Los Japoneses habían logrado un gran apoyo local de la gente de diferentes partes de sus territorios capturados, pero no todo es miel sobre ojuelos, los japoneses no fueron tan buenos como lo querian pensar, en alguna parte de Manchuria se encontraba el infame Escuadrón 731, un escuadrón secreto de investigación de armas biológicas.

Crímenes de guerra tan terribles que horrorizarían a los aliados de Japón, exposición de personas a temperaturas extremas para saber los limites humanos, infectar aldeas con sepas de enfermedades como la Peste Negra, Malaria y otras enfermedades, además de la vivisección, tomando a personas y abriéndolos aun consientes ya que decían que la anestesia alteraba el experimento.

Cosas terribles sucedieron en esa region de Manchuria, la mayoría de personas en china ignoraban lo que sucedía en esa region y permanecían en paz, pero entre la población inconforme se encontraba un joven soldado de 18 años llamado Hiro Onoda, llevaba poco mas de 10 meses en servicio, pero ya había visto suficiente de lo que hicieron sus compañeros en ese lugar.

Vio como violaban a mujeres, como obligaban a hombres a mirar y despues los mataban, su cordura se fue por el caño cuando vio como la gente enferma trataba de salir de sus aldeas y eran quemados con lanza llamas, ya no podía soportarlo mas y solamente queria que todos pagaran, tanta negatividad lo había afectado y todo se rompió en su mente.

Cada noche en las barracas era escuchar a sus compañeros soldados hablar acerca de como se divertían con las victimas de ese pueblo, lo invitaban a los burdeles llenos de mujeres que seguramente fueron secuestradas de Corea u otra colonia, no podía soportarlo, sentía que su mente explotaría y ni todo su deseo de seguir su camino de honor lo retendría.

Ya era 14 de febrero de 1940, estaba cansado y arto de esa situación, Hiro no soportaba mas a sus oficiales, insultándolo día y noche por no ir con sus compañeros, el trabajo extra y el desprecio por su manera de pensar, por lo que decidió que ya no toleraría esa situación, llevaba meses preparándose, viendo todo, asegurándose de aplicar cada conocimiento de guerrilla que le enseñaron en el entrenamiento en Filipinas desde los 16 años.

Tomo la espada que le habían dado en el ejercito y camino a la zona de burdel del ejercito, el hedor era insoportable, los gritos se escuchaban desde las tiendas, sus compañeros lo saludaron y burlaron de él, ignorando que caminaba con la espada en el cinturón y una pistola alemana en el lado izquierdo.

Entro a una tienda y camino hasta una esquina de la tienda, justo al lado de la puerta, viendo como un soldado golpeaba el rostro de una mujer que posiblemente venia de Corea, ya ni siquiera se movía y otros cuatro hombres ya estaban haciendo fila, Hiro se mordió la lengua, pero espero a que llegara la hora.

???: ¿Qué te pasa? ¿No te gustan las usadas? tengo un amigo en la división encargada de traer a las rameras, en una semana traerán nuevas —Con sus manos comenzó a apretar el cuello de la chica, todos estaban riendo, hasta que vieron que la cabeza de su compañero caía al piso y la sangre manchaba el suelo—

El soldado no perdió el tiempo y de inmediato tomo su pistola para disparar contra ellos, la bala le reventó la mandíbula y  perforó la espina, mientras que al otro le arrancó el ojo y murió al instante, se quedo parado al lado de la puerta y cuando entraron mas guardias él se apresuro a ir tras el guardia que entro, atravesando su corazón con la espada, fue entonces que exploto una bomba con temporizador, le enseñaron a poner trampas en la selva, por lo que un ambiente civilizado era todavía mejor, la disciplina y rigor se relajo un poco, lo suficiente para que no vieran un pequeño artefacto explosivo en un deposito de combustible.

Cuando exploto todos pensaron que era un ataque de alguna potencia extranjera, por lo que se apresuraron a buscar sus equipos, en el caos fue hasta la tienda vecina y entro a tiempo para ver a un sujeto levantando sus pantalones, a quien le corto una pierna y una vez en la tierra le atravesó el corazón.

Siguió atacando tienda por tienda, matando al menos a 30 soldados japoneses, dejo de contarlos desde el numero 27, se estaba quemando sin balas, por lo que tomo una de las pistolas de servicio de sus compañeros y la utilizo como arma secundaria, ya que esas pistolas Nambu Tipo 14 se caracterizaban por tener problemas mecánicos aun en terrenos favorables.

Estaba comenzando a cansarse, pero estaba decidido a matar a tantos como pudiera, se sentía sucio y cómplice de esa situación, por lo que solamente aceptaría salir de ese lugar muerto, pero habiéndose llevado al infierno a tantos soldados como pudiera.

Los soldados se dieron cuenta que que algo estaba mal fueron contra Hiro, pero la preparación previa le ayudo a tender trampas, uno de los soldados lo ataco con un cuchillo, clavándolo en su costado, pero Hiro tomo la pistola Nambu, maldito y grito "Maldito pedazo de basura", antes de tomar el arma y usarla como martillo para aplastarle la cabeza a su compañero.

Siguió peleando entre las tiendas y pronto dispararon una ametralladora contra él, por lo que viéndose rodeado se arrojo a un canal de desagüe, camino entre toda la porquería y vio como lanzaban granadas, se escondió tras un montículo de tierra y evito ser alcanzado por las balas, pero una bala le atravesó la mano.

Logro subir y grito "Banzai" antes de lanzar un ataque contra el primer soldado que tenia cerca, le atravesó la cabeza con un cuchillo, pero tres balas le dieron en un costado, escupio sangre y trato de disparar, pero entonces un cuchillo le atravesó el estomago, pero sujeto la mano de su compañero de escuadrón y con la pistola Walter le disparo en la cara.

Dos soldados lo sujetaron por los brazos y lo sometieron, los oficiales se acercaron y uno de ellos tomo un cuchillo, con el que le arranco los ojos y la lengua, lo llevaron hasta un poste en medio del campamento y ordeno que llevaran a un lanza llamas, Hiro se quedo quieto en su lugar, tratando de saber donde estaba.

Estaba furioso al estar atrapado, todo le dolía y sabia que seguramente seguirían torturándolo antes de matarlo, y se dio cuenta de eso cuando sintió que le cortaban tres dedos de la mano derecha, la sangre le inundaba la boca y queria seguir luchando, seria capas de dar su brazo izquierdo con tal de poder tomar su espada y matar a solamente un oficial mas.

No le importaba que monstruo apareciera en su camino, que fuera un demonio que le pide su alma, solamente queria seguir matando a esos monstruos disfrazados de humanos, estaba forzándose a levantarse pero no podía, grito desesperado en busca de un objetivo, pero entonces una mano grande y fuerte se poso en su hombro, fue entonces que una figura alta apareció entre la oscuridad de su ceguera, sus ojos tenían un fuego que se movía como si fuera un horno y sus 10 alas negras tenían fuego que se agitaba entre las sombras de las plumas negras.

Azrael: tienes mucho dolor sobre tu espalda, pero no es dolor físico, te atormenta no poder abrir tu boca para hacer lo que consideras honorable, te resulto horrendo ver que tu noción de honor no es aceptada por tus compañeros —Se acerco a Hiro, rodeado de sombras y siendo lo único que podía ver el soldado japonés— te ofrezco ser el portador de toda mi ira, llevar su castigo a todos los que se lo merecen y enviarlos al infierno para que sigan pagando

El soldado guardo silencio y el entorno se transformo en una vision aterradora, de un paramo de fuego, que dejaba ver otros escenarios horribles, donde pecadores pagaban por sus crímenes, Azrael entonces tomo el rostro de Hiro entre sus manos y regenero lentamente sus ojos, dejando que lo viera como realmente era.

Azrael: te doy dos opciones, ir al paraíso y descansar en paz, o comenzar una travesía llena de sangre, luchando sin parar, castigando el mal y sufriendo en consecuencia ¿Aceptarías todo esto? —Le extendió su mano, Hiro levanto a duras penas su mano, aun con los dedos mutilados apretó la mano del Ángel de la Muerte, quien sonrió y el fuego sagrado cubrió a Hiro— Hiro, la venganza, la ira de mi padre, la encarnación del castigo contra la maldad de los hombres 

En la realidad, todos veían como el cuerpo del soldado loco se quemaba entre las llamas, tenían que admitir que soporto bien la hora de tortura que le dieron, no grito ni cuando vertieron acido de batería en su garganta, los soldados ahora tenían que limpiar ese desastre, recogieron varios cuerpos y continuarían con la investigación.

Un oficial estaba por regresar a su oficina, cuando sintió adormecido el brazo derecho, pero cuando lo quizo tocar se dio cuenta que la extremidad ya no estaban comenzó a gritar y se dio cuenta que no era el único, uno de los soldados perdió un ojo y tenia varias estrellas clavadas en su cuerpo.

Aquel cuerpo mutilado y dañado se levanto lentamente, gritando entre el fuego, pero no era un grito de agonía, era un grito de batalla, preparándose para luchar, todos sintieron un escalofrió a medida que la carne quemada se separaba de los huesos, dejando ver que los ojos parecían arder, camino entre la arena y recibió disparos como si nada, tomando a uno de sus compañeros de barraca y le rompió el cuello usando la fuerza de sus dedos.

La pelea se convirtió en masacre a medida de veían como el monstruo que alguna vez fue Hiro Onoda atravesaba la base, dispararon ametralladoras contra él, pero las balas apenas y lo hacían retroceder, atravesando su cuerpo pero sin mayor efecto que algunos ajugeros en el cuerpo.

Camino hasta donde estaba su espada y la recogió, el fuego en su cuerpo se estaba apagando y su mano esquelética y chamuscada apretó la empuñadura, entonces corrió contra los soldados, nunca temió a la muerte, luchando como si ya estuviera muerto, pero ahora realmente se sentía muerto, sin dolor o miedo, solamente ese ardor en el pecho que le instaba a seguir luchando.

Durante horas ocurrió una masacre, llegaron refuerzos desde la frontera con la Unión Soviética, pero para el momento en que llegaron la base había sido destruida, cadáveres de soldados japoneses colgaban de árboles, pedazos de personas estaban regazos por el piso y se veía entre la masacre a Hiro.

Cuando vio a los soldados llegar tomo su espada, envuelta en energía azúl, cuando la desvaino un corte de energía destruyó un camión de transporte militar, hizo un ademán como si sostuviera alguna clase de Shuriken, cuando la lanzo, un proyectil de energía se materializó y atravesó el cuerpo de un soldado.

Sus cortes eran limpias, sin resistencia por parte de los cuerpos, había un par de tanques, pero los neutralizado con facilidad, cuando arranco la escotilla y les lanzo un cóctel Molotov, durante toda la noche mato de manera indiscriminada a cualquier soldado que se le hubiera cruzado por el camino, pero sintió una frustración inmensa cuando no encontró al dirigente del campo de experimentación.

Cuando terminó con los refuerzos comenzó a caminar en dirección al oeste, la gente abandonaba la región en dirección a la República de China, llegó el amanecer y su cuerpo recupero la carne que perdió en el combate, mirando al frente como si fuera solamente un muerto, robó los archivos clave del Escuadrón 731, planeaba darle esos archivos a quien realmente pudiera hacer que todos vieran dese comportamiento tan deshonroso y aberrante como lo que sucedió en esas instalaciones.

Subio los archivos a un camión y lo encargo a un grupo de prisioneros chinos que se estaban retirando, les dijo que lo entreguen a los oficiales de China, pero él mismo también se llevó archivos clave en la investigación biológica que había recolectando, lo que se quedó fue quemado hasta no dejar nada además de cenizas.

Camino entre los muertos cargando una gran mochila, sin más municiones además de una pistola alemana y su espada, se colocó un sombrero cónico sobre la cabeza y avanzo por el campo de batalla, logrando evitar todas las patrullas, Hiro Onoda ahora era un fugitivo y lo tenía sin cuidado, el no debía tener miedo, el mundo debería tener terror porque acabaría con todos los que no tenían honor y comerían crímenes contra otros.

Azrael le entregó un cambio de ropa ya que básicamente estaba desnudo al final del combate, le entregó ropa negra, una camisa de tela muy resistente, además de un pantalón de una tela desconocido para él, pero que Azrael le dijo que era de una calidad semejante a la de la ropa usada por él ángel de la muerte.

Le entregó un par de polainas de venda, una tela negra que envolvió desde sus tobillos hasta debajo de su rodilla, debido a que estaría caminando durante mucho tiempo le entregó un sombrero cónico asiático, hecho de metal con fibras muy ligeras, además de una máscara sin rasgos faciales que podía venir su rostro, lo que más resaltaba eran las placas de metal que cubrían su pecho y hombros, dándole un aspecto particular, semejante a un samurái, pero sin tantas partes de armadura, al final, estaba su espada, un arma de doble filo en la hoja, un poco diferente a su katana, pero que le resultaría fácil aprender a manejar.

De esa manera es que emprendió su viaje por asia, sin rumbo fijo a donde ir, solamente esperando que existiera una manera de quitar esa comezón que le causaba haber visto lo peor de la humanidad, aunque sin darse cuenta, era observado desde la distancia por un jinete sobre un caballo negro.

Washington D C

La batalla en Washington estaba por comenzar, la Unión Latinoamericana estaba bombardeando la ciudad ante la negativa de sus líderes para rendir la ciudad, llegaron a la ciudad en barco y llevaban meses pavimentando su camino a la capital Americana con sangré, muchas partes del país seguían en guerra interna, pero no estaban allí para conquistar, solamente para destruir al gobierno títere.

Las fuerzas de combate en Washington superaban los 800.000 hombre entre soldados y civiles armados, pero tenían una gran desventaja, los edificios de madera ardían muy fácilmente y tras el bombardeó inicial todo se transformó en un infierno para los defensores.

Tenían calculado una perdida de soldados de la Unión Latinoamericana de al menos 300.000 efectivos, entre muertos y heridos, mientras que las pérdidas enemigas podrían ser más grandes, sin contar a los ingleses, que enviaban tropas desde el Norte para atacarlos, la marina se estaba cuidando las espaldas, ya que la armada británica estaba acechando los alrededores.

La Unión Latinoamericana necesitaba refuerzos de manera urgente, el general Zaragoza no estaba dispuesto a perder tantos soldados por tomar una ciudad, por lo que planeaba arrasar con ella con bombardeos, despues evitaría la guerra urbana en medida de lo posible, pero enviaría a sus tropas mas veteranas, además de soldados Argentinos que ganaron experiencia en el sitio de Buenos Aires.

Entre sus preocupaciones estaba el hecho de que le notificaron que los ángeles estaban en la ciudad, protegiendo el capitolio y la casa blanca, su problema era que las tropas en los alrededores reportaron ataques a sus campamentos, personas con habilidades que no conocían destruyeron varios recursos y capturaron varios camiones de provisiones.

Hombres y mujeres mas fuertes que cualquier otro soldado avanzaron contra ellos, pero una mujer en especial causo daños inmensos entre los magos, le dijeron la Tanya Americana, no conocían su nombre, hasta que se encontraron información acerca de que se llamaba Marie Sue, una mago de combate prodigiosa, que se decía tenia el poder de una división de magos promedio.

Justo ahora necesitaba de Armagedón, pero perdió contacto con ellos y los dioses Mexicas estaban ocupados en otra labor, por lo que por ahora no seria mas que un enfrentamiento entre ellos, el legitimo presidente americano no estaba feliz con la destrucción de su ciudad, aunque era mas por el motivo por el que atacaban la capital americana, siendo mas una vendetta mexicana que una idea estratégica, una idea que muchos otros paises de la unión secundaban para castigar a su vecino interventor.

Aun no alcanzaban el resto del pais por tierra, pero los mexicanos querian tomar la capital americana para vengarse de la ocupación de su propia capital años atrás, el haber visto la bandera americana sobre su palacio nacional fue un golpe que perduraba y querian devolver el favor, y muchos estaban dispuestos a reducir esa ciudad a cenizas y colocar su bandera sobre un montón de escombros y muertos.

Estaban echando toda la carne al asador para esa batalla, además de aumentar sus esfuerzos de producción para enviar a sus aliados en el viejo mundo los mejores equipos que pudieron crear con ayuda de las industrias Horten, los proyectos "GNG" y "Jaeger", los mayores proyectos de investigación para modernizar su infantería.

El general estaba concentrado en sus planes cuando escucho pasos viniendo desde el exterior, tomo su pistola de manera disimulada, sabiendo que podría ser solamente un guardia, pero cuando la puerta se abrio el general tuvo apenas tiempo para esquivar un golpe, la fuerza fue tal que el viento generado fue suficiente para que se arrancara la tienda de campaña.

Le disparo al pecho y salto a un lado, pero las balas no pudieron perforar la piel del atacante, era un hombre grande y fuerte, no estaba seguro de donde era, solo que su cabello rojo lo caracterizaba mucho, un hombre que con solo sus manos pudo haberle reventado la cabeza del golpe, el hombre se retiro pero supo que no tenia oportunidad de sobrevivir si lo golpeaba el atacante.

El hombre de poco mas de 1.90 metros trato de darle un golpe, pero el puño no logro conectar, Ignacio estaba allí, conteniendo el golpe con su escudo y contestando con una patada, comenzó a atacar con su arma, era de noche por lo que el brillo de los golpes ilumino el campamento, los soldados de inmediato salieron, pero se dedicaron a crear un perímetro alrededor de los peleadores.

Desde el cielo cayeron ataques de magos, siendo respondidos por magos latinos, pero Marie ataco con fuerza, siendo ahuyentada solamente cuando el atacante de tierra se retiro, no sin antes destruir al menos 10 tanques, sin contar a todas las victimas de su infiltración.

Ignacio: ¿Tanto me extrañaba Capi? se pone en peligro solo para que venga, es realmente admirable

Allí estaba de pie el muchacho que partió hace casi dos años de tierras mexicanas, al lugar arribaron otras personas, dispuestas  a ayudar al general Zaragoza con la toma de la capital americana, la batalla estaba por comenzar, uno de los encuentros mas sanguinarios de la guerra en américa, que dejaría atrás a cualquier batalla anterior hecha en esas tierras.

Egipto

Todo el alto Egipto estaba bajo control de Ra y sus seguidores, no fue problema vencer a las fuerzas turcas estacionadas en la region y a los egipcios, quizás los únicos problemas fueron los Medjay, pero fueron expulsados del área con relativa velocidad, aunque a costa de algunos soldados del dios del sol.

La situación era mejor de lo esperado, ya que Ra estaba enfocando gran parte de sus esfuerzos a mantener su territorio y fortalecerse ante la reciente noticia de que Apophis fue avistado cerca del Nilo, donde estaba acompañado por un hombre montado en un caballo rojo, entre las filas de los egipcios había varios dioses que no estaban dispuestos a combatir, pero Apophis no era esa clase de ser.

Se trataba de una entidad que lo mas cercano a identificarlo era como un dragón, aunque solamente era una clase de oscuridad primigenia, destruía todo a su paso, Ra era de los pocos seres que pudieron dominarlo y echarlo fuera de la creación, pero una vez mas estaba de regreso en Egipto.

En la actualidad buscaban mantener el orden e investigar a los Jinetes del Apocalipsis, pero también vigilar a Michael, últimamente la alianza bíblica estaba tambaleándose, llena de intriga y resentimiento, pero quien alguna vez fue un hazmerreir ahora mostraba un poder muy superior a lo anterior.

Se enteraron que desde hace unos días las legiones de ángeles comenzaron a mostrar un aumento de agresividad, atacando posiciones en la costa francesa, Michael en persona volvió Normandía un estacionamiento lleno de escombros, las bajas civiles fueron mínimas, pero los soldados franceses en la region fueron diezmados.

Con todo eso en mente es que escogió buscar mas aliados, estaba seguro que los humanos no se quedarían de brazos cruzados, por lo que sus dominios estarían en peligro, por ahora, solamente observaría expectante, enviando algunas tropas al norte para ayudar a Loki y su campaña contra los humanos.

Hasta ahora no había recibido noticias de Armagedón o toda la situación con ese grupo de humanos que causaron tantos daños con su presencia, pero parecía que fueron tragados por la tierra, supo que los dioses Aztecas acogieron a los refugiados Nórdicos, pero realmente no le importaba, podían quedarse en medio de la nada, pero mientras tanto partiría al norte, para aniquilar la resistencia del Eje y poder atacar tierras alemanas desde un flanco casi desprotegido.

Frontera entre la Unión Soviética y Turquía

La frontera de los turcos no pudo soportar el implacable avancé del ejército rojo, Muerte marchaba al frente de todos, dejando que las plagas se esparcueran, Kali de unió a la batalla, mientras sus sirvientes tomaban el control de los cuerpos de soldados caídos o mal heridos.

Los espíritus del norte de América servían a Kali con una devoción infinita, además de que esparcieron enfermedades, los cuervos y otras aves estaban esparciendo una variante de la peste negra, que garantizaba el levantamiento de no muertos fieles a él, por ahora estaban conteniendo los infectados, pero si lograba entrar a una ciudad, Turquía caería en sus manos.

La Unión Latinoamericana estaba enviando soldados, pero era complicado soportar una invasión desde varios frentes, ya que Rumania y otros países balcánicos estaban tratando de contener una invasión que incluía ataques desde la península de Crimea, era una guerra total desde todos los frentes.

Pero las potencias del Eje estaban dispuestas a ir por la cima, por lo que enviaron más soldados al frente de batalla y los altos mandos de Alemania hicieron algo que pensaron no tendrían que hacer, convocar a Armagedón, otros altos mandos también enviaron a soldados buscando a las Fuerzas Especiales que se habían ido tras la destitución de sus oficiales, si ellos escogían no regresar, entonces las bajas en batalla serían catastróficas, por lo que estaban dispuestos a negociar para obtener de nuevo a sus mejores soldados y símbolos de su última esperanza.