Los dioses de la Luz y la Oscuridad
2 de noviembre, 1939
Ese seria un día histórico para todas las facciones y la historia humana, ese día la humanidad haría su primer intento por llegar a un acuerdo con los dioses del panteón Mexica, se trataba de la primera vez en casi quinientos años en que los humanos y los dioses hacían un trato de manera abierta y a vista del publico general.
La ciudad de mexica sufrió una transformación repentina tras lo que paso en la liberación de los dioses, la catedral que se encontraba en el sócalo y el palacio presidencial cayeron de manera repentina mostrando un templo mucho mas grande que el que relataban, era una pirámide gigante, de color blanco con detalles de oro.
En ese lugar los dioses Quetzalcóatl y Tezcatlipoca estaban reunidos alrededor de una mesa con el presidente Lázaro Cárdenas y el general de cinco estrellas Zaragoza se encontraban allí ya que esos dos dioses se negaban a hablar con cualquier hombre blanco o de una etnia ajena a lo que llamaban su creación.
Los dos dioses eran hermanos, siendo Tezcatlipoca el dios del espejo negro, el mayor de ellos dos, conocía los pensamientos de las personas, sus corazones y cuales eran sus intenciones, era severo y nunca perdonaba a quienes se atrevían a ofenderlo, era severo y temible, siendo una deidad era orgulloso, pero tenia la humildad suficiente para valorar las vidas humanas, viendo el potencial que tenían.
Su figura diseca normal era la de un hombre de piel negra como el vacío del espacio, de consistencia fuerte pero sin parecer exagerada, media 1.90 metros por lo que se veía impotente frente a otros, su rostro era duro y mostraba severidad, su maquillaje de guerra era amarillo con una linea negra pasando sobre su nariz de manera horizontal.
Su ropa era una túnica a la altura de su cintura color verde claro, pulseras de oro y un material blanco en sus muñecas, tenia un tocado muy lujoso sobre la cabeza y en su cuello hondeaba una capa roja, sostenida a su cuello por un soporte rojo con adornos de oro y jade.
Tras de él flotaba su mítico espejo negro de obsidiana, que le dejaba ver todo lo que quisiera, incluso algunos minutos en el futuro, dependiendo de la situación, su poder era aterrador y era uno de los cuatro pilares cardinales, o mejor dicho tres, ya que uno de los cuatro pereció de manera permanente durante la guerra.
Su hermano menor Quetzalcóatl era un dios mucho mas piadoso y amable, su rostro mostraba amabilidad y comprensión por los humanos, él fue el principal responsable de la creacion de los dioses en esa parte de américa, por lo que los amaba y siempre abogo por proteger a la humanidad a cualquier costo.
Su complexión era delgada, pero bastante buena para su agilidad y con minúsculos engañosamente fuertes, media 1.85 metros, su piel era morena clara, pero estaba cubierta por maquillaje de guerra color rojo y verde y si sus ojos eran verdes como una esmeralda, contratando con los ojos negros de su hermano mayor.
Su ropa era todavía mas ostentosa que la de su hermano, era blanca, un taparrabos cubierto por una túnica, sus hombros estaban cubiertos y sobre su cabeza había un tocado con una enorme cantidad de plumas de Quetzal, con adornos de oro y otros metales preciosos.
A diferencia de su hermano no se le conocía por ser un temible dios, era mas compasivo, pero era una manera engañosa de verlo, era tan poderoso como su hermano mayor, si Tezcatlipoca era el señor de lo invisible, de las sombras y la oscuridad el era el patrón del viento, de la unión entre lo espiritual y lo físico, era tan poderoso que antes de ser señldo logro destruir a varios de sus enemigos.
Como se dijo antes ellos dos eran parte de los cuatro pilares del mundo, al norte estaba Tezcatlipoca, al oeste se encontraba Quetzalcóatl, en el este se encontraba el fallecido Xipe Tótec y al sur se encontraba Huitzilopochtli, eran los pilares de su mitología y solamente quedaban las tres principales deidades y uno estaba confinado en un cuerpo humano.
Al otro lado de la mesa se encontraba Ignacio, la reencarnación del temible señor de la guerra, durante su tiempo como dios era indomable, un guerrero que a la menor provocación era capas de marchar solo contra ejércitos y ganar por su cuenta batalla que parecían perdidas.
Los dos dioses miraron a su hermano menor y Quetzalcóatl no pudo evitar acercarse a Ignacio y abrazarlo con tanta fuerza que pudieron escuchar como le rompía algunos huesos, Tezcatlipoca lamento el comportamiento de su hermano y utilizando sus sombras oculto todo lo que estaba alrededor de ellos.
Quetzalcóatl: ¡Hermanito! —Dijo mientras giraba al pobre Ignacio que parecía un muñeco de trapo al ser aplastada por su hermano mayor— esperamos tanto tiempo poder ser libres, no tienes lo aburrido que era estar allí, solo pensando en venganza y sin nada de cacao que comer, considere seriamente sacrificarme y romper el sello yo mismo
Ignacio: creo que volveré a morir —Al fin fue soltado por el mas alto y respiro rapido para recuperar el aliento, estaba un poco pálido y apenas recuperaba su acostumbrado color moreno— lamento tardar tanto, no es fácil reencarnar como todos dicen, fue un infierno tan solo recuperar la conciencia
Tezcatlipoca: lo único importante hoy es que somos libres y estamos preparados para vengarnos de Michael, matare a ese traicionero mentiroso y a toda su gente, quien se meta en mi camino deberá perecer —Las sombras a su alrededor se alborotaron, pero Ignacio solamente le toco los hombros—
Ignacio: ¿No le darás un solo abrazo a tu amado hermano menor? —El mayor suspiro y se inclino un poco para poder alcanzar al mas bajo, en realidad era complicado para el dios de la oscuridad el poder expresar que realmente extraño su libertad y a su familia—
Cuando todo volvió a la normalidad los dioses volvieron a sus lugares para poder hablar con los humanos, sabian que era una situación difícil de entender, pero pronto tendrían que acostumbrarse a una nueva realidad, ese ya no era el mundo que conocían.
Lázaro: mi nombre es Lázaro Cárdenas, en la actualidad soy uno de los representantes de la Unión Latinoamericana, el es el general Manuel Zaragoza, uno de nuestros mejores militares —Miro a las deidades y trato de permanecer tranquilo, no queria terminar como el presidente de Francia y con un grupo de dioses que parecían furiosos—
Quetzalcóatl: conocemos quienes son, durante los meses que llevamos liberados nos pusimos al corriente respecto a lo ocurrido con el mundo en estos quinientos años de ausencia —El gentil dios de maquillaje verde sonreír tranquilo y parecía no interesarse con lo que pasaba a su alrededor— ¿Qué es lo que desean saber de nosotros? ¿Por qué hablar con nosotros ahora de estos temas?
Manuel: el mundo sobrenatural no esta contento con nuestro progreso y ahora mismo estamos siendo atacados por todas partes, facciones como la bíblica y la facción griega están cuando estragos, por lo que estamos buscando una alianza con ustedes, a cambio de ayudarles con su venganza —La deidad de piel oscura miro al hombre detenidamente, perdiéndose en el vacío de sus pensamientos—
Ignacio paso saliva, esperando que las intenciones de los lideres fueran tan sinceras como las hicieron ver, conocía a sus hermanos, si alguien intentara engañarlos los humanos esta vez tendrían a un enemigo mas feroz y destructivo que Michael, la manera de hacer la guerra para ellos era muy diferente a lo que ellos pensaban.
Pero tras dos minutos de completo silencio la posición de Tezcatlipoca cambio, se recostó un poco sobre su silla y miro a los enviados de la humanidad, mostrando cierta satisfacción, como si viera algo que acababa de alegrarle el día.
Tezcatlipoca: nuestras creaciones han hecho bien su trabajo, fueron atacados una y otra vez, siguen siendo un pais dedicado a la guerra, pero también han progresado mucho —Su tono era neutral, en realidad no se sentía tan impresionado como su hermano menor—
Quetzalcóatl: lo que mi hermano trata de decir es que han hecho un trabajo formidable con sus paises, pero nosotros también tenemos planes, planeamos vengarnos de Michael, pero al saber que tenia aliados supimos que teníamos que hablar con ustedes —Su rostro mostraba un poco de seriedad y pudieron notar que su semblante mostraba que no bromeaba—
Cárdenas: estamos buscando una relacion amistosa con ustedes y conservar nuestro estilo de vida, esta guerra no la comenzamos, pero planeamos terminarla de una vez por todas, por eso requerimos a aliados poderosos que puedan apoyar militarmente —El dios del espejo humeante miro al humano a los ojos, el presidente no retrocedió y permaneció serio—
Quetzalcóatl: me encantaría ayudarlos, de hecho queria hacerlo desde el principio, pero mi hermano mayor no esta convencido de una alianza, no nos pueden ofrecer demasiadas cosas —Estaba comenzando a preocuparse de que no pudieran llegar a un acuerdo, necesitaba una mayoría de votos para poder realizar el tratado—
Tezcatlipoca: ¿Por qué deberíamos aliarnos con ustedes? nuestro ejercito esta avanzando sin problemas recuperando sus territorios perdidos y solamente queremos recuperar nuestro hogar, no veo un objetivo adecuado a seguir, solamente desgastaríamos mas nuestro poder —Su tono desinteresado irrito a los dos humanos y el dios lo sabia, queria saber que pensaban ante la negación de sus peticiones— ¿Qué nos ofrecen?
Durante muchos años de su juventud él había complacido a los humanos en lo que le pedía, les daba cosechas abundantes, los favorecía en la guerra y en ocasiones les ayudaba con pedidos que inclolucraban convencer a algunos otros dioses de que cumplieran sus peticiones, pero su naturaleza cambio a medida que maduraba.
Se dio cuenta de que los humanos se volvieron demasiado endebles, se rundían con facilidad y olvidaron su acostumbrada diligencia, cuando los dioses aceptaban todas las peticiones de los humanos estos incluso se olvidan de ellos, se vuelven complaciente pensando que todo llegara a ellos por mano de los dioses a los que olvidan.
Su temperamento duro era resultado de que se arto de ver como adoraban a su hermano menor y se olvidaban de él, de ver como esperaban que llegaran los milagros sin siquiera pedir por ellos, era el equivalente a un trabajador del que se olvidaban de pagar y de todas formas esperaban que cumpliera su trabajo a la perfección.
Zaragoza: ¿Qué es lo que quieren de nosotros? —Sabia que los dioses antes solían pedir sacrificios de sangre, eso le preocupaba ya que no estaban dispuestos a cumplir esa clase de exigencias—
Tezcatlipoca: buscamos que se nos dedique un tembló en cada capital de lo que llaman "Estados", las especificaciones las dejare a su consideración, Quetzalcóatl se la paso lavando mi cerebro por quinientos años con que estaba arto de los sacrificios humanos, por lo que él será quien diga que queremos como tributo —Se cruzo de brazos y el espejo que flotaba a sus espaldas materializo la imagen de un antiguo templo, modificado para las especificaciones de esa época—
Quetzalcóatl: se que ya no hay tantos creyentes como antes, por lo que nosotros pediremos solamente comida, tenemos algunos sacerdotes en nuestras filas que enseñaran con gusto, los sacrificios son cosa del pasado —Les mostro una lista con lo que querian, granos de maíz, carne de algunos animales, plumas y otra clase de artículos que parecían ridículos desde su perspectiva humana—
Pero lo que se escuchaba Ignacio era que estaban pidiendo un tributo por su ayuda, en realidad eran propuestas muy razonables, le alegraba que Quetzalcóatl pudiera convencer al mayor de ellos para que renunciara a los sacrificios humanos, aunque estaba seguro que durante la guerra seguiría siendo igual de feroz y despiadado.
A diferencia de los humanos y sus convenciones sobre como hacer la guerra ellos eran diferentes, la guerra era un asunto sagrado donde los hombres muestran su verdadera cara, antes solían capturar cautivos para sacrificios, él era la excepción pero por eso era adorado como el dios de la guerra.
La guerra que tenían frente a ellos era muy diferente, ya no importaba la religion, era una guerra de ideales, por lo que ahora tendrían que aceptar que quizás era necesario un cambio a sus tácticas, aunque por lo que vio el día en que fueron separados del sello ellos ya estaban evolucionando sus métodos de guerra.
Al final del día firmaron un tratado para aliarse con la Unión Latinoamericana, en el tratado incluía recuperar el control de lo que era su equivalente al cielo, estaba abandonado por todas las facciones pero regresar a casa involucraba que alguien intentaría reclamar también esas tierras.
También pidieron cosas que eran meramente protocolarias, pedían cosas como semillas, comida, plumas de aves diferentes e incluso en algunos casos pedían hortalizas que fueran cultivadas en el exterior de sus templos para alimentar a quienes se atrevían a adorarlos.
Cuando los lideres se fueron Ignacio se quedo atrás para hablar con sus hermanos mayores, habían pasado tantos años desde que estuvieron juntos que no podía ocultar su felicidad, aunque ellos notaron lo mucho que había cambiado, entre esas cosas estaba por la que estaban riendo en ese momento.
Tezcatlipoca: ¿Tu cocinas? ¿El feroz Huitzilopochtli que siempre decía que la cocina era solo para mujeres y hombres afeminados? —Se rio fuerte mientras bebía un vaso con pulque y se recostaba en un sofá—
Quetzalcóatl: veo que nuestro hermanito se ablando, recuerdo como eras antes, era honorable en el campo de batalla pero muchas veces eras pedante, cuando no entrenabas estabas con concubinas, cuando no estabas con ellas estabas buscando a alguien con quien pelear ¿Qué paso con tu temperamento agresivo y el viejo ninfómano que parecía no saciar nunca ninguno de sus apetitos? —La razón de su risa era diferente a la de su hermano, no tanto por burla, mas por sorpresa—
Durante años trato de que su hermano menor fuera mas suave, pero calmar a un dios que literalmente vivía para luchar era casi imposible, tenia curiosidad sobre como era que se logro ablandar lo suficiente para ser ese muchacho tan amable y que al parecer había perdido muchas de sus anteriores actitudes poco agradables.
Ignacio: durante mucho tiempo estuve atrapado en el limbo como una simple alma, eso me hizo un tanto sensible, mi madre humana también apoyo mucho en ese proceso, era temperamental, aun cuando nací con esta apariencia ella es tan fuerte que cada vez que perdía el control me arrojaba a un rio helado y no me dejaba salir hasta que me calmaba —Todavía recordaba esos primeros cinco años, en que parte de su orgullo se perdió y tuvo que ser moldeado— encontré un desahogo en la cocina
Quetzalcóatl: yo hice lo mismo con Tezcatlipoca, lo obligue a practicar un pasatiempo, me canso que cada vez que se enojaba destruía un trozo de la existencia de nuestra celda —Bebía una bebida a base de agua y cacao, ya que tenia malas experiencias con el alcohol por una broma pesada de su hermano mayor que termino en tragedia y la burla eterna de Tezcatlipoca—
Pero cuando estaba por seguir hablando sintió que eran observados, el dios serpiente emplumada de manera repentina adopto la forma de un resplandor blanco y desapareció de su sofá, cuando volvió tenia entre sus manos un gato negro que se retorcía tratando de que el dios lo soltara.
Quetzalcóatl: encontré a una pequeña espía, puedes cambiar de forma niña, no eres la única que puede cambiar de forma y no me pueden engañar tan fácilmente —Arrojo el gato al aire y este se transformo en Kuroka, miro a su alrededor y noto que el dios del espejo de obsidiana parecía molesto— mas vale que no seas una espía, a nuestro hermano le molestan mucho y suele comerlos en el desayuno
Ignacio: no es una espía, ella es Kuroka, es... bueno aun no terminamos de definir que somos, lo único relevante es que Tezcatlipoca no puede comérsela —El mayor de los tres dioses presentes solo asintió y siguió bebiendo su pulque, no se molestaba en mirarla demasiado, su ropa realmente no le resultaba escandalosa— es una Yokai, un tipo de espíritu de un pais lejano llamado Japón
Kuroka: ¿Aun no sabes que somos Ignacio-Chan, Nya? —Ella le abrazo el brazo y el mayor solamente se pregunto que debería hacer ahora— no sabia que los dioses también se divertían de esta manera, pensé que eran como en sus historias, que solo bebían sangre y peleaban
Tezcatlipoca: los ángeles cambiaron la historia y destruyeron la mayoría de registros, casi todo lo que saben son mentiras —Cuando lo dijo miro a la joven de arriba a abajo y despues se le escapo una pequeña risa— tengo que admitir que Huitzilopochtli conservo su buen gusto, despues iré a ese Japón y veré si todas las Youkai son tan hermosas
Quetzalcóatl: entonces brindemos a la salud de la nueva integrante de la familia —Levanto su baso y su hermano que estaba medio borracho lo imito, Kuroka solamente rio viendo a los dos dioses, eran mas alegres de lo que esperaba—
La joven nekomata queria hablar cuando un circulo de comunicación apareció en su oído, se aparto y dejo a los tres hermanos hablar entre ellos, Ignacio le resto importancia y continuaron conversando acerca del pasado, habían ocurrido muchos eventos que los otros deseaban conocer.
Kuroka: Ignacio, debemos volver, Nya —El mas alto volteo a verla con algunas dudas acerca de que sucedía, pero cuando hablo sus ojos parecía que saldrían de su cráneo— mientras Walfrid estaba en Japón fueron atacador por sorpresa, fue en el interior del territorio Yokai y no pudieron detenerlos... Tienen a Asia, Nya
El dios vuelto humano apretó sus puños y un aura de calor lo rodeo, sus hermanos lo vieron y el dios serpiente emplumada se paro frente a Kuroka para impedir que la luz la volviera cenizas, mientras que Tezcatlipoca usaba sus sombras para rodear a su hermano menor y evitar una explosión que volviera la ciudad un cráter humeante.
Quetzalcóatl: nos vencía bien algo de contexto ¿Quien es Asia y porque Huizilopochtli esta tan molesto por eso? —Kuroka queria contestar pero el muchacho de cabello blanco se adelanto—
Ignacio: es una chica que rescate de ser quemada por los angeles, la cuide y la ayude a ser una guerrera, la veo como mi hermana menor y algun bastardo se la llevo —Camino hasta Kuroka y se quedo a su lado para ir con ella— ire alla y matare a quien se alla metido con mi familia
Tezcatlipoca: no seas tan presipitado hermanito —Se termino su veintiavo vaso de pulque y despues s levanto de su sofa tambaleandose un poco— no iras solo, tienes un ejercito a tu disposicion, pero necesitamos organizarlo, dile a tus amigos que iremos pronto, pero no podemos dejar que la ira te atrape
Ignacio: ¿Quien dice que la ira me atrapo? solo supuse que ustedes estaban ocupados con esta guerra —Los dos dioses levantaron los hombros ya que en realidad no estaban tan ocupados como el creía—
Quetzalcóatl: nunca se debe estar ocupado para la familia ¡Además de que quiero saber quien es nuestra nueva hermanita! —Kuroka los miro y se pregunto como era posible que fueran tan temibles esos dioses pero en privado parecieran tan despreocupados—
Con los dioses mexicas entrando en escena ahora la batalla en la fortaleza de Astarot eso se volvería una batalla digna de ser llamada Armagedón, dioses, humanos, Yokai y otras razas estarían listas para ir a la guerra contra los ángeles, ángeles caídos y demonios, pronto verían el poder de cada raza y si eran dignos de ser temidos en esa guerra.
Nota
La verdad al principio pensé hacer a Quetzalcóatl mujer, pero despues recordé el meme de abajo y se me quitaron las ganas.
¿Alguien pensó que lo haría mujer?
Dejando eso de lado aprovecho y les digo que el capitulo que sigue es el capitulo 50, estoy muy emocionado, realmente quiero que sea muy especial.
Como un pequeño adelante, lo estuve pensando por alrededor de un año y me inspire en una de las sagas de One Piece para hacerlo, estoy seguro que sabrán de cual hablo.
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