Capítulo 35: "Cállate y bésame"


P.O.V Blake 


- ¿En qué estaban pensando? -inquirió mi madre con voz mortífera. 

Oh, pues, nada. Ya sabes, sólo detener una extorsión má. 

Pero obviamente decir eso era suicidio, así que la mejor opción era mantener la boca cerrada. 

El panorama a nuestro favor era terriblemente desastroso. Después de la videollamada de nuestros padres con la compañía de los señores Mason's, lo mejor que pudimos hacer fue sonreír de la forma más angelical posible y hacerle señas a Carly para que cortara la llamada, cosa que pasó luego de unos segundos. Al final, la única opción fue conducir a casa en silencio, y, como se imaginan, ocho personas apretadas no era lo más cómodo del mundo. Además, yo tuve que soportar al molesto de mi mellizo y sus gestos de corazoncitos con las manos apuntando a Alex y a mí. Por eso le enterré mi codo en las costillas como tres veces, inexplicablemente el muy idiota no paró hasta que llegamos a casa. 

Una vez que mi hermana estacionó el auto, se limitó a decir: 

-Todos fuera, ya. 

Lo dijo en un modo tan autoritario que obedecimos al instante, uno a uno, compartimos una mirada instantánea de terror, digo, ¿quién no? Salimos sin permiso de casa bastante tarde, no le dijimos a nadie salvo a Camila, entonces, resumiendo, no era posible salir bien de esta situación. 

- ¿Listos? -preguntó Zac. 

-No- respondieron Jack y Lilly al mismo tiempo. 

-No sean gallinas- apremió Félix haciendo un aspaviento-, ¡sólo son nuestros padres! 

-Y mamá molesta- le recordé alzando una ceja. 

Al instante palideció, pero recobró la sonrisa y haló de forma temblorosa: 

-Si, ¿saben qué? Mejor esperemos a Jack y Lilly. 

Se rascó la nuca, y segundos después intentó correr, por suerte Eve lo atrapó y nos hizo una seña para que entráramos de una vez a la casa. 

 Nunca sentí tanto pánico al ver a mi madre, con su chaqueta y blusa y falda lápiz y sus tacones negros en frente de nosotros. Tenía su cabello rubio atado en un fuerte recogido y los brazos cruzados. Papá, por otro lado, aún llevaba sus gafas, lo que significaba que la noticia lo tomó por sorpresa cuando estaba leyendo, él usaba una camisa azul y pantalones negros, además de que estaba de pie al lado de mamá. 

En el caso de los Mason's, su madre estaba sentada en un sillón, con el cabello laceo y un rostro impávido nos observaba fíjamente. El señor Mason usaba una camiseta gris, estaba apoyado en el sofá individual en el que su esposa estaba senda, y al igual que ella, no nos apartó la mirada. 

Oí a alguien tragar saliva. 

-Emmm... ¿hola? -saludó Eve, dejando escapar una risita nerviosa, aún sujetaba a Félix, y ambos parecían congelados por el miedo. 

- ¿Hola? -repitió su madre alzando la voz- ¿es todo lo que tienen que decir después de desaparecer por dos horas? 

- ¿Qué les pasa por la cabeza? Y... Eve, cielo, ¡suelta a ese chico! -ordenó el padre de mis vecinos. 

Mi amiga obedeció de forma inmediata, y sin apartar la mirada de sus padres empujó a Félix a otro lado haciendo que cayera de bruces en el piso. En otras circunstancias me habría plantado a reír. 

Inexplicablemente mis padres no decían nada. Sólo nos miraban con profunda desaprobación. 

-Bueno, todo esto tiene una... perfecta explicación- dijo Carly de forma calmada. 

Y en ese instante, la bestia despertó. 

- ¿En serio? -repuso mi madre con tono burlón-, no me digas hija, ¿y esa explicación cuál es? 

Madre del santísimo, estamos acabados. 

- ¡Yo fui! -saltó Lilly, que en ese entonces estaba al lado de Jack, se encaminó en frente de todos nosotros-, yo... me quedé muy tarde en un club, entonces, me dio miedo regresar- se retorció las manos con nerviosismo-, entonces le pedí a Zac que me recogiera... 

- ¡Y como no tengo auto! - reclamó el mayor de los vecinos-, le pedí a mi amiga Carly ayuda... 

-Y a mí me da miedo conducir de noche les pedí a Alex y Jack que nos acompañaran también. 

-Pero entonces, ¿como es que podríamos dejar solas a Blake y Eve? -preguntó Jack en forma dramática-, así que, tuvimos que llevarlas con nosotros. 

-Y yo voy a donde sea va Eve- agregó Félix que ya se había levantado del piso-, así que era de esperarse. Además, técnicamente no dejamos la casa "sola" -apuntó mi hermano con profunda sensatez- ¡dejamos que Roberto las cuidara! ¡Así que si buscan culpables, el perro lo hizo!  

Al culminar, los cuatro adultos se miraron con las cejas alzadas. 

- ¿Esperan que nos creamos eso? -preguntó mi padre. 

Y ahí fue cuando empezamos a lanzar nuestras propias respuestas: 

-Bueno.... 

- ¿Sí? 

-Básicamente. 

-Tal vez. 

-Era de esperarse... 

- ¡Yo ya dije que el perro lo hizo! 

- ¡Félix cállate! 

**** 

-Admite que te gusta, admite que lo amas, admite que te roba el corazón- canturreó Eve en nuestro camino diario después de la escuela.

-Admite que no es cierto, admite que sólo lo hice para evitar sangre volando, admite que fue porque detesto el hospital- le respondí molesta-, si, bueno, tengo que perfeccionarla pero ya entiendes el punto. 

Mi amiga rodó los ojos. 

-Vamos, Blake, yo ya admití que Félix está a medio camino de ser perdonado, ¡hazló tú! 

-Ok, primero que todo: aún no supero que te haya secuestrado y llevado a un rancho en medio de la nada- recordé-, y segundo. Alex no ha hecho nada así de... no sé si se puede llamar romántico, pero sí dedicado. 

-Ya sabes- me trató de animar-, Alex no es del tipo que expresa lo que siente así como así. 

-Si, bueno, con tal de que no me secuestre estoy bien. 

Eve rió ante mi sarcasmo, y al cabo de un rato su teléfono vibro, justo antes de doblar la esquina que daba a nuesttras casas. 

Me detuvo con un brazo mientras leía el texto. 

lo que sea que le hayan escrito, la emocionó mucho porque empezó a gritar y a dar saltitos. 

-Oh por dios, oh por dios ¡Oh por.... 

-Sí ya entendí- le corté tapando su boca con mi mano-, ahora, que es tan importante como para romperme el tímpano. 

- ¿Qué importa tu tímpano?-repuso ella aún dando saltitos-, Félix dice que debemos ir al auditorio del colegio, ¡ya! 

-Vé tu- repliqué con cansancio-, Eve tengo sueñoooo-alargué la "o". 

-No, no, no. Tengo que llevarte allí- insistió jalándome el brazo derecho. 

- ¿Por qué? -pregunté haciendo un puchero y ofreciendo resistencia. 

Al parecer la pregunta la desconcertó, por lo que titubeó un minuto y luego contestó:

-Porque si es una broma de Félix, el... ehmm, ¡No se atreverá a hacerlo si estás tú! 

- ¿Por qué de repente... 

- ¿Sabes qué Blake? ¡Me harté! ¡Vas a venir aunque sea necesario que te arrastre conmigo! -me amenazó señalándome con el dedo de la mano que no sostenía mi brazo. 

Le devolví la mirada desafiante. 

-Quiero ver que lo intentes. 

****** 

-No puedo... creer... que lo hiciste -dije frotándome el brazo. 

No sé cómo, pero Eve logró que me devolviera hacia la escuela (que, por cierto, ahora estaba desierta) y no hablo en todo el camino más que para darme excusas de por qué debía estar acompañándola. 

- ¿Terminaste ya de arrancarme mis articulaciones? 

Ella ladea la cabeza, con una pequeña sonrisa. Sabe algo que yo no. 

-No fue tan difícil. 

-Pero, ¿cómo? -todavía no encuentro las palabras adecuadas para la situación-, tú eres una linda flor del bosque, ¿cómo es que me arrastraste seis cuadras? 

-Peleo con Zac por los CD's de Little Mix, así que creo que por fin dio resultados- amplió todavía más su sonrisa. 

-Vale, tu ganas, ¿qué tengo que supervisar? 

Eve me arrastra nuevamente con el otro brazo, y corre como desquiciada hacia el auditorio, pasando los corredores, las salas de clases y la cafetería. 

Hasta que por fin se detiene en la puerta de auditorio. 

-Ok, yo entro primero- se señala a sí misma-, y tu después, ¿ok? 

Asiento. 

Después ella empuja levemente la puerta, sólo para asegurar su paso y la cierra de golpe una vez que entra. 

Espero unos minutos y golpeo suavemente con mis nudillos la puerta. 

- ¿Eve? -llamo.  Como no hay respuesta sólo entro de golpe. 

Nunca me gustó el auditorio, se parece a cualquier mala imitación de un teatro, con las cortinas rojas y un escenario de madera, sillas que parecen robadas de un cine, y luces precarias en el corredor. 

Pero esta vez, las luces estaban apagadas, caminé un par de pasos, cerrando estúpidamente la puerta tras de mí (ya sé, las películas de terror no me enseñaron nada) y volví a llamar a mi amiga. 

- ¿Eve? ¿Eve? ¡EVE MASON SI NO APARECES EN ESTE INSTANTE TE JURO QUE...

Mis amenazas se detienen de golpe en el momento en que las luces del escenario cobran vida. En el centro de este, hay cuatro personas. 

Reconozco inmediatamente a los primeros tres: son Yellow Summer. Mi banda favorita. 

Estaba a punto de desmayarme hasta que vi que Alex estaba de pie alado de Mike Thompson, el vocalista. 

 -Blake- como no hay ruido lo oigo claramente-, sé que, fui un tonto, un estúpido, un... bueno, ya entiendes- sonrió de forma nerviosa-,. Pero la verdad- se rascó la nuca- es que soy un cobarde. 

Alcé ambas cejas y lo miré con recelo. 

Sí claro, pero de repente se convirtió en un hombrecito para aceptar la cita de Dakota, ¿no?

-Jamás quise traicionarte- si claro, cómo no-, es sólo, que me dio, demasiado miedo, pedirte que fueras mi novia me aterraba. Me mortificaba pensar- cerró los ojos-, pensar que tú no sentías lo mismo. 

- ¿¡Tú crees que yo voy besando a la gente porque no me gustan!? -le espeté. 

-Guau, esto sí valió la pena- comentó el vocalista, que observaba todo bastante entretenido. 

-No dije eso- contestó Alex ignorando el comentario-, pero, creí que, no estabas tan interesada en mí como yo lo estaba. Creía, que nunca podría estar a tu nivel. 

No dije nada. Me mantuve con postura seria, intentando buscar un matainsectos para que esas mariposas en mi estómago dejaran de complicarme la vida. 

- ¿Y esta es tu disculpa? ¿Pedirle a tu hermana que me arrastre al auditorio porque te conseguiste a nustra banda favorita? -me maldigo internamente por decir "nuestra". 

Al parecer, Alex lo nota, porque en sus ojos hay un brillo de esperanza, le hace una seña al vocalista y este empieza a tocar. 

Conozco inmediatamente la canción. Es una de mis favoritas. Habla sobre el estúpido, jocoso y molesto amor. 

No puedo evitar recordar que le dije a Alex que era mi favorita, el día en que discutí con Carly y casi me caigo del techo al ver a Mason número tres con audífonos, y cómo él evitó que terminara siendo un Blake-panqueque. 

La verdad es que, jamás olvidé a Alex, sabía que no éramos nada en el momento en el que me enteré de lo de Dakota, incluso pensé que me había usado el día que nos besamos, y aunque tal vez exageraba con los celos, en ese instante me di cuenta que de verdad me importaba. 

Las lágrimas querían salir, así que me obligué a mirar a techo, y, una vez que estuve recuperada, vi en un extremo de la sala a Eve y Félix, ambos me sonreían, y Eve levantaba el pulgar, visiblemente emocionada. En ese instante Félix puso su mano sobre los hombros de mi amiga, y ella le proporcionó un codazo al estómago sin siquiera dejar de sonreír. 

Volví mi atención a Alex, que había bajado del escenario y caminaba hacia mí. 

En cuanto el grupo terminó la canción, me acerqué. 

- ¿Crees que esto es así de simple? -pregunté al borde de las lágrimas o de darle un puñetazo-, ¿traer un grupo de música y creer que todo estará bien? 

- ¿Qué? ¡No! ¡Sí! ¿Sí? ¿No? -contestó confundido- ¡No lo sé! 

Alcé una ceja. 

-Lo único que sé- retomó la calma-, es que, lo siento, y, te prometo que, jamás de los jamases te engañaría. Es más, Félix preparó un detector de mentiras que está en la bodega de atrás y aplica descarga eléctrica si mientes, emmm, ¡iré a traerlo! -él estaba a punto de correr hacia la bodega cuando lo detuve. 

-Sólo cállate y bésame- ordené exasperada. 

Y cómo nunca antes, Alex obedeció. 

*** 

Ok, sé que no actualicé la semana pasada y lo siento. Pero la verdad es que estaba castigada y no pude ocupar aparatos electrónicos el fin de semana :( 

En, fin, como aprendí mi lección aquí estoy. 

Pero, lo malo es que estoy enferma, así que tal vez haya una que otra falta de ortografía y es porque aún veo como seis dedos en mi mano. 

¡Da igual! ¡Nos vemos la otra semana! 

Blex shippers, ¿qué opinan del capítulo?

Bye-bye

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