Capítulo 30: "... termina mal"

Narrador en tercera persona. 

-Zac- dijo Carly de forma nerviosa, hace tiempo que deseaba aclarar las cosas con el chico Mason-, necesitamos hablar.  

Zac por otro lado también estaba algo nervioso, esta relación le traía varios problemas, y no le gustaba mucho. 

-Lo mismo digo. 

Ambos estaban en la sala de estar de la casa Gómez, Blake estaba en su cuarto escuchando música, con Félix bajo vigilancia. Resulta que el menor de la familia G había escuchado una conversación de Blake y Eve, en la cuál esta última la invitaba a ir de compras, como Blake obviamente se negó y Eve no podía ir sola, Félix se presento voluntario para acompañarla. 

Basta decir que Blake se negó al instante, era muy protectora con su amiga, así que le dijo a Eve que se fuera con Alex a alguna parte, pero lo más lejos de su mellizo posible, Eve accedió, pero Félix no tuvo tanta suerte y su hermana no lo dejaba sólo por temor a que se fugara. 

Félix había estado desesperado últimamente por hablar con Eve, pero como era de esperarse, Blake lo agarraba por el cuello de la camisa al más mínimo atisbo de que se acercara. Es seguro decir que le pasaba lo mismo a Eve con Alex.

-Creo que...-inició Carly jugueteando con sus manos. 

-Esta relación...- comenzó Zac desviando la mirada hacia otra parte. 

- Debemos terminar- dijeron los dos al unísono, cerrando los ojos, sin embargo, al darse cuenta de que ambos habían llegado al mismo punto se miraron de forma extraña e inmediatamente después estallaron en carcajadas por la ironía de la situación. 

-Creí que te lo tomarías peor- rió Zac. 

-Yo pensé que no estarías de acuerdo- concordó la chica casi cayéndose del sofá al piso de la risa. 

Una vez que ambos pararon de carcajearse, acordaron ser amigos y empezaron a hablar de trivialidades sin la necesidad de sentirse incómodos. 

- ¿Cómo es que el caramelo que pusiste en mi té de Manzanilla y canela no salió de mis dientes por días? -preguntó Carly apoyándose en uno de los brazos del sofá. 

-Es, la verdad, algo muy sencillo- Zac hacía aspavientos con las manos a modo de ilustrar su punto-, simplemente... 

Su explicación fue cortada por el sonido de su teléfono, con una seña se disculpó con la mayor de los Gómez, caminó unos pasos más allá y atendió la llamada que parecía ser de su hermana. 

- ¿Lilly? ¿qué ocurre? Creí que... 

-J-J-Jack- tartamudeó su hermana desde el otro lado de la línea. 

-No, soy Zac. Lilly, hasta donde yo sé, esa bolsa de músculos está contigo. 

-No... no- intentó hablar su hermana, su voz parecía ahogada, consternada, asustada y un montón de otras emociones tristes mezcladas entre sí. 

- ¿Te plantó o algo por el estilo? Mira que si te hizo daño yo... 

-Zac- lo cortó la chica, justo en ese momento el joven se dio cuenta de que su voz estaba débil, justo como cuando lloraba-. Jack está en el hospital- informó con voz temblorosa. 

Mason uno no estaba en condiciones de hacer un comentario sarcástico, y sabía perfectamente que a su hermana no le gustaba que la interrumpieran cuando hablaba de algo sumamente crítico, así que optó por la idea de quedarse callado y escuchar cómo Lilly relataba la historia. 

-Estoy... ocurre que... que, cuando veníamos camino a casa nos topamos con tipos que hacen carreras clandestinas- Zac oyó como la chica tomaba aire de forma temblorosa al otro lado de la llamada-. Uno de ellos se me insinuó, Jack trató de defenderme y el tipo lo retó a una carrera, no sé aún cómo pero el auto de Jack se volcó al llegar a una curva- eran demasiados datos para un sólo día-. Zac- suplicó Lilly-, dile a su familia que vengan al hospital ahora... por favor. 

Luego de eso la llamada se cortó. 

El chico no supo si se cortó o ella le colgó, pero lo demás le pareció suceder en cámara lenta: contarle a grandes rasgos la situación a Carly, quién rápidamente llamó a los mellizos y se subieron al auto. 

Zac decidió conducir, ya había un herido por accidente automovilístico, no era el momento de sumar otros tres. 

En el asiento del copiloto, Carly hablaba con sus padres en una llamada conjunta, por lo que se oyó, ambos estarían allí lo más rápido posible.

Los mellizos estaban en la parte de atrás, por el retrovisor se veía a Blake derramar lágrimas, pero sin producir llanto o gemido alguno. Félix estaba pálido, blanco como la cal, inexpresivo, mirando un punto en el vacío. 

En cuanto Zac estacionó el auto en las afueras del hospital, los tres hermanos saltaron prácticamente de allí y corrieron lo más rápido posible hacia el interior del edificio. 

En ese momento, Zac se acordó de sus dos hermanos menores, sus padres estaban de visita con la abuela Heather en Nashville, volvían al día siguiente y se suponía que era su responsabilidad no dejarlos solos. 

El chico repasó mentalmente su lista de opciones: no tenía amigos tan cercanos como para pedirles el favor de cuidarlos, Camila entraba en pánico si le contara sobre el estado de salud de novio de Lilly... bueno, para ser exactos Camila entraba en una crisis de estrés con cualquier cosa así que no iba a ser buena niñera. 

La única opción era... ¡NO!  

*** 

Lilly no era precisamente súper fan de los hospitales, le ponían nerviosa todo ese inmaculado color blanco que cubría todo el lugar. 

Y sin embargo allí estaba en la sala de emergencias, ahogándose con el café barato de una máquina expendedora que había en el pasillo, sentada recta en una de las sillas de espera, sola. No había nadie cerca, eran cerca de las once de la noche y sin embargo  el hospital carecía de pacientes, eso era bueno, menos heridos, menos muertes, pero de todos ellos, ¿por qué Jack?

Ella se pudo haber marchado una vez que la ambulancia se llevó al chico inconsciente y sangrando, digo, había cumplido con su deber cívico de tratar de ayudarlo, sin embargo se fue con el en la ambulancia. También se pudo marchar cuando vio que lo internaron en el pabellón de urgencias, pero aún así prefirió sentarse en una de esas sillas, ahogarse con café y llamar a su hermano porque no había tenido el valor suficiente para decirle ella misma a alguno de los Gómez que Jack se había accidentado por defenderla a ella.

Apoyó la cabeza contra el muro, cerrando los ojos y buscando recuperar la calma, hasta que el ruido de personas corriendo le hizo levantarse de golpe. 

Carly, Blake y Félix, serios, corrían hacia donde ella estaba. 

La primera en cambiar la expresión fue Carly, la angustia abrumó su cara: 

- ¿Cómo está él? 

Lilly se mordió el labio antes de responder. 

-Sufrió un accidente, dicen que no es tan grave, pero hay varias lesiones, probablemente tenga el brazo roto... 

- ¡Todo esto es tu culpa! -acosó Blake con la cara roja. 

- ¿Qué? No, yo... 

- ¡Si él no hubiera salido contigo ahora mismo estaría bien! -le recordó la rubia con lágrimas corriendo por sus mejillas. 

Lilly también trataba de contener las suyas. Por supuesto que sabía que todo era su culpa. 

-Lo siento-musitó avergonzada. 

La voz que la rubia dio, era fría y distante: 

-Eso ya no me sirve. 

La chica pasó de sus hermanos y se sentó en uno de los lugares más alejados posibles. 

Carly le dirigió una mirada de disculpa a la castaña y luego caminó hasta donde estaba su hermanita. Félix, por otro lado, parecía más relajado, como si se hubiera quitado un enorme peso de encima. 

-Gracias por no irte- dijo simplemente mirándola a los ojos de forma sincera. Luego, él se dirigió hasta donde estaban sus hermanas. 

Lilly se apoyó en la pared y se dejó caer, estaba agotada, pero, de algún modo no podía ni quería irse, sabía que de algún modo la única manera de calmarse era saber que Jack estaba bien.    

Oyó que la llamaban, y al abrir los ojos vio que Eve y Alex corrían hacia ella, ¿qué rayos hacen esos dos allí?

Pero como no tenía fuerzas para preguntar sólo recibió el impacto del abrazo de Eve y otro más... seguramente de Alex. 

Una vez que ambos se separaron y la dejaron recibir oxígeno, vio que Zac hablaba con Jason, ambos parecían en paz, y se despidieron con un apretón de manos amistoso. 

Cuando Zac se le acercó a tenderle la mano para levantarla, parecía más sereno. 

- ¿No estaban enemistados con Jason? -inquirió Lilly antes de aceptar la mano de su hermano y levantarse. 

-Ya no- contestó Zac de forma simple, dándole a entender que no era el momento de explicarle su vida personal y amistosa. 

- ¿Qué ocurrió? -preguntó Eve invitándola a sentarse en una silla al lado de ella, a la que pronto se unieron Alex y Zac. 

La segunda Mason tomó aire y empezó a relatar lo ocurrido. 

*** 

Blake no soportaba llorar.

Detestaba leer o ver a la gente derramar lágrimas porque pensaba que en vez de deshidratarse deberían estar buscando una solución. Sin embargo, entre más se proponía parar de llorar era peor, las lágrimas caían de forma involuntariamente y sin control, por lo que finalmente se resignó y lloró todo lo que había guardado desde el incidente con Dakota hasta el accidente de su hermano mayor. 

Aprovechaba de hacerlo mientras su hermano mellizo había ido a comprar comida y Carly había ido a revisar con una enfermera el estado de Jack. 

Pero unos minutos después de sollozar sintió a alguien sentarse a su lado, abrazarla y tranquilizarla con dulces palabras. 

Ni siquiera le importó que ese alguien fuera Alex Mason, el chico que la hizo sufrir. En esos momentos solo necesitaba consuelo, saber que todo estaría bien y que pronto se resolverían los problemas  

Cuando por fin se calmó, alzó sus ojos a los de Alex, que la miraba con ternura. El sólo hecho de verlo allí le ayudaba, pero un hiriente pensamiento cruzó por su cabeza y no tardó en manifestarlo:

-No pienses aprovecharte de esto porque... 

-Porque no está bien- completó Alex-, tranquila, no lo haré. No soy lo suficientemente hipócrita como para simular que nada pasó y que tú volverás a confiar en mí. Tampoco soy lo suficientemente estúpido como para pensar que con un abrazo se arreglará todo- la rodeó en un abrazó que la chica correspondió-. Pero si pienso en volver a conquistarte, cueste lo que cueste y tarde lo que tarde, Blake Gómez, te quiero, como nunca, y no pienso perderte. 

*** 

¿Se podía morir de hiperventilación? ¿O de hambre? 

Ok, sí, puede ser que Félix había comido sólo hace un par de horas, pero eso no significaba que era suficiente, además, ¡el estrés daba hambre! 

A regañadientes aceptó la caja de comida que le tendió la cajera, casi sintió rabia por pagarle, ¡esa mujer se había tardado ocho minutos en pasarle sus sandwichs! ¡Un crimen! 

Inmediatamente salió de la cafetería y se sentó en una de las sillas, iba a comer antes de entregarle los sandwiches a sus hermanas, así que rápidamente desenvolvió su emparedado y vio de que estaba hecho: pan con queso y mortadela. 

Tan simple. Tan de hospital. Tan barato. 

Pero de algún modo hizo que las lágrimas reaparecieran en sus ojos. Recordó que eran los sandwiches favoritos de Jack, los que había ordenado la primera vez que estuvo en el hospital de Los Ángeles. 

El chico sollozaba, desesperado, sabía que Jack no estaba muerto, pero que tal si... 

No pudo seguir divagando porque un abrazo grande y cariñoso lo envolvió, y él lloró. 

No le importó estar mojando con lágrimas el cabello de Eve, aunque después ella se lo cobraría. 

-Tranquilo- le susurró la joven chica Mason-, todo mejorará Félix. 

Con el tiempo, su respiración se normalizó, sus ojos se aclararon y volvió a ser el mismo de siempre. 

-Gracias Eve- dijo. 

La chica le sonrió débilmente en respuesta. 

-Quiero que sepas que esto... 

-No cambia nada entre nosotros, lo sé- recitó Félix con melancolía. 

-Pero aún así, no te puedo dejar en la depresión- comentó Eve con pesar-, ¿abrazo? 

Félix no respondió, sólo se abalanzó hacia la chica y descansó su cabeza en el castaño cabello de Eve. 

Olía a... Shampoo de moras.

*** 

En la sala de espera, Lilly y Zac no se habían movido ni un músculo, estaban estáticos, cada uno sumergido en su mundo. 

- ¿Podemos hablar, Lilly?- al principio la aludida pensó que era Blake, pero en realidad Matt estaba frente a ella, no tenía ni idea de cuándo había llegado el rubio, sólo sabía que no lo había notado. 

-Cla-claro. 

Zac entendió inmediato el mensaje, torpemente se levantó del asiento y tartamudeó algo sobre llamar a sus padres. 

-Sí, llegué hace poco- dijo Matt leyendo la pregunta que Lilly estaba a punto de formular, se sentó al lado de ella y con voz cansada habló: 

-Lilly, hay algo que no sabes sobre Jack. 

- ¿Qué no sabe doblar bien un auto? -bromeó agriamente la chica. 

-Hablo en serio- el rostro de Matt era serio y de semblante oscurp-, hay algo que los Gómez, y en parte yo, han tratado de esconder. 

Lilly se acomodó en su asiento y frunció el ceño confundida. 

- ¿Qué? 

-Carly quería decírtelo en persona, pero  todos sabemos que no está lista, así que yo me ofrecí ya que tu y yo antes salimos y... tenemos confianza en nuestra amistad. 

Eso era cierto. 

-Está bien- suspiró la chica- dime. 

**** 

Iba a poner el pasado Gómez hoy pero el capítulo iba a ser muy largo y si de verdad quería actualizar hoy tenía que quedar hasta aquí. 

Usualmente diría más cosas hoy... pero seguramente los Zarly shippers están preparando las armas para la guerra así que creo que será para la otra... 

Florsolcorazon fuera! ¡PAZ! 

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