Un Aliado para la Humanidad
Noviembre 1, 1939
Los Yokai era una raza de espíritus japoneses, su forma de vida era pacífica en la mayoría de casos y que carecían de interés en los asuntos que no les afectaban, un buen ejemplo era la guerra que se estaba librando entre la humanidad y el mundo sobrenatural.
Ellos no querían problemas y se aseguraron de permanecer ocultos de las miradas indiscretas, pero debido a la impertinente aparición de la facción bíblica y exponer al mundo sobrenatural ahora tenían la amenaza de que los japoneses quisieran involucrar a su facción en la guerra del Pacífico.
Por esa razón es que en ese momento se encontraban reunidos en una gran sala decorada con diferentes pinturas tradicionales, pero los que más resaltaban en la sala era la líder de la facción de Kioto.
Era una mujer muy hermosa que seria difícil de comparar con otras personas que conociera, su figura voluptuosa acentuada por un kimono que tenia abierto de los hombros mostrando un gran escote, su cabello era muy largo, sus ojos alargados y tenia las cejas rasuradas en dos puntos, un símbolo de nobleza en ese pais.
Su nombre era Yasaka, era una Yokai zorro, en apariencia pasaría desapercibido para casi cualquiera, de no ser por las nieve colas de zorro que crecían tras su espalda y le daba esa apariencia particular.
Desde la perspectiva de Walfrid estaba pensando en que se suponía que pasaba con el mundo sobrenatural, en todo el tiempo que llevaba conociendo al mundo sobrenatural parecía que la ropa y modas fueron creadas por algún pervertido, todas las mujeres usaban ropa bastante particular y eso le parecía extraño, aunque tampoco se quejaba del todo.
Tras él se encontraban Asia, Ralf y Rias, todos vestían sus trajes militares y en el caso de la joven de cabello carmesí estaba transmitiendo con magia la conversación para que su equipo de respaldo pudiera actuar en caso de que algo saliera mal durante esa conversación.
Walfrid: Buenos días Yasaka-sama, mi nombre es Walfrid Von Bismarck, el actual líder de Armagedón y la organización de múltiples ramas conocida actualmente como los Devastadores —Se inclino como muestra de respeto y la mujer correspondió— nos encontramos aquí porque nos a convocado para hablar acerca de que podamos constatar su estado neutral en esta guerra
Yasaka: Bismarck-Dono está aquí cómo mi invitado, puede referirse a mi solo por mi nombre —El militar permaneció firme y no contesto a eso, dando a entender que seguiría hablando de manera formal— los Yokai no queremos involucrarnos en esta guerra, pero de han esparcido los rumores de que actualmente la facción del emperador de jade está preparando sus tropas y temo que pueda pedir nuestra colaboración
Al escuchar esa noticia Walfrid se tuvo que contener mucho para no mostrar su sorpresa, sabía que había facciones sobrenaturales en el lejano oriente, pero no esperaba que esas facciones atacarán a la humanidad, si era cierto ahora las potencias del Eje tendrían un cuarto teatro de operaciones.
América, Europa, África y medio oriente eran sus principales preocupaciones, estaban ganando en todos los frentes, pero era evidente que los sobrenaturales aún no se rendirían, con asia como teatro de operaciones era evidente que tendrían que desviar sus recursos para mantener a raya a sus enemigos.
Walfrid: ¿Qué es lo que está buscando que nosotros hagamos? Aunque tenemos una gran capacidad militar para operaciones especiales de destrucción de objetivos específicos, pero nuestra capacidad diplomática es muy limitada —La mujer escucho eso y su sonrisa desapareció, teniendo una expresión plana—
Yasaka: me temía este escenario, aunque dadas nuestras circunstancias creo que es necesario que hablemos con toda sinceridad —Los presentes eran sus hombres de mayor rango y confianza por lo que no de preocupaba— nuestra facción siempre a podido vivir en relativa tranquilidad con la humanidad y queremos que siga de esa manera
Walfrid: agradecemos eso, gracias a su estado neutral podemos tener un territorio sin guerra contra alguna facción —Sus ojos chocaron con la mirada de la mujer y considero lo que estaba por decir— hay una manera de que pueda mantenerse neutral, pero implica algunas repercusiones que no le gustaran
La mujer observo al humano de manera detenida, su mirada era fría como un glaciar, normalmente los hombres no despegaban la vista de su escote y en discusiones a veces era una ventaja, ya que no estaban enfocados, pero Walfrid era parte de esas personas que parecían enfocarse solo en su misión.
Walfrid: somos conocedores de que su facción tiene fuertes lazos con la facción mitológica japonesa —La mujer asintió moviendo su cabeza en un delicado movimiento de arriba a abajo— me gustaría que algún día me pudiera presentar a esa facción, bajo términos amistosos, de forma en que pueda convencerlos de permanecer neutrales y no atacar a la humanidad
Yasaka: ¿A cambio de mi ayuda usted podría asegurar la paz de mi facción con la humanidad? —El oficial alemán permaneció en silencio por un par de minutos, deliberando internamente acerca de la decisión que estaba por tomar—
Walfrid: le doy mi palabra como caballero que abogaremos a favor de su facción, pero le aconsejo mantenerse alejada en lo mas posible de política exterior, no creo que solo los humanos sean el problema ahora —La líder pensó en lo que dijo y recordó la visita de otras personas, intentando convencerla para que se unieran a la guerra—
Mientras hablaban Sona estaba en una habitación de hotel monitoreando las actividades que ocurrían alrededor, había muchos guardias Yokai en la zona de la reunión, pero no confiaban lo suficiente como para no tener a sus propias fuerzas esperando una orden para atacar.
Tsubaki: hay movimientos de demonios en las cercanías al punto de reunión —La mujer de cabello negro largó veía como un grupo de soldados demonios avanzaban a través de diferentes partes del complejo— tenemos problemas
Observó a los demonios que estaban entrando al castillo de Yasaka, planeaba atacar pero Sona le recordó que se suponía no deberían estar allí por lo que ordenó su retirada, intentaron contactar a Walfrid pero no podían, alguien había tendido una trampa y si intervenía en ese momento posiblemente podría interpretarse de manera equivocada.
En la mente de Sona había una gran cantidad de ideas sobre cómo actuar, no tenía soldados entrenados en sigilo y si entraban en acción podría provocar una batalla que causaría más problemas, se acercaba un evento inesperado, por lo que llamo a Tanya para que fuera de inmediato.
Mientras las pláticas continuaban había un grupo de demonios que estaban entrando al complejo con rapidez, estaban eliminando a los guardias y avanzando entre los pasillos de aquél lugar.
De nuevo en la sala de reuniones Yasaka y Walfrid estaban formando un tratado para que Yasaka hiciera su parte, Walfrid mientras tanto tendría problemas con los altos mandos, pero sabía que no todo sería sencillo, se enfrentaba a una batalla diplomática casi imposible.
En otra parte del palacio Asia se encontraba caminando para volver a la sala de reuniones, se encontraba acompañada de un guardia que veía al frente, no había nada fuera de lo normal, al menos hasta que vio que frente a ellos caía un guardia al piso con una gran herida en el cuello.
El guardia estaba por activar una alarma cuando un cuchillo le atravesó su cuello, ella esquivo el ataque y tomando su pistola le dio un disparo en el pecho y otro en la cabeza a su atacante, pero eso atrajo a mas de los invasores.
Asia: esto será una pesadilla —Disparo contra ellos y corrió de regreso a la sala de reuniones, pero cuando estaba retirándose se encontró con dos invasores, uno cargaba a una niña con varias colas de zorro y el otro estaba protegiéndolos—
Fue mas rapida y le disparo al primero en el pecho mientras que tomaba un cuchillo táctico y antes de que pudiera alcanzar su arma le apuñalo en la cara, atravesó su ojo hasta el cerebro y sostuvo a la niña en sus brazos, planeaba escapar con la niña pero de inmediato se vio rodeada de mas demonios.
Cargo a la niña y atravesó una de las paredes de papel para correr cargando a la niña, agradecía el entrenamiento infernal que paso, correr atravesando paredes de papel era mas fácil que traspasar paredes de madera reforzada, pero tenia todavía mas problemas por culpa de que el lugar se volvió un caos.
Los guardias estaban caminando por todas partes, disparando flechas mágicas a todo lo que se moviera, una de esas flechas mágicas se incrusto en su pierna y la hizo caer, tomo su pistola y disparo contra los demonios que estaban siguiéndola, estaba por recargar cuando un golpe en su cabeza la dejo inconsciente.
Diodora: duerme bien mi querida Asia —Se arrodillo para cargarla y los soldados recogieron a la niña Yokai, creo un circulo mágico de transporte y se preparo para irse—
Ralf: ¡Vuelve aquí hijo de perra! —Miro como el demonio estaba por escapar y le arrojo un cuchillo, pero desapareció y no sabia a donde se había ido sin dejar rastro— ¡Asia!
Cuando Walfrid y Yasaka llegaron vieron como Ralf estaba apuñalando sin parar a uno de los soldados heridos que quedaron atrás, despues se acercaba a otro y con una gran maestría le corto varios dedos de la mano, Walfrid insistió en que Yasaka se retirara mientras su subordinado interrogaba al demonio.
Walfrid: vamos a recuperarlas Ralf, solamente tienes que calmarte y no hacer nada estúpido, somos inteligentes, hay que pensar con la cabeza fría —Puso una mano sobre el hombro del asesino serial, quien soltó su cuchillo y se levanto, ese sujeto todavía no empezaba a lamentarlo—
De vuelta en la sala de reuniones todos los presentes estaban siendo apuntados por armas de los guardias Yokai, Yasaka estaba furiosa y triste a la vez tras escuchar que su única hija había sido secuestrada por esos demonios, esa situación era inaceptable y no lo toleraría.
Yasaka: ¿Tuvieron algo que ver? —Pregunto con un tono sombrío mientras se sentaba de nuevo a la mesa, los guardias levantaron sus armas y dejaron de apuntarles, pero todo apuntaba a un desenlace en contra de Armagedón—
Walfrid: no tuvimos nada que ver, nuestra compañera también fue secuestrada y estamos plantando la idea de ir directamente a rescatarla —Sabia que había pocas posibilidades y rescatar a un solo compañero podría causar la muerte de todos, en realidad no quedaban muchas opciones lógicas—
Rias: seguramente se llevaron a nuestra compañera y a la princesa al castillo de Diodora, es una fortaleza diseñada para soportar grandes asaltos, es una misión casi suicida atacar de frente a menos que tuviéramos un ejercito grande y personas con un gran poder —La mujer con nueve colas de zorro se levanto de donde estaba y camino hasta donde estaba Rias—
Yasaka: trate de mantener todo en paz, de que mi facción se mantuviera al margen, pero se acabo —Tomo el tratado que tenían y lo rompió en pedazos y estos se quemaron con fuego azul— entraremos a la guerra contra los demonios de su bando
Al escucharla los Yokai presentes se sorprendieron de ese cambio de actitud, su líder siempre había sido muy pacifica y nunca mostro ira, pero esto fue lo que colmo el vaso, mataron a sus soldados, se llevaron a su hija y todo sin provocación, ella los haría pagar.
Walfrid: si atacaremos necesitaremos un plan, le pido prepare a sus hombres, porque esto será nuestra primera batalla a gran escala —Extendió su mano para cerrar el trato, mar tarde se molestarían en escribir los términos, lo importante era actuar cuanto antes—
Noviembre 2, 1939
Las fuerzas de batalla en Polonia estaban aumentando sus números, cada vez eran más grandes los grupos de soldados que llegaban a los puertos del norte de Polonia, los aviones y magos avanzaban por los cielos, atacando a la fuerza aérea Soviética y atacaban los puntos defensivos en tierra.
En cuestión de días habían logrado estabilizar el frente de batalla que alguna vez parecía perdido ahora estaba volviéndose una esperanza para los polacos de poder expulsar a los ruso de su territorio.
El sonido de los Panzer avanzando sobre el territorio polaco era abrumador, cuando se miraba al cielo era imposible no ver a los magos y aviones surcando el viento, dirigiendo al frente de batalla que estaba volviéndose contra los Soviéticos.
La batalla en Varsovia era una muerte segura, los soldados polacos se movían entre las ruinas de su ciudad con gran agilidad, al ser ciudadanos de ese lugar conocían cada pasillo, cada callejón y calle, al igual que aprendieron pronto a aprovechar el subsuelo para moverse en secreto para tender emboscadas.
La sinfonía de la muerte se escuchaba por todas partes al punto en que podría verse a la encarnación de la muerte dirigiendo su macabra orquesta, el sonido de las ametralladoras, las explosiones de los morteros y las luchas cercanas dónde era normal escuchar gritos.
Parecía ser el infierno en la tierra y todos allí estaban en primera fila para sufrirlo, los soldados todo el tiempo estaban cubiertos por escombros, cenizas y en varias ocasiones de sangre, era un escenario poco esperanzador.
En Finlandia la situación estaba mejorando y debido a la intervención de la Liga Nórdica es que hicieron retroceder a los rusos hasta las puertas de Leningrado, pero no avanzaron más y prefirieron regresar a la estrategia defensiva para soportar las cargas del ejército rojo.
Esto era debido a que sabían que no podrían ganar en una batalla directa contra la URSS, lo mejor que podían hacer era soportar la tormenta hasta que Stalin se diera cuenta de que no podría pasar, para que se viera obligado a negociar la paz y evitar más derramamiento de sangre, aunque sabían que esto era poco probable.
La verdadera esperanza era que lograrán soportar el tiempo suficiente para que el Eje terminará su actual guerra y al menos una de las tres grandes potencias pudiera enviar refuerzos y presionar a la Unión Soviética para desistir de entrar a la guerra de manera formal.
En los frentes de batalla había una gran tención, luchar a la defensiva tenia muchas ventajas, pero era complicado mantener un flujo contante de hombres que sirvieran para reemplazar las bajas, eso era un problema pero tenían suficientes soldados en reserva para soportar la guerra hasta junio del siguiente año.
Finlandia era el contendiente que soportaba mejor, la batalla en el mar báltico era feroz y era una victoria segura para la Liga Nórdica, la Unión Soviética tenia un ejercito de tierra inmenso, pero carecía de una marina competente, por lo que esa batalla estaba casi ganada.
En Varsovia todavía se encontraba una fracción del equipo Armagedón, siendo Luis y Nero quienes estaban ayudando a mantener a raya al ejercito rojo en tierra, era una batalla interesante ya que ellos destruían el campo de batalla para impedir el paso de tanques, pero el ejercito rojo contraatacaba usando a sus magos y ellos preferían no pelear contra enemigos en el aire.
Los dos estaban preparando todo para retirarse sin dejar indefensos a los polacos y sus aliados, pero una llamada a Luis hizo que sus planes se alteraran, su nuevo destino era volver y prepararse para una nueva batalla, al parecer alguien se había llevado a Asia al inframundo y tenían la misión de rescatarla.
El guerrero español tomo su alabarda y salió entre los escombros donde estaban, vio a un grupo de tanques acercándose y se preparo para atacar, cuando escucho el sonido de los cañones atacar hizo un corte en el aire, todo se estremeció, las municiones explotaron en el aire y los tanques desaparecieron.
Finlandia, Noviembre 2, 1939
En la batalla contra el ejercito rojo, eran un grupo que se encargaba de la lucha contra magos y tanques, Dimitri se estaba recuperando tras su encuentro contra Kokabiel y sus heridas estaban curándose con ayuda de la magia, aunque su ayuda había sido innecesaria.
Koneko y Cao Cao estaban aplastando a los blindados que se acercaban y Ali era el terror de la infantería, había tenido que cambiar su rifle al haber desgastado demasiado su arma, habían logrado mantener el frente junto a los demás soldados y mantuvieron a raya al Ejercito Rojo.
El líder del equipo había estado tranquilo ya que ahora tenían un nuevo trofeo, habían mandado la cabeza de Kokabiel a Alemania y por las noticias que llegaron fue un gran golpe de propaganda y militar, por lo que les darían una condecoración, cosa que no les importaba mucho.
Estaban tomando un descanso en la retaguardia, reorganizando sus ideas para esperar nuevas ordenes, Koneko estaba comiendo algunos pastelillos mientras que Cao Cao hablaba con Ali acerca de sus planes para el futuro y quizás salir en mas misiones conjuntas, al parecer habían congeniado bien.
Dimitri: chicos, tenemos nuevas ordenes, volveremos a la base, atacaremos una fortaleza en el inframundo —Todos guardaron silencio escuchándolo, habían escuchado sobre misiones suicidas, pero eso era otro nivel de delirio de sus superiores— alguien ataco a nuestro grupo en Japón, se llevaron a Asia y a una princesa
Ali: todo esta listo, no necesito empacar nada —Se acerco a su amigo esperando a que diera la orden de retirarse, los demás también lo hicieron—
Cao Cao: Creo que nos iremos sin despedirnos, de todas formas no es como si estuviéramos abandonando el frente —Escribieron una nota y se la pasaron a un oficial que estaba en la misma cafetería, necesitaban movilizarse rapido—
Los preparativos para atacar el castillo de Diodora estaban avanzando a gran velocidad, antes habían atacado para cumplir una misión, pero ahora luchaban por una causa personal, lo que esperaba a suceder al inframundo seria una masacre.
Los humanos mas poderosos de los que se disponía estaban marchando a su cuartel general para recibir ordenes, mientras que Walfrid se ponía de acuerdo con Yasaka para poder organizar su ejercito expedicionario y atacar al inframundo, esta vez los estarían esperando y tendrían que entrar disparando desde el principio.
Ignacio estaba en américa, hablando con los dioses mexicas y posiblemente estaba demasiado ocupado para ir a ayudarlos, por lo que ahora estaban solos, uno de sus miembros mas fuertes estaba ocupado y tendrían aun mas dificultades para luchar contra un ejercito, pero Walfrid no se detendría por eso, haría temblar al inframundo una vez mas y les haría ver que no les convenía hacerlos enojar si no estaban preparados para sufrir las consecuencias.
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