♧03♧
La tercer Alicia era un hombre de hermosa figura y gran ego, este en su vida lideró una gran y famosa empresa de automóviles. Él siempre tuvo el talento de persuadir hasta la más vil persona para comprar sus autos, lograba hacer hazañas pues siempre mantenía precios justos y aún así ganaba millones cada día.
¿Quién pensaría que alguien tan exitoso fuera a suicidarse?
El viernes 12 de agosto del 2011 el afamado empresario Kim TaeHyung cayó desde el último piso de su empresa, dando una espeluznante vista a la entrada de tal lugar... al él morir, la empresa entró en banca rota y terminó cerrando, todo lo que logró el gran Kim nunca llegó a la cúspide sin él...
-¡Ya tenemos al rey! ¡Que inicie la función! Esperen... ¡aún deben arreglar sus errores!-su mente daba vueltas y lo único que recordaba de todo ello era esa voz...
Era luna llena cuando TaeHyung despertó ya en Epistolaria, su mirada por unos momentos estaba en total oscuridad, buscando desesperadamente salir de donde fuera que estaba pero ya luego de unos segundos logró recobrar la vista y frente a él estaban unos cuadros y artefactos de alto costo junto a una chimenea en funcionamiento. Era totalmente extraño estar en tal lugar, no lograba entender ni recordar haber estado ahí.
Repentinamente sintió un horrible dolor en su cabeza y con ella miles de imágenes eran colocadas en su memoria... siendo totalmente ajenas de él pero volviéndose el dueño de tales.
Kim había despertado en una gran cama matrimonial dentro de una habitación demasiado lujosa, sin miedo pero con las piernas débiles fue caminando hasta la puerta, no contó con que estaba desnudo y gracias a ello hizo desmayar a una sirvienta.
Luego de ese incidente la sirvienta tuvo que ir a terapia al ver el mini príncipe.
Y pasando del incidente, Kim empezó a tener serios problemas con su memoria, sufrió uno que otro ataque de pánico al tener dos mentes en sí mismo, tuvo pesadillas e incontables regaños en sus ensayos de espada, no lograba concentrarse en lo más mínimo hasta lograr escuchar el cantar de los pájaros. Pero los padecimientos lentamente se fueron esfumando al igual que los recuerdos de su antigua vida, ya no valían.
Él aprendió a vivir en ese país, al igual que en muy poco tiempo logró aprender todo lo necesario para ser el rey del país pues al quedar en ese mundo se convirtió en el príncipe que poco después iba a gobernar.
Pasó el tiempo hasta su coronación, TaeHyung se mantenía recto y lleno de orgullo al tener el gran privilegio de gobernar a la nación, su mirada se paseaba por todos los súbditos hasta dar con un hermoso chico de tez pálida. Sonrió a él y pasó al castillo para empezar con sus deberes.
Pasaron los días y el rey Kim TaeHyung había escuchado de un cantante callejero que se había vuelvo famoso, el cual decían que tenía la voz de los mismísimos ángeles. Su curiosidad le había ganado y entonces llamó al cantante.
Llegó el momento de la presentación del otro chico, su sorpresa fue tan grande al darse cuenta que era el mismo chico pálido que vio en la coronación, el que justamente le había llamado la atención, luego de unos segundo él pidió a este cantar, su deseo de escuchar el supuesto cantar de ángeles era tan grande que hasta su cuerpo temblaba de los nervios.
Finalmente escuchó su voz, inmediatamente sintió ser tocado por el mismísimo cielo al escuchar la voz del joven Min YoonGi o más conocido por Agust D.
Desde ese momento decidió llamar al chico cada noche, con la simple escusa de quererlo escuchar, solo era la verdad pues en mentir no se las daba tan bien, incluso su cuerpo le jugaba en contra cuando deseaba mentir frente al chico pálido, solamente no podía evitar mirar sus labios, sus ojos, su pequeña nariz, sus mejillas esponjosas.
La mente del rey estaba totalmente perdida por el chico cantante, era capaz de cancelar su boda con una princesa desconocida que simplemente lo haría tener mayor poder al unir dos naciones. Pero primero, debía saber si el ángel sentía lo mismo que él, si no... debía conquistarlo, su ser se lo ordenaba.
Una noche que volvió a llamar al cantante, como era de costumbre lo llevaba hasta el gran salón para escuchar su hermosa voz, pero esta vez el salón tenía unas rosas y flores azules, Taehyung se había tomado la molestia o más bien el honor de averiguar algunas cosas del chico, durante sus pequeñas pláticas cada vez que este llegaba al castillo lograba sacar una que otra cosa de este, y entre ellas sus rosas y flores favoritas.
En el centro del salón estaba él con un hermoso ramo de diferentes rosas y pequeñas florecitas, todas y cada una eran de la preferencia de YoonGi.
–¿Mi rey? ¿Q-qué hace...?–susurró con total sorpresa el chico al entrar en el lugar, su vista se paseaba por toda la decoración, siempre manteniendo su boca semi abierta por la sorpresa.
–Yoongi... yo hice esto p-por... porque me gustas.–habló bajo, haciendo que el pálido se acercara para poderlo escuchar bien–Y-yo quiero confesarte mis sentimientos, tú me enamoraste desde el primer momento en que te vi pero nunca lo dije por mi orgullo y tonta timidez... a-ahora lo hago porque tuve la valentía y de una vez por todas quise decirte todo lo que siento hacia tu persona, amo tu voz, amo tu forma de actuar, tus labios, mejillas, el tono de tu piel, tu cabello... todo de ti me gusta, y quisiera saber si deseas ser mi novio.–el hermoso ramo de rosas y flores le fue entregado, manteniéndose por unos momentos un silencio incómodo.
Ambos tenían sus cabezas hechas un desastre, sus mejillas eran tal cual tomates y tímidos apenas lograban estar cerca en silencio. Yoongi lentamente fue llevando su mano libre a una del rey, acarició esta con temor y lentamente se fue acercando a los labios de este.
Sus respiraciones chocaban al igual que sus narices, sus labios estaban por rozarse pero la desesperación del rey pasó al primer plano para finalmente unir sus labios en un lento y tímido beso, lleno de sentimientos y emociones que se entendían entre sí.
Ambos torpemente movían sus labios, siendo totalmente inexpertos pero igualmente siendo perfectos el uno para el otro. Desde esa noche empezó su relación a escondidas del país.
Las seciones de "canto" seguían cada noche a la misma hora, aunque realmente ellos salían al jardín o iban a los aposentos del rey para conversar darse mimos, cada vez se volvían menos tímidos aunque sus mentes les agobiaban con pedir más y más.
Era un 9 de septiembre cuando ambos decidieron entregarse al otro, en un acto totalmente lleno de amor, siendo lentos desde el comienzo hasta el final, teniendo la delicadeza de una pluma para no ser lastimados.
Ya a la media noche pasaron a dormir acurrucados, desnudos y con una fina capa de tela cubriendo los. Ya a la mañana siguiente pasaron a despedirse para hacer sus deberes como rey y cantante, pasaron horas en las cuales Kim arreglaba unos papeles para cancelar su boda con la princesa del reino vecino, estaba preparado para darlo todo por el amor de su vida, Min YoonGi.
Solo había algo y era decirle a él chico pálido, el miedo le carcomia el cuerpo, ¿y si este se negaba? No podría salir adelante sin el apoyo de su fiel amante.
Con la lentitud de un caracol fueron pasando los días y las noches hasta poderle decir lo ocurrido a su amado.
–Yoonyoo ¿estás seguro de querer que me case con ella? Sabes que podría cancelar el matrimonio, a fin de cuentas... es a ti quien amo–susurró con la voz algo ronca al haber sido nuevamente testigo de los actos de amor entre ellos dos.
TaeHyung esperaba con ansias la respuesta del menor, esperaba tan solo eso para contarle lo ocurrido pero las palabras dichas por el otro chico le erizaron la piel.
–No, puedes morir si lo cancelas... podremos seguir con nuestra relación en secreto, lo lograremos.–tras esas palabras Kim no pudo decir lo que estaba preparando.
Y la verdad era pues la que decía el cantante, cancelar una boda entre reinos era equivalente a poder causar una horrible guerra o el asesinato inmediato para el que la hubiese cancelado pero Kim no tenía miedo, si estaba con YoonGi no la tendría, y si la guerra llegaba estaba más que seguro que la ganaría.
De lo que no estaba seguro era que la guerra estaría en su pesadilla.
Esa fue la última noche de felicidad de ambos...
Al día siguiente el rey despertó con una horrible resaca sin alguna explicación, trató de hacer sus deberes pero le era imposible por lo ue decidió dormir algunas horas para aliviar su dolor... oh, pobre error. Al dormir él se encontró en una pesadilla la cual frente a él asesinaban a YoonGi, junto a este se encontraba su cuerpo putrefacto y luego de ello su reino comenzaba a zozobrar, caía en ruinas y todo lo que alguna vez logró conseguir se desmoronaba, su mente sana se quebró y solo quedó un monstruo en su interior.
Al despertar no era él quien vivía, el verdadero Kim TaeHyung estaba enterrado en lo más recóndito de su ser, a la vista de todos solo estaba ese monstruo.
Al oscurecerse en día ese monstruo quiso preparar una "sorpresa" para cierto chico de tez pálida, preparó un camino de pétalos de flores azules y lo llevó hasta una fuente de un callejón, ahí nadie llegaba o por lo menos eso él creía.
Pasó a dar una pequeña decoración para su pobre corderito, luego de ello preparó su pistola y una rosa azul, iba a darle la mejor sorpresa a su amado. Pasó a tocar la puerta de la casa de este y empezó a caminar hasta posicionarse por la fuente, ahí esperó pacientemente al chico que pronto llegó y le abrazó con mucho amor, uno que no logró sentir.
–Canta, por favor...–le pidió con los ojos totalmente muertos, pidiendo un pedacito más de cielo antes de caer en el infierno...
Al terminar de escuchar el cántico del menor posicionó su pistola y disparó una rosa azul en su pecho.
–Perdóname, mi amado... pero solo eras otra marioneta–le dijo apenas el chico se desmayó, sonrió una última vez y se dispuso a seguirse divirtiendo con los demás, él había sido un niño malo, comió el postre antes de la comida.
1: Volver con YoonGi.
2: Suicidarse.
1787 palabras.
-LaiMin- ♡
Bellísima portada y banner hechos por Mo_chu12
Nota: cualquier error de acomodo no es mío sino de la app.
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