Capítulo 7: "Antonio Gerardo Rueditas tercero"
Eve Mason en multimedia
P.O.V Blake
Odio los jueves.
Para ser más exactos odio cualquier día que tenga que ir a la escuela.
Pero ese jueves era peor, no había auto, Carly estaba muy molesta y me dejaron sola en el autobús.
Para empezar, todo partió mal cuando casi nos quedamos dormidos y nuestros padres nos tuvieron que tirar agua en la cara para que reaccionáramos. Y no estoy exagerando, fue una cubeta de agua helada a cada uno que casi nos da hipotermia. ¿El motivo? Con mis hermanos estábamos tan cansados de tranquilizar a Carly por su auto ayer que ni siquiera le prestamos atención al despertador esta mañana.
Rápidamente me vestí, desayuné y me lavé los dientes, ¡ni siquiera tuve tiempo de bañarme porque Carly acaparó la ducha reclamando que necesitaba tiempo para recuperarse de la tragedia de su auto!
¿Pueden creer que ese vehículo tenía nombre? Se llamaba "Antonio Gerardo Rueditas tercero".
Bueno, una vez que nos subimos a ese apestoso autobús que olía a sudor, Carly se iba a sentar con alguna de sus amigas y Jack con Félix.
- ¿Por qué te sientas con él y no conmigo? – le reclamé antes de subirnos-, soy una mejor compañía que el devorashampoo, o al menos soy más inteligente al no comerme un producto químico.
-Gracias Blake, yo también te quiero- dijo Félix con sarcasmo.
-Espero que lo recuerdes en el caso de que yo necesite un trasplante de riñón-devolví.
Félix asintió pensativo.
-Lo mismo se te aplica.
-Lo siento hermanita- se disculpó Jack mientras se subía al autobús con Félix y Carly siguiéndole-. Pero entiende que Matt se fue en su auto hoy y de verdad necesito tener una charla hombre a hombre.
- ¿Y entonces para qué quieres a Félix? – preguntó Carly subiendo los peldaños del autobús volviéndose hacia nosotros con las cejas alzadas.
-Ja, ja- rió secamente Félix-, me alegra que te estés recuperando de la tragedia de Antonio-no-sé-cuantito-Rueditas-tercero.
-Gerardo-corrigió Carly con melancolía en su voz.
Cuando ya estábamos dentro del transporte escolar colectivo miré por algún lugar en dónde sentarme.
Mis hermanos se sentaron juntos y Carly con alguna amiga adelante, lo que me dejaba parada en el medio del pasillo del autobús, así que escaneé el lugar en busca de un lugar libre.
Para mi desgracia no había puestos disponibles salvo por uno al lado de... ¡Mason número tres!
No, no hay forma de que me siente con él.
De repente oí silbidos y al voltearme no me sorprendió encontrarme con Albert Jones, el chico de mi grado que siempre coquetea conmigo.
- Oye linda-dijo a modo de saludo mostrando esos estúpidos dientes amarillos-, siéntate conmigo.
Palmeó un lugar libre al lado de él en una de las filas de asientos delanteros.
¿El enemigo o el chico que está enamorado de mí?
¡Definitivamente el enemigo!
Rápidamente lo ignoré y me senté al lado de Alex Mason y suspiré de alivio al saber que no tendría que soportar a Albert.
- ¿Qué..? – empezó Alex confuso.
Le corté y le expliqué que no tenía otro lugar en dónde sentarme, aparte de recalcarle que por su culpa tenía que tomar el autobús.
Se encogió de hombros.
- ¿Siempre eres tan comunicativa? -percibí en la pregunta mitad sarcasmo y mitad interés.
-Generalmente- respondí revisando mi mochila para asegurarme de que había traído todo a la escuela.
¿Dónde rayos dejé mi...
- ¿Te gusta Yellow Summer?
La pregunta me desconcertó un poco, digo, ¿de dónde sacó el nombre de mi banda favorita? Tal vez en el proceso de espionaje de nuestra guerra se enteró de que... un segundo, se enteró por mi pin amarillo de la banda que tenía encajado en la mochila. No puedo ser más idiota, ¿verdad? Déjenlo así, no quiero saber la respuesta.
Asentí sin darle importancia, me volví a centrar en revisar mi mochila. "Seguramente busca molestarme con eso" pensé, "¿qué tiene que me guste la electrónica mezclada con varios ritmos?"
- ¡Me encanta esa banda! – comentó Alex emocionado.
- ¿En serio? No hay mucha gente a la que le guste - dije algo consternada, estaba tan fuera de mí que hasta me permití sonreír un poco.
¿Qué me pasa?
Seguramente el agua helada en la cara trae efectos colaterales.
Pero sí que eran fuertes esos efectos colaterales porque todo el trayecto a la escuela me lo pasé hablando con Alex sobre cosas bastante triviales y divertidas.
Tal vez no sea tan malo como parece.
Cuando llegamos a la escuela incluso me decepcioné, pero me recompuse rápidamente.
-Esto nunca pasó- le advertí a Mason tres-, si nuestros hermanos se enteran nos queman vivos.
-Tengo una pequeña idea de que tan agresiva se pone Lilly así que no me interesa estar en el ojo del huracán- Alex se rascó la nuca preocupado.
Asentí seria y salí del autobús para encontrarme con mis hermanos y caminar a nuestras clases.
***
-Me imagino que fue una tortura sentarte con Alex- Carly supuso al interceptarme al final de clases.
No hablé con ellos al llegar, ni siquiera con Félix, me llegué incluso a replantear la idea de la guerra de vecinos, pero rápidamente disuadí esos pensamientos de mi cabeza.
Ahora ya tenía la mente clara y podía hablar con mis hermanos de forma normal sobre el asunto de Alex sin que se me cruzaran otras ideas pacifistas.
-No tanto- le respondí a mi hermana mayor en tono distraído mientras nos dirigíamos al auto de Matt.
Él y Jack nos invitaron a Carly, Félix, Vic y a mí para tomar un helado.
- ¿Cómo que "no tanto"? - Carly trató de seguir interrogándome, pero Vic interrumpió contándome sobre cómo Gómez número uno (Carly) se había puesto a pelear con Zac Mason en clases, amenazándolo incluso con una demanda.
Sonreí por la nueva anécdota familiar.
Nos subimos todos al auto de Matt, y los que no alcanzaron se fueron en el convertible de Vic.
Así es, Victoria Main tiene recursos como para comprarse un descapotable, pero esa historia es para otro día.
Yo me fui con Matt, sinceramente me gusta más su auto todoterreno.
Félix se sentó al lado mío e intentó hablar de algo.
Bufé.
- ¿Ahora te acordaste de que tienes hermana?
Félix rodó los ojos.
-No te pongas así, no fue para tanto.
- ¡No fue para tanto! – repetí-, casi me tengo que sentar con- me dio un escalofrío de repulsión- Albert Jones.
- ¿Albert Jones? – preguntó intrigado Jack desde el asiento del copiloto.
Asentí.
-Blake, ese chico es raro- comentó Matt sin apartar la vista del camino.
-No me lo digas a mí, gracias a tu mejor amigo y a mi supuesto mellizo casi me tengo que sentar con él.
Matt silbó impresionado.
- ¿En serio? Jack, amigo, eso es caer bajo.
- ¿Y qué querías que hiciera? – cuestionó mi hermano mayor encogiéndose de hombros- No puedo hablar con Blake sobre Mónica ¿o sí?
Fingí vómito.
- ¿Hablaban de ella?
-Sip- respondió Félix con cierto tono de desagrado. No lo culpo.
Mónica era la exnovia de Jack, y todos en la casa la odiamos, especialmente Carly y yo. Es un tema de orgullo femenino. Es que la chica es tan... arrggg... ¿por dónde empiezo? Ah sí: cínica, falsa, aduladora. Agradezco al cielo a cada momento porque Jack terminó con ella.
- ¿Y POR QUÉ HABLABAN DE ELLA?- pregunté medio gritando muy irritada.
-Me pidió que volviéramos- respondió simplemente Jack mirando por la ventana.
- ¡¡¡NOOO!!! – grité tan fuerte que Matt pegó un frenazo brusco que me hizo darme de bruces con el asiento de enfrente.
- ¡Auch! - me quejé tocándome la frente, en dónde había recibido el golpe.
-Eso te pasa por no usar cinturón de seguridad.
-No fastidies Félix- advertí colocándome el bendito cinturón mientras mi mellizo me miraba de forma burlesca.
-Diablos-maldijo Matt volviendo a poner en marcha el auto-, Blake no vuelvas a hacer eso.
Asentí aún masajeando mi frente.
-Jack me pedía consejos para buscar una forma amable de decirle que "no"- explicó mi mellizo restándole importancia con un gesto.
-Olvida lo amable- dijo Matt-, sólo dile que no la quieres ver más en tu vida.
-Concuerdo- asentí.
***
Llegamos a un bonito local pintado de colores pasteles. La heladería.
Carly, Vic y Matt fuero a ordenar los helados. En realidad Carly y Vic lo podían hacer solas, pero Matt no se perdía oportunidad de impresionar chicas, ya sean mi hermana o su mejor amiga, o la chica que vende los helados.
Pero Félix también los acompañó, mas lo hizo con propósitos muy distintos. Mi hermanito lo hizo porque quería verificar que su helado tuviera chispitas de colores.
Lo que nos deja a Jack y a mí esperándolos en la mesa que habíamos escogido.
-Bien- inició Jack mirándome fijamente-, ¿de qué estabas hablando con Alex Mason?
Abrí mucho los ojos. Debí de saber que me vigilaría, de todas formas, soy su hermanita.
-No es lo que crees- me apresuré a decir mientras que mi hermano mayor sólo asentía con la cabeza evaluando mis palabras-. Sólo hablamos de una banda, no es nada.
-No te atrevas a engañarme hermana, recuerda que de alguna forma u otra me enteraré.
-Te hablo en serio- juré poniendo mi mejor cara honesta.
-Te creo- dijo Jack finalmente relajando su mirada-. Lo que nos lleva al otro tema, ¿es cierto que tú y Félix desafiaron a la maestra por los hábitos alimenticios de un león?
-Tigre- corregí- ¿Qué pretendes? ¿Qué seamos buenos por todo un día? Jack, pensé que me conocías. Y si esa mujer cree que puede insultar a mi hermano diciéndole estúpido, pues, de alguna forma me tendré que entrometer. Además estaba negándole protección a un tigre imaginario.
Mi hermano rió.
-Lo dejaré pasar por esta vez.
-Si papá- dije sarcástica.
-Cuidado con ese tono jovencita-, me siguió el juego.
Ahora fui yo la que rió.
-Aquí vienen los helados- anunció Carly que llevaba dos helados de fresa en su mano. Uno tenía chispitas de colores, adivinen de quién era, les doy una pista, empieza con "F" y termina con "élix". Lo sé, es un misterio.
En fin, pasamos un buen rato hablando de cosas absurdas y era genial pese a que eran chicos mayores que yo.
-Bueno, ¿nos vamos? – propuso Matt después de un par de horas charlando.
-Claro- concordó Carly-, Blake, ¿vienes con nosotras?
-No gracias- negué.
Vic y Carly se encogieron de hombros y salieron de la tienda.
-Oigan chicos, oyeron del gran juego de mañana- comentó Félix.
-Sí, enano, ¿tú a qué equipo apoyas? – le preguntó Matt.
Oh no. Fútbol. Tal vez hubiera sido mejor irme en el auto de Vic.
***
- ¡¡¡Carly!!! -grité apenas entré en mi casa. Sabía perfectamente que mi hermana estaba ahí porque vi el convertible de Vic en la entrada.
Tiré mi mochila en el sofá y corrí escaleras arriba.
Detrás venían Matt, Jack y Félix que se habían quedado conversando algo más sobre fútbol, deportes, ya saben, cosas que una chica no puede soportar.
Caminé rápidamente por el pasillo. Hasta que llegué a mi habitación (y la de Carly, por defecto,) abrí la puerta y vi a Carly y Vic charlando.
- ¿Qué tienes? – me preguntó Carly interrumpiendo su conversación.
-Ellos estaban hablando de deportes- expliqué con un escalofrío.
Carly extendió sus brazos y yo me precipité a abrazarla.
-Pobre de ti- me consoló Vic.
-Lo sé.
Vic rio y me abrazó también.
-Oye Blake- dijo Vic-, estábamos hablando de mi fiesta de dieciocho de este mes. ¿Quieres ir?
Me lo pensé un momento.
Detesto los lugares concurridos, hay mucha gente. Pero, por otro lado, si era en casa de Vic y mi hermana la ayudaba a organizarla eso significaba una fiesta increíble, y una comida exquisita.
-Acepto- respondí sonriente.
Victoria aplaudió feliz.
- Genial, te informo los detalles después, ahora sólo falta decirles a tus hermanos y a Matt.
-Suerte con eso-resoplé sentándome en una silla cercana a mi cama-, si están hablando de deportes no te van a escuchar.
Vic se rascó la barbilla pensativa.
-Buen punto.
Carly dejó escapar un bostezo.
-Estoy aburrida, ¿qué hacemos? – se quejó.
Vic y yo empezamos a lanzar sugerencias:
-Ordenar tu cuarto- dije esperanzada.
-Olvídalo, también es tu cuarto y yo no me voy a llevar toda la carga.
-Cocinar- propuso Vic.
-A menos que quieras ver la cocina quemada yo digo que no.
- ¿Hacerle una broma a los Mason's? -intenté.
Carly sonrió.
-Eso me gusta.
- ¿Puedo participar? -rogó Vic.
-Claro- contestamos Carly y yo al unísono.
-Blake- dijo Carly en tono autoritario-, trae a Matt y a nuestros hermanos, hoy cobraremos venganza por "Antonio Gerardo Rueditas tercero".
- Hablando de eso, ¿qué le pasó a tu auto? -Vic puso cara de confusión.
Tomó un rato explicarle el tema del ataque colorido hacia el vehículo de mi hermana mayor, a lo que Vic respondió con:
-Definitivamente hay que reclamar venganza.
No puedo estar más de acuerdo.
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