Capítulo 5: "Comienzo de clases y temporada de venganza"
Alex Mason en multimedia
P.O.V Carly
Francamente nos sentíamos como conejos en temporada de caza.
Los Mason no nos habían hecho nada... aún. Y se estaba volviendo paranoico estar atentos 24/7 por si se les llegaba a ocurrir una idea de venganza. Habían pasado dos días después de esa visita de la familia cabello Grinch, y no sé por qué, pero siento que el golpe final lo planean para el regreso a clases de hoy.
-Tierra a Carly- llamó Blake al lado mío.
Tal vez olvidé mencionar que estaba en cama aún y Blake ya se había levantado, duchado y vestido antes que yo.
- ¿Por qué dices eso cuando uno de nosotros está en bloqueo mental? – pregunté mientras me dirigía a la ducha de nuestro baño.
Blake se encogió de hombros y vi que usaba un lindo vestido floreado con botines cafés y una chaqueta de cuero, además de una cola de caballo.
A mamá le desagrada que usemos el pelo suelto, así que Blake se hace la coleta y cuando estamos fuera del radar parental se la suelta. Yo hago lo mismo.
Después de ducharme me vestí con una camiseta blanca manga corta y encima de ella una camisa a cuadros azul, unos jeans y zapatillas. Y claro, la misma coleta alta que mi hermana.
Cuando salí del baño Blake silbó de aprobación por la ropa. Y sin más preámbulo nos fuimos a desayunar. Francamente, en estos dos días sólo fuimos al supermercado y a visitar a unos amigos de mis padres, el resto del tiempo lo pasamos en casa.
Si les soy honesta estoy aterrada. Esperaba que los Mason's hicieran la broma en un rango de dos días para no tener que sufrir el riesgo en la escuela, y para mi mala suerte nada pasó, pero como soy la mayor debo tratar de parecer segura y confiada... al menos, eso espero.
Cuando entramos a la cocina vimos a mamá y a mis dos hermanos que ya estaban desayunando sentados en el comedor. Mamá por otro lado, estaba revisando unos papeles antes de irse a trabajar, ella es jueza, y papá es doctor. Pero seguramente papá ya se había ido a su consulta médica.
- ¡Chicas! – dijo mamá a forma de saludo lleno de energía-, les hice el desayuno que más les gusta.
- ¡Y que nosotros más odiamos! – agregó Félix imitando su buen humor, pero en un tono sarcástico.
Jack contuvo la risa mientras jugaba con la comida. Si bien el chico puede ser muy amado por los adultos, sin embargo, también tiene un alto grado de infantilidad, o al menos creo que así es la palabra.
El desayuno al que Félix se refería era: fruta. A Blake y a mí nos gustaba porque era baja en calorías, pero por algún motivo Jack y Félix aborrecían el simple hecho de comer saludable.
A veces dudo de que seamos hermanos, luego recuerdo que es imposible engañar al ADN así que me resigno.
Blake y yo nos sentamos a comer (mejor dicho, tragar) fruta y cuándo mamá nos preguntó la causa de nuestro apuro Blake le respondió con la boca llena:
-No queremos que los Mason's nos hagan una broma hoy, así que buscamos irnos lo más temprano a clases.
- ¿Los Mason's? ¿Los chicos adorables que viven al lado? – cuestionó mamá.
Tomó un buen rato explicarle lo de la guerra vecinal a lo que ella dijo:
-No les sirve de nada apurarse. Cuando estaba haciendo el desayuno, a eso de las seis y media, vi que los chicos Mason ya se iban a la escuela.
Jack dejó caer su tenedor en el platillo de la sorpresa.
- ¿Hablas en serio? – preguntó mi hermano visiblemente preocupado.
Mamá asintió.
Miré a los chicos con los ojos muy abiertos.
Ya habíamos terminado de comer y estábamos demasiado concentrados en pensar en lo que nos tenían planeado los Mason's.
-Ok- dije calmadamente tratando de tranquilizarme- ¡todos al auto, nos vamos ya!
Y con ese grito militar agarramos las mochilas y nos despedimos de mamá para dirigirnos apresuradamente al garaje donde guardo mi auto (a diferencia de mis otros vecinos yo sé lo que le pasa a un auto si lo dejas en la calle en medio de una guerra de hermanos).
Una vez adentro de mi hermoso auto plateado modelo urbano y cerré las puertas con seguro una vez que todos mis hermanos estaban adentro.
-Ok-terció Jack en el asiento del copiloto-, ¿qué haremos ahora?
-Primero recuperar el aliento- aconsejó Blake.
-Luego- dijo Félix-, hay que escuchar lo que sea que diga Carly.
"Gracias hermanito" pensé.
Lo que más detesto es que me pongan en situaciones como esta. Del tipo de situaciones que apuntan a: "hagan lo que la mayor decida"
Por una vez, sólo por una vez, compadezco a Zac, recalco, sólo una vez.
Es que sé lo que significa ser el jefe involuntario. Pero ya hablando en serio.
-Lo único que podemos hacer es ir a ver que traman- respondí pensativa para luego mirar mi teléfono, sonreír y agregar:
-Y pedir refuerzos.
Jack me entendió y sacó su teléfono, una vez que nos encargamos del apoyo fuimos lo más rápido posible al colegio. ¡Al diablo con las leyes de tránsito! ¿Qué policía va a estar despierto a las siete con tres minutos de la mañana?
Pero el destino no me sonríe, es más, es como si el destino me hiciera burla.
Al parecer si había una patrulla. Con dos policías. Y ¿qué creen? Nos detuvieron para hacerme un control de detención por la velocidad.
- ¡Ni siquiera llevamos cinco cuadras! – protestó Blake mientras se desarmaba la coleta y yo bajaba la ventana del asiento del piloto, entre tanto Jack estaba tratando de hacer callar a los mellizos.
- ¡Si! – la apoyó Félix para luego dirigirse a la silueta que aparecía a medida que bajaba la ventanilla- ¿Cómo has estado Rob? ¿Y tu familia?
Rob era el policía que siempre se encargaba de nuestros líos.
-Chicos, él no es Rob- Jack señaló al policía de la ventanilla que nos miraba atento a través de sus lentes oscuros.
- ¡Rob rejuveneció! – concluyó Félix asustado.
-Y es más apuesto- añadió Blake de forma soñadora.
Entre tanto, siendo Jack y yo los únicos serios del auto, le brindamos a el señor no-Rob nuestra mejor sonrisa inocente.
El policía se quitó las gafas de sol y me di cuenta de que Blake tenía razón al decir que era apuesto, creo que casi se me cae la mandíbula del asombro.
El chico no parecía tener más de veinte años, cabello castaño y ojos verdes preciosos, nos miraba muy intrigado.
Jack me zarandeó por el hombro para que reaccionara, y entonces el tipo me empezó a interrogar:
- ¿Edad? – preguntó.
-Dieciocho- respondí confiada.
- ¿Permiso de conducir?
Se lo entregué.
- ¿Nombre?
-Obviamente tengo.
-Me refiero a ¿cuál es su nombre?
-Carly Gómez
-Eso no dice en su permis...
- ¡Le he dicho que Carly Gómez!
- ¿Ha bebido alcohol?
-Llevo a mis hermanos y a mí a la escuela, ¿cómo es que haría algo así?
- ¿Por qué tanta prisa?
-No le incumbe.
-No le puede responder así a una autoridad.
-Sí que puedo cuando se mete en terreno personal.
- ¿Tiene novio?
-Muchos ex's pero nada por el momento.
- ¿Me daría su número?
Abrí mucho los ojos mientras él me devolvía el permiso de manejo.
Iba a hablar para responderle, pero justo ahora el lado sobre protector de Jack y Félix tenía que salir a la luz.
- ¡De acuerdo, gracias oficial! – explotó Jack cerrando la ventanilla y dejando al apuesto policía con la palabra en la boca.
- ¡Dale saludos a Rob! ¡Y aléjate de mi hermana! – le recordó Félix.
Derrotada, me masajeé las sienes y fulminé a los chicos con la mirada. Blake también los reprochó por lo maleducados que habían sido.
Sin mediar palabra puse en marcha el auto y fuimos rumbo a la escuela.
***
Vic y Matt nos estaban esperando en el estacionamiento de la escuela. Ellos son nuestros mejores amigos, bueno, al menos de Jack y yo. Pero Blake y Félix también los quieren mucho.
Les contamos el tema de los Mason y nuestro retraso por las confrontaciones con la ley.
- ¿Era un policía lindo? – preguntó Vic.
-Hermoso- le aseguró Blake.
Vic me señaló y a mi hermanita también y nos dijo:
-Después me cuentan más sobre ese tema, ¡vamos Matt!
Con esas dos últimas palabras arrastró a Matt al interior del colegio para luego ayudarnos con el plan que teníamos ideado.
No importa que se les ocurra a los Mason's, nosotros estamos preparados.
- ¿Vamos a entrar o nos vamos a quedar aquí como idiotas todo el día? – cuestionó Jack.
Blake rodó los ojos.
-Andando- ordenó mi hermana.
Por suerte no había muchos chicos a las siete quince de la mañana.
Y digo por suerte porque cuando entramos por la puerta principal nos cayó un líquido pegajoso encima, y luego una lluvia de, ¿cereales y miel?
Blake se puso a gritar y a maldecir en ruso (había tomado clases en el verano).
Félix empezó a gritar en griego y dispuesto a lanzarse a golpear a los responsables.
Jack lo detuvo con una tranquilidad imperturbable pero una mirada dura.
De repente cuatro risas que conocíamos se hicieron presentes.
-Mason's- gruñimos al unísono.
-Gómez- saludaron.
Luego Alex Mason (o Mason número tres) sacó su teléfono y empezó a tomar fotos de nosotros cubiertos de comestibles. Sus otros tres hermanos se reían sin control. No los culpo, es más que seguro que lucíamos ridículos, pero aún así se considera un insulto.
- ¿Cómo les va con el nuevo look? – preguntó de repente Jack alzando las cejas.
¡Boom! Eso es lo que me gusta de mi hermano: mantiene la calma y guarda sus ataques.
La cara de Mason número dos se endureció y ella apretó mucho los dientes.
Su cabello estaba cubierto por una peluca de mala calidad, y el maquillaje que usaban para ocultar lo que Félix les dibujó en la cara los hacían ver como fantasmas de lo pálidos que parecían.
Lilly (o Mason número dos) estaba dispuesta a lanzarse al ataque de Jack pero fue contenida por Mason's número tres (que ya había terminado de tomar fotos) y cuatro. Mientras que el Mason número uno, o Zac si prefieren, estaba mirándonos confundido, seguramente no esperaba esta reacción.
Al ver el efecto que el sarcasmo producía en esos hermanos, me fijé en los míos y ellos comprendieron.
-Sabes Zac- empecé enfocándome en mi enemigo-, esta broma me hubiera parecido patética viniendo de alguien común, pero de ti, es perfecta dado tu falta de materia gris.
El chico Mason tenía una mezcla de expresiones en su rostro sin saber bien que contestarme, para luego decidirse por:
- ¡¡No tengo poca materia gris!!
Me encogí de hombros, era el turno de los mellizos.
-Oye Blake- dijo su gemelo poniéndo su cara de ángel que hacía que varias chicas suspiraran por él.
- ¿Sí, Félix? – respondió ella de forma inocente.
- ¿Cómo le dices a un Mason con medio cerebro?
-No lo sé querido hermano.
- ¡Superdotado!
Con esa revelación los cuatro nos pusimos a reír mientras que a los Mason se les deformaban los rostros de la impotencia.
Definitivamente no esperaban esta reacción.
- ¿A sí? -desafió Eve poco convencida de su confrontación- pues, pues, pues ¡ustedes parecen un desayuno!
Félix y Jack compartieron una mirada y sonrieron.
- ¡¡¡DESAYUNO!!!
Y luego empezaron a lamer los cereales y miel que los cubrían. Debo recordarme que a ellos les encantaba la idea de comer algo más que no fuera fruta y que contara con dulce para desayunar. Y para mí, la miel y los cereales contenían esas características.
-Hasta luego Mason's- nos despedimos burlescos mientras observábamos como nuestros rivales hervían de furia. Y lo digo en el sentido literal.
***
-Tienes que admitir que Mason uno es muy lindo- dijo Vic mientras yo me cambiaba la ropa por una nueva que Matt y Vic nos habían traído.
Eso era lo que les pedimos por teléfono: ropa de recambio.
Rodé los ojos por el comentario de mi mejor amiga: si Zac es lindo entonces yo soy un unicornio o algo por el estilo.
- ¡Muy cierto! - me apoyó Blake. Espera, ¿eso significa que pienso en voz alta?
-Si- confirmó Vic mientras revisaba su teléfono.
Blake salió del baño con nueva ropa: jeans, chaqueta roja, camiseta negra y zapatos bajos.
Yo admiré mi vestido de lunares azules y morados y mis tacones plateados.
Vic había pasado por nuestra casa para pedir un poco de ropa a mamá, lo mismo hizo Matt con los chicos. Así que los Mason no habían logrado su cometido de dejarnos en ridículo el primer día de clases. O al menos evitamos parecer un desayuno americano por el resto del día
No es la primera vez que juego a la guerra de bromas. Sé cómo manejar a rivales, especialmente a unos tan novatos como los chicos M.
Y en este enfrentamiento los Mason's van a caer. Y van a caer tan profundo que tendrán que desenterrarlos con una máquina excavadora.
Me despedí de Blake para que se encontrara con Félix en su grado, y Vic y yo fuimos al aula de inglés dónde la clase ya había empezado hace diez minutos atrás.
Cuando abrí la puerta vi que todo el curso se volteó a verme, ¿no es raro cuando entras de los últimos al salón y todos te miran cómo si hubieras matado a alguien?
A mí me ha pasado. Justo ahora.
El bobo de Zac se percató en mi aparición y nuevo atuendo, y de la sorpresa se le cayó el lápiz con el que jugueteaba hace unos segundos.
Sonreí en victoria.
Prepárense vecinos, estamos en guerra.
Y en esta guerra no hay piedad.
Hola, no tengo muy en claro cada cuanto tiempo voy a actualizar, pero tengan fe en que esta historia va a llegar hasta el final. Nos vemos pronto.
Cuéntenme qué tal les pareció y si apoyan a #TeamGómez o #TeamMason
Chau
Besos y abrazos virtuales a todos.
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