Capítulo 37: "No estoy lista para decir adiós"


Jack y Carly en multimedia 

P.O.V Carly

Sí, lo admito. 

Rechacé esa posibilidad como veinte veces. 

¿Cuál posibilidad?

La de que de verdad me aceptaran en Los Ángeles, la verdad es que siempre creí que mi sueño de pequeña jamás de los jamases se volvería realidad, y que era una estupidez postular y llenar el formulario. 

Entonces, ¿por qué lo rellené? 

Por que muy muy dentro de mí tenía esperanzas bobas que creían que de verdad podía ingresar sin ningún problema, o simplemente quería tener mi distancia de mis hermanos por un tiempo, una de dos. 

El punto fue que un 97% de mí creía que no iba a entrar, un 2% no le importaba y tenía sueño el día que rellené el formulario, un 0.9% de mí se debatía en las tendencias de moda de la próxima temporada y el dinero que necesitaba para sacar un buen outfit y sólo un 0,1% de mi ser quería y anhelaba entrar. 

Estúpido 0,1%. 

¿¡Y ahora qué hago!? 

No soy estúpida, sé que alguien se metió en mi basura (santo dios, ¿a qué nivel de miseria alguien se mete a la basura de otro alguien?), y sacó mis cartas de la universidad que nunca contesté. El problema era, ¿quién? 

Soy una persona tan obsesivamente perfeccionista que nté que mi cesto de basura se había movido siete centímetros lejos de mi escritorio y estaba ligeramente ladeado hacia el oeste. Yo no lo dejé así. 

Así que mis sospechosos se resumen a mis hermanos, ¿por qué no los Mason's? 

Porque se volvieron tan asquerosamente cursis que no les interesaría entrar a mi cuarto y mucho menos poner una broma allí por miedo a que sus respectivos "novios" o "novia" los descubran y se molesten. 

En fin, dejé de preocuparme de que mis padres entraran a mi cuarto desde los dieciséis, así que podría estar durmiendo en un basural en lugar que en mi cuarto y ellos no se enterarían. 

Por eso, hay tres sospechosos en el aire: Blake, Jack o Félix. 

Pero dudo que haya sido Blake, ella y yo compartimos habitación, y ella sabe mejor que nadie que no me gusta que toquen mis cosas, principalmente porque ya ha sufrido las consecuencias de eso antes. No pregunten. 

El punto es que después de tantos errores y caídas se supone que el idiota aprende, y en este caso, Blake ya se sabe todas y cada una de las reglas sobre mi mitad de la habitación, así como yo sé que no me tengo que acercar a su mitad si no quiero terminar durmiendo en el techo de la casa.  

Esa tarde, cuando llegué, la casa estaba vacía, no me interesaba saber dónde estaban Jack y Lilly a menos que excedieran mi hora límite. Blake y Félix estaban con los Mason's, debo admitir que me alegra que por fin tengan amigos de su edad, así pueden conversar cosas acorde a su edad con ellos. Ni siquiera pregunté por papá y mamá, ya sabía la respuesta, verlos a ambos el día que se juntaron con los padres de los vecinos para castigarnos fue el acercamiento del mes. 

El único habitante o alma en pena de la casa era Roberto, el perro estaba durmiendo en su casita de la sala como si no hubiera un mañana, bueno, para Roberto casi nunca había un mañana que no consistiera en dormir. 

Maldito animal, no tiene nada de que preocuparse en la vida salvo dormir, comer, dormir, ir al baño, dormir, dormir y volverlo a repetir cada día.   

Entrecerré los ojos y negué con la cabeza, iba a subir los escalones cuando de repente vi que, sobre la mesa de la sala, había un sobre abierto, no estaba la carta, pero no me llamó la atención. 

Lo que de verdad me traumó fue el cesto de papeles que había cambiado dramáticamente de posición  desde que me fui. Y el resto ya lo saben. 

La pregunta es: ¿Cuál de mis hermanos sabe que me aceptaron en Los Ángeles?

*** 

Desperté por el sonido de la alarma. 

A diferencia de muchas novelas que leí de Wattpad, no "lancé el despertador con fuerza haciendo que se estrellara con la pared", no era su culpa, era su trabajo despertarme. Porque, de otro modo lo iba a insultar porque no me despertó, y si sonaba, se le insultaba porque lo hizo. Yo sólo lo apagué, bostecé y me preparé para empezar otro día de los pocos que me quedaban en la secundaria.  

Elegí una camiseta blanca, un chal étnico, unas medias negras y shorts sobre ellas, además de decidir usar unos botines negros para combinar. 

Blake no estaba en la habitación, supuse que, tal vez se levantó antes que yo. No le di importancia, llevé mis cuadernos que había dejado para estudiar y los guardé en mi bolso, luego, bajé los escalones de dos en dos y me dirigí al comedor. 

-Hola- saludé a mis hermanos. 

Dos me devolvieron el saludo, y el otro se quitó el pan a medio masticar que tenía en la boca y me saludó también. Personalemnte hubiera querido que no hiciera eso. 

- ¡Félix! -lo regañé al ver que se volvía a meter el pan a la boca. 

- ¿Qué? -preguntó él confundido-, ¿acaso se cayó al piso? 

-No- contestó Jack con el ceño fruncido. 

 - ¿Lo mordió otra persona? 

-No. 

-  ¿¡ENTONCES POR QUÉ NO ME DEJAN COMERLO EN PAZ!? -reclamó mi hermanito. 

Blake me miró fugazmente y entendió el mensaje: le propinó un codazo a Félix sin dejar de comer el cereal. 

- ¿Cuál... es tu....problema? -preguntó Félix con la respiración entrecortada por el golpe que fue en el estómago. 

-Oye, ya deberías estar acostumbrándote al hecho de ser tratado como saco de boxeo- Blake alzó las manos en gesto de defensa.

-No es cierto. 

-Por donde quieres empezar, ¿cuándo Eve te golpea? o ¿cuándo Eve te golpea dos veces? 

- ¿Existe la opción de "paso"? 

-Lo podemos negociar, hermanito. 

- ¡Ni loco! ¡Negociar eres peor que la mafia rusa!

- ¿Entonces prefieres rememorar tu vida pasada como bolsa de boxeo? 

- ¿Sabes? Siempre me gustaron los rusos, con sus sombreritos, sus bailes raros y esa capacidad de derrocar un imperio del Zar. 

Decidí ignorarlos, aunque me encantaba oír sus peleas diarias de quince minutos. 

Fije mi vista en Jack, y lo más seria que pude le dije: 

-Tenemos que hablar. 

Mi hermano abrió los ojos demasiado para ser sano, se levantó de la silla, tragó lo que quedaba de su sandwich y me siguió hacia la sala. 

-Entiendo que estés molesta- me ganó al hablar-, pero, ¿por cuánto tiempo pretendías ocultarnos que te habían aceptado en la Universidad? 

Yo no le iba a hablar de eso. Quería asegurarme que tenía todos los materiales para el baile de fin de año. Entonces la realidad me golpeó, muy fuerte. 

Jack era el que leyó la carta, seguramente mientras estaba aquí con Lilly, y como era un estúpido tarado, fue a comprobar lo que decía en mi cuarto, allí fue cuando desordenó mi cesto de basura. 

-Tú no te referías a eso, ¿verdad? -preguntó Jack al ver mi cara de pasmo. 

-No- contesté aún en estado de shock-, y esto lo hablaremos después. 

Me di la vuelta para irme pero él me detuvo. 

-No, Carly no tienes que renunciar a tu sueño por nosotros.

Lo ignoré, tomé mi bolso y anuncié que era hora de irnos.

 *** 

Me pasé todo el bendito día sin poder creerme lo que estaba pasando. Vic constantemente buscaba animarme una vez que le conté todo, además de que me consolaba. 

A ella también la habían aceptado en Los Ángeles, pero ella había postulado por una carrera más inclinada al área de economía. 

-Hey, al menos tú estudias lo que quieres- explicó dando un mordisco a su pizza-, yo tengo que conformarme con que tendré que estudiar economía, es una pesadilla con números- se quejó haciendo gestos con las manos. 

Entendía que trataba de animarme, por lo que forcé una sonrisa. 

-Después te paso los apuntes por mensaje- me dijo para cambiar de tema-, las clases del señor Nicholson son agobiantes, digo, ¿acaso sabe que no interesa cómo unas personas llegaron a otra parte sin GPS y con un barquito de madera? 

Solté una risa. En serio agradecía este tipo de bromas. 

-Te quiero Vic, y sin importar a donde vayamos en la vida, eres mi mejor amiga- le dije. 

-Aww, sabes que yo también- me abrazó- aunque seas una controladora.

 Reí, en serio esperaba que este problema se resolviera pronto. 

Pero mis esperanzas se fueron demasiado rápido al ver cómo, al llegar a casa, mis hermanos y mis padres me esperaban sentados en los sofás de la sala, con la vista fija en cada uno de mis movimientos 

Cerré la puerta con cuidado, dejé mi chal en una de las sillas y mi bolso también. 

Del modo que yo lo veía, esto daba para largo. 

-Hola- saludé. 

- ¿Por qué no nos lo dijiste? -inquirió Blake con voz rota y los ojos húmedos. 

-No quería... no quería irme de aquí. 

-Carly, nosotros mismos lo aceptamos, somos un desastre con el que alguien se encariña, pero tú tienes que dejar a tus sueños volar- Félix hizo una paloma con sus manos haciendo como si volara- y ser feliz- me observó.

Se armó un silencio sepulcral en el que nadie dijo absolutamente nada, yo estaba agradecida por lo que ellos hacían por mí, pero mi decisión era quedarme aquí, con ellos. 

-Bueno- hablo mi madre-, ya que nadie va a hablar de lo obvio yo lo haré: hija, felicidades, siempre supe que podías entrar a... 

-No fue gracias a ti- le espeté a mi mamá, que rápidamente se calló-, ¡no fue gracias a ninguno de los dos! -exclamé al borde de las lágrimas mirando a mis padres. 

-Carly- me reprochó mi padre, pero lo ignoré. 

- ¡Es cierto! Ustedes no está nunca en casa, no van nunca a presentaciones o entregas de premios... ¡todo lo he hecho yo! -me desahogué-, he cumplido lo que ustedes debían hacer porque no quería que mis hermanos sintieran un hueco vacío como yo. 

A este punto era una catarata parlante, las lágrimas caían y caían, años y años de guardarme cosas que debí decir explotaron por sí solos en unos pocos minutos. 

Miré a mis padres, ambos estaban igual de consternados, el labio inferior de mamá temblaba y papá no estaba mejor que digamos. 

-No... no sabía... no debí- balbuceó mamá antes de correr escaleras arriba, seguida por papá que daba grandes zancadas para salir del lugar. 

-Debí decir eso hace tiempo- murmuré.

-Bien, ahora que te desahogaste, ¿qué opinas de la Universidad? -preguntó Jack a mis espaldas. 

- ¿Estás de broma? -me volteé bruscamente-, no los puedo dejar, mucho menos ahora. 

-Te equivocas- dijo Blake uniéndose a Jack- estamos preparados, somos los Gómez. 

-Y todo te lo debemos a tí- complementó Félix con una pequeña sonrisa. 

-Chicos, en serio... 

- ¡Escucha! -rugió Jack levantándose de su asiento-, deja de decir que esto es por nosotros Carly, te has sacrificado la vida entera por nosotros, por que estemos bien- bajó la mirada ante eso último-, eres como nuestra madre, a decir verdad, y queremos lo mejor para ti. 

-Sólo son unos años y nos podrás venir a visitar- dijo Félix. 

-No es como si te librarás de nosotros- rió Blake. 

-Posé la mirada en mis hermanos, uno a uno, ¿en serio me dejaban ir?  

 -Tal vez- dije observando la escalera por la que minutos antes mamá se había ido-, tal vez, el problema es que no estoy lista para decir adiós. 

Mis hermanos no me dejaron divagar más, sentí como tres personas me abrazaban hasta estrujar mi alma. 

Pero, se sentí increíblemente bien. 

**** 

Holaaaaaaaa sé que no estuve activa en mucho, mucho, mucho tiempo, y lamento haberlos hecho esperar, pero como quedan tan solo tres capítulos para el final quiero agregar suspenso. 

Mañana me voy de viaje, wohoooooooo 

Quiero que me digan qué profesión quiere estudiar Carly, intenté yo misma hacerlo, pero creo que ella es tan genial que ustedes deberían decirme cuál les gusta más: 

a) Diseñadora de modas: en capítulos pasados vimos como a Carly le apasionan las nuevas colecciones. 

b)Psicóloga: Todos sabemos que la familia Gómez no tiene a los mejores padres ni el mejor pasado, por lo que tal vez Carly quisiera arreglar y evitar esto en otras familias. 

c)Esta es su elección, basado en los gustos de Carly, qué creen que debería ser, y deben decirme por qué para entender su idea... 

En fin, la cuadrícula con más votos gana. 

Nos vemos en el otro capítulo

Bye, los quiero y gracias por no abandonarme aunque me ausenté ;) <3<3<3<3<3<3

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