Nueva Generacion

Azrael llevaba existiendo por demasiado tiempo, si bien era cierto que Miguel fue su primera creación, quizás la más poderosa en su momento, el ángel de la muerte fue diferente a todos los demás, no nació solamente porque fuera creado a partir de un entorno Primigenio y por voluntad de su Padre.

Su Padre era un ser que existió desde mucho antes que la mayoría de dioses y controlaba muchas facetas de los conceptos primordiales para la existencia y la realidad, cuando decidió que crearía a su hijo más peligroso tomo un concepto de la realidad, la muerte.

La dividió en dos partes, la Muerte Piadosa y la Gran Muerte, una era un final pacífico para los mortales que merecían piedad y un día, en el ocaso de sus días, solamente dormirían y ya no despertarían, su espíritu viajaría al Paraíso y habitaría allí en paz hasta volverse uno con su creador.

Esa mitad era Azrael, el Ángel de la Muerte, el arma de guerra final para el cielo y quién destruiría al mundo en cuestión de minutos si liberará todo su poder y solo si su padre le diera la orden, liberando en la totalidad su poder, había quedado marcado de esa manera ante los ojos del mundo, poderoso, pero no destinado a gobernar sino a servir, y Azrael lo aceptaba gustoso, encontrando placer en ver a los que lo merecían gozar en el paraíso.

Pero cuando estaba enojado y su irá se encendía pocas cosas podrían detenerlo, devastará todo lo que fuera un insulto para los principios que dio su Padre, tratando de proteger el cielo y el Paraíso, protegería a sus hermanos si eran atacados, pero también sería bastante neutral cuando empezarán las guerras, ya que tenía la idea de que si arreglaba todos los problemas de la gente estos se volverían inútiles.

Aunque como se dijo, dividió la muerte en diferentes fragmentos, y ese segundo fragmento era la Gran Muerte, la muerte cruel de la peste, la muerte de las guerras y el final violento, solamente se llamaría Muerte, el Jinete del Apocalipsis que limpiarla la tierra llegando su momento, para iniciar de nuevo, aunque con él había algo diferente a Azrael.

Había tenido conciencia desde antes de ser creado, a partir de él se crearon los demás jinetes y aun así era tan poderoso que los dioses deberían temblar cuando se sabia que llegaría a buscarlos, montando a caballo llegaría a cegar las almas de los que estuvieran sobre la tierra hasta que no quedara nadie en la tierra.

En los recuerdos de ambos estaba una era antigua que era muy diferente a lo que se veía ahora, recordaba una era con humanos muy diferentes a los que vivieron, eran seres inmensos, los humanos median dos metros en promedio pero sin ninguna falla aparente, eran fuertes y poderosos, hábiles en la magia y control de la gracia, siempre adorando a su padre y agradeciendo por su creación.

Fue una época buena para ellos, aprendieron a ser humanos, el problema es que ellos mismos se volvieron orgullosos, arrogantes y demasiado tontos para darse cuenta de que estaban aceptando a dioses ajenos que no venían de su tierra, pero su Padre no hizo nada para impedirlo, viendo su albedrio y la manera en que lo usaban.

En el Cielo las cosas eran diferentes a la decadencia de poder, dónde los demonios ya son tan poderosos que unos simples niños humillan a los seres que con su canto dieron orden al cosmos, no, era glorioso, un solo ángel aniquilaba ejércitos de humanos, los demonios de la época sabían que debían irse o sino serían destruidos, hasta el último de esas inmundicias.

Tras la Guerra donde los traicionó Lucifer y una tercera parte de los Angeles entonces apareció ese inició de decadencia, padre se retiró, dejándolos a cargo del mundo, se inventó ese mito sobre su presunta muerte y sello muchas memorias a toda la creación, solamente Brahma recordaba esos eventos y los dos acordaron que era preferible olvidar la guerra contra los dioses exteriores, para no darles más oportunidades de entrar a su Realidad.

Azrael recordaba muchas cosas que sus hermanos desconocían, entre ellas lo que pasaría con el protocolo Último Holocausto, todo volvería a su antigua gloria, pero no sabía si querían pagar el precio, Muerte sabía igual eso y por eso estaba tan confiado en su Victoria, sabía que posiblemente sus corazones no tolerarían tal cosa y preferirían esa última muerte lenta y tortuosa.

Aquel día estaba en su hogar, observando cómo el mundo se dirigía a su inevitable final, entre ellos estaba la destrucción de sus hermanos descarrilados, los Angeles Caídos, clamando a los cielos por salvación, mientras las innumerables Legiones de Muerte estaban a las puertas, golpeando la entrada, famélicos ante la expectativa de devorar a los caídos, consumiendo su sangre y devorando la carne hasta los huesos.

Pudo ver cómo llegaba al lugar su hijo, junto a su amigo, quien apena llego cegó almas como sino hubiera un mañana, devorando y haciendo suyo ese poder, al menos inconscientemente, entonces vio a su sobrina, la niña que casi fue asesinada por su familia, quien sufrió y mendigo por la tierra ahora había crecido, ninguno era lo que fue, sino lo podrían ser, y podrían ser mucho más.

Muchos solo vieron niños híbridos condenados a la muerte, pero el ya veía algo diferente, vio a un Capitán de Legión, vio a un cargador de almas que podría poner bajo su mando al menos una legión de sus congéneres, y a una princesa del cielo que podría ser mucho más, ahora estaba comenzando su prueba de fuego.

Azrael: esto me trae recuerdos, desde hace un tiempo me e vuelto demasiado nostálgico —Se dio la vuelta girando su trono y observo a Tanatos y Hades, los dos estaban listos para la guerra que se acercaba, el momento de observar termino— ¿Cuántas legiones necesitan?

Hades: ¿Tres legiones te parecen suficientes? —El ángel se levanto de donde estaba mostro una gran ventana, donde tres legiones se estaban creando desde el polvo, mostrando figuras extrañas— ¿Lograste crear legiones desde donde?

Azrael: tengo trucos debajo de la manga, Muerte no es el único capas de crear ejércitos para la guerra, y yo llevo mas tiempo jugando desde él —Estos venían directamente desde el Paraíso, donde estaban naciendo a partir de la energía mas pura de los que se habían disuelto tras alcanzar la paz absoluta— ¿Quieres saber algo sobre mis Angeles? Todos te llevaran al paraíso o al infierno, pero son muy especiales

El entorno se deformo rápidamente para dar paso a una gran habitación llena de lo que parecían capullos de energía dorada y símbolos en idioma Enoquiano, dentro se veían figuras formándose a partir de energía que llegaba a ells desde el techo de la gran habitación de mármol, Hades quiso tocarlos, pero no pudo.

Tanatos: ¿Estas replicando Angeles? —Se dio la vuelta para ver a Azrael, quien estaba recargado en un pilar y negaba con la cabeza, notando el desconcierto de su invitado— ya veo, escuche de la Exaltación, pero nunca pensé en esto

Azrael: y pensaste bien, mi Padre tenia pensado que los mejores de todos fueran Exaltados como dioses, como hijos de Él, pero realmente nunca lo implemento del todo —Sus alas se extendieron y no produjo sombras— en el Infierno apareció un Faro que purifica a los guerreros y a los caídos que nunca se arrepintieron, renacerán como ángeles que pelearan por redención

Se enfoco en las capsulas y estas aumentaron la velocidad con la que estaban generando a los Angeles, sus alas eran como las de Azrael, negras con fuego en su interior, todo volvió a la realidad y entonces se dieron cuenta de que la pantalla mostraba el avance de la batalla en Grigori, no parecía alentador el resultado.

Grigori

En medio de la vorágine de la batalla se estaban realizando combates contra Dimitri, Nero y Akeno, los tres usaban cada gramo de su capacidad en tratar de detener el avance de las innumerables legiones de Muerte, parecían no tener fin y estaban seguros de no haberse topado todavía con sus lideres. 

Para la Parca cada combate parecía hacerlo ganar energía, recuperándose muy rápido de cada golpe y contestando con mas fuerza, sus sombras ahora no solamente eran su tradicional guadaña, estaban disparando rayos de energía espiritual, cada combate enemigo cegado se volvió un ataque que era capas de acabar con mas.

Además de crear una nueva habilidad "Proyectiles de almas", cuando el enemigo caía esa ultima chispa de energía vital explotaba y disparaba proyectiles mortíferos que atacaban al enemigo mas cercano, creando efectos en cadena que aniquilaban a tantos enemigos que con un corte elimino hasta mil no muertos.

El hijo de Azrael era como una tormenta de fuego, todo a su alrededor se llenaba de fuego sagrado y espadas de energía aparecían a su alrededor, luchando por él, el fuego tomaba formas de animales que conoció de niño, atacando como lobos, búhos y gatos, devastando la lineal de frente enemiga.

Atacaba desde el aire para apoyar a su amigo, mientras trataba de mantener el punto de interés sin que pudieran llegar el enemigo, aunque al estar enfrentando al grueso del enemigo no podria enfocarse mucho en ese lugar, por suerte había alguien mas que podria ayudar a los que se refugiaban.

Baraqiel estaba ya de rodillas frente a un ejercito interminable de enemigos que venían en su dirección, tras ellos estaba Atenea, quien dirigía a todos de manera que los ataques en cadena no eran efectivos, la diosa de la guerra y la estrategia estaba feliz de ver que por fin estaba todo resultando como debía.

Estaba ya herido en un brazo y un costado por armas envenenadas con una toxina diseñada por Isis en persona, estaba hecha para destruir todo a su paso, si Ra estuviera vivo recordaría bastante bien el dolor que genera, era increíble que siguiera atacando, pero pronto perecería y no seria un obstáculo en su campaña.

Los carros de guerra de los egipcios eran bastante efectivos flanqueando al enemigo y disparando mas veneno, no era partidaria del exterminio total, pero consideraba que seria aceptable si con eso recuperaban su territorio y evitaban la aniquilación por parte de Muerte.

Todo estaba bien, hasta que el aire se comenzó a congelar, el vapor salía de su boca, una gran tormenta se acercaba a ellos y parecía un gran huracán de poder sagrado, agudizo la vista y pudo ver como en el centro de la tormenta estaba una mujer de largo  cabello negro, quien disparaba relámpagos de energía sagrada y aniquilaba todo lo que tocaba.

Pero no solamente electricidad, fuego, agua a presión tal que cortaba acero, todo estaba consagrado y los no muertos estaban pereciendo bajo esa lluvia como si fuera acido, el viento huracanado corto por la mitad a decenas de sus guerreros, esto era malo, habían llegado personas con experiencia luchando.

Akeno había llegado al campo de batalla y no se veía nada feliz con esa situación, sus ataques llenos de rabia barrieron con la zona como si fuera una aplanadora, fragmentos de edificios se levantaban por torbellinos que ella creo y los uso para triturara a cualquier enemigo cercano, además de desviar cualquier flecha que usara contra ellos.

Baraqiel observaba a su pequeña y no podía creer lo fuerte que se había vuelto, era algo devastador, se sujeto la herida que tenia y trato de recostarse, pronto partiría, le parecía ya ver a los mensajeros de la muerte frente a él, solamente le hubiera gustado haber hablado con su hija y poder ayudarla al menos una vez.

Desde la distancia se podía ver a Muerte molesto por esta situación, se habían interpuesto en sus planes y eso retrasaría su diagrama una semana, si es que lograban frenarlo, aunque dudaba que tres personas pudieran detener esa misión, pero los muertos que caían en esa batalla tardarían en ser recuperados.

Muerte: maldito Azrael, esta iniciando sus medidas ¡Se que me escuchas hermanito! ¡Detén esto! ¡Solo estas retrasando lo inevitable! —Nadie esperaba una respuesta, pero frente al Jinete del apocalipsis apareció la figura del Ángel de la Muerte, tan tenebroso como era de esperarse, todos los muertos en un kilometro de diámetro perecieron y se volvieron polvo— ven en persona, desgraciado, ya veremos que logras

Esa era una figura incorpórea, pero entonces el poder disminuyo y le sonrió como si fuera un niño haciendo un berrinche, entonces le mostro el dedo medio y desapareció en el aire, dejando a Muerte bramando maldiciones en un idioma que no conocían, aunque de todas formas causo mutaciones horrendas en quien lo escucho y murieron pocos minutos después en agonía.

Sobre la cabeza de Dimitri apareció de nuevo la aureola dorada del hijo de Azrael, estaban enervando una gran devastación, tendrían que enviar a sus generales, por lo que Muerte envió a su encuentro a un dragón negro que estaba por allí, uno de los pocos inteligentes que decidieron unirse a él.

Akeno estaba distraída, Atenea planeaba atacar por sorpresa para destruir toda la zona que tenia cerca de la hija de Baraqiel, entonces una sombra apareció desde tras ella, se dio la vuelta y observo al Apophis, parecía emocionado, viendo a Akeno destruyendo todo de esa manera, salto a la batalla recibiendo muchos impactos, pero ninguno que le generara daño.

Su puño envuelto en sombras estaba por impactar en la cabeza de la mestiza, con el poder suficiente para hacer explotar al menos algunos vasos sanguíneos y si tenia suerte licuar su cerebro, pero antes de que pudiera conectar fue derribado por una ráfaga de energía sagrada que agujero el suelo de la ciudad y dejara ver el vacío bajo ellos.

Allí sobre todos estaba Gabriel, porta si una armadura completa y su lanza en mano miraba al dragón maligno con rabia pura en los ojos, su cuerpo emitía tanto poder que parecía el amanecer, Akeno pensó que la atacaría y se preparo para bloquear cualquier ataque, pero la líder del Cielo ataco a Apophis una vez mas.

Gabriel: no vengo por ti, al menos no hoy, vengo para proteger a mis hermanos menores —Con su lanza apunto al refugio y creo un portal justo en la entrada, miro al dragón y este se relamió los labios, saboreando la carne chamuscada que se regeneraba a un paso acelerado— ¿Qué hacen aquí ustedes?

Akeno: Azrael, nos dijo que si queríamos demostrar quienes éramos tendríamos que mostrar quienes somos —Estaban siendo rodeadas, no podrían hablar a menos que quisieran que todos los comandantes llegaran y las llenaran de flechas y maldiciones— creo que esta platica podria esperar un poco ¿No crees?

Por su lado, Nero estaba luchando contra un grupo de No muertos particularmente problemáticos, pero solamente los despachaba uno por uno, podía ver de reojo a Gabriel, quien estaba aniquilando a las legiones, le parecía extraño que nunca se hubieran encontrado con alguien asi cuando destruyeron el Vaticano, algo estaba mal.

Desde el aire, Dimitri se enfrentaba a Guerra con toda su fuerza, pero el Jinete Rojo parecía solamente jugar con él, ordenando a sus tropas seguir avanzando sobre ellos, logrando tomar el terreno devastado por los ataques de Dimitri, el aire se lleno del aroma de carne quemada, el sonido de las armas y gritos de guerra era todo lo que había, ya no era una misión para evitar la caída de Grigori, sino una batalla para salvar a tantos como pudieran.

Asgard

Luis estaba a la cabeza de una fuerza de dos mil Salazar, acompañados de un grupo de otros dos mil magos voluntarios que se les unieron para realizar el plan mas loco que se les pudo ocurrir, caminaba en dirección a la ciudad destruida y que ahora pertenecía a los gigantes de fuego, pero no estaba solo, estaba acompañado de  Xenovia, Tezcatlipoca, Thor y de Freyja.

A la distancia se veía a Loki sentado sobre el trono de Asgard mientras bebía hidromiel de una copa de oro que alguna vez fue de Odín, el destructor de ese reino estaba preparado para esto, aunque por dentro no esperaba que llegaran tan rápido y atacando de frente, pero era mejor, antes podria destruir a todos.

La alabarda de los Salazar estaba sobre su hombro mientras observaba a los gigantes que se acercaban, eran colosos elementales, con sus pasos hacían que temblara la tierra, el aire se enfriaba hasta el punto que algunos pudieron sentir que sus pulmones se contraían, el fuego llegaba desde el otro lado, quemando lo que aun estaba en pie.

A su lado se encontraba la chica de cabello azul, quien parecía consternada ante el inmenso numero de enemigos que emergían desde la cuidad, cincuenta metros, era la estatura promedio, pero estaba segura de que el monstruo de fuego mas grande mediría al menos doscientos metros, muchos magos apretaron sus armas, pensando que había llegado el día en que morirían.

Xenovia: ¿Qué tan probable es que logremos siquiera tocar el suelo de Asgard? —Ella estaba preparada para atacar, pero quería escuchar que creía que podían ganar contra un ejercito que los hacia sentir como hormigas—

Luis: realmente no creo que ganemos, los números del enemigo son solo de mas de diez mil y nosotros en conjunto apenas llegamos a los cinco, incluso cada uno puede que valga por cien de nuestros soldados —Quienes escucharon eso de inmediato se preocuparon, ya que pensaban que ese era el final— 

Camino primero, viendo como se acercaba un gigante de hielo, levantando un garrote gigante, con solo andar genero una gran ventisca, pero Luis ni siquiera se movió, incluso esta vez salió corriendo contra él, la nieve le cubría por completo, el aire era ya tan denso que se perdió en la tormenta, Tezcatlipoca estaba por sacarlo de allí cuando Xenovia levanto su arma para frenarlo, ella sabia lo que venia.

De entre las sombras de la nieve apareció Luis, gritando con ira y golpeando su alabarda contra el cráneo de la bestia, se escucho un estruendo como la de una tormenta, el aire se rompió por su fuerza, pero también la cabeza de la criatura, salpicando la nieve de sangre, litros y litros de la substancia carmesí inundaron el campo de batalla.

Los gigantes vieron esto y entonces se dieron cuenta que ese no era un hombre común, la alabarda retrocedió para después lanzar un golpe, el ataque fracturo el aire, a simple vista todos vieron como se desteto un huracán, el impacto estaba cargado de la energía asesina de la Alabarda, hirieron a decenas de enemigos y todos se desplomaron en el suelo.

Luis. ¡Somos menos que ellos! ¡Pero también somos los hijos del Creador! ¡No conoceremos miedo mientras él quiera nuestra victoria! ¡Y hoy nos la vamos a ganar! —Todos comenzaron a atacar y el aire se lleno de magos, de guerreros montando pegasos y Valkirias, que estaban cortando a los gigantes y logrando mantener el frente—

Desde la distancia Loki observaba la batalla y jugaba con un mechón de cabello, disimulando su frustración, estaban de vuelta, antes de un año, antes de que pudiera levantar las fortalezas y prepararse apropiadamente para el conflicto, estaban los enemigos mas peligrosos que conocía, se levanto del trono de Asgard y tomo la lanza de Odín.

Los gigantes de Fuego, la elite de sus ejércitos, los muertos vivientes del inframundo y sus maquinas de guerra malditas entregadas a él por Muerte, estaba enviando mensajes para solicitar refuerzos, pero todos estaban ocupados, no es que los necesitara, el se sentía confiado de sus capacidades, pero de todas formas había algo mal aquí, debió haber podido llamar a refuerzos para que lo socorran.

Bajo por las grandes escaleras del palacio y observo con atención como se abrían paso, como las sombras de un jaguar negro devoraban a los gigantes, los cortes con energía estelar devorando a sus enemigos, pudo ver a Freyja montando su carruaje y flanqueando al enemigo, pero no Thor, él no estaba a la vista, estaba seguro de que lo vio en alguna parte.

Estaba por ordenar una retirada a las posiciones de defensa ya establecidas, pero entonces vio como un gran trueno quemo a cien gigantes, la zona fue destruida por el inmenso poder de Thor, quien estaba allí, no tenia un ojo y del ojo que le quedaba se veía una gran cantidad de energía que se liberaba.

Thor avanzo enfurecido entre el ejercito enemigo, nadie se le acercaba, era una maquina de matar, alguien que mataría a quien se metiera en su camino, pero Loki noto la diferencia, esta vez era mas estratégico en como enfocar su ira, dejando que magos pudieran llegar a las posiciones despejadas para atacar.

Entonces eso estaba pasando, bueno, el dios del engaño decidió atacar, todo fue el inicio para la gran batalla, tardo semanas en conquistar Asgard y ahora se lo quedaría, no dejaría a un montón de escoria quitarle lo que le pertenecía, avanzo con sus aliados al frente, mataría a quienes dirigían el ataque y terminaría todo con un golpe, aunque primero tendría que hacer algunos juegos, asegurar su victoria.

Inframundo, territorio Fénix

Las tropas de Ravel tomaron cinco ciudades en un plazo de cinco días, todo era tan bien administrado por ella que el ejercito avanzaba apenas deteniéndose en lugares con guarniciones, tomo ciudades con recursos, evitando donde habría mas resistencia, dejando todo eso para el final, ya que la retrasaría.

Muerte fue su guadaña en la tierra, aniquilando ejército tras ejércitos, aniquilando la tierra y creando hambrunas, la comida se pudrió, plagas arrasaron los campos de cultivo, los ganados y rebaños fueron heridos y perecieron, ese era el poder del Hambre, todo por donde pasaba era un desierto estéril mas allá de la salvación, su maldición era absoluta y solo él la podria remover.

Ravel sabia eso y por eso creo una ruta para él, el "Camino Muerto", deambulo por los paramos mas fértiles para destruir la naturaleza y dejar intactos los campos de cultivo y territorios que ella quería para su nuevo dominio en el inframundo, el Reino del Fénix estaba levantándose.

Actualmente estaba vigilando las movilizaciones de su ejercito, muchos se unieron a ella por comida, o a cambio de no sufrir el paso de Hambre sobre ellos, tenia un territorio que superaba a los de Gremory y Sitri, fue satisfactorio ver como superaba a los clanes traidores que hasta cierto punto generaron la humillación y decadencia de su Casa.

Su padre, sus hermanos habrían propuesto atacar los territorios Gremory, hacerlos pagar por sus ofensas, ella misma tuvo ese tipo de impulso la primera vez, pero descarto la idea, no quería alargar sus operaciones innecesariamente y arriesgarse a que dos Reyes Demonios la atacaran al mismo tiempo, en especial si Muerte estaba ocupado y no podía mandar refuerzos.

En ese momento estaba sentada en un trono, leyendo los reportes de cada ejercito y de sus generales, logrando tener rendiciones, gente que cambio su lealtad a ella y ciudades que escogieron seguirla antes que seguir caminando a la guerra contra la humanidad, bueno, esto era interesante,

La entrada de la Tienda de Campaña se abrió y sus guardias se colocaron en posición firme, saludando al que llego, ella levanto los ojos y observo a Hambre, quien se arrodillo ante ella, Ravel le extendió la mano y con delicadeza beso sus nidillos, el Jinete se levanto y despidió a ambos guardias para hablar con ella.

Hambre: destruí dos ciudades, sobrevivirán para irse, pero no podrán usarlo como punto de apoyo, destruí sus medios de transporte, además de que estoy esperando los Pilares Arcanos de Isis, para aislar el territorio —Ella le ofreció el asiento y cuando lo hizo ella se sentó frente a él mirando sus ojos—

El azul se encontró con el color negro muerto de los ojos de Hambre, pero era tan curioso como Hambre parecía mas cercano a la Humanidad que sus hermanos, era alguien que antes de luchar siempre ofrecía piedad, siempre que estaba con ella parecía algo mas que una simple arma del final de los tiempos.

Ravel: bueno, me gusta ver que al parecer todo continua de acuerdo al plan, si todo continua como estamos, y si nada sale mal entonces tendrán al Inframundo de los demonios ante ustedes —Ella noto que ante esas palabras Hambre parecía dudar un momento, por lo que tomo su cabeza y lo abrazo, jugando con su cabello, dejando se apoyara en su pecho y escuchara su corazón—

Mas allá de la perversion esperada de otros, en realidad Hambre encontraba reconfortante escuchar el sonido del corazón de Ravel, de alguien a quien su simple contacto no asesinaría al tocarlo directamente, ella lo sabia y aunque considero que podria aprovechar eso desecho la idea, por ahora parecía ser que estaban del mismo lado, y realmente disfrutaba de tenerlo con ella, quien diría que la demonio que representa el renacer y la criatura que representa la decadencia formarían una pareja como lo que eran.

Hambre: no, Muerte ya hablo, dijo que te va a regalar tus conquistas, dice que de todos los inútiles e idiotas que se unieron a él eres la mas eficiente, por lo que te dejara existir hasta el final de sus planes —Ella comprendió todo, Hambre se lo dijo tras el primer mes de estar cerca, Muerte no planeaba conquistar todo, cuando la conquista de sus enemigos terminara entonces le seguirían sus antiguos aliados, pero ella guardo el secreto— ¿Temes al final?

Ravel: quizás antes, cuando Muerte mostro lo que le sucede a los demonios al morir sentí mucho miedo, pero si él lo hace en persona y de verdad no terminare en el Abismo, bueno, creo que es aceptable —Sintió como Hambre la abrazo mas fuerte, tratando de que no se separara, ella sabia que él no podria detener el final— tranquilo, tarde o temprano pude irme, por ahora hay que disfrutar del viaje, sino viviremos en el miedo

Tomo el abrigo de Hambre y lo quito para quitarlo, tomo la tabla de informes y tras dar una ultima orden de no molestarla decidió que quería disfrutar un poco mas de la vida, quizás llegaría el final, pero no planeaba vivir con miedo a la muerte, vio la muerte de todos los que compartían sangre con ella, sintió la desesperación y el deseo de perecer.

También sintió el terror de querer escapar del final, cuando esos guerreros estuvieron frente a ella y pudo morir, pero al final, cuando vio al Avatar de la Muerte entonces perdió el miedo, si vivía bien, aprovecharía el tiempo todo lo que pudiera, mientras que si movía, también estaría bien descansaría de las tribulaciones de la vida, todo terminaba y no creía tener algo que la hiciera merecedora de salir del ciclo que todos tenían, miro la cara enrojecida de Hambre y solamente beso sus labios mientras se disponía a mostrarle algo mas que solamente llevar muerte a todas partes. 

Inframundo, fronteras de los Territorios Gremory y Sitri

Banderas de guerra estaban reunidas alrededor de un campamento con las banderas de las dos familias nobles de los demonios, en el centro se encontraban Rias y Sona, hablando entre si acerca de su siguiente plan de ataque, planeaban seguir adelante con estrategias humanas de ataques relámpago para tomar tanto territorio como pudieran antes de que sus hermanos se enteraran.

Habían tardado algunas semanas en recolectar inteligencia y partidarios, pero al fin tenían un ejercito formado no solamente por demonios, sino por soldados Yokai que se enlistaron como voluntarios en la batalla, eso les daba una ventaja de versatilidad sobre sus hermanos, además de que estaban siguiendo planes diseñados por generales profesionales, adaptando todo según sus necesitada des.

Las banderas se movían con el viento, pero había algo diferente allí, sobre la tienda principal estaba un escudo de armas con la heráldica de los Bismark modificada, en el centro estaba un escudo con engranajes y un reloj marcando la media noche, flanqueado por dos águilas prusianas que tenían las alas en su dirección.

La guerra estaba por comenzar, Rias y Sona salieron de la tienda de campaña y entonces todo el ejercito fue transportado a la ciudad mas cercana, Zertran, una ciudad fortaleza llena de armas, recursos y en especial, una población inconforme que estaba dispuesta a abrirles los brazos si superaban el primer muro de defensa.

El primer ataque fue de Rias, su ataque era diferente a lo que todos esperaban, de entre sus ropas saco una pistola que parecía pertenecer a la humanidad, apunto a la muralla protectora y disparo, frente a la boca del cañón del arma apareció un circulo mágico que acelero todavía mas el proyectil de energía destructiva.

Cuando impacto la barrera cedió a su paso y se estrello contra la roca tras el muro mágico, cuando choco la explosión derrumbo una amplia porción del muro y destruyo todo lo que estaba cerca, dejando una brecha en la defensa, la cual fue aprovechada por los guerreros mas cercanos para ir a la batalla.

En el castillo de los Gremory había una gran movilidad fuera de una habitación en especial, los objetos volaban por todas partes y rafagas de magia fueron lanzadas por la ventana, mientras una voz maldecia a gritos, exclamando que había llegado el final de todos por culpa de un idiota.

???: ¡Todos morirán por culpa de ese mocoso! ¡Adiós a todo el Inframundo y hora demudar mi presencia a aguas más tranquilas —La mujer de baja estatura estaba lanzando ropa a varias maletas, cajas y cajas entraban en un par de valijas que parecían no tener fondo— ¡Suerte en el Abismo! ¡No me quedaré esperando a que Azrael venga a Purgar este lugar o que los Jinetes vengan por nuestras almas!

Zeoticus: ¡Abuela! !Este es momento para los cuales te preparaste! Ayudarnos cuando más lo necesitamos, podremos al menos proteger nuestros territorios —Y una vez más un jarrón de estrelló en su frente, sin hacerle daño, pero era fácil saber que eso significaba que no— ¡Runeas Gremory! ¡No puedes solamente irte! Eres parte de este clan

Runeas: ¿Qué no puedo? Niño, yo haré lo que quiera, me iré a la tierra, usaré mi dinero y planeo vivir en una isla en medio del mar hasta que me alcance algún meteoro o la tierra explote, lo que suceda después —Tomo sus maletas y se preparó para irse en un círculo de transporte, cuando una gran luz iluminó el horizonte— quizás llegaron antes de lo planeado, debiste hacer lo que hizo la pequeña Rías y unirte al bando ganador

Desapareció de ese lugar en un resplandor rojo, mientras afuera había soldados que se dirigían a los puestos de combate, Zeoticus observó en dirección a la Tierra de los Muertos, las alarmas sonaban en todas partes, estaba llegando la guerra una vez más.

Las trompetas de alarma no fueron tocadas desde el ataque de Armagedón, pero ahora estaba sintiendo una vez más que sería la última vez, podrían derrotarlos, pero algo grande y peligroso estaba en la entrada, tuvo que salir y observar como los soldados estaban saliendo a toda velocidad por ordenes de su hijo, logrando escuchar que Hades había atacado y estaban a las puertas de sus dominios.

Tierra de los muertos

Las Puertas de la Muerte se abrieron finalmente, tras lo que parecía una eternidad las inmensas puertas del hades se abrieron y dejaron salir a las legiones de la muerte, Parcas caminaban en una procesión silenciosa, dirigidos por sus generales, las Parcas de Nivel Ejecutivo, quienes parecían preparados para cegar la vida de todos.

Interminables columnas de soldados estaban preparándose para cuando se diera la orden de marchar al ataque, a la cabeza estaba Hades, quien parecía preparado para atacar a la mínima provocación, y esa provocación estaba justamente delante de él, un ejercito de Demonios de los que quedaban tras la guerra, reclutados a la fuerza, hijos que se quedaron en casa y estaban preparados para defender su hogar.

Pero también estaban allí los reyes demonios, pero también estaban preparados para ese escenario, tras ellos venia una reliquia que estaba ala par de la Lanza de Longinus, tras ellos, custodiada por diez Angeles de cinco alas estaba la reliquia mas poderosa que podria liberarse para combatir a la oscuridad, la Santa Cruz.

La madera estaba envuelta en pergaminos con símbolos sagrados, no para aumentar su capacidad, sino para contener su exorbitante poder, si la abriera en ese momento entonces todo ardería y pocas cosas podrían evitar que incinerara a ambos ejércitos al estar liberado su poder sin control.

El rey carmesí voló primero para parlamentar con los invasores, quería destruir a todos, sabia que tenia el poder para lograrlo, pero no queipa que sus seguidores fueran borrados en el proceso, fue acompañado por Serafall, quien parecía estar preparada para luchar, aunque ella misma expreso su inseguridad acerca de querer luchar ahora en casa, queriendo ir a buscar a su hermana y convencerla de abandonar esa guerra.

Frente a frente los dos reyes se miraron, los ojos del esqueleto chocaron contra los del demonio, quien ya no parecía tan glorioso como antes, su anterior gloria no era mas que el recuerdo del inicio de la guerra, tanto estrés había causado el blanqueamiento parcial de su cabello, sus ojos estaban cansados, pero los demás rasgos parecían igual que siempre, pero Hades sabia que ese gigante tenia pies de barro.

Sirzechs: señor de la tierra de los muertos, tiene exactamente cinco minutos para retirarse de aquí, o me encargare de que todos perezcan, y sin importar cualquier arma que tengan usted no sobrevivirá —La deidad griega permaneció impasible, esperaba algo como eso, al inicio pudo haber negociado, pero fue directamente para amenazarlos con el final asegurado para ambos—

Hades: estamos aquí para asegurarnos de que salgan de la guerra de los humanos, si continúan con esta necedad, pronto esa plaga se va a esparcir por todos nuestros dominios, sino es que estamos ya sufriéndolas ¿Crees que nadie mas se da cuenta de su guerra civil? ¿Qué brujas, monstruos informes y esa plaga de Ghoul no se han esparcido ya también aquí? El mundo estaba en equilibrio con lo Natural y Sobrenatural por separado, pero ustedes rompieron ese equilibrio

Sirzechs: palabras fuertes para alguien que se a pasado los últimos siglos sentado, observando como lentamente se perdía el equilibrio de los humanos —Su poder se estaba incrementando, Serafall retrocedió ya que sabia que si decidía tomar su verdadera forma entonces ella podria terminar como un daño colateral— no es mas que una excusa para promover tus propios intereses, y voy a destruir cualquier cosa que sea una amenaza

Hades: yo no lo hare en persona, digamos que hay cosas que todavía no tengo la capacidad de lograr, aun con todo mi ejercito y recursos, pero estoy apoyando a un buen colega, Azrael ¿Podrías confirmar mis palabras? —La voz que escucharon entonces hizo a todos temblar, muchos gritaron ya que sus oídos sangraron y muchos otros quedaron ciegos al instante—

Azrael: ¿Qué es una advertencia? ¿Destruir cualquier advertencia de que están por morir? ¿Qué voy a hacer arder el inframundo hasta que no quede ninguno de ustedes? —La voz estaba en tocas partes, pero el ángel de la muerte no se presentaba— estoy sentado en el Trono del Mundo de los Sueños, desde aquí controlo todo y a quienes quiera, pero si me levanto de aqui, sera para ir yo mismo a destruirlos a todos

Pronto en la mente de todos aparecieron las imágenes de la primera gran masacre que realizo Azrael contra el inframundo, cada cuerpo que desaparecía, la ciudad ardiendo y derritiéndose hasta no dejar nada, como todos gritaban por piedad hasta que Michael se apiadaba y le pedia a su hermano parar, pero Michael ya no estaba entre ellos.

Una figura apareció ante ellos, era el avatar de Azrael, hecho de energía sagrada en su estado mas puro, e incluso en esa forma tenia suficiente poder para enfrentarse a todos en ese lugar antes de sucumbir y explotar como una bomba de destrucción masiva, con el poder de destruir un área proporcional a Paraguay y Uruguay juntos.

Azrael: ya no estamos jugando a los berrinches, mocosos malcriados, no soy un hermano mayor cariñoso, no soy mi padre, tan piadoso que no los extermino como propuse, y no soy Gabriel, esperando redimirlos ¡Soy Azrael! ¡Y si vuelvo a levantarme será para marchar con todas mis legiones sobre ustedes y terminar hasta con el ultimo Hombre, Mujer y Niño de su asquerosa Raza demoniaca!

Su ira era palpable, Serafall sintió el miedo en su corazón y muchos de sus soldados estaban en desbandada ante la vista de la lejanía, como se materializaban Angeles de fuego, legiones tras legiones, no eran solo tres, eran tantos que parecían estrellas poblando el cielo, todos revestidos con armaduras doradas y con gemas preciosas, sus cantos estaban creando un entorno consagrado y parecían listos para ir a la guerra.

Azrael: no me importan, son polvo que se tarda en quitar, a partir de ahora declaro que la guerra con la humanidad termina, no me importa la formalidad, mas tarde lo harán, pero se detendrá ahora, o voy a destruir a quien desacate mi orden —Hades sentía que su cuerpo colapsaría, nunca había visto a Azrael tan furioso y usando tanto poder, pero sabia que era algo malo— marcharemos contra el Apocalipsis y detendremos el Fin del mundo, pueden moverse o perecer con ellos

Con eso, el avatar paso de largo de Sirzechs y susurro algo al oído de Serafall, alejándose del lugar, las tropas comenzaron a avanzar y desaparecer en portales, con un destino desconocido, pero era evidente que todo ese poder estaría listo para ir a la guerra.

El demonio pelirrojo apretó sus puños, pero se alejo del lugar, mientras Serafall consideraba alejarse de allí, Sona, lo que le dijo Azrael... ella tenia que hacer algo, por lo que se preparo para partir, tenia que hablar con Sona y en el futuro con Gabriel, sino detenían esto de manera oficial solo habría mas sangre, Ajuka era la ultima oportunidad que tenia, con él de su lado entonces podrían convencer a Sirzechs de su locura.

Espacio entre Dimensiones

Mientras estaba todo eso sucediendo, Walfrid estaba en un estado de Extasis, recordaba haber jugado cartas con Zero, el desgraciado de seguro hizo trampa, pero cuando por fin gano, no recordaba todo, su primer deseo a cambio de sus fichas era haber pedido que encontraran un cuaderno donde estaba su plan de ataque final, pero no recordaba que era lo siguiente.

Escucho entonces el sonido de varias alas en movimiento, abrió los Ojos y entonces vio algo que me hizo comprender mejor la frase "No temas", que venía en los relatos bíblicos, frente a él estaba un colapso que por solo verlo sentí que mi retina ardía y mi entorno tenía tanto poder que era como ser aplastado bajo un océano de poder.

Estaba flotando en un océano que era el universo, estrellas por todas partes, los mundos eran y dejaban de ser con un solo pensamiento del amo de ese lugar, era algo que casi provoca que su mente sea destruida, su alma ardió en llamas y sus ojos fueron pulverizados, por un momento sintió que seria destruido, hasta que al fin pudo sentir alivio.

Su alma fue reconstruida en una estado perfecto para un humano, rodeado de un aura blanca tan pura que podria compararse a nada que conociera, entonces pudo verlo, frente a él estaba un coloso que opacaba planetas, aunque eso era difícil de comparar si el mismo parecía grande para un planeta, pero ese ser lo opacaba.

Walfrid: ¿Quién eres? —Miles de alas se movieron, ojos en todas partes, cada vez aparecían muchas mas alas, los ojos parecían observar todo lo que existía, la parte superior de un hombre estaba sobre las hojas, mostrando que no tenia rostro—

Sobre el lugar donde estaría la cabeza estaban ruedas que giraban una y otra vez, el ojo principal tenia un símbolo que no reconocía, pero que le daba la sensación de que con solo replicarlo su mano podria arder, no, solo con intentarlo.

???: tu sabes quien soy, hijo, soy el padre de todos, soy el dios de tus antepasados, partiendo desde Adán, soy el creador, soy el alfa y el omega, soy el creador de todas las cosas y que por mi mundos son y dejaron de ser, cada que se dijo YO SOY, era Yo, soy el protector de la realidad y del orden junto a muchos mas —Sus inmensas alas se movieron y extendió su mano hasta llegar a Walfrid. quien solamente se quedo en donde estaba— puedes decirme solamente D, o Big D

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