Capítulo 33: "Juntas por siempre"


P.O.V Carly

- ¡Ustedes dos son asquerosos! -reclamé mientras cerraba mi libro de golpe y me levantaba de la silla del cuarto de mi hermano. 

Jack y Lilly me miraron alzando las cejas, con una pura expresión de superioridad.

Obviamente el mayor objetivo de estos dos era molestarme. 

Desde que llegué a supervisar que estos dos enamorados no se propasaran con escenas dignas de una película de mayores de 18, han estado torturándome para que me vaya.  Lilly haciéndole muecas a Jack para que este tome su sopa, nombres ridículos y bobos de pareja y besitos. ¡Puaj! 

Ahora recuerdo porque quería meterme a un convento a los quince. 

Hace rato ya que había dejado al secuestrador de mi hermano menor y a la chica Mason en el rancho de un amigo de papá. Ahora, cada veinticuatro minutos exactos chequeba mi teléfono para revisar si tenía algún mensaje de Félix. pero el enano se olvidó de mí. 

También fui a supervisar que Blake haya hecho sus tareas, y si era necesario, ayudarla en algo. Pero como esa rubia era tan prepotente me echó a patadas en cuanto quise revisar los chats en su celular. 

¡Es que ya no hay respeto! 

Más encima, me tengo que aguantar el hecho de que mi hermano y su novia (o lo que sea) se pongan cariñosos compartiendo baba en frente mío. Colapsé. 

 Caminé directamente hacia la puerta, y antes de cerrarla tras de mí, me voltee hacia los dos tortolitos y puse la siguiente amenaza: 

- Pobre de ustedes, que termine siendo tía- los señalé, a lo que ambos abrieron los ojos, bastante incómodos. 

Cerré la puerta y contuve una risa. Si al menos no pude evitar transfusiones de saliva en mi propia casa, fui la culpable de un muy grande silencio incómodo. 

Me dirigí a la cocina, mi refugio ante todo. Dejé el libro que me tocaba leer para mi clase de literatura (el cual parecía mas una Biblia), agarré un vaso, lo deposité suavemente en la isla de la cocina y abrí la nevera buscando el jugo de naranja. 

Una vez que mi vaso estaba lleno, dejé la jarra y me senté en uno de los taburetes a reorganizar lo que tenía esta semana viendo el horario que tenía en la nevera: 

-Examen de Matemáticas, ¡listo! 

-Proyecto final en mi clase de artes, ¡listo! 

-Discurso para el día de graduación. Semi-listo. 

-Comprar un nuevo collar para Roberto. Necesito averiguar los horarios de tiendas de animales y cotizar, así que le pondré un semi-listo. 

-Reunión del comité para planear la fiesta de bienvenida.  

Casi me ahogo al recordar eso. Usualmente estas reuniones eran más seguido, y mi única preocupación era que ni Jack o Matt se quedaran dormidos en la mitad. Pero ahora, eso era más complejo al recordar que Vic y yo ya no éramos amigas. 

Cada vez que lo recuerdo siento ganas de volver a llorar. Estúpida Clair. Por eso no regañé a Blake cuando ridiculizó a su prima y a ella. Llámenme inmadura, pero después de todo, sólo tengo dieciocho. 

Suspiro otra vez al recordar ese número. Pensar en la universidad me aterra. Estar lejos de mi familia me aterra. Pensar que algo le puede pasar a mis hermanos me aterra. 

Por lo menos, ahora confío más en Jack, creo en él, y si estoy agradecida con Lilly es porque le devolvió esa chispa y las ganas de vivir sin culpa, sin miedo, sin remordimiento. Tal vez algún día, mi hermano sepa aceptar todo. 

En cuanto a los mellizos, bueno, sé que ellos estarán bien. Tal vez tengan un par de líos amorosos por ahí pero creo que se les pasará rápido. Después de todo, por eso también ayudé a Félix con su rapto. 

En cuanto pienso en eso, mi celular vibra, veo un mensaje en la pantallita de mi hermanito. 

Él enano dice que pasaron un rato agradable.

Aww, sólo espero poder llegar a tiempo y poder interrumpir algún momento romántico. 

¿Qué? 

No pueden esperar que sea madura y responsable todo el tiempo. 

*** 

Félix está ofuscado. 

No lo culpo, quizás si me hubiera tardado unos minutos más, tal vez él y Eve se hubieran besado... 

¡PUNTO PARA MÍ! 

¡ESO ES VENGANZA POR ARRANCARME UNA HOJA DE MI DIARIO FÉLIX! 

Eso, y hacerme correr como siete cuadras para atraparlo. 

En fin, mi hermanito querido mira por la ventana, serio, a veces me dirige un par de miradas mortíferas por el retrovisor y yo le contesto con una radiante sonrisa. 

Eve, por otro lado, también mira por la ventana. Pero parece que se quedó en blanco, porque cada vez que pasa un caballo por la carretera ella se ríe un poco, por lo demás está sonriendo de forma pacífica, empañando el cristal de mi auto. 

Si me lo preguntan, la chica no está bien. 

Pero no es uno de mis corderos así que dejaré que el bobo e irresponsable pastor de Zac haga lo que quiera con ella. 

 Estamos cruzando una zona cerca de las montañas, tengo especial cuidado porque del otro lado hay un barranco y no quiero terminar siendo un panqueque. Especialmente porque Jack molestaría con eso a mi fantasma por toda la eternidad. Y como la eternidad es mucho tiempo no tengo ganas de caerme al vacío. 

Veo un mirador. La gente suele estacionar sus autos allí y tomarle fotos a la nada, algo así como diciendo:  "Eh, mírame, no me he caído a este precipicio".

Una vez que estoy bastante cerca distingo una limusina y un borrón negro con cabello castaño que se apoya en la baranda. 

No hay muchas limusinas por aquí, y la única chica que conozco que quiere ser fotógrafa y encuentra lindo al vacío es Vic. 

Hago un cambio brusco en mis planes, doblo hacia el mirador y estaciono mi auto al lado de la limusina. 

-Quédense aquí- les ordeno a ambos adolescentes que miran estupefactos la escena. Salgo del auto lentamente. Ella aún no sabe que estoy aquí, así que cierro la puerta con cuidado y pongo el seguro. Eso último es sólo para asegurarme de que Félix no haga ninguna idiotez. 

Camino hacia el balcón, me acomodo mi sweater porque el viento de este lugar lo revolvió. 

-Hola- saludo sin voltear a verla, apoyándome en el barandal, mirando y estimando cuántos metros son de caída. 

¿Siete? 

-Hola- saluda ella con voz apagada-, a ella le gustaban las montañas- comenta triste. 

Entonces la realidad me golpea. Hoy es el aniversario del día de la muerte de la mamá de Vic, se cumplen exactamente diez años desde que ella murió.

-A veces- escucho como se traga un sollozo a mi lado-, a veces recuerdo como me contaba que algún día, quería ser el viento, que si fallecía, siempre estaría el viento para recordarla. Pero adivina que- repuso con voz sombría-, diez años solamente y no recuerdo bien su rostro. 

Sólo eso me bastó. 

Me volteé hacia ella, estaba llorando. Tenía un gran abrigo negro de plumas, pantalones negros y una blusa y botines del mismo color. La abracé con todas mis fuerzas y Vic no se apartó. 

-Lo siento- susurré. Después de unos segundo agregué: 

-Por todo. 

Vic se apartó, me miró a los ojos y se limpió unas lágrimas con su manga.

-Me enteré de lo que en realidad pasó- dijo-, Zoey me lo explicó después, entonces recordé que tu me habías dicho sobre que llevarías tu cámara al campamento, recordé las fotos, y todo tuvo sentido. Lamento lo que dije Carly. 

Ambas nos volvimos a abrazar. 

Luego de un rato, la melancolía volvió. 

-A ella le encantaba la naturaleza, no sé que rayos vio en un empresario tecnológico y estructurado, pero sea lo que sea, no fue el dinero- explicó sorbiéndose la nariz-, mi papá no era rico cuando se casaron. Pero si era estructurado, aburrido y estricto. 

-Tal vez de verdad estaba enamorada. 

-El amor no existe, Ly. 

- ¿Esto es por Zac? -pregunté-, porque creo que deberías darle una oportunidad, digo, nuestra relación nunca fue real. 

-No es eso- respondió ella con la mirada fija en la nada-, bueno, tal vez un poco, pero no. Si papá de verdad tuviera amor hacia ella, habría ido a visitarla al cementerio. Al menos una vez. Desde el funeral que ni siquiera pone un pie en ese lugar. No la ama. Tal vez nunca lo hizo. 

-Vic-hice una pausa-, tal vez él no se ha sentido lo suficientemente fuerte para afrontar la realidad de su muerte. 

- ¡YA PASARON DIEZ MALDITOS AÑOS!- gritó ella, luego pateó con fuerza el barandal- ¡EL HOMBRE TENDRÍA QUE ACEPTARLO DE UNA VEZ! 

-Ya, pero, no siempre se supera de inmediato, yo apenas pude superar la realidad de mi hermano-expliqué con lentitud-. Era difícil, era muy difícil. Mirar al espejo y pensar que Jack era un asesino no me había en la cabeza. Sin quererlo, me empecé a culpar, por no ser más responsable, por no estar presente. Desde entonces me mortifiqué con eso. Tal vez, lo mejor- puse una mano en su hombro-, es ayudarlo a superar. 

Mi amiga se incorporó, ahora más calmada asintió, nos abrazamos y se subió a la limusina, pero antes de que cerrara la puerta le dije: 

-Por cierto, gracias por pagar el hospital de Jack- Vic abrió mucho los ojos-, sí, cuando mis padres fueron a pagar les dijeron en recepción que alguien con el nombre de Verónica May había cancelado todos y cada uno de los cuidados de mi hermano- Vic empezó a tartamudear-. Entonces recordé que me dijiste una vez que si pudieras cambiarte el nombre utilizarías el de tu madre (Verónica) y el apellido "May". 

Cuando terminé Vic sólo entrecerró los ojos. 

Tú matas el suspenso- y luego cerró la puerta. 

Reí para mi misma y volví a mi auto. 

*** 

Mientras conducía de vuelta a casa, no pude evitar recordar cómo conocí a Vic. 

FLASHBACK 

En una tarde de verano, en donde el sol, todavía no ganaba fuerzas y el viento soplaba, una chica de ocho años corría por el parque, estaba jugando a las escondidas con sus padres, su hermano de siete años y otros de cinco. Mientras sus padres contaban ellos buscaban donde esconderse. 

La mayor, corrió hacia el otro extremo del parque, allí se ocultó detrás de un árbol con un grueso tronco. 

Rió por lo bajo al pensar en cuánto iban a tardar en encontrarla. 

Entonces, un llanto cercano la desconcertó. En una banca cercana alguien estaba llorando, una niña, de su misma edad. La chica con cuidado se acercó, su madre le había advertido de los secuestros de niños y no quería que eso le pasara. 

Una vez que estuvo cerca, pero a una distancia prudente para correr si fuera necesario le preguntó: 

-Niña, ¿por qué lloras? 

La aludida levantó la cabeza, sus ojos estaban rojos y su cabello castaño muy desordenado. 

-Mi papá no me quiere- respondió con la respiración entrecortada-, ya casi no me habla y les dice a otros que cuiden de mí. 

- ¿Y por qué no le dices a tu mamá? -preguntó confundida la chica. 

Eso pareció afectar más a la castaña.

-Mi mamá murió hace dos meses- respondió con tristeza. Estaba a punto de largarse a llorar otra vez cuando la chica la abrazó por sorpresa. 

Cuando se separaron, la chica miró a la castaña con una pequeña sonrisa. 

-Mi nombre es Carly, ¿y el tuyo? 

-Victoria. 

-Muy largo. Te llamaré Vic. 

Victoria rió, era la primera vez que lo hacía en dos meses.  

-Bien. 

-Vic, ¿quieres ser mi mejor amiga? -preguntó Carly con un brillo en los ojos. 

Vic se emocionó, no había tenido amigas desde que su mamá vivía, con el tiempo, la pequeña se había alejado de todo. 

-Sí. 

*** 

Ok, espero que este capítulo les sirva para conocer más a Vic, ;) Quiero llorar. 

Bueno, en fin, ahora sí, de verdad verdad publiqué otra historia, la cual pienso actualizar los jueves, está en mi perfil, se llama "Lo que pienso y lo que digo" pasen a verla si quieren matar el tiempo entre la espera del próximo cap. 

Ah, una cosita más, no soy ni máquina de escribir, ni robot, tengo (aunque no lo parezca) una pobre vida social que mantener afuera de Wattpad no me molesta que comenten o voten, pero si me ponen un "actualiza" les juro que me voy a convertir en una versión mejorada de un asesino digno de Criminal Minds, ¿ok? 

Bien, ahora que todo ha quedado aclarado, comenten, voten, díganme que les parece, etc. Nos vemos el otro sábadooooooo

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