Capítulo VI: El gran amor de Sakura.
Declaimer: Los personajes de Naruto NO son míos, pertenecen a Kshimoto, yo solo los uso para crear esta historia, sin fines de lucro, con el único objetivo de hacer pasar un buen momento al lector.
—La próxima vez, no debes dudar— la voz de Sasuke la trajo de vuelta a la realidad. El Uchiha llevaba su mano derecha en su costado, el cual ya había sanado gracias a sus dotes y ahora solamente estaba vendado.
—Lo siento Sasuke-kun, pensé que ya no había caballeros en la Luna— la Haruno le respondió un poco temerosa, no quería que su compañero la culpara por su herida. Aunque, tal vez si lo era.
—Todos lo pensábamos, es por eso que nos enviaron a nosotros para comprobarlo.
—¿Qué piensas?, ¿Será otra guerra como la que nos contó Madara-san?
—No lo creo, Inoichi-sama ha asesinado a su hermana y toda su familia— la forma de hablar de Sasuke nunca dejaría de sorprender a Sakura, antes solía creer que él no tenía sentimientos —Sin sus dioses, los caballeros de la Luna no tienen suficiente fuerza. No puden iniciar una guerra en este momento.
—¿Y qué hay del futuro?
—El futuro es incierto.
—Lamento que hayas sido herido por mí culpa— Sakura lo observó de reojo, no comprendía del todo el motivo por el que Sasuke se interpuso entre el ataque de Tobirama, que obviamente iba dirigido hacia ella.
Sasuke, por el contrario, no quería aceptar que la considera como un miembro valioso del equipo. Decirlo sería retirar las palabras que hace muchos años le dijo, y eso golpearía su orgullo. Sasuke Uchiha jamás se retracta.
—Si decía en el reporte de misión que fuiste herida, seguramente Shisui me reprendería.
Ante la mención de su general, Sakura no pudo evitar sonrojarse. Estaba enamorada de Shisui desde que tenía catorce años, y hasta el momento no tenía la valentía para confesarle sus sentimientos. Podría enfrentar a cualquier adversario en nombre de su dios y con el objetivo de proteger a la familia real, pero no podía decirle te amo a la persona que creyó en ella y la ayudó en todo su camino como guerrera. Además, la reputación que tenía Shisui de no aceptar a ninguna doncella le daba menos confianza. Si el general no aceptaba a las mujeres lindas de la casa de doncellas, ¿Qué le esperaba a ella?, Sakura Haruno no sentía que fuera lo suficientemente bonita para atraer tan siquiera un poco su atención.
—Debes decirle.
—¿Qué?
—A Shisui, debes decirle lo que sientes antes de que alguien más lo haga y pierdas tu oportunidad— Sasuke sonrió de lado, su amiga era tan lenta, que la única manera de hacer que se confesara era usando los celos como arma a su favor.
—¿Crees que tengo oportunidad?
—La tendrás si le dices a Shisui antes que la otra doncella.
—¿Cuál doncella?— la pregunta de Sakura delató su molestia.
—Es una mujer muy linda, al menos eso dice mi familia— el Uchiha tomó el pergamino que contenía el reporte de la misión y se lo entregó —Según ellos, Shisui no podrá rechazar a una mujer así.
—¡Yo daré el informe de misión!— exclamó ella al terminar de escuchar a Sasuke, ni siquiera esperó por una confirmación de parte del azabache.
Sasuke comenzó a reír discretamente, gracias a su pequeña mentira se había librado de dar un informe de misión fallida.
En el territorio de los guerreros del Sol, la luz parecía brillar con más intensidad que en otras partes de aquella gran estrella. Madara Uchiha solía decir que se debía al gran valor del grupo, a la gran fuerza que poseían cada uno de sus familiares. Y ahora la adolescente de dieciséis años también. Sakura Haruno.
Integrar a Sakura con la familia Uchiha no fue tan sencillo para Shisui, al principio los integrantes del grupo no aceptaban que alguien ajeno a los Uchiha se les uniera. Sakura debió demostrar por si misma que era una mujer valiosa, no solamente una niña que en su momento fue la favorita de Tsunade Senju. Debía hacerles ver que tenía la misma capacidad que todos y cada uno de ellos.
Le tomó algunos años lograrlo, pero con el tiempo, los Uchiha notaron que Sakura Haruno podía llegar a estar a su altura. Después de todo, ella fue entrenada por la propia Tsunade, su diosa.
—¡General Shisui!— el Uchiha dejó los papeles que leía sobre su escritorio para descubrir el origen de aquel grito. La cabellera rosa que entró en su oficina como un relámpago le dió la respuesta.
—¿Sakura?
—Buen día, Sakura Haruno reportándose— ella inclinó su espalda con el objetivo de hacer una reverencia, Shisui la observó curioso.
—¿Y Sasuke?, Pensé que llegaría contigo.
—Bueno, yo— la chica rascó su mejilla, mirando cualquier punto de la habitación excepto a su general —Quise dar el informe, Sasuke-kun irá a la enfermería.
—¿A la enfermería?— el Uchiha se levantó de su asiento, su exaltación demostraba la preocupación que sentía por su primo menor —¿Qué ha sucedido?, ¿Se encontraron con Toneri o Hashirama?
—Sasuke-kun está bien, no debe preocuparse. Yo me encargue de curarlo— Shisui respiró con tranquilidad al escucharla, que la salud de Sasuke fuera buena le quitaba un gran peso de encima —Y no nos encontramos con ellos, fue con Tobirama Senju.
—Ese sujeto nos odia— una sonrisa se dibujó en sus labios, de sólo recordar como el hermano menor de Hashirama Senju había jurado en tantas ocasiones terminar con todos los Uchiha.
—General Shisui— lo llamó suavemente luego de verlo reír por su propio comentario. Algo que sin duda le encantaba de Shisui Uchiha era su risa, parecía tan tranquilo cuando reía, como si no importara todo lo que sucedía a su alrededor.
—¿Qué sucede?, ¿Algo te inquieta?
—Es lo que dijo Tobirama Senju, él dijo que nosostros asesinamos al hijo menor de Kaguya Ōtsutsuki y a su familia— si Shisui se asombró por sus palabras, no lo demostró —Ustedes no lo hicieron, ¿Verdad?
—Lamento si la verdad te decepciona, era una orden de Inoichi-sama— el Uchiha tomó asiento de nuevo, atentar contra la vida de la familia de dioses de la Luna era algo de lo que no estaba orgulloso —No podía negarme a una orden de nuestro dios.
—Pero, si lo asesinaron— Sakura guardó silencio por unos segundos, pensando con cuidado cuales serían sus siguientes palabras —¿Qué sucedió con la hija de Tsunade-sama?, Ella estaba con su padre.
—Sakura...
—Por favor— le suplicó con la mirada, no podría soportar el saber que sus ídolos habían asesinado a la hija de su diosa —Dime que no asesinaron a la hija de Tsunade-sama.
Al ver el dolor reflejado en sus hermosos ojos jade, Shisui entendió que no serviría de nada mentirle —Si te lo digo, debes entender que tu vida corre peligro.
—¿Por qué?
—Desobedecí a Inoichi-sama de alguna manera, la misión no se completó aquella noche.
—¿A qué te refieres?
—El lazo que nos une a mi hermano y a mí con Tsunade-sama nos impidió hacerle daño a su hija— Shisui desvió su visita a un costado, ahora Sakura era la tercera persona en saber que había grandes posibilidades de que la pequeña de Tsunade siguiera con vida —Le ordené a Obito que llevara a la niña a un lugar seguro, lejos del incendio que consumió la casa donde murió su padre y la esposa de este. Tú y Sasuke eran más chicos cuando eso sucedió, aún no ingresaban al grupo y por ese motivo no fueron enviados a esa misión.
—La hija de Tsunade-sama— se sintió realmente aliviada al escuchar la historia de Shisui, él no fué capaz de asesinar a una niña inocente. Desobedeció a su dios con tal de defender lo que consideraba correcto. Era por eso que admiraba a Shisui Uchiha, era por eso que lo amaba tanto —¿Ella sigue con vida?
—Es probable.
—¿Cómo es?, ¿Se parece a Tsunade-sama e Ino-sama?
—Nació con el cabello rubio de su madre, pero con la piel pálida de su padre. También tiene un par de lindos ojos perla— Shisui sonrió al recordar a la niña que cargó en brazos el día de su nacimiento —Es una niña muy linda, seguramente crecerá siendo tan hermosa como lo era Tsunade-sama.
—Tsunade-sama siempre fue de belleza única— Sakura le concedió la razón, le agradaba la idea de imaginar a la hermana menor de Ino siendo parecida a su madre.
—Debes guardar el secreto, Sakura.
—Lo haré general— respondió ella sin dudar en ningún momento.
—Si gustas puedes retirarte, leeré tu informe después— le dijo de manera educada. Sakura sabía que la corría de su oficina de forma cortés porque la notaba agotada.
—Espera, hay algo que quiero decirte antes de irme— él asintió, haciéndole saber con ese gesto que la escuchaba —Algo que debo decirle a Shisui Uchiha, no a mi general.
—Dime.
Sakura apretó sus manos a sus costados, respiró profundamente antes de confesar lo que tanto quería decir. No pensaba permitir que una doncella de cara bonita le quitara al amor de su vida.
—¡Me gustas Shisui-kun!
Él no ocultó su asombro por sus palabras en está ocasión, de inmediato se incorporó y rodeó su escritorio para llegar con ella. Sakura esperaba con los ojos cerrados su respuesta, abrió sus orbes jade al sentir sus manos en sus hombros.
—Tú también me gustas.
—¿De verdad?
Él asintió —Esperaba decírtelo cuando encontrará una gema de compromiso perfecta para ti.
—¿Quieres pedirme compromiso?
—Sí, al menos después de que cumplas dieciocho años.
—Oh, Shisui-kun— Sakura se mordió el labio inferior, tratando de no llorar. Descubrir que era correspondida le daba una dicha enorme. Estaba segura que sería capaz de darle una vuelta al Sol gracias a todo ese entusiasmo que recorría su cuerpo.
Shisui tocó su boca con suavidad en sus movimientos, con un dedo delineó el borde de sus labios. Había soñado tanto ese momento, el día en que podría tocar su boca y dibujar el sendero que seguirán sus propios labios cuando reemplazara sus dedos. Deseaba poder terminar con esos centímetros que los separaban, anhelaba unir sus labios en una danza sin fin que terminaría solamente al ser incapaces de esperar un segundo más sin aire.
Sakura lo observaba, casa vez más cerca, cada vez abriendo más sus ojos al ver que Shisui se acercaba a ella con seguridad. Sus bocas se encuentran, moviéndose con timidez por parte de ella y con experiencia por parte de él. La lengua de su superior pasea por sus dientes, pidiendo una invitación silenciosa a entrar en ella para jugar en un dulce y exitante toque. Sakura respira confundida, sus manos buscan su cabello para atrapar entre sus dedos sus rizos elegantes, desde que era pequeña había tenido curiosidad por tocar el sedoso cabello de Shisui.
El contacto se detiene, pero el calor en sus cuerpos no lo hace. Al contrario, crece hasta el punto en que Sakura comprende que no tendrá suficiente con sólo unos besos de Shisui.
—Eres tan linda— la Haruno sintió el aliento fresco de Shisui sobre sus labios, sus piernas temblaron dándole un segundo aviso.
—Shisui-kun, quiero estar contigo.
—No me gustaría que nuestro primer encuentro fuera en un lugar como este— le respondió Shisui sin apartar su mirada de ella.
—No me importa el lugar, mientras sea contigo todo es perfecto para mi.
—¿Estás completamente segura?— Sakura afirmó moviendo su cabeza de arriba hacia abajo —Quiero que comprendas que no te estoy pidiendo que lo hagamos ahora.
—Shisui-kun— Sakura acarició su mejilla —Quiero estar contigo— le repitió demostrando la misma seguridad de antes.
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Hinata regresó a su hogar por la mañana, después de una conversación con Shikamaru, comprendió que su forma de actuar con Sakura no fue correcta. Claro que a su novio no le dió los verdaderos detalles de su discusión. Lo primero que quiso hacer al llegar a la mansión es ir a buscar a su amiga, algo que no hizo falta, Sakura ya la esperaba en la entrada. Lejos de cualquier mirada curiosa.
Para Sakura ver a su amiga de nuevo era algo diferente, ahora sabía el origen de Hinata, pero no estaba completamente segura de que fuera buena idea decirle. Por un lado, Hinata merecía saber la verdad sobre su verdadera madre, y por el otro, tenía miedo de que Toneri la utilizará para sus propios fines. Según lo que Madara Uchiha solía contarles, los caballeros de la luna buscaban cualquier oportunidad para vengarse de Inoichi por la muerte de sus dioses. Sakura no quería que una guerra comenzara. No le gustaría tener que luchar en contra de la hija de su diosa, de su amiga a quien comenzaba a tomarle mucho cariño. Sentimientos que recién comprendía no eran amorosos.
—¡Sakura-san!— la guerrera se sorprendió al sentir los brazos de Hinata sobre ella, rodeándola en un afectuoso abrazo que no terminó hasta que Hinata decidió limpiar sus lágrimas.
—Hinata, de verdad lo siento.
La ojiperla negó rápidamente —No es tu culpa Sakura-san, yo no debí actuar de esa forma— Hinata bajó la mirada, le avergonzaba demasiado su anterior comportamiento hacia su amiga —Fuí a casa de Shikamaru-kun, estuvimos hablando y me hizo entrar en razón.
—No comprendo.
—No quise darte una bofetada, tampoco decirte esas cosas. Estaba lastimada porque en el fondo sabía que tenías razón— Sakura no dijo nada, dejaría que Hinata hablara para después proceder a disculparse ella también —Aunque Shikamaru-kun me guste demasiado, y él corresponda a mis sentimientos, es muy probable que nuestro noviazgo no tenga futuro. Él se irá del país, siempre ha sido más inteligente que yo, desde el inicio comprendió que no sería buena idea seguir con una relación a distancia. Shikamaru-kun podría conocer otras personas, y yo también. Creo que sólo me quise engañar haciéndome ilusiones falsas.
—No Hinata, yo estoy segura de que él te ama.
—Tal vez, pero ambos coincidimos en que no podrá ser para siempre— ella sonrió débilmente —Pero, si es nuestro destino, podremos vernos de nuevo.
—Lo lamento mucho, no debí decirlo de manera tan curel.
—No, es probable que no lo hubiera comprendido gracias a ti.
—No me debo disculpar solamente por eso, Hinata— la ojiperla la observó en silencio, era su momento de escuchar a Sakura —No fue correcto lo que te dije, estaba confundida con mis sentimientos y te lleve a ti también en el proceso.
—¿Ahora sabes lo que en verdad sientes?
—Sí, comprendo que no estoy enamorada de ti como creí— Sakura llevó su mano derecha detrás de su cabeza, donde rascó su cuello como señal de nerviosismo —Estar lejos de mi prometido por tanto tiempo es la causa de mi confusión. Jamás había estado alejada de él.
Hinata abrió un poco más sus ojos debido a la impresión —¿Tienes un prometido?
—¡Sí!— la ojijade le mostró la cadena con un ópalo amarillo en el centro que nunca abandonaba su cuello —Este es el collar de compromiso que Shisui me regaló antes de venir a la tierra.
Hinata no apartó su vista de la linda joya, su amiga era afortunada de tener un prometido que le hiciera tan lindo regalo —Es muy bonito, Sakura-san. Felicidades.
—Gracias— Sakura acarició su collar con una sonrisa plasmada en sus labios —¿Sin rencores?
—Sin rencores, para eso están las amigas.
—¡Onee-sama!— el gritó de Hanabi interrumpió cualquier palabra que pensaban decir. La niña no paró de llamar a su hermana mayor hasta llegar con el par de amigas.
—Hanabi, ¿Qué sucede?
—Estábamos muy preocupados por ti, no te encontramos en la mansión por la mañana— Hanabi soltó sus palabras con un tono claro de reproche, su hermana desvió la vista pensando en una buena escusa. No le diría a su familia que había pasado la noche con Shikamaru porque sus padres no estaban en casa.
—Lo siento, salí temprano a entrenar.
—Es cierto, yo la encontré cuando me iba de la mansión para buscarla— mintió Sakura, un detalle del que Hanabi no se percató.
—Bueno, ya que ambas están aquí— la menor de las hermanas cruzó sus brazos, viendo a las chicas frente a ella con más seriedad de la habitual —Quiero saber porque Toneri dice que mi hermana es su diosa.
Sakura la miró con sorpresa, eso era lo que menos quería en ese momento —Hanabi, si me permites explicar.
—No quiero mentiras— advirtió la pequeña Hyūga —No puedes negar que existe la opción de que sea cierto.
—Hinata no es la hermana de Ino-sama.
—¿Y por qué no?— exigió saber Hanabi.
—Porque la hermana de Ino-sama tiene el cabello rubio— no mentía, eso era algo que Shisui le había dicho. Su prometido no tendría porque mentirle, además, ella creía firmemente en que jamás la engañaría.
—¿De verdad?— la guerrera asintió. Sakura sabía que Hinata era la hija de Tsunade, por ese motivo no se explicaba porque el color de cabello de su amiga era diferente en la actualidad.
—Hanabi, sé que quieres saber más de nuestro padre— Hinata se acercó a su hermana para abrazarla —Pero no puedes forzar historias que no son.
—Aunque no eres la persona que busca, Toneri no lo sabe— habló Hanabi, esperando que toda la atención se desviara de ella —Podemos pedirle un intercambio. Mi hermana por la amiga de Sakura.
—Yo no sería capaz de cambiar a Hinata, encontraremos otra manera de rescatar a Ino-sama.
—No la cambiaremos de verdad, recuperaremos a tu amiga antes de que Toneri ponga sus manos en Hinata.
Sakura frunció el ceño, ese plan no le agradaba para nada.
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