celestial. 

Pero cada golpe de Zeus, acompañado por un estallido eléctrico, llevaba un peso monumental; el aire a su alrededor crepitaba con descargas, y cada impacto hacía que Shiva retrocediera, sintiendo la potencia de cada ataque en su propia carne.

En un movimiento rápido y calculado, Zeus acumuló energía en sus pies y comenzó a correr a una velocidad imposible alrededor de Shiva, dejando tras de sí imágenes residuales que creaban la ilusión de múltiples clones de Zeus rodeando al dios de la destrucción.

Con esta táctica, desorientó a Shiva, quien trataba de seguir los movimientos de su oponente, hasta que Zeus emergió de entre las imágenes residuales y lanzó una patada.

¡¡Kami no Ono: Hacha Divina!!!

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¡¡¡Relámpago supremo!!!

Una patada descendente cargada de electricidad que conectó directamente con el torso de Shiva, enviándolo a volar lejos.

Sin perder tiempo, Zeus levantó su rayo, apuntando directamente a Shiva mientras caía.

Con un grito triunfante, dirigió su arma hacia el dios hindú y, desde la punta del rayo, desató una tormenta de cientos de millones de relámpagos celestes, cada uno trazando un camino letal a través del aire y convergiendo en Shiva en una ráfaga de poder absoluto.

¡¡¡Olimpic Trial Lightning: Rayo del juicio divino!!!

Cuando los rayos impactaron a Shiva, una explosión descomunal se desató, una supernova de energía azul que iluminó los cielos celestiales.

El destello fue tan intenso que cubrió toda el área, el aire vibrando con una fuerza casi incomprensible mientras las olas de energía barrían los alrededores. 

Cuando el resplandor finalmente se disipó, el suelo y el aire aún chisporroteaban, un humo azul elevándose desde el punto de impacto.

Zeus observó el resultado de su ataque, su respiración agitada y su cuerpo electrificado, mientras esperaba a ver si el dios de la destrucción aún podía levantarse después de semejante despliegue de poder.

El cuerpo humeante de Shiva se levantó, tambaleándose un poco tras el impacto, pero con una sonrisa que reflejaba tanto determinación como un desafío insaciable. Lentamente, levantó su mano en forma de garra, mientras sus ojos, llenos de una furia contenida, se fijaban en Zeus.

Shiva:—Oye... ¡¿Qué tal si presiono esto más allá del limite?!

Con un gesto brutal, Shiva introdujo su mano en su propio pecho, traspasando su piel y carne hasta llegar a su corazón. 

Apretándolo con fuerza, comenzó a acelerar su propio pulso, cada latido aumentando la intensidad de su energía.

Los ojos de Shiva se volvieron blancos, mientras un grito ahogado escapaba de sus labios, mezclado entre sangre y dolor, un alarido de poder y sacrificio.

Esta escrito en los Devas

Su piel comenzó a arder al rojo vivo, transformándose en un pilar de llamas que ascendió hacia el cielo, iluminando el Valhalla con un resplandor infernal.

Los cinco ojos del destructor de mundos se abrieron por completo, como faros celestiales, emanando una luz abrasadora que traspasaba la oscuridad.

Cuando el tiempo se cumpla

Zeus retrocedió de un salto, cubriéndose de las llamas devastadoras que ahora consumían el entorno, extendiéndose a través del Valhalla en una ola de calor insoportable.

Incluso el dios griego, acostumbrado a los peligros y al fuego, sintió una presión abrumadora que emanaba de su oponente. 

Las llamas, teñidas de un azul ardiente, devoraban todo a su paso, y el calor distorsionaba el aire, transformando el campo de batalla en una zona de pura destrucción.

Lord Shiva bailara el Tandava y traerá la destrucción al mundo

Entonces, de entre la incandescente devastación, apareció Shiva, su cabello erizado hacia el cielo, cada hebra rodeada de intensas llamas azules que crepitaban con un poder aterrador.

Su cuerpo irradiaba un aura infernal, sus músculos tensos y su mirada desbordante de fuerza pura y mortal. Este era Shiva en su forma más temida, el destructor en su máximo esplendor, un ser de fuego y poder inigualable.

Sin embargo hay algo mas en esa leyenda

Entonces Shiva encenderá su propio cuerpo en llamas

Zeus, aún impresionado, esbozó una sonrisa desafiante; la batalla apenas comenzaba. Ambos dioses, envueltos en auras de destrucción y poder divino, se miraban a los ojos, conscientes de que el próximo choque no sería solo un enfrentamiento, sino una catástrofe de proporciones épicas.

Y Recreara al mundo desde sus propias cenizas

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Esto es llamado:

¡¡¡Tandava Karma: Danza de batalla del Samsara!!!

Shiva:—Bailemos hasta incendiarnos. El dios retó a su oponente a atacar con un gesto de la mano.

https://youtu.be/HYw4S80TZxM

Ambos dioses se lanzaron uno contra el otro, sus puños chocando con una intensidad que desencadenó una explosión de fuego y rayos, iluminando el Valhalla como un cataclismo celestial.

Zeus desató una serie de golpes a velocidad vertiginosa, cada puñetazo cargado de electricidad y dirigido con una precisión letal.

Sin embargo, Shiva esquivaba cada ataque con una agilidad sobrehumana, y respondía atacando desde cada ángulo posible, sus cuatro brazos y piernas lanzando puñetazos, patadas, rodillazos y codazos que caían sobre Zeus con una precisión impecable.

Cada golpe de Zeus liberaba un estallido de electricidad, y en uno de sus ataques, logró retroceder a Shiva.

Aprovechando el momento, envolvió su pierna en una carga de energía eléctrica y lanzó una poderosa patada que impactó de lleno, enviando a Shiva a volar hacia atrás como un rayo caído.

Pero Shiva reaccionó en el aire; dio una serie de giros controlados y aterrizó firmemente, sus ojos ardiendo con una mezcla de ira y emoción. Sin perder ni un segundo, se lanzó una vez más al ataque, sus movimientos frenéticos y precisos, cada golpe más fuerte que el anterior.

Zeus respondió con igual intensidad, y ambos comenzaron a intercambiar una secuencia de ataques devastadores, sus puños chocando en una serie de impactos que generaban ondas de choque que sacudían la tierra a sus pies y reverberaban en el aire, como si el propio Valhalla vibrara con el poder de su combate.

En un último y feroz choque de puños, ambos dioses retrocedieron, sus cuerpos deslizándose por la tierra mientras dejaban profundas huellas a su paso.

Sus miradas seguían fijas, sus cuerpos llenos de heridas y energía desbordante, pero sus espíritus permanecían indomables, listos para continuar una batalla que sacudiría los cimientos de la eternidad misma.

Shiva dio un salto hacia atrás, su respiración pesada pero llena de determinación.

Con un grito de concentración, acumuló una gran cantidad de llamas en sus manos, las palmas ardiendo intensamente mientras juntaba su energía en una esfera oscura y densa, que parecía hecha de carbón.

La esfera comenzó a arder, transformándose en un meteoro incandescente, una bola de fuego furioso que lanzaba chispas al aire y crepitaba con un calor abrumador. Con un movimiento devastador, Shiva lanzó el meteoro ardiente hacia Zeus.

¡¡¡Bom Gunung Berapi Penghancur!!!

''Bomba volcánica destructiva''

Zeus, en respuesta, sostuvo su rayo con ambas manos, su rostro decidido y lleno de concentración.

Con un rugido, desató una frenética lluvia de relámpagos celestes, disparando cada uno con la intención de destruir el meteoro antes de que pudiera alcanzarlo.

¡¡¡Olimpic Trial Lightning: Rayo del juicio divino!!!

Los relámpagos volaban en todas direcciones, como serpientes de luz en el aire, y al impactar con la esfera de fuego de Shiva, estallaron en una explosión colosal de lava y magma. 

La combinación de fuerzas era tan intensa que ondas de choque ardientes y eléctricas se extendieron en todas direcciones, arrasando con la vegetación y destrozando el suelo a su alrededor.

Cuando la furia de la explosión comenzó a disiparse, Shiva cayó pesadamente al suelo, su respiración aún más agitada mientras sentía el peso de la fatiga.

Cada músculo de su cuerpo temblaba, y un leve rastro de sangre recorría su brazo, pero su determinación permanecía inquebrantable. Sin importar el dolor, Shiva se preparó para el golpe final, reuniendo las últimas fuerzas que le quedaban.

Frente a él, Zeus también se mantenía en pie, con el rostro cubierto de polvo y cenizas, pero con sus ojos llenos de un fuego eterno. 

Ambos dioses sabían que estaban al borde de la extenuación, pero también entendían que la próxima colisión sería la definitiva, el clímax de una batalla entre dos titanes dispuestos a darlo todo.

Zeus cerró su puño con fuerza, concentrando hasta la última gota de energía en su próximo y definitivo ataque. Una intensa aura dorada rodeó su cuerpo, iluminándolo en un brillo casi cegador, mientras su piel tomaba un tono rosado debido a la velocidad frenética de su flujo sanguíneo.

Aunque sabía que no le quedaba suficiente poder para desatar su famoso "Puño que Supera al Tiempo", aún poseía energía suficiente para un ataque final.

Su puño dorado se envolvió en cientos de relámpagos azules, que chisporroteaban y crepitaban alrededor de su mano como serpientes de pura electricidad.

Shiva, al otro lado, también estaba listo para terminar la batalla. Con un grito de guerra resonante, se lanzó hacia adelante en una estela de fuego y destrucción, su cuerpo envuelto en llamas abrasadoras.

La intensidad de su energía se concentró en su pierna izquierda, que ardía como un sol mientras preparaba una patada ascendente con todas sus fuerzas, girando su cuerpo con una precisión perfecta y su mirada enfocada solo en su objetivo: el rostro de Zeus.

Ambos dioses se lanzaron el uno hacia el otro, envueltos en sus respectivas auras de poder, en una trayectoria imparable.

Zeus avanzó en un estallido de luz dorada, su puño listo y cargado, mientras que Shiva giró con una fuerza que encendió las llamas de su pierna en un resplandor infernal. El impacto era inevitable, y cada uno sabía que no había vuelta atrás.

¡¡Shin Kami no Migi: El derechazo final de Dios!!

vs

¡¡¡Deva Loka: Acto final llameante!!!

El choque fue brutal y deslumbrante.

El puño de Zeus y la patada ascendente de Shiva colisionaron en un punto exacto, y en ese instante, una luz cegadora iluminó todo el campo de batalla, extendiéndose en todas direcciones como una supernova dorada y roja.

La explosión resultante sacudió los cielos del Valhalla, mientras el suelo temblaba y las ondas de choque se propagaban en círculos, devastando todo a su alrededor.

Ambos dioses fueron lanzados hacia atrás, como si hubieran sido repelidos por una fuerza superior, sus cuerpos volando en direcciones opuestas.

Cada uno cayó pesadamente, el eco del impacto resonando en el aire mientras un silencio profundo caía sobre el campo.

La intensidad de su enfrentamiento había alcanzado su clímax, y el campo de batalla, cubierto de cenizas, fuego y relámpagos residuales, era el único testigo del increíble poder que ambos dioses habían desplegado en su combate final.

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Los dioses de la India aparecieron rápidamente en el campo de batalla, sus rostros serios pero llenos de respeto mientras observaban a su líder, Shiva, quien yacía en el suelo, agotado y cubierto de heridas pero con una sonrisa de satisfacción. 

Vishnu, Brahma y otros dioses hindúes rodearon a Shiva, y con gran cuidado lo levantaron, llevándolo en silencio para que pudiera recibir atención y recuperarse. 

La batalla había sido feroz, y aunque Shiva había enfrentado a uno de los dioses más poderosos, su espíritu y determinación no se habían quebrantado.

Tiempo después, Hermes y Ares llegaron al campo de batalla, sus miradas recorriendo el paisaje devastado hasta detenerse en la figura de Zeus, quien, aunque gravemente herido, mostraba en su rostro una expresión de orgullosa satisfacción. 

Hermes, con su agilidad, se acercó a su padre y le colocó una mano en el hombro mientras observaba las marcas de la batalla en su cuerpo.

Hermes:—Viejo loco, siempre llevándolo al límite, ¿eh? —murmuró Hermes, con una mezcla de respeto y diversión.

Ares, el dios de la guerra, observó a Zeus con una ligera sonrisa de admiración. Aunque acostumbrado a ver enfrentamientos colosales, sabía que esta batalla había sido una de las más épicas. 

Con un respeto silencioso, Ares y Hermes levantaron a Zeus, llevándolo con sumo cuidado para que pudiera descansar y sanar sus heridas. Ambos comprendían que su padre, aunque indomable, necesitaría tiempo para recuperarse.

El Valhalla quedó en silencio, pero el eco de la batalla y el poder de los dos titanes que habían chocado seguirían resonando por siempre entre los dioses.


Fin que les parecio la pelea?

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