Judas
Se estaba preparando durante varios días, Armagedón estaba en su isla con todos sus aliados preparando sus armas, planeaban un ataque total alrededor de la Tierra y también de otros mundos, las circunstancias estaban a su favor en ese momento, mientras los Jinetes estuvieran ocupados podrían enfocarse en un solo frente de batalla.
Aquel dia Walfrid se habia estado sintiendo especialmente tranquilo, si tenían éxito en todas sus misiones, entonces se abririan las puertas a grandes posibilidades para su grupo, queria crear una base estable, para poder establecer un dominio y a la vez, un estado dode podrian tener a sus aliados sobrenaturales y humanos por igual.
Si bien su sueño nunca fue pacifico, se dio cuenta que la guerra fue algo que el adopto para llenar un espacio en su alma que siempre estuvo vacia, pero ahora lentamente estaban llenando ese espacio las personas que le importaban.
El tenia el deber y obligacion de crear ese futuro, donde todos pudieran tener una vida mas alla de ser armas de guerra que tienen que responder a politicos y militares que los veian como poco mas que bombas con extremidades, el crearia ese futuro brillante para todos en su grupo.
Aquel dia habia llamado a Issei para que se reubiera con él, queria ponerlo a cargo de una unidad de infanteria especial, actuarian en el sur de australia para apoyar los esfuerzos de Nero y Akeno para romper las lineas enemigas, se trataria de una gran maniobra para tomar los principales asentamientos y privar a las tropas de recursos.
Estaba considerando todas las posibilidades para esa platica, Rias habia insitido por semanas en que confie en ese muchacho idiota, le habia provado varias veces tanto fisica como en conocimiento teorico, le enseño muchas cosas que veria en una academia de oficiales.
No le daria el mando de un ejercito, pero le probaria para que muestre de lo que esta hecho, sus pensamientos estaban dirigidos a su mision, cuando la puerta se abrio, solamente habia tres personas que se atrevian a entrar sin tocar antes la puerta , sabia quien era, Ignacio estaba cocinando, Tanya estaba entrenando a los Asgardianos en tiro, y reconocio esa presion de un par de pechos suaves en su nuca.
Levantó la mirada de su escritorio para enfocarse en la demonio que había logrado ablandar su corazón un poco más, se acomodo la gorra militar y puso su uniforme de manera adecuada, para poder verse presentable y disimular las varias horas que llevaba trabajando.
Walfrid: a pasado un largo tiempo desde que podemos estar solamente tu y yo, Liebe Rias (Querida Rias)-El oficial le sonrio, mientras se daba la vuelta y se sentaba en el escritorio para poder acercarse a su amada novia-
Rias: ¿Eso es Aleman, Mon Cher? -Ella de inmediato siguio el juego, tomando la gorra de Walfrid para lanzarla a un perchero que estaba cerca, dando en el blanco- ¡Esa practica a servido bastante!
Walfrid: liebe, no tienes idea de lo loco que me vuelve cuando puedo ver como te vuelves mas habil —Se levanto del escritorio, tomando a Rias por la cintura y en un movimiento logro dejarla debajo de él, tomando la gorra del uniforme de Rias y lanzandola al lado de la suya—
Comenzaron lentamente una secino de besos, durante los cuales la chica de cabello carmesi abrio lentamente el uniforme de Walfrid, desatando el nudo de la corbata, jugando con los botones de la camisa blanca, mientras el muchacho de cabello azabache lentamente beso el cuello de la chica y logro desabotonar la camisa con una mano.
Estaban por ir mas lejos cuando la puerta se abrio, dejando ver a cierto chico de cabello castaño en la entrada con una mirada bastante impresionada, Walfrid si hubiera estado solo le habria disparado, pero cuando la puerta se abrio, miro a Issei a los ojos de manera bastante fria, su cerebro paso a la parte donde controlaba mejor sus emociones.
Walfrid: Señor Hyōdō, le recomiendo que salga un momento hasta que le llame, seria amable que me trajera un cafe de la cafetera junto al escritorio de Ralf —Estaba abrochando la blusa de su novia, quien estaba bastante sonrijada y trataba de arreglarse—
Aquel muchacho salio de la habitacion muy rapido, tratando de no mostrar su rostro, mientras sus dos superiores se arreglaban rapidamente la ropa, una vez fuera cerro la puerta y se cubrio la boca para no gritar de rabia, queria golpear algo, entrar y romperle la cara a Walfrid, pero no podia, no por falta de deseo, sino porque no tenia la fuerza.
Desde que se unieron a ese maniaco sanguinario habia albergado alguna clase de esperanza de poder reunirse con Rias y que pudiera corresponder los sentimientos que albergaba por ella desde que lo rescato de ese campo de batalla contra China.
Nero aparecio cerca de ese sitio, estaba hablando con Akeno sobre la mision y como dirigirian a la fuerza principal, cuando se acercaron a Issei lo vieron sonreir, pero no pudieron evitar notar que estaba sangrando por las comisuras de su boca, camino empujando a Nero un poco para pasar y servir una taza de cafe caliente, regando bastante del liquido marron.
Nero: ¿Todo esta bien? pareces algo perturbado, y mira que yo se de eso
Issei: no pasa nada, estoy de maravilla, olvide tocar la puerta y no recibi un disparo de Walfrid ¡Es un maldito dia maravilloso! —Paso al lado de ellos, Akeno queria preguntar, pero el castaño se sento lejos, sosteniendo una taza de cafe—
La parca solamente lo ignoro y con su sombra absorvio el cafe del suelo para que no causara un accidente, la voz de Walfrid se escucho desde el otro lado de la puerta, a lo que Issei camino muy rapido, con una sonrisa y una taza de cafe negro que tamblaba un poco.
Entro a la oficina de Walfrid una vez más, los dos se veían más tranquilos, mientras sostenían dos expedientes que parecían idénticos, el oficial al mando le ofreció sentarse, pero el castaño permaneció de pie en posición firme, dejando el café en el escritorio.
Walfrid: en las últimas semanas te e evaluado, has tenido calificaciones aceptables en el desempeño mental, y tus habilidades físicas se han disparado cómo es de esperarse de una persona con tu potencial
Rías: lo hemos hablado varias veces, y tras ver tu avance pensamos que podrías dirigir una unidad durante la ofensiva de Australia, pero creemos que quizás con experiencia podrías escalar más en el escalafón militar
El muchacho escucho eso, quería mostrar todo su enojo, pero esa voz en su cabeza le advertía de ser impulsivo en el momento de su irá, por lo que se tuvo que contener lo mejor posible, mostrando una sonrisa alegre tras escuchar la noticia.
Issei: ¡En verdad podré mostrar mi progresó! Juro que no voy a decepcionarte, Rias —Perdio esa compostura fingirá y se acercó a la joven de cabello Carmesí, quien le abrazo de inmediato—
Esperaba ver irá o al menos molestia en Walfrid, pero el estaba más interesado en leer el expediente, para después ir a un globo terráqueo y buscar alguna parte del mundo, al fin Rias se separó del abrazo, acercándose a Walfrid, susurrando algo a su oído.
El hombre asintió con un movimiento de cabeza, tomando una taza de café y bebiendo un trago, lo devolvió al escritorio y dejo que su novia saliera para que el pudiera hablar con Issei a solas, esto era muy serio, y prefería poder dar una charla severa sin que exista alguien que intente suavizar ese evento.
Walfrid: señor Hyōdō, tengo que hablar con usted, está por tomar un gran paso, hasta ahora no a estado en los campos de batalla más grandes, por lo que la crueldad de la batalla se a mantenido lejos, pero tenemos que tener una conversación, de Hombre a Hombre
Era la primera vez que al fin Walfrid le decía hombre, no mocoso, o niño, Issei miro al hombre y estuco de acuerdo en lo que decía, tratando de estar tranquilo.
Walfrid: son las once de la mañana, quiero que nos veamos en el campo de entrenamiento ocho en una hora, vamos a tener que hablar muy seriamente, seré muy sincero y espero lo toleres
Issei: entendido, General Bismark —Hizo una reverencia y se fue del lugar sin decir nada más, dejando a Walfrid sujetándose la cara un segundo, ese día sería demasiado desesperante, buscaría alcohol, solo eso haría tolerable a ese tarado—
La reunión con los demás fue rápida y básicamente solamente reafirmó los conocimientos que ya tenían, parecían algo intrigados sobre lo que sucedió, Nero tenía una teoría sobre que paso cuando Rias salio, pero en realidad nadie estaba tan loco para preguntarle a Walfrid por su vida privada.
El General del ejército terminó su trabajo y fue a su habitación para cambiarse de ropa, los pasillos de la base estaban llenos de vida, con personas corriendo de un lado a otro para realizar tareas de todo tipo.
Cuando llegó a su habitación abrió la puerta, pero de inmediato un olor le golpeó de frente, era un perfume francés como el que solía usar Rias, pero también había otros ingredientes en esa mezcla, al entrar encontró un gran círculo mágico Carmesí, con el escudo de arma de la familia Gremory.
Sentada en el escritorio se encontraba la joven demonio de cabello Carmesí, leyendo un libro que Walfrid le había recomendado acerca de la historia humana, aunque cuando entro a la habitación ella dejo el libro en el escritorio, al lado de un libro de la historia de los demonios que Walfrid leía para poder hablar con ella de temas que ambos conozcan.
Walfrid: por favor, dime qué esto no es uno de esos rituales satánicos de los que me hablaban las ancianas religiosas del orfanato —La chica se rió ante la broma, se levantó de dónde estaba y tomo la mano de Walfrid para que se sentada con ella—
Rias: Walfrid ¿Tu me amas? ¿Confías en mí? —Fueron dos preguntas que se podían contestar a la ligera, con lo que ella quisiera escuchar, pero en realidad para Walfrid fue fácil responder sin parecer que lo daba por hecho—
Walfrid: digamos que con el tiempo nos hemos acercado más, creo que desde ese día en Japón al fin pudimos acercarnos más, me gusta estar contigo y trato de hacer lo mejor para que podamos tener un futuro, creo que realmente te amo —Se recargo en la silla, mientras quitaba su cinturón de armas para dejarlo en el escritorio— ¿Porque la pregunta?
Ella invoco un libro de magia antiguo y le mostró una página, llena de símbolos y un idioma que solo las familias nobles del Inframundo podrían leer, Walfrid levantó una ceja, preguntándose si ell se estaba burlando de él o algo semejante.
Rias: es una ceremonía de Unión, es algo semejante al matrimonio, pero no exactamente eso, hice una traducción y si quieres puedes comprobar con la traducción y letras que no te estoy engañando
Le mostró la traducción y los signos traducidos, pero el oficial solamente tomo la traducción, en realidad confiaba en ella lo suficiente, por lo que tomo el libro y leyó con tranquilidad el significado de la Ceremonia de Unión.
Era un tipo de magia que uniría a dos personas, la diferencia con el matrimonio es que esto uniría parte de sus emociones y sus almas, una manera de sellarlos entre si, por decirlo de una manera.
Rias: quiero que estemos juntos, quizás es algo rápido, pero tarde o temprano te enfrentarás a mi hermano, y si hacemos esto podría protegerte del Poder de la Destrucción
Parecía insegura acerca de esto, ella tradujo todo palabra por palabra y sabía que podría ser considerado demasiado, cualquiera creería que quería ponerlo bajo su control, pero cuando Walfrid terminó se veía bastante tranquilo.
Walfrid: de acuerdo, hay que hacerlo ¿Como debemos comenzar? —Se quitó la chaqueta y se quedó en la camisa blanca, dirigiéndose a un cajón para buscar algo en especial— en la traducción dijo que necesitamos algo del otro
Busco entre las cosas y encontró una caja de terciopelo, la mostró y de ella saco un Relicario de plata pura, tenia grabado en la parte frontal un escudo de armas, pero estaba cortado en equis por lo que supuso fue una bayoneta de un Walfrid más jóven y muy molesto, en la parte trasera de encontraba la imagen de un lobo.
La demonio busco en su cuello, tirando de una cadena, hasta sacar una pequeña botella con un líquido Carmesí, los dos pusieron los objetos en un extremo opuesto del círculo mágico, los dos se colocaron uno frente al otro y se tomaron de la mano, mientras Rias hablaba en un idioma que ni Walfrid con su traductor universal podía entender.
Los símbolos aparecieron en el suelo y una gran luz roja inundó el lugar, aquellos símbolos cambiaron de color, cambiando entre luz dorada y Carmesí, las runas llegaron hasta la joven pareja, rodeando a cada uno con un aura, el aura de Walfrid era púrpura, se movía de manera agresiva y parecía capas de destruir lo que se acercará.
El Aura de Rias era Carmesí, se podía percibir el poder con solo estar cerca, pero era mucho más calmada, parecía que iban a chocar en cualquier momento, pero entonces toda la luz se redujo, intercambiando el aura uno con el otro.
Cuando ocurrió eso, Walfrid pudo sentir al fin esa sensación de poder que seguramente tenía su novia todo el tiempo, era algo embriagante en principio, una capacidad omo esa en la palma de cualquier otro podría ser capas de sacar lo peor de una persona, ahora entendía un poco mejor a su novia, y podía estar seguro que aún con ese poder ella podía controlarse muy bien.
En cuanto a ella, pudo sentir esa rabia interna y esa locura que agobiaba a Walfrid cada que entraba al campo de batalla, su poder no era algo abrumador, era básicamente el orden de una línea del tiempo, pero el problema era la intensidad de las emociones de su novio, era como si todo lo negativo pudiera ser una bomba y tuviera que domar un dragón con sus manos.
Los dos se tomaron de la mano, logrando que las auras se equilibrarán mutuamente, las líneas de energía finalmente estaban apagándose, mientras la pareja se acercaba y se abrazaba, escuchando como la habitación entera temblaba y la energía desbordaba, siendo una sorpresa que nadie hubiera ido a ver qué sucedía.
Rias: Walfrid, promete algo —Tomo el rostro de su amado y lo acercó a ella mirando fijamente esos ojos muertos que ahora parecían revivir una vez más para mostrar determinación— vas a vivir para ver el mundo una vez más en paz, que no nos vamos a separar
Walfrid: lo prometo, aunque tenga que atravesar el infierno nunca vamos a estar solos, y podremos ver el mundo un poco más pacífico
Campo de entrenamiento
Issei había esperado dos minutos, esperaba un poco más de puntualidad de Walfrid, pero supuso que incluso el amo del tiempo puede retrasarse, apretó sus dientes recordando esa escena de la oficina, quería romperle las piernas a Walfrid y colgar su cabeza encima de la chimenea.
Ser X: (paciencia, falta poco, has hecho bien al ocultar todo tu poder, espera la oportunidad y muestra porque hicieron en en menoapreciarte y hacerte menos) —El castaño permaneció de pie, escuchando esa voz que le susurraba tantas cosas y le arrullaba entre sueños—
Casi podía vislumbrar su sueño materializado, tocó su costado y palmo un cuchillo, la empuñadura era rojo Carmesí, con un diama te bastante grande, la hija era de hierro, pero cubierto por oro, esa arma le había Sido Dada por el supuesto dios, asegurando que seguramente ni el tiempo podría salvar a Walfrid cuando esa arma se incruste en su corazón.
Finalmente llegó el hombre a quien Issei más despreciaba, estaba despeinado, sus ojos negros estaban cansados y parecía estar abrochando su abrigo militar y cargando en su espalda una capa de camuflaje de desierto, por lo que el joven se dió cuenta que irían a alguna parte del desierto.
Walfrid: trajiste el uniforme, muy bien, lo vas a necesitar —Se acercó hasta donde estaba y tomo un pergamino de su bolsillo, activando un círculo de transporte para ir a un lugar desconocido para el castaño—
Estaban en un inmenso desierto, arena por todas partes y un calor infernal, estaban en una alta montaña, desde donde podían ver un gran campo de batalla, los tanques chocaban entre si, soldados avanzando por tierra de nadie mientras la aviación trataba de conquista el cielo o dar fuego de apoyó.
La artillería hacía retumbar la tierra con cada descargá de proyectiles, había sangre en todas partes, el aroma era insoportable al inicio, solamente carne quemada, humo de los vehículos que ardían, sangre y cuerpos en descomposición, era un lugar que podría ser llamado infierno en la tierra.
Walfrid: dime algo, chico ¿Sabes porque nunca e dejado de llamarte mocoso, niño o idiota? —Su tono de hoz era plano, sin enojo o emociones, era como escuchar en el futuro a un robot—
Issei: ¿Por qué no le agrado en nada y me ve como una amenaza? —Contesto un tanto irritado, como si esperara una actitud agresiva del interrogador—
Walfrid: porque nunca te has portado como un hombre, desde el principio no te molestaste en controlar tu comportamiento idiota y perverso, tenía ganas de patearte como a un perro para enseñarte
Eso no hizo mucho por ayudar a la autoestima de su subordinado, o incluso para aumentar la estima que tenía uno por el otro, el oficial de sentó en el suelo, contemplando la batalla frente a él como si fuera una especie de sinfonía.
Walfrid: en las últimas semanas veo que progresas, pero quiero estar seguro de que estarás a la altura del reto, tenemos una guerra de frente, ser un líder no es solamente dar órdenes, es hacer lo que es mejor por el bien de todos, ese es mi trabajo, por tu parte, será saber cómo actuar para llegar a una meta de la manera más eficiente posible
Issei: ¿Por qué tiene algo que ver conmigo? —Walfrid le dirigió una mirada cansada, sus párpados estaban entrecerrados, como si esperara una respuesta igual o más imbécil a esa—
Walfrid: porque te pondré al frente de una unidad en el frente, vas a luchar, dirigir a tu equipo, pero también aprender a hacer sacrificios, tendrás que pedir a algunos soldados que hagan algo que potencialmente los mate, y quizás lo sepan, deberás ser firme y decirles que lo hagan
Issei: pero tú no lo haces, siempre veo que les das tareas no tan peligrosas y a las chicas les das las tareas menos peligrosas —El general comenzó a reír fuerte, estaba casi ahogándose con la risa— ¡Es la verdad!
Walfrid: claro, Ignacio y Dimitri casi mueren en ciudad de México porque me agradan mucho, a Xenovia le decoraron en rostro con una cicatriz porque era muy fácil vencer a una maldita diosa de la destrucción¡Eres fantástico! Vives tan lejos de la realidad que de verdad crees esas patrañas
Ante tal situación Walfrid escogió seguir viendo el campo de batalla, como llegaban los magos para aniquilar a la infantería, le parecía extraño que con enemigos diferentes a ellos, los humanos seguían lucha entre si.
Walfrid: confío en que podrás hacer algo aceptable, que vas a sobrevivir, Rias confía en que lograrás algo, le creo en que tienes potencial, pero tendrás que demostrar de que estás hecho, hay que mostrarle a Rias que nos podemos llevar bien
Extendió su mano al muchacho de cabello castaño, esperando que se llevarán bien, Issei planeaba extender la mano, cuando una explosión los lanzo por los aires, había un cráter inmenso cerca de donde se encontraban, Walfrid logro crear una cúpula protectora, pero el impacto fue muy fuerte, logrando rasgar el uniforme del general.
En el aire se encontraba Sirzechs y los otros dos reyes demonios, estaban acompañados de sus guardias de elite, era posible reconocer esas armaduras y armas de mejor calidad que la de sus soldados rasos.
Sirzechs: fue difícil poder rastrear al gran general Walfrid Von Bismark, pero es más fácil cuando logramos tener algo de ayuda —Ajuka atacó desde uno de los flancos, mientras Walfrid tomaba a su subordinado para moverlo, ya que estaba muy desorientado—
El general alemán planeaba pedir refuerzos pero tuvo que esquivar a Serafall para que no le congelé las piernas y la pierda por la baja temperatura, cargo a Issei en su espalda y disparo a todos, trato de llamar refuerzos pero la comunicación por círculos mágicos estaba bloqueada.
Logro ponerse al cubierto y dejo a su compañero en el piso, se levantó y disparó a todos los que estaban en el sitio, activo su poder para tratar de volverlos más lentos, pero eran tan fuerte que no tenía energía suficiente para darle una oportunidad de escapar con Issei.
Los ataques al final crearon una cortina de humo a su alrededor, lo que Walfrid aprovecho para correr dónde estaba su compañero, Issei estaba de pie, sonriendo al ver a Walfrid, quien estaba dándole la espalda y disparando contra sus oponentes.
Observó cómo tomaba a uno de sus enemigos y le cortaba la garganta usando una daga militar, lanzo al sujeto al piso y se dió la vuelta para ayudar a Issei.
Walfrid: tienes que ir a ese campamento, diles que mantén una alerta al cuartel, tenemos a varios objetivos de prioridad aquí, uno de ellos menos y la guerra estara más cerca de terminar
Issei: tengo un plan mejor —Tomo a su superior por el hombro, girando su cuerpo y en un movimiento rápido impacto a Walfrid en el estómago, repitiendo el proceso tres veces— ¿Que tal si muere aquí, y me deja ser feliz?
El militar retrocedió algunos pasos sujetando su estómago, dejando sus manos manchadas de rojo, mientras sentía la descarga de adrenalina, pero también su mirada se estaba nublado, el maldito era quien había organizado todo.
Issei se inclino y beso la mejilla de Walfrid, para después golpear su cara varias veces a puño limpio, eran golpes que le abrieron el labio, sintió que le rompió un diente y la boca se llenó de sangre, pero aún con eso pudo golpear a Issei en la cara para empujarlo a un lado.
Sirzechs estaba por atacar cuando una gran ola de energía Carmesí los hizo retroceder, miraron a la distancia y pudo ver al jinete del caballo rojo, sonriendo como un desquiciado, estaba dirigiendo un gran ejército de soldados no muertos, robots y soldados a pie.
La tierra temblaba mientras Guerra avanzaba con su ejército contra los demonios, Walfrid miro al cielo y juraba que algo malo sucedió cuando vio como las puertas y ventanas del cielo se abrían, dejando salir la legión de angeles más grande que hubiera visto antes.
Issei miro a su alrededor y activo su armadura, retirándose ya que el sitio estaba bajo ataque, Walfrid estaba escupiendo sangre pero se arrastró con una mano hasta quedar tras una roca, trataba de regenerar sus herida pero algo se lo impedía, sabía que esa podría ser su última pelea, pero había jurado vivir hasga el final, y aunque esté en medio de la guerra del día del juicio saldría de allí vivo.
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