Capitulo 1

¿10 Meses para escribir el primer capitulo de Guerrero?. Claro, porque no. .3.

Obviamente demore mas de lo esperado para este capitulo, el cual al ser el primero no tendra muchas cosas interesantes pero que ironicamente me costo planear cada idea que pondria en este ya que sera muy diferente al inicio del antiguo Guerrero.

Tambien mencionar que las vistas que tiene actualmente son un poco lamentables comparada con la version anterior, no quiero decir que por la falta de vistas haya actualizado tan lento, solo queria mencionar ese dato que hace que me den ganas de salir un buen rato de la plataforma...

Aunque bueno, tengo asegurado la vistas de algunos conocidos y amigos de Wattpad, y tal vez las vistas y comentarios de algunos usuarios de un grupo en Discord, asi que...

Sin mas, comencemos.





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Hospital del estado de Michigan, Estados Unidos. - (10:32Pm)

La noche en el hospital de Michigan era tranquila como muchas otras, la sala de recepcion se encontraba con personas esperando ser atendidas por los medicos del lugar y asimismo los que estaban siendo atendidos esperaban sus resultados medicos, los afortunados apesar de si estar enfermos y con problemas por ello, no resultaban ser tan graves y si lo eran estaban controlados, pero tambien habia uno que otro desafortunado que no tuvo tanta suerte como otros.

Los pasillos blancos y relucientes, casi dando un aspecto cristalino y delicado daban un ambiente tanto tranquilizante como aterrador; Los pasillos de un hospital siempre serían un lugar de misterios, es un lugar perfecto para ver cosas espeluznantes, asombrosas e increíbles, claro. Si tienes un estómago fuerte y no eres sensible ante ciertas cosas.

Los doctores trasnochados por sin numeros de operaciones, consultas y cosas personales de las cuales se tenian que encargar intentaban darle el mejor diagnostico a sus pacientes y la mejor ayuda posible para asegurar su salud, aun cuando estos pueden llegar a ser afectados por esto tanto.

—Tienes cancer, lo lamento. —Dijo el medico a uno de sus pacientes ya identificado con cancer.

—... —El paciente solo se quedo callado ante tal noticia.

Pobre tipo.

Fuera de eso, todo se encontraba normal y tranquilo esa noche en aquel hospital, operaciones, consultas seguian su ritmo natural, asi igual el labor de parto de una mujer seguia con naturalidad y parecia resultar perfecto y sin problemas.

¿Porque enfatizo en el labor de parto de esta mujer si hay muchos como este?. Bueno, porque este en particular tiene que ver con la historia que se esta apunto de vivir.


En la sala de parto se encontraba una mujer de unos 29 años, su cabello era rubio mostaza desamarrado para mas comodidad en el doloroso proceso que estaba realizando, su piel blanca se veia mas palida por la cantidad de esfuerzo que estaba dando y por lo visto parecia tener un buen desarrollo en su cuerpo, tanto en sus caderas como en el pecho.

Si, muy extraño fijarse en el cuerpo de una embarazada, lo se.

La mujer era algo conocida y recordada en los pasillos de ese hospital como de muchos otros; decir que estás en tu sexto labor de parto es un tema muy sorprendente y también interesante del que hablar. Solo que los médicos y enfermeras no tienen permitido hablar con los pacientes durante una cirugía o labor de parto, así que no podían hablar mucho que digamos con aquella mujer... tampoco es que sea buena idea hablar con una mujer en labor de parto.

Afuera de la sala en uno de los tantos asientos que estaban cerca de ahi se encontraba lo que parecia ser su marido, un hombre castaño que se encontraba en un estado al parecer acelerado a la calvicie y que tambien tenia un poco su estomago colgando de su cuerpo dandole un aspecto un poco ridiculo, este al parecer se encontro con la suerte de ser el unico en esa sala de espera, ya que se encontraba dando vueltas en circulos como un lunatico ademas de morderse su nudillo por la preocupacion del momento.

Habia dejado a sus hijas en casa solas debido a lo espontaneo y repentino del momento; se supone que aun faltaba 1 mes para que los bebes nacieran, pero estos al parecer se adelantaron un mes ya que en medio de la sala mientras compartian tiempo con sus hijas aun siendo unas infantes, la fuente se rompio sin aviso alguno. No hacia falta mencionar el escandalo que se llevo acabo tras aquel irrepentino suceso. ¡Literalmente despertó a sus vecinos más cercanos por el grito de su mujer!, tuvieron que salir inmediatamente al hospital mas cercano debido a las quejas de su esposa y seguridad de los bebes; No podia dejar de pensar en lo asustadas que quedaron sus hijas debido al grito de su madre y ver una mezcla entre placenta y sangre, sin contar que quedo en el piso, tardarian demasiado en limpiar eso si es que su hija mas curiosa y tonta no llegaba a probarlo por curiosidad.

Sus intentos desesperados por lograr contactar a su suegro fueron numerosos y en vano, entendía que estuviera en un asilo después de sus servicios en la marina y tuviera dificultades para su edad. ¡Pero esta situación le preocupaba mucho más que su suegro no supiera cómo funciona un teléfono inteligente! Esto era mucho más serio, mucho más importante.

Parecía que se iba a desmayar, si es que no se desmayaba ahí mismo. De hecho estaba apunto de desmayarse.

Dentro de la sala se podia escuchar como el doctor encargado junto a la enfermera revisaban el estado de la mujer y de los bebes que estaban empezando a salir.

—¡Siga pujando! —dijo la enfermera casi como una orden para la mujer a la que estaban atendiendo la cual no escuchaba las ordenes debido al dolor que estaba sintiendo. -

Apesar de ya haber tenido cinco hijas antes, el dolor de un parto no era un dolor al que uno se podria acostumbrar, y menos si se experimentaba varias veces y casi seguidas como fue en el caso de esta mujer, la cual el hospital tenia registro de que ella cada año llegaba embaraza de un nuevo hijo.

Era increible pensar lo mucho que su cuerpo soportaba el parto y también la gran fertilidad que está tenia; poco a poco la cabeza de un bebe fue notada saliendo de la entrepierna de la mujer, a lo cual las enfermeras y doctor vieron al instante.

—¡Ya veo su cabeza salir! ¡Falta poco! —Dijo una de las enfermeras lo cual fue casi un rayo de emocion para la futura madre de los hijos. -

Pero ocurrió algo curioso, pocos minutos de que la cabeza de uno de los gemelos saliera notaron cómo está parecía estar conectada a algo. No parecía conectar con otra parte de su cuerpo o en la cavidad del utero de la mujer, si no más bien a una parte de su cuerpo o a algo cercano a su cuerpo.

La mujer dio un grito ahogado mientras pujaba con mas fuerza al bebe en su interior, el cual ya su cabeza habia salido al exterior y este empezo a soltar un llanto incontrolable al momento de salir al mundo; La mujer ignorando el llanto de su bebe siguio pujando. Pero para los presentes fue una sorpresa ver cómo la segunda cabeza del bebé ya se aproximaba, esta se apoyaba acostada en el pequeño torso de su hermano, pero esta también estaba conectada a algo, más bien. Ambas cabezas parecían estar conectadas a algo.

—¡Vamos Sra. Loud, ya falta poco!. -dijo una de las enfermeras al ver como los gemelos ya se aproximaban, y también sorprendida por lo que estaban viendo sus ojos. -

La ya identificada, al menos con su apellido "Loud" siguio esa orden mientras se tomaba un descanso rapido para respirar mientras continuaba pujando como nunca. El otro bebe no tardo también en hacerse sonar, ya que este también empezó a llorar junto con su gemelo casi que parecia que el llanto de los dos estaba coordinados, ya que sus bocas se abrían al mismo tiempo que el del otro.

Eso fue hasta que las enfermeras retiraron a los bebés de la camilla y los arroparon en una manta suave y cálida que se dieron cuenta que no podían separarlos, y si lo intentaban ambos lloraban mucho más. Eso desconcertó a las enfermeras al principio hasta que notaron bien el rostro de los gemelos; El médico encargado no mostraba señales de sorpresa, ya que el había sido informado con anticipación sobre lo que decían las radiografías antes tomadas de los gemelos meses antes, pero para las enfermeras fue toda una sorpresa y revelación.

Los bebés tenían sus labios conectados, y esto impedía que pudieran separarse debido al tejido que unía los labios de ambos, imitando casi una forma de beso entre ellos.

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Habian pasado horas desde que la mujer Loud habia dado a luz, ahora se encontraba bajo supervision de enfermeras por su ahora estado delicado; su esposo recien pudo llamar a su padre para que pueda ir a cuidar a sus hijas en lo que ellos se quedaban en el hospital, y este ultimo no tuvo ningun problema con cuidar a sus nietas aun casi siendo de madrugada.

La mujer se encontraba feliz, apesar de como estaba hace tan solo unas horas ahora se encontraba casi radiente de un aura positiva, y no era sorpresa. Había traído al mundo dos nuevas vidas los cuales serían sus primeros hijos varones, ya que en todos los partos nunca tuvo la suerte de tener aún niño ya que siempre tenía hijas, y esto era una forma de romper su racha personal que quiso aunque muy en el fondo romper.

Su padre también estaría sumamente contento, decirle que ahora tendrá nietos con ellos que pasar el tiempo y a diferencia de sus hermanas, enseñarles todo lo necesario a ser hombres rectos y derechos como el lo fue en la Marina. Hombres con honor, valentía, astucia y siempre serviciales a ayudar a los demás.

Puede que esté llegando a momentos muy lejanos en el futuro, momentos que aún no han y llegado y que no sabe si podrían llegar. Pero estaba rebozando de alegría apesar de su delicado estado que no podía esperar a ver a sus hijos entre sus brazos y poder decirles cuánto los ama aunque no puedan escucharla bien aún.

Pero ahora, lo que necesitaba. Era descansar. Y un muy largo descanso para recuperarse.

—Bueno Sra. Loud, es momento que descanse para que se recupere. —Dijo una de las enfermeras amablemente mientras miraba a la mujer Loud.- Y no se preocupe. Sus bebés están bajo nuestros cuidados y muy pronto podrá verlos, solo tendrá que esperar unas cuantas horas.

—Muy bien, le agradezco esto, enfermera. —Dijo la rubia con una sonrisa en su rostro. -

La enfermera hizo una pequeña reverencia con su cabeza para después proceder a dejar la habitación donde se encontraba la mujer, está por su parte acosto su cabeza sobre la almohada con una muy notoria sonrisa en su rostro. Ella seguía perdida en sus pensamientos sobre sus hijos recién nacidos, siempre fue así con todos los nacimientos de sus hijas, con tanta felicidad le sería imposible dormir, pero, era necesario.

Antes de caer dormida, una última incógnita pasó por su cabeza, una duda que todo padre se hace a la hora de tener un bebé.

¿Que nombre les pondría? Miles de posibles nombres pasaron por su mente, algunos le gustaban y otros no. Pero... ¿No era algo adelantado ponerles ya un nombre, ¿O no?. No lo sabría exactamente, pero eso le daba igual.

Pensando en los posibles nombres por ponerles, recordó los nombres de sus hasta ahora cinco hijas. Lori, Leni, Luna, Luan, y Lynn, y todas tenían algo en común a primera vista, todos compartían la letra "L" en su nombre, parecía algún tipo de tradición familiar pero su esposo nunca mencionó algo así cuando nombró a sus hijas junto a él, pero pensó qué no sería mala idea hacerlo como de costumbre.

La rubia cerró sus ojos mientras se relajaba en la camilla, en su mente aparecían opciones para llamar a los gemelos, algunos no la convencían. Hasta que encontró los indicados justo en el momento que cayó dormida.

Lincoln y Laurence...

La mujer cayó dormida, con una pequeña sonrisa en su rostro. Para ella en ese momento nadie podía arruinar ese momento.

Nadie, absolutamente nadie...

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Fuera de la habitación donde se encontraba su esposa, su esposo, el ya antes mencionado. Se encontraba pensativo en una de las sillas mientras miraba una ventana que daba a otra habitación donde se podían ver a varios bebés recién nacidos en espera de sus padres, y entre esos bebés... los suyos no se encontraban ahí.

Los llevaron a otra habitación para realizarles una cirugía rápida para separarlos, el no sabía muy bien de la situación, pero tampoco tuvo que esperar por mucho una respuesta ya que uno de los doctores llegó donde el para explicarle mejor la situación de porque se llevaron a sus hijos a cirugía.

Recordaba bien la conversación que tuvieron, se encontraba angustiado y preocupado por los recién nacidos pero el doctor pudo tranquilizarlo y explicarle adecuadamente lo que sucedía.

Resulta que sus hijos sufrían de un extraño caso de ser siameses, dijo extraño porque a diferencia de otros casos la unión entre ellos fue mínima, aunque en realidad antes era muy notable; según las radiografías tomadas hace meses por el y su esposa los bebés ya presentaban un grado de unión grande en los primeros tres meses apesar de tener cordones umbilicales distintos, pero de ahí poco a poco se fueron separando, hasta el punto que ya los dos no estaban unidos, pero debido al repentino rompimiento de la Fuente de su esposa sus labios, que era lo último que hacía falta por separar, se mantuvieron unidos hasta dar a luz donde por esas razones no pudieron arroparlos en distintas cobijas, y tuvieron que arroparlos a los dos por igual. Y además, sin contar el hecho de que mientras permanecían unidos parecía que estaban dándose un beso, y eso fue lo que más incómodo y sorprendió al padre.

Pero le dijeron que no había nada de que preocuparse, la operación sería rápida y cuidadosa para no causar ningún daño a los gemelos y que solo tendrían una cicatriz en el labio inferior, pero que sería muy notable.

Le dijeron que tuvo mucha suerte con sus hijos ya que nacieron sanos, y además de que visiblemente eran hermosos y que esa pequeña unión de labios no significaría nada. Incluso puede que significara que ellos dos serían muy unidos cuando sean mayores, y que tuvieran una cicatriz no importaría en lo absoluto.

Y eso fue lo que lo dejó pensativo, y decidió sentarse un momento ahí para digerirlo. Los doctores y enfermeras encargadas lo entendieron y dejaron que estuviera solo en lo que sus hijos salían de operación; sus pensamientos y imaginacion lo preocupaban, estaba sucediéndole lo mismo que a su esposa, pero con el era todo lo contrario...

Pero eso no le importaría aún padre, ¿verdad?. Aún padre no le importaría que diagnóstico de nacimiento tuviera su cuerpo, ¿No?. Después de todo eran familia, el esperaba este momento como ningún otro como en los anteriores nacimientos de sus hijas, no tendría que preocuparle todas esas cosas en las que pensaba, por más insignificantes que sean... ¿No es así?

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¿No es así?

No podía cruzarse aunque fuera por un segundo en su mente el abandonar a sus propios hijos por eso, ¿Correcto?.

Aunque... la expresión en su rostro no parecía coordinar con lo que la moral le decía a el tenía que seguir.

Parecía que realmente no quería seguir con su labor como padre para aquellos niños; no parecía querer hablar de ellos o saber cómo les iría en su operación. De hecho, parecía que ni siquiera quería ir a verlos.

No quería ver esa horrible malformación en sus labios que los mantenía unidos, y tampoco cuando estos estuvieran separados, siempre conservarían una cicatriz que le recordaría por siempre lo que el en estos momentos odiaba tanto en esos niños, y a pesar de ser unos indefensos y tiernos recién nacidos la idea de que la unión de sus labios causara algo en su comportamiento a futuro le causaba asco.

No lo toleraría, no toleraría ver cómo sus hijos entablaban una conversación amorosa con otro hombre, el solo pensarlo le daba náuseas y causaba que peores pensamientos le vinieran a su mente.

Era más que claro que no era muy partidario del movimiento LGBT...

Irónico si lo piensas a futuro.

Sin darse cuenta del tiempo que había pasado ahí sumido en sus pensamientos, se percató de que ya estaba apunto de amanecer debido a que en la entrada se podían ver los rayos del sol entrar por el cristal; olvido por completo que tenía cosas importantes por hacer por pensar negativamente contra los gemelos, ni siquiera pudo ir a ver a su esposa después del parto, y tampoco sabía si podría ir rápido a su casa para ver a sus hijas y arreglarse para ir al trabajo.

Revisando la hora desde un reloj que llevaba en la muñeca vio que eran las 6:35 Am, y su trabajo iniciaba a las 7:00.

—¡Oh, diablos! —Se maldijo a sí mismo viendo lo tarde que era.-

¡Solo tenía 25 minutos para llegar al trabajo!, si se apuraba con suerte llegaría a tiempo, y si no muy posiblemente recibiría un regaño de parte de su jefe.

Realmente odiaba su trabajo, no es que siempre tuviera malos momentos en el, pero en resumidas cuentas odiaba su empleo, pero, tampoco podía quejarse, tenía que darle de comer a cinco bocas y próximamente a siete, aunque eso último...

El hombre sacudió su cabeza en ese momento, no era tiempo para pensar en ellos y lo mejor sería evitar pensar en ellos durante todo el transcurso del día, tal vez así pueda calmarse y pensar mejor las cosas, eso le hacia falta; se dirigía hacia la recepción donde se encontraba la secretaria la cual estaba hechando una cabezadita debes en cuando. Se notaba que durmió gran parte de la noche desde que ellos llegaron.

—Ejem... —Masculló intentando despertar a la durmiente secretaría, intento que funcionó porque la mujer no tardó en despertar-.

—Eh!?... —La mujer despertó de golpe, por lo que su reacción fue de sorpresa, pero inmediatamente volvió a su postura normal y que tenía desde que ellos llegaron-. Oh Sr. Loud, ¿En que puedo ayudarle?. —Pregunto con cortesía y amabilidad-.

—Verá, se me hizo tarde y tengo que regresar a mi trabajo, y me preguntaba si no habría problema que se encargaran de mi esposa. —El hombre aunque desinteresado por sus hijos, no significaba que no se preocupara por su esposa-.

—Eso no será ningún problema Sr. Loud, aquí atenderemos correctamente a su esposa después de su labor de parto. —Le dijo con una sonrisa amable, aunque era un poco notable el sueño de la mujer, ya que había forzado evitar un bostezo.-

—Muchas gracias. —El hombre sonrió correspondiéndole a la enfermera, su esposa era prioridad para el en ese momento.-

El Sr. Loud sin perder tiempo se dirigió rápidamente a la salida del hospital para entrar a su vehículo, vio cómo con anterioridad venían tan deprisa que su auto estaba aparcado frente al hospital, cosa que agradeció internamente; entrando a su auto insertó las llaves deprisa para luego arrancar con destino a su empleo, su auto tampoco era el más rápido. Era una van familiar un poco vieja, pero con algunas reparaciones siempre quedaba como nueva.

Se ve cómo al arrancar el auto tuvo un pequeño percance ya que la válvula de escape expulsó humo de la nada, provocando que el auto temblara un poco.

Bueno, casi del todo...

Ignorando el fallo que tuvo su camioneta, este arrancó en dirección a su trabajo retomando la carretera en dirección a su hogar para alistarse.

El camino sería algo largo, pero rápido. El tiempo no estaba a su favor por lo que muy posiblemente no podría recibir correctamente a sus hijas al llegar a casa, pero contaba con que el abuelo pudiera cuidar de ellas durante el día, la noticia para las niñas sería maravillosa, nunca antes habían tenido un hermanito y ver a los niños de su edad ocasionaba que ellas se preguntaran el cómo sería tener un hermano. Sin duda sería algo que las emocionaría.

Su segunda hija mayor sería la más sorprendida, ella era muy curiosa con varios aspectos de la vida y no cabe duda que sentiría suma curiosidad por sus dos pequeños hermanitos. Aunque tendrían que tener cuidado cuando los dejaran solos, ya que era demasiado torpe; su tercera hija también le sería interesante su reacción, ya que desde muy pequeña siempre le apasionó la música y el ver y escuchar a los músicos y artistas en sus conciertos. Para ella verlos ahí, brillando en el escenario era la cosa más genial del mundo, y ella quería ser como ellos, ella quería ser genial y brillar en el escenario, y muy probablemente intente hacer que sus hermanos también tuvieran ese mismo gusto que ella, ya que ella era muy convincente para ese tipo de cosas, demasiado diría el.

Culpa de el que le dio esa pasión por la música... Oh, claro. Hablaba de el mismo.

Río para el mismo al decir eso en su cabeza, vio cómo ya había llegado a la ciudad y no le faltaría demasiado para llegar a su avenida, decidió encender la radio para despejar su cabeza antes de lo problemático que sería el pasar sobre sus hijas después de salir de sobremanera de su hogar, o tal vez tendría suerte y estas siguieran durmiendo, ese día era sábado y no tenían que levantarse temprano.

Un poco más relajado, el hombre siguió su ruta como la de cualquier persona normal por esa carretera en dirección a su hogar.

Aún a pesar de sus descabellados pensamientos que tuvo en el hospital, posiblemente después de una ducha y taza de café estos desaparecerían de su mente. Después de todo solo era el estrés de saber que tendría a dos hijos más, y eso debía alegrarlo! Iba a tener con quien jugar al Football, y con quien hablar de temas con los que no podría con las niñas, e incluso conectar más.

Esos pensamientos eran ridiculos, no podría pensar en eso y despreciar a dos bebes que ni siquiera sabían hablar aún, su odio era completamente ridiculo, y sus especulaciones lo eran aún más, cuando tuviera tiempo iría a ver a su esposa y conversaría con ella lo que no pudo esa noche, el discutir el nombre de los niños y como harían con el tema de sus cicatrices, pero eran sus hijos y siempre los amarían sin importar que.

Lo cual era una lástima, ya que el hombre solo intentaba cambiar sus pensamientos o atrasarlos, pero sin importar cuánto tratara estos seguían ahí, devorándolo y obligándolo a concentrarse en algo más.

Ese hombre no planeaba nada bueno que hacer con sus hijos, no importaba que, el no podía pensar más que en cosas negativas de esos dos, no podía. Por más que intentaba no podía.

Si o si iría con su esposa, pero intentaría no mostrar sus pensamientos frente a ella, ya que muy posiblemente se enfurecería

Tenía que fingir comportarse bien, lo cual le sería difícil, ya que el amor que mostró con sus hijas al nacer era verdadero y jamás los fingió; Ya a pocas casas de su hogar el hombre pensó si decirle o no a sus hijas y cuñado sobre el bebé. Con su cuñado sería inevitable, tenia que decírselo, pero con las niñas podía evitar decírselo, aunque al fin y al cabo el abuelo les explicaría, así que sería una pérdida de tiempo...

Ya aparcado su auto, el hombre salió de la camioneta apurando el paso ya que por estar en sus pensamientos no sabía que hora era, aproximándose hasta la puerta este tocó con su puño sutilmente la puerta esperando que le abrieran.

Nadie llegó, tal vez debería tocar un poco más fuerte.

El hombre Loud volvió a tocar, esta vez con un poco más de fuerza. Estaba apurado por volver a su trabajo y no dudaría en tocar más fuerte.

Que raro... se supone que estos establecimientos tienen vigilancia.

Iba a volver a tocar, hasta que noto el timbre al lado de el y para ahorrar tiempo decidió tocarlo, así era más notable el ruido que con el de sus manos.

Creo que me apresuré un poco.

El hombre espero, y pocos momentos después la puerta fue abierta por alguien de poca estatura de cabello rubio, y que... era un poco fea; esta era una de las hijas del hombre, la cual lo recibió casi de inmediato después del susto que les dio a ella y a sus hermanas hace unas horas, ella ya había presenciado esos momentos antes. Pero nunca como este, que fue repentino.

—¡Papa, regresaste! —dijo La niña con alegría, aunque en su rostro se mostraba un poco asustada— Y mamá...? —Esto lo dijo con un tono más apagado, esperaba ver a su madre junto a su padre-.

—Mamá estará bien, cielo. —Dijo el hombre arrodillándose hasta la altura de la pequeña y acariciando un poco su cabello— Solo estará unos días en el hospital por razones médicas.

La niña no parecía muy convencida por la respuesta, pero terminó aceptándola dando una sonrisa un poco torpe.

El hombre se levantó y dirigió al interior de la casa acompañada por su hija, está parecía preguntarle cosas sobre lo ocurrido, pero este no prestaba atención... parecía estar perdido en su mundo, el mundo de sus pensamientos que se habían vuelto negativos desde ayer por la noche.

El, solo esperaba que todo saliera bien, y que no cometiera ninguna estupidez.

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Esto era algo que no se esperaba.

Todo mientras frente a el podía ver una sartén en la que se encontraba cocinando un trozo de Bistec; lo que estaba haciendo era más que todo un sellado a la carne que con anterioridad coció en el horno. No era el método de cocción de costumbre, pero se asemejaba.

El hombre estaba concentrado viendo la carne frente a él, tenía que asegurarse de no exceder el tiempo y que ese lado de la carne se quemara, cosa que sabía por experiencia por otros muchos intentos. Dio la vuelta a la carne y vio que el sellado estaba decente, por lo que solo faltaba sellar un lado de la carne.

—¡Papa! ¿Ya está lista la comida? —Preguntó una voz femenina desde otra habitación, parecía ser de una niña menor de 7 años-.

—¡Si, tenemos hambre! —Otra voz siguió la pregunta de la anterior, y está también parecía ser de una niña, aproximadamente de 5 años-.

—¡Ya casi está lista, cielo! —El hombre respondió mientras sacaba el Bistec del sartén y lo colocaba en un plato aparte con lo que parecían ser unos guisantes y puré de papa— ¡Ya está lista! —Anunció mientras que en otra habitación provocó alegria en las niñas-.

El hombre tomó en ambas manos dos platos de comida que eran exactamente lo mismo, y los colocó en una mesa donde los acompañaban los cubiertos y un vaso de jugo de naranja, pero otros parecían ser otro tipo de bebida, como lo eran un vaso de cerveza y vino, en total eran siete platos de comida y una pequeña silla para bebés del lado de una de las sillas donde estaba servida una papilla de durazno.

Si se preguntan que ocurría, era sencillo de responder. Estaban apunto de tener una cena familiar para charlar y revelar la existencia de los gemelos después de unos cuantos meses; los gemelos se encontraban en el hospital recibiendo tratados antes de poder ser dados de alta y ir con su familia. Rita también se había recuperado del embarazo, estaba algo triste por estar lejos de sus hijos pero ya había experimentado esto cinco veces, y ahora el efecto era más leve.

Se reunirían su esposa, su cuñado, y  sus hijas, las cuales estaban ansiosas de  ver al abuelo otra vez no había duda de que ellas disfrutaban pasar tiempo con su abuelo, a diferencia con la hermana de su esposa, y... no los culpaba, le daba algo de asco ir a ese lugar.

—¡Ya está lista la cena! —Alzó un poco la voz para que todos en la casa pudieran oírlo-.

Desde las escaleras se oían como pisadas repentinas bajaban a toda velocidad, parecía ser una estampida miniatura al saber de quienes se trataban, las pequeñas antes mencionadas llegaban rápidamente hacia la cocina para comer lo que preparó su padre, y si, estas niñas eran las hijas del hombre aunque eran más de las que se escucharon antes.

Pero eran pocas a comparación con lo que se venía con los gemelos, y eso hacía temblar al hombre al pensar en las horas extras que tendría que trabajar, aunque pronto su esposa se recuperaría y podría volver a su trabajo para poder pagar los extras de la casa, después de todo era muy difícil mantener una familia tan grande.

Las pequeñas ya habían tomado sus respectivos lugares en la mesa, todas dispuestas a comer causando un caos como era de costumbre, pero se detuvieron al ver a su madre entrar junto aún hombre mayor de edad el cual reconocieron al instante.

La madre de las niñas se encontraba esbozando una sonrisa para sus pequeñas mientras en sus brazos cargaba a una bebé de pecas y cabello castaño de 1 año, la cual llevaba puesto una camisa para bebés de un equipo deportivo junto a sus pañales, el hombre por su parte llevaba puesto una camisa formal de color blanco con las mangas arremangadas hasta casi llegar al hombro, mostrando en su hombro el tatuaje de una ancla, llevaba unos pantalones cafés que tenían unos tirantes que llegaban hasta sus hombros, y unos zapatos negros bien pulidos, ese hombre se trataba del abuelo de las niñas.

—Vaya Lynn, se ve delicioso. —Comentó su cuñado viendo la comida-.

—Gracias, Albert. Lo preparé especialmente para esta noche. —Lo dijo con una sonrisa amable dirigida a su cuñado-.

Lynn siempre soñó con ser cocinero, y eso era obvio para cualquiera, incluso Albert que no pasaba mucho tiempo con ellos por estar en el asilo después de su retiro, y aunque tenía platillos que dejaban mucho que desear, también tenía sus propias recetas y platillos que eran una delicia. Ejemplo: Sus Panqueques, Albert aún no entendía cómo hacía panqueques tan buenos.

Rita coloco al bebe con delicadeza en la silla infantil y se sentó aún lado de ella para poder darle de comer su papilla, mientras que su esposo se sentó frente a su padre para que pudieran charlar, y las niñas ya habían empezado a comer desde el momento en que se sentaron; estaba un poco nerviosa por la noticia y reacción de su padre, pero estaba segura que al final todo saldría bien.

—Y dime Lynn, ¿Ya has pensado en postularte para cocinero? Tienes talento para ello. —Dijo el hombre de edad mayor mientras cortaba un trozo de bistec-.

—Lo eh pensado, pero no estoy del todo seguro como me iría, jeje. Con todos los pagos, la colegiatura de las niñas, el mantenimiento para la casa, y demás, no se si sería buena idea postularme para chef. —Dijo todo con algo de desilusión-. Además, si no lo consigo puede que pierda mi trabajo...

—Ya veo... —Albert entendió los motivos de Lynn para no postularse, y había muchos problemas si no lo conseguía— En todo caso, no lo haces no porque no puedas, si no porque te preocupa el futuro de tu familia. Y eso es lo que hace un hombre. —Dijo su cuñado con una pequeña sonrisa y dándole un trago a su cerveza-.

—¡Papá! Que te dije sobre tomar frente a las niñas?. —Dijo Rita mientras apuntaba con una cuchara el rostro del bebé-.

—Por favor, Rita, esas son tonterías!. —Dijo el hombre un poco molesto por lo que dijo Rita— No hay nada de malo con que me vean, y algún día lo probaran, y no podrás evitarlo. —Dijo mientras le daba otro sorbo a su cerveza, no era un borracho. Pero después de retirarse de la Marina, para Albert tomarse una cerveza era común y casi relajante.-

—Tu sabes como son de traviesas, y sobretodo Leni. —Dijo un poco más tranquila mientras limpiaba la comida que había por el rostro del bebé-.

Las niñas por su parte sólo observaron esa interacción entre su madre y abuelo, todas sabían que aún no podían tomar ese tipo de bebidas, aunque ya habían visto algunas en el supermercado, y algunas eran igual de llamativas que las latas de gaseosa, y este pensamiento lo compartían la únicamente dos niñas en la mesa.

Así continuo la cena con normalidad, charlas entre los adultos y entre las pequeñas por igual y por ocasiones charlas entre ellos que daba un ambiente muy agradable y típico en cenas familiares. La familia Loud era conocida en su calle y en algunas zonas de la ciudad que no eran una familia para nada tranquila y poco ruidosa, después de todo era un matrimonio de 5 niñas que por ser menores eran hiperactivas y muy pronto de 2 varones que muy posiblemente tampoco sean tranquilos, así que el hecho de tener una cena pacífica era una sorpresa notoria, sobretodo para los adultos.

Durante una de las conversaciones entre el matrimonio y el abuelo, Sr. Lynn noto como su hija más menor lo miraba fijamente y posteriormente miraba su bote de papilla de durazno, tenía hambre pero Rita por estar charlando se distrajo de darle de comer.

—¿Que pasa campeona? ¿Quieres que te de tu papilla?. —Dijo el hombre adulto adoptando un tono de voz chillón para hablarle a su hija. —Ven, te daré de comer.

Sr. Lynn tomo el bote de papilla junto con la cuchara de plástico y se acercó a la menor, tomo parte de ella con la cuchara y la acercó a la boca de la menor.

—Aquí viene el avioncito, miuuu! —Sr. Lynn acercó la papilla a la boca de la bebe quien ya esperaba su comida.-

Mientras Sr. Lynn ya le había dado el primer bocado de su papilla a su hija y se preparaba para darle el segundo, en el trayecto de este por accidente golpeó con la cuchara el labio inferior de la infante, y este parecía tener una reacción extraña con el golpe.

La piel del labio se volvió grisácea con un tono brillante, y aunque su labio se seguía moviendo como si no estuviera endurecido, Sr. Lynn sintió cómo si pasara la cuchara por una superficie sólida como el metal.

Rita justo en ese momento se volteó después de charlar con su padre y se percató del cambio en el labio de su hija, y rápidamente tomo a la pequeña en brazos para acomodarla en su silla, todo mientras Sr. Lynn miraba sin decir nada.

—¿Que sucede?. —Albert preguntó viendo la repentina acción de su hija sobre su hija, Lynn Jr.—

—Nada, papa, solo quería acomodar a Lynn en su silla. —Respondió Rita con suma tranquilidad.-

Albert no era tonto, y aunque no había visto que sucedió con su nieta en ese momento sabía que no era algo para la reacción que tuvo su hija, debido a que el propio Lynn parecía sorprendido por lo que sucedió.

Tendría que hablarlo con su hija después de la cena, después de todo se quedaría un tiempo en casa fuera del asilo, por su parte Sr. Lynn le dio la papilla y cuchara a su esposa para seguir comiendo.

Las hijas Loud no prestaron atención en lo más mínimo, estaban concentradas comiendo y hablando entre ellas

Luego de ese pequeño momento extraño para los dos hombres en la mesa, la cena transcurrió de lo más normal hasta el momento en que todos terminaron de comer y se dirigían a sus habitaciones a dormir.

—¡El abuelo nos había prometido que vería televisión con nosotras!. —Exclamó una pequeña niña rubia que se encontraba usando un pujaba de color verde menta.-

—Pero cielo, ya es hora de dormir para ti y para tus hermanas.

—No quiero ir a dormir! No tengo sueño!. —La pequeña se negaba a ir a dormir enfrente de su madre.-

—¿En serio? Porque yo veo que si tienes sueño. —Dijo con gracia viendo como los ojos de su hija estaban entreabiertos debido a que se estaba aguantando las ganas de dormir.-

—Eso es... mentira. —La niña aunque mintiera se encontraba cansada, y fue mas notable cuando un bostezo traicionero salio de su boca.-

La mujer veia con ternura como su segunda hija mayor intentaba aparentar seguir despierta; Su abuelo les habia prometido ver television con ella y sus hermanas despues de cenar, para esas horas todavia estaban pasando el programa favorito de las pequeñas. " ", Pero lo que no sabia la niña es que en esos momentos el abuelo Albert estaba como durmiendo como una roca durmiendo en la habitacion para invitados.

Aunque para ser honesto, el abuelo se iba a quedar dormido en algun momento del programa, asi que para evitar una jugarreta de parte de las niñas y por el bien de la espalda de su padre por dormir sentado en el sofa puede que haya sido la mejor opcion.

—Se que te gustaria pasar mas tiempo con el abuelo y ver su programa favorito, pero ya es tu hora de ir a dormir. —La mayor tomo en brazos a su hija que estaba haciendo el esfuerzo para todavia permanecer despierta, seguia de pie pero sus parpados ya estaban completamente cerrados pidiendole descansar.-

Rumbo hacia la habitacion de su hija, la mujer acomodo en su brazos a su hija como si fuera una recien nacida. Le daba cierta calidez ver a su hija dormir en sus brazos mientras la cargaba, no sabia si era por la nostalgia de recordarlas cuando apenas eran unas bebes o porque su sentido de madre, cualquiera que fuera la razon no le importaba lo mas minimo en esos momentos, sus hijos iban a ser siempre sus bebes sin importar como sean o que tan grandes esten.

Luego de arroparla le dio un beso en la frente deseandole buenas noches para luego ir rumbo a su habitacion, se encontraba exhausta habia tenido un dia un tanto ajetreado en el trabajo y solo queria ir a su cama y quedarse dormida hasta el siguiente día.

Y no parecia ser la unica cansada, ya que su marido ya se encontraba en su encontraba en su habitación desde hace un buen rato, y muy posiblemente ya se encontraba durmiendo.

Abrió la puerta del dormitorio que compartía con su esposo y pudo verlo ahí, acostado del lado que le correspondia en la cama tratando de conciliar el sueño mientras tenía una lámpara de mesa encendida a su costado. Rita se acercó a la cama y levantando la sabana de la que su esposo también estaba arropado se acostó con intención de comenzar a dormir en ese mismo instante, ni siquiera había cruzado palabra con su marido en ese momento ya que no tenían mucho de que hablar, todo lo habían hablado momentos después de la cena.

—Cariño, ¿estás despierta?.

Pero su esposo por lo visto su esposo no se encontraba del todo dormido, y todavía tenía algo que hablar con ella.

—Ehm... Si, que sucede?. —Pregunto la mujer rubia adulta mientras se acomodaba de su lado de la cama.—

—Verás... te quería preguntar sobre que ocurrió en la cena.

—¿Que pasó durante la cena?.

—Bueno, cuando intente darle de comer a Lynn Jr accidentalmente golpee un poco de su labio, pe-

—Ah, es sobre eso. —La mujer adulta no dejó terminar a su esposo cuando empezó a hablar ella, después de todo ya sabía de que hablaba.— No te preocupes no le hiciste daño a la bebe.

—Si, pero quiero saber que le ocurrió a MI hija. —El adulto se sentó en la cama exigiendo respuestas ante la mirada de su esposa.-

Dio un suspiro exhausto por las exigencias de su marido— Lynn, estoy exhausta. Con gusto te lo puedo explicar mañana a primera hora o en algún otro momento pero por ahora quiero dormir. —La mujer rubia se acomodó en su lado de la cama dándole la espalda a su marido.

El adulto no se encontraba muy conforme con la respuesta de su mujer, y a pesar de recién oírla decir que estaba exhausta quería tener una respuesta concreta.

—¿Enserio, Rita? No piensas explicarme de lo que ocurrió con Lynn Jr ahí abajo? —Estaba dispuesto a saberlo, y su esposa refunfuñaba en silencio.-

—Lynn, ya te dije que estoy exhausta y que te podré explicar mañana... —Dijo la mujer con suma paciencia mientras volteaba y veía a su esposo.— Mañana tengo una entrevista de trabajo en una clínica del Doctor Feinstein y es importante.

—Oh, ¿es importante ahora? —Dijo con un claro tono de molestia en su voz.— No es por ser exagerado ni nada, pero pienso que no confias en mi como padre.

—Cariño, esa es ridiculo, claro que confio en ti. —La mujer se sento encima de la cama y volteo a ver a su esposo para confrontarlo.- Lo que ocurrio con Lynn Jr no es nada, solo quise darle de comer.

—Oh, ¿Enserio?. —Era obvio que no se tragaria esa mentira, no era tan estupido.—

—Si Lynn, no es nada. —La mujer se estaba irritando, no le gustaba pelearse por cosas innecesarias y menos cuando estan apunto de dormir.- En todo caso, si hubiera algo mal con Lynn ya nos hubieramos dado cuenta hace tiempo.

Lynn a pesar de los argumentos de su esposa seguia molesto, y su pelea hubiera seguido y seguido de no ser porque el celular de Rita empezo a sonar. Era una llamada del hospital donde habian dado a Luz a Lincoln y a Laurence, e interrumpiendo la proxima oracion de su marido tomo el celular de la mesita de noche y atendio la llamada.

—Hola buenas noches. Si, habla con la Sra. Loud. —La mujer cambio su tono de voz irritado por uno mas neutro y sereno.- Aja, ¿Sucedio algo con mis hijos?...

Lynn por su parte solo se mantuvo en silencio mientras veia como su esposa hablaba por telefono, aun un poco molesto por su reciente pelea pensaba en lo ocurrido con Lynn Jr y del porque su esposa le estaria ocultando algo con respecto a su hija.

No dudaba de Rita, ella era una excelente madre y esposa. Pero siempre se vio reservada con las actividades que hacia ella con su hija mas pequeña, desde que nacio tuvo algunas visitas al medico con ella para hacerle unos chequeos medicos. El se ofrecia a llevarla para que su esposa pudiera tener tiempo libre para buscar un empleo pero siempre rechazaba las ofertas argumentando que el estaria mas ocupado con su trabajo y ella podria llevarla.

Eso lo convencio durante ese tiempo, pero actualmente estaba sospechando del porque su esposa hacia todo eso...

*Suspiro* —La mujer de cabellos rubios volteó a ver a su marido, sus ojos reflejaban cansancio.- Eran los del hospital, me hablaron sobre los niños..

—¿Ocurrió algo con ellos?. —Su tono de voz cambio, sonaba más estoico que antes.-

—Dijeron que tenían algo que explicarnos, pero les dije que iríamos hasta en la mañana porq-

—Yo iré. —Dijo sin más el hombre castaño quien se levantó de la cama y se colocaba sus zapatos para ir al hospita, todo ante la mirada confusa de su mujer.-

—Pero, no que tenías trabajo mañana? —La rubia cuestionó la accion repentina de su esposo de ir en ese momento al hospital a altas horas de la noche.-

—Solo será por ver lo que tiene el doctor para decirnos, no creo que se tarde mucho. —Su esposo terminó de colocarse un chaleco para ir un poco más formal y no revelar que seguía en pijamas.— Además, ya tenemos algo de experiencia de no dormir por las noches, ¿No es así, querida?.

Rita no pudo contener una pequeña risa al igual que su marido, los tiempos de recién nacidos de sus otras hijas los pusieron aprueba y tuvieron que sacrificar algunas horas de sueño para tener algo de orden entre sus pequeñas, y pensar que pronto lideran con más de eso con los gemelos en camino...

El castaño se despidió de su esposa para que pudiera continuar durmiendo y el tono la van familiar y fue con rumbo al hospital a ver porque el doctor los notificó tan tarde sobre sus hijos ese día, solo esperaba que no fuera una pérdida de tiempo...

Solo esperaba que no fuera una pérdida de tiempo...

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Llegado al hospital, el Sr. Lynn fue a recepción para preguntar por el médico encargado sobre sus hijos, la recepcionista le indico que se encontraba en el ala de [ ], y que no tardaría mucho en encontrarlo al ser de los únicos médicos que se encontraban de turno en esa ala.

Dirigiéndose a la ala de [ ] el castaño pudo ver a los recién nacidos en las incubadoras descansando plácidamente, ese escenario le trajo recuerdos sobre sus hijas cuando las vio por primera vez siendo recién nacidas. ¡Eran adorables! Todas lucían hermosas tal y como nacieron, eran su mayor y más grandes orgullo lastima que no pueda decir lo mismo de sus hijos varones...

El Sr. Loud que se quedó distraído viendo a los bebés en las incubadoras no se percató de la llegada del doctor a su costado, quien tuvo que golpear con su dedo índice su hombro para llamarle la atención.

—¿Hola? ¿Sr. Loud?. —Dijo el médico llamándole la atención al castaño que pudo volver en si.-

El adulto un poco sobresaltado, se volteo y apenado se disculpó por su distracción, el médico dejó pasar esto último e inició una pequeña caminata con el adulto mientras le explicaba el motivo de su llamada

—Dígame, doctor. ¿Mis hijos están bien? —Pregunto con aparente preocupación, pero se le notaba cierta indiferencia.-

—Por suerte no, la cirugía para separar sus labios no tuvo ningun inconveniente —Dijo el médico con tranquilidad mientras pasaba por los consultorios de sus compañeros de trabajo.- Fue un éxito, solo les quedara cicatriz pero no es nada que una crema anti cicatrizante no ayude.

El castaño soltó un suspiro de alivio. Sus hijos sólo tendrían una estupida cicatriz en sus labios, nada de que preocuparse.

—Pe-Pero vera, Sr. Loud... —El medico carraspeo en su oracion.- Sus hijos no estan completamente... "sanos" por decirlo así.

La tranquilidad le duro poco, se detuvo junto al doctor de su caminata y lo vio a los ojos no hizo falta decir una palabra para que el medico comprendiera su preocupacion y renaudara su platica.

—Ve-Vera, sus hijos se encuentran bien y no han presentado más problemas. —Se acomodo el cuello de la gabardina.- Sin embargo... sus hijos están, quiero decir-...mejor mire por su cuenta.

El doctor sacó una carpeta de su uniforme, y la pasó al padre que se encontraba más confundido que asustado, ¿que tenían sus hijos que al médico le asustaba tanto explicar? Leyendo entre las cientos y cientos de líneas y radiografías que había en esos papeles quedó definitivamente más confundido que antes.

La carpeta contenía explicaba todo el seguimiento médico de sus hijos desde su nacimiento hasta la actualidad, todo lucia normal, hasta que en las últimas páginas leyendo se sorprendió y asustó con lo que decía... su susto pasó a confusión, y de confusión a enojo para luego encarar al doctor.

—¿Que es todo esto doctor? —Su semblante de enojo se puso frente a los nervios del doctor que trataba de explicarle al padre- ¿Falla celular? ¿Nitroglicerina en sus glandulas? ¡¿que demonios tienen mis hijos?!

—Sr.Loud, hicimos analisis con lo que pudimos de sus cuerpos y junto a las radiografias llegamos a ese resultado, y... No tenemos un diagnostico exac-

—¡¿Y NO PUDIERON HACER MAS ANALISIS?! ¡Esto es ridiculo! —El castaño olvido las altas horas que eran y que estaba en un hospital, por lo que la mirada curiosa de las enfermeras no se hizo de esperar.-

—Sr.Loud, le pido por favor que se tranquilice...

—¡UNO DE MIS HIJOS TIENE GASOLINA EN EL INTERIOR DE SU CUERPO! ¡Maldita gasolina! ¿Y quiere que me tranquilice! —Su enojo era mas grande que sus ganas de tranquilizarse, y de seguir asi el doctor no tendria de otra que llamar a seguridad.- ¡Son mis hijos!

—Mire, Sr.Loud, sere completamente honesto con usted ¡No tenemos idea de los problemas de salud de sus hijos, ni su origen o tan siquiera como surgieron!

Tomando una bocanada de aire el medico recupero su postura despues de perder los estribos, se restrego su sien con sus dedos en su ya algo canoso y duro rostro; alzo su vista al castaño quien ya se veia algo mas calmado despues de las palabras dichas por el mismo, pero todavia se notaba su enojo, queria respuestas sobre sus hijos.

—El caso de sus hijos es uno muy curioso por no decir fuera de lo normal, sus hijos son saludables y se desarrollaron bien a pesar de ser siameses sin contar que nacieron antes de lo previsto. —Lynn asintio por lo dicho por el medico- Pero, tal parece Sr. Loud, que sus hijos tienen mal formaciones internas que... extrañamente no los afectan en lo absoluto.

—¿Que? —Dijo confundido.-

—Como podra ver en la carpeta los niveles de nitroglicerina en las glandulas del gemelo mayor se encuentran en igual cantidad que el resto de hormonas o liquidos. Sospechamos que la nitroglicerina se origino en su sistema endocrino que luego, se mezclo con sus hormonas llegando a su torente sanguineo. —El castaño escuchaba asustado lo que el doctor decia, su hijo tenia gasolina en su sangre y de milagro seguia vivo.- Mientras que con el gemelo menor ocurre algo muy curioso...

¿Que podria seguir despues de eso? Literalmente acaba de escuchar algo imposible de creer como maldita gasolina en el cuerpo de su hijo. ¿Que seria peor que eso? ¿Cancer?

—El gemelo menor un muy extraño y severo daño en sus celulas que... —El doctor pudo ver como el castaño casi se dejo caer encima de el, de no ser porque el medico lo agarro a tiempo y detuvo su desmayo- ¡Señor Loud!

—Digame... Doctor, no es cancer, ¿verdad? —Pregunto mientras recuperaba el equilibrio-.

—¡Para nada, Señor Loud2 Su hijo no tiene celulas cancerígenas detectadas. De hecho, esto es mas aterrador que una celula cancerigena no detectada. —El adulto respiro aliviado, hasta que escucho por completo al doctor y volvio su vista a el.— Las celulas de su cuerpo parecen estar muriendo a un ritmo constante, pero estas parecen multiplicarse antes de morir y asi parecen "revivir".

Eso confundio aun mas al adulto a lo que el medico no parecio extrañado por este hecho, arrebato la carpeta del castaño y paso pagina tras pagina hasta encontrar una que explicaba mejor lo que quiso decir; una sola celula se dividia en otras dos y que a su vez se volvian a multiplicar en dos, pero las primeras celulas se desvanecian de su cuerpo y eso tambien con el resto de ellas, y todo esto a un ritmo acelerado.

El castaño mientras veia dicha carpeta no pudo evitar sentir nauseas con todo lo que le habian dicho; tomando asiento y cabizbajo intentaba procesar todo lo dicho hace tan solo unos minutos... El medico a su lado lo comprendia, el tambien se preocupo por la seguridad de los niños cuando vio tantas inconcistencias en su anatomia y no seria facil para nadie procesar dicha informacion sin preocuparse de un peligro futuro.

—Señor Loud, entiendo que debe ser dificil para usted pero debe ser fuerte. No solo para usted, su esposa, o el resto de su familia. Sino por ellos, porque de no ser usted ¿Quien los apoyara en su crecimiento y aprendiendo a vivir como son?. —El medico trato de subirle los animos, pocas veces se habia abierto asi con un paciente y puede que sea porque lo habia visto muy seguido en ese hospital por los temas de parto.-

—Doctor... —El hombre castaño se levanto de su asiento- Me puede llevar a ver a mis hijos?. —El doctor se sintio aliviado, sus palabras habian hecho cambiar de parecer cualquier pensamiento negativo de la mente del hombre.-

________________________

Viendo tras el vidrio una enfermera con el cabello recogido en un moño colocaba con delicadeza a un bebé envuelto en una manta azul marina, a costado de dicho bebé, su gemelo se acurrucaba en su propia manta mientras se tomaba un descanso con la compañía de su hermano. Una escena verdaderamente hermosa e entrañable, y todo a la vista del médico y padre que veían a ambos infantes con intriga.

Ambos tenían su motivo para tener intriga: El doctor aún después de tener meses de análisis seguía sin creerse lo que había descubierto; saber más era más que un deseo para el... pero no quería poner riesgo en la vida de los bebés, los análisis más complejos causarían problemas en los infantes a futuro inclusive, temía porque dichos bebés fueran descubiertos por alguien ajeno al hospital. ¡Sus cualidades físicas eran sorprendentes! Creer que desconocidos no sentirían más interés por ellos era una estupidez.

Pero con el castaño era una historia diferente, ver a sus hijos dormir uno junto al otro le parecía lo más adorable del mundo y le recordaba bonitos recuerdos de sus demás hijas... pero, era innegable su sentimiento de miedo y casi repudio por todo lo que escuchó hasta ahora de sus hijos: Literalmente le dijeron 3 veces seguidas que sus hijos salieron deformes, pero saludables. Imposible no pensar en ello, y más del cómo explicárselo a su esposa ya tenían suficientes problemas con una de sus hijas y... ahora esto.

La puerta cerrándose a su costado hizo que dejara de pensar y se fijara como el doctor parecía despedirse de la enfermera... ¿Fue grosero no despedirse? Lo único que tenia a su favor era que estaba tan desconcentrado que no se fijó si le dirigieron la palabra o no; a seguidas del doctor Lynn entro en la habitación junto a los bebés, todos los infantes estaban dormidos así que no tendría que preocuparse por hacer mucho ruido, dirigiéndose y buscando la cuna de sus hijos por fin dio con ella. "Loud", era lo que tenía escrito enfrente de las pequeñas rejas de la cuna, y ahí pudo identificar que eran ellos después de verlos por la ventana y verlos más de cerca fue algo que sin duda recordaría...

Ambos tenían el cabello albino; uno se notaba que tenía el cabello más rizado que su gemelo, quien lo tenía más peinado a un costado; el peso de ambos era casi idéntico al igual que su estatura, no pudo ver sus ojos ya que se encontraban dormidos. Pero como no, también noto la cicatriz en sus labios.

El mayor tenía su cicatriz ubicada en la parte superior, mientras que el menor lo tenía en el inferior; no entendía el porqué de su odio hacia ellos por una tontería, desprendían paz y tranquilidad solo verlos dormir plácidamente, cualquiera diría que son la cosa más tierna y adorable que hayan visto en su vida porque lo eran, eran adorables. Son adorables, son adorables, son adorables, son adorables...

El ya canoso médico se quedó extrañado viendo como el Sr. Loud miraba fijamente a través del cristal con un rostro de aflicción, entendía que estuviera preocupado por el estado de sus hijos y que temiera si algo les sucedía, pero su rostro lo confundió bastante... Luego de que volviera en si pasaron a dentro de la habitación y se acercaron a la cuna en donde descansaban los gemelos ambos ya se encontraban durmiendo abrazándose uno al otro; suspirando por la falta de sueño, el médico se volteó al castaño

—Entonces Sr. Loud, como dije, sus hijos ya pueden salir del hospital, hicimos algunos exámenes más y estamos seguros que sus hijos ya pueden vivir con usted. —Dijo el médico quitándose sus lentes un momento y limpiarse los ojos.- Pero si gusta puede pasar mañana en el día, entiendo si se encuentra cansado y sobretodo porque mañana es Lunes...

El médico suspiró, Lunes de era el día favorito de muchos y eso era una verdad tanto para niños y adultos, por lo que entendía si el adulto prefería dormir unas pocas horas más... Porque desgraciadamente el también tendría pocas horas de sueño. Aunque, para ser honesto con el mismo sentía un mal presentimiento del castaño desde que le dio la noticia; no dudaba que algo malo estuviera cruzando por la mente del adulto

—¡No! no es ningún problema doctor. ¿Sabe? creo que sería más complicado si lo hiciese mañana debido a mi horario, y mi esposa tampoco podría ya que mañana es su primer día de trabajo. —El castaño recordaba lo dicho por su esposa, si conseguía el trabajo esa sería una gran ayuda en la casa.- Lo único que me preocupa saber es, ¿donde podrían dormir los niños? Las cunas que mi esposa compró se encuentran en la cochera y no quiero entrar haciendo un escándalo Jejeje..

-El médico entre risas respondió— En ese caso no hay ningún problema Sr. Loud; le recomendaría que esa noche durmiesen con usted y su esposa y en la mañana arreglen lo de las cunas. —Dijo mientras la enfermera de antes volvió a entrar a la sala para entregarle sus bebés al castaño.-

—Oh, y otra pregunta doc

—¿Si? —Pregunto mientras ya los bebés se encontraban en manos del castaño.-

—La manta... les da suficiente calor? Digo, las noches siempre son frías. —Dijo con tranquilidad.-

—Ehmm... Diría que si, las mandan si les dan suficiente calor si están en el lugar adecuado. —Dijo asintiendo con su cabeza al castaño quien solo abrió sus ojos de sorpresa.-

Toda su pequeña plática se llevó a cabo mientras caminaban hacia la salida del hospital. Ya a centímetros de la puerta fue detenido por el doctor, quien lo observaba con un rostro más serio

—¿Ocurre algo, Doctor? —Dijo con cierto nervio al ver el rostro del médico.-

—Sr. Loud, aunque el tema no sea del todo su agrado es solo para decirle que, en dado caso sus hijos presentan alguna anomalía o problema debido a sus... "defectos" puede pasar por el hospital y aquí lo atenderemos. —Dijo dándole una sonrisa en su última frase que no duró mucho debido al rostro extrañado del castaño.-

—Ah... claro doc! No se preocupe por eso, lo tendré en cuenta. —Dijo nervioso por ese cambio repentino.- De todas formas, tenga una feliz noche!

Dijo mientras se despedía del médico como de la enfermera y tomando rumbo a su auto quien era identificable ante la casi vacía zona de aparcamiento, todo esto ante la mirada de los dos miembros del sistema de salud quienes por fin lo vieron partir.

—Oiga doctor.

—Si, Ángela?

—Que piensa del Sr. Loud? Parecía un buen sujeto. —Dijo con una expresión tranquila viendo como el médico se iba a su despacho.-

—Para ser honestos, Ángela. —Abrió la puerta de su despacho para poder dormir un rato.- No confío en ese sujeto.

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La carretera se encontraba muy tranquila a esas horas, gente yendo a sus trabajos, abriendo sus negocios o solo dando un paseo en el bonito amanecer de ese día. Debía admitir que el ambiente le agradaba cuanto menos, tanto así que se relajó de tener que ir a su trabajo tan temprano solo por la vista; volteando y viendo en el asiento de bebés de la camioneta a ambos albinos todavía durmiendo lo hizo cambiar de cara, no sabía que hacer con ellos.

Se armó de valor en el hospital por las palabras dichas del doctor, pero ahora que los tenía en su auto y a no más de unas horas de su casa se retractaba. "¡Carajo! Ya fui padre 5 veces, ¿porque le temo tanto a mis hijos recién nacidos.?" Se repetía en su cabeza tratando de buscar respuesta a eso, pero no llevaba a nada. ¿La cicatriz? A medias, ¿Que fueran albinos y con ojos extraños? Lo entendía, no todos los hijos nacen con las mismas características de sus padres, ¿Que nacieron dándose un beso?

Sr. Lynn frunció el ceño y cerró los ojos ante esa idea. Si, tal vez si era por eso, pero eran solo unos bebés ni siquiera saben cómo hablar y ya sabrán sobre amar... aunque de hecho si saben amar sin tener que hablar, nada parecía convencer a Sr. Lynn de sus pensamientos; estar parado en una luz de tránsito era algo favorable dentro de lo posible pudo pensar sin preocuparse de chocar, siguió su camino cuando vio a los demás autos avanzaron justo cuando la luz roja desapareció.

Pero en cuanto Lynn miró por un segundo la ventana que daba con su asiento lo pudo ver: Dos puntos rojos yendo hacia el...

No hubo reacción a tiempo.

Ante la vista de los pocos transeúntes y conductores de la calle en ese momento, vieron como de la nada una fuerza invisible chocó contra la van y esta se elevaba por los aires ante el impacto; la alarma de los autos que frenaron de manera abrupta fueron la acompañante ruidosa de el desastre, transeúntes que estuvieron presentes no tardaron en acercarse a ver el desastre así como los propios conductores.

De un pestañeo a otro la van se encontraba volcada de costado en una carretera que se veía tan rota como el vehículo en que se encontraban el adulto junto con sus hijos, de un pestañeo a otro su viaje tranquilo terminó en tragedia o eso se pensaría, hasta que de entre los escombros saldría a rastras un castaño severamente herido; volteó malherido a todos lados en busca de ayuda así como vio el estado de la van, la cual no tenía otra definición que no fuera la de: Completamente destrozada.

Pero eso lo de menos, volteo otra vez su cuerpo en busca de sus hijos y no logró verlos en el interior del auto o a las cercanías. Pero antes que el pánico se apoderara de su cuerpo... una sensación fría fue la que tomó su lugar, un escalofrío que recorrió todo su cuerpo llenándolo de un frío sin explicación; del otro lado del auto un hombre de cabellos rubios que eran cubiertos por un sombrero de cuero, así como una bata de laboratorio cubría su cuerpo sostenía en ambos brazos a ambos bebés con una sonrisa en su rostro.

Dicho hombre noto como el Loud lo miraba y bajando su mirada vio a los bebés que lloraban sin control en sus brazos.

—¡Oh! Vaya, son tuyos? —Dijo mientras se acercaba a Lynn con sus bebés en manos.-

Pero el castaño no respondió, no estaba shock, solo no respondió a la pregunta del hombre quien retrocedía todavía muy sonriente con los bebés en brazos.

—Ya veo... Entonces no habrá ningún problema si me los llevo. ¿No es así? —Dijo de forma burlesca agachándose al nivel de Lynn quien seguía sin responder.- Vamos amigo, responde rápido, el tiempo corre!

Dijo mientras el sonido de los autos ahogaba los gritos de los bebés quienes ya lloraban, Lynn no respondía y solo veía con una mirada de sorpresa al rubio, quien esperaba una respuesta del adulto quien todavía no procesaba lo sucedido. ¿Quien era ese sujeto y porque tenía a sus hijos? Y porque se veía tan tranquilo esperando a que contestara? ¡La policia vendría en cualquier momento!

—Veo que te decidiste. —Dijo mientras le daba la espalda y comenzó a alejarse-. Esperaba más de ti, pero no me quejo. Tus creaciones ahora son mias

Lynn no pudo aguantar más, se desmayó por la pérdida de sangre mientras veía como ese sujeto se iba caminando con los pequeños. Lo último que vio fue como de ese sujeto desprendieron partículas eléctricas de tonalidad rojiza, que eran lo único notable de la cortina de humo en la que desapareció.

Los transeúntes no se percataron de nada, la nube de humo era tan densa que apenas y veían los vehículos, pero una figura humana se logró presenciar a duras penas de entre la neblina y se notaban dos bultos en sus brazos que lloraban.

—Vaya, está vez si que metí la pata. —Dijo con molestia caminando entre la neblina y bajo su mirada hacia los bebés, una sonrisa de dientes adorno su rostro.- No se preocupen niños... —Unas partículas que pasaron a rayos cubrieron su cuerpo mientras cargaba a los niños.- Para ustedes serán unos años, pero para mi serán unos minutos...


La gente vio como aquella figura desapareció pero en cambio, vieron como el suelo explotó dejando la carretera destrozada de la nada. La neblina se disipó en un punto que parecía seguir un linea profunda en la carretera que pareció ser el rastro de la figura.

Que así como vino, se fue.

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Hola, si me mame con el tiempo, no?xd

Lamento su tarde mucho en volver con la historia, pero ya está aquí lista para su regreso .<.

Ahora si como dicen: "Pelense, descubrieron el Fraude Fiscal."

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