Capítulo 18: Familia, helado y música

Vic en multimedia

Narrador en tercera persona

Hace mucho, mucho tiempo, en una casa Gómez, los cuatro hijos estaban discutiendo entre sí en la sala de estar, con todas las puertas y ventanas cerradas para que nadie los oyera. Tres de los chicos tenían un motivo en concreto: evitar el desastre. 

- ¡¿Qué es lo que te pasa?! -gritaba Carly Gómez mientras sacudía sus brazos en al aire en un vano intento de ilustrar su punto mientras observaba a Jack. Había llegado a su casa muy molesta por la inmadurez de su hermano, pero a la vez muy preocupada por él.

Tanto Carly, como Blake y Félix y como toda la familia G, sabían perfectamente la debilidad de Jack por los problemas y conflictos. De hecho, él todavía tenía dificultades al canalizar su ira, y superar el pasado, por eso los Gómez se volvieron adictos a las bromas, a los leves castigos y a la confrontación vecinal; necesitaban que Jack se distrajera en otras cosas que no le recordaran a... eso. 

Porque si él caía, inevitablemente el secreto que tanto tiempo tardaron en ocultar iba a caer junto con ellos y toda la vida que estuvieron tratando de equilibrar. 

Pero bueno, ese no es el tema aquí. 

-Jack- Carly suavizó su tono de voz, se acercó más al sofá en el que su hermano estaba sentado, cabizbajo y apenado-, sabes que tienes suerte de que el viejete del director te dejara salir fácil, esto no puede pasar siempre. 

-Él me provocó- Jack se excusó como un niño pequeño refiriéndose a su otro contrincante-. Dijo que éramos unos mimados que solo buscan atención con los problemas. 

- ¡Raymond Olsen no tiene idea! -explotó Blake, que hasta entonces se había mantenido al margen, secándose las lágrimas y volviendo en sí, apoyada en la pared cerca de la puerta principal, y siendo flanqueada por su mellizo, el cual tenía los ojos azules llenos de preocupación y drenados de su alegría habitual.

Blake estaba dispuesta a golpear a Raymond hasta dejarlo inconsciente o matarlo, lo que llegara primero, le haría un favor al mundo cuando lo matara, luego llamaría a un amigo para que se deshiciera del cuerpo y finalmente, ella se aseguraría de pisar su tumba todos los días y gritarle un par de verdades. O al menos, ese era el plan original. Y de no ser porque Félix la cogió del brazo y la volvió a dejar en su lugar, lo habría intentado y nadie dudaría de su éxito, porque si se metían con su familia, vaya que era capaz de hacerlo. 

-Sabemos que él no tiene idea, Blake- dijo Carly mientras le dedicaba una mirada dura a la chica para luego volver a concentrarse en Jack-. Pero nuestro hermano no siempre puede golpear y salir impugne, hay... consecuencias. Y no quiero tenerlas, ¿o quieren repetir lo que pasó en Los Ángeles? 

Al ver que ninguno de sus hermanos contestaba, la mayor siguió: 

- ¡Vamos!  ¡Ya pasaron casi tres años! ¡Hay que superarl... 

Carly paró en seco al ver la mirada de furia que Jack le lanzó. 

- ¡No es tan fácil, Carly! -le espetó este levantándose del sofá y olvidándose momentáneamente, que, por su culpa, estaban en esta situación-, ¡tú te avergüenzas de tener un hermano así!  

-Jack, sabes que eso no... 

- ¡Niégalo! ¡Adelante! ¡Sólo admite que soy una mancha en la vida de la perfecta Carly Gómez! - Félix intentó acercarse a su hermano para tranquilizarlo pero este se apartó-, ¿Saben qué? Lamento mucho no ser lo que esperaban, y también lamento ser la causa del cambio de casa y de ciudad para que después todo fuera en vano y recayera- Jack miró a sus hermanos que estaban en shock, totalmente asombrados por sus palabras-. ¿Creen que no lo sé? ¡Ustedes no quieren aceptar como soy! 

Cuando pronunció la última palabra, su hermana mayor pareció salir del trance, porque le espetó molesta: 

- ¡No tienes idea de lo que dices! ¡Lo único que hacemos es preocuparnos por ti y ¿así es como agradeces?! ¡No te atrevas a volver a decirles algo así a los chicos! 

Esta parecía una pelea conyugal, pero la hermandad de esos dos iba mucho más allá y su furia también. 

Jack, furioso, subió las escaleras con el pensamiento de que nadie quería ponerse en su lugar. 

Carly parecía asombrada de haberle hablado así a su hermano, porque se sentó en un sillón agarrándose la cabeza con ambas manos y temblando un poco de incredulidad.  

Blake contenía las lágrimas a su modo y Félix estaba estático y tenso, sin hallar que decir. 

Una vez que los tres Gómez restantes en la sala, oyeron el portazo de la habitación de Jack y Félix, se miraron entre sí.

- ¿Por qué lo trataste así? -lloriqueó Blake, ella siempre había sido muy apegada a Jack y era más que seguro que iba a ir por su lado. 

Carly suspiró agotada, por fin, dejando de temblar y mirando a su hermanita con decisión: 

-Sabes que era necesario. 

- ¡No! -repuso la rubia-, ¡no es necesario! ¡Tú solo te preocupas de la imagen y de suplir cuando mamá no está!   

Dicho esto, Blake corrió hacia su cuarto dejando a Carly todavía más destrozada. 

Félix, por otro lado, no estaba de acuerdo con el comportamiento de su hermano mayor, por lo que se acercó a Carly, que estaba derramando silenciosas lágrimas, la abrazó y dejo que su hermana mayor apoyara su cabeza en su hombro. 

-Tranquila-susurró-. Sabes que es temporal, se le pasará. 

- ¿A cuál de los dos? 

-A ambos-respondió simplemente-, ahora, llama a Vic y salgan de compras o lo que sea que hagan las chicas para relajarse, yo también voy a salir. 

-Gracias Félix- Carly sonrió secándose las lágrimas- ¿a dónde vas tú? 

El menor de la familia retomó su sonrisa de siempre y contestó mientras se acercaba a la puerta: 

-Oye, sabes que Jack no me va a abrir hasta que se le pase el enojo, así que yo también tengo que hacer lo mío. 

Carly frunció el ceño. 

- ¿Tú también estás enojado conmigo? 

-Para nada- Félix le restó importancia-. Lo estoy con Jack, de hecho, lo pienso matar en cuanto vuelva porque no me dejó hacer mi:  hora-de-leer-mis-cómics-a-las-seis-de-la-tarde, ¿entiendes? -sonrió como psicópata lo que hizo reír a su hermana mayor, luego, Félix recompuso su cara y continuó: 

-Pero a diferencia de mi hermano, mi enojo se va después de caminar la tercera cuadra, así que ¡adiós! 

*** 

- ¿Oyes algo? 

-No, idiota. Y te digo que era una idea mucho mejor ponerse a escuchar en la ventana que pegar el oído a la pared de nuestra casa. 

- ¡Cállate, Alex! ¿A ver? ¿Quién es el mayor acá?  

Alex rodó los ojos ante la estupidez de Zac. 

-Tú- admitió al fin. 

- ¡Exacto! -exclamó Zac-, ahora déjame seguir oyendo. 

- ¡Pero si no se oye... 

- ¡SHHHH! 

Alex puso los ojos en blanco, se levantó del piso y se lanzó al sofá. 

Desde que llegó, vio a los Gómez muy alterados entrar a su casa, por lo que él y Zac se pusieron como idea espiar. 

Pero los vecinos cerraron las ventanas, y por eso me refiero a TODAS las ventanas. Así que no había forma de oír nada. Pero entonces, a Zac se le ocurrió la idea de escuchar a través de un vaso. Y hubiese sido una buena idea de no ser porque: 

A) Tenía el vaso al revés. 

B) Estaban oyendo desde la pared de su casa en lugar de oír por la pared de los vecinos porque a Zac le daba demasiada pereza atravesar la cerca que dividía las casas y el pequeño metro de jardín de los Gómez. 

C) Zac era muy estúpido para oír la idea de Alex y considerar escuchar a los vecinos por una ventana mal cerrada de su casa. 

Así que las posibilidades de triunfar en esta empresa eran... pocas, por no decir nulas. 

Lilly estaba escuchando música con audífonos en la sala, así que no se había enterado de nada desde que llegaron a casa. Y Eve, estaba en su cuarto.

- ¡Voy a salir! -anunció esta última que, de repente,se precipitó bajando corriendo las escaleras y despidiéndose rápidamente de sus hermanos. 

-Está bien- dijo Zac sin importarle mucho el tema, aún con la oreja pegada al vaso-. No compres drogas. 

-O ensalada- agregó Alex sin despegar la vista de su teléfono en el que había empezado a jugar Clash of Clans.

Eve asintió rápidamente y corrió a la puerta. 

Lo que ninguno de sus hermanos sabía, era que Eve había visto a Félix salir de su casa con una cara deprimida, y la chica había decidido averiguar el por qué, aparte de que había quedado muy preocupada al ver la reacción de su contraparte enemiga en la mañana. 

Así que tomó sus llaves y las metió en su bolso, para luego salir corriendo y alcanzar a Gómez cuatro. Porque, por muy enemigos que fueran, no quería verlo triste. 

Se encontró a Félix luego de correr un par de cuadras sin parar y esquivando a un chihuahua que le quería morder los zapatos. 

- ¿Eve? -el joven Gómez la vio agarrarle el hombro para apoyarse y descansar de su corrida-, ¿qué haces? 

-Larga historia-masculló la chica con cansancio-. Sólo, paseaba y... mas bien corría y... bueno, no corría trataba de, ¡argh! ¿Podríamos olvidar el por qué? 

Félix se echó a reír ante la frustración de la chica por encontrar una escusa viable. 

- ¿De qué te ríes? -exigió ella, muy molesta. Eve ya se había incorporado y se había repuesto de su cansancio para ocuparse de lucir enojada. 

-Es solo que...-Félix se limpió unas lágrimas que le habían salido después de tanto reír-, Eve, conozco una mentira cuando la veo, soy experto, ahora, dime, ¿qué haces acá? 

- ¿Yo? 

-Si tú. 

-¿Seguro?

-Obvio. 

-¿De quién hablas? 

-¿De ti? 

- ¿Por qué? 

-Porque... amm... ni idea- el chico se rascó la barbilla pensativo-, te subestimé, Eve Mason, es una buena táctica, la usaré en el futuro, sólo por eso te has ganado mis respetos y lo dejaré pasar. 

Eve sonrió satisfecha. Eso nunca fallaba. 

-Entonces- la chica hizo una pausa incómoda-, ¿que pasó con tu hermano? 

La cara de Félix se transformó en una mueca de tristeza y cansancio. 

Eve rápidamente se dio cuenta de su error y se desesperó: 

-Eh, ¡No me contestes! Era por, porque, emmm, si salió bien del director, eso, y iguana, ¡lagartijas! ¡iglú! 

La joven Mason se golpeó la frente con la palma de la mano viendo lo estúpido que había sonado eso, entonces, vio a Félix y lo encontró sonriendo. 

-Hay un amigo- dijo él de repente mientras se rascaba la nuca-, que me dio un cupón para dos helados gratis a dos cuadras más allá. 

- ¿Me estás invitando? -preguntó Eve incrédula. 

Félix se encogió de hombros tratando de ocultar su sonrojo. 

-No es una cita, y si no quieres ir está bien. Pero necesito a otra persona para cobrar el cupón. 

Eve sonrió. 

-Nunca me niego a un helado. 

Félix sonrió también y ambos caminaron juntos (sin tomarse de la mano) a la heladería. 

*** 

Por otro lado, Alex se había cansado de las estupideces de Zac, que ahora pensaba que había oído algo gracias a su tonto sistema, así que estaba insoportable creyendo que su técnica funcionaba. 

Por lo que, Mason tres subió al cuarto de sus hermanas, abrió la ventana y se dispuso a subir al tejado, en donde al fin tendría paz para escuchar música (para eso llevaba sus audífonos y su teléfono en mano), pero oyó un llanto en el tejado vecino. 

Confundido, Alex subió al su tejado y miró hacia donde provenían los llantos. 

En la casa vecina, distinguió una inconfundible melena rubia, que abrazaba sus rodillas hasta pegarlas a su cuerpo, haciéndose un ovillo. 

- ¿Blake? -llamó el chico. 

La chica se sobresaltó y levantó la vista secándose unas cuantas lágrimas, para tratar de ocultar su llanto. 

- ¿Alex? -no se podía negar que también estaba sorprendida. Se acercó para verlo de cerca pero resbaló y casi cae del tejado. De no ser porque el chico Mason la atrapó a tiempo y le ayudó a sentarse junto a él-. Gracias por... eso- musitó algo aturdida por la casi caída. 

-De nada- Alex hizo una pausa-, ¿que pasó allá adentro? 

Blake volvió a encogerse. 

-No quiero hablar de eso. 

Alex no le tomó importancia y se encogió de hombros. 

-Como quieras. No te culpo. Allá adentro-señaló su casa-, Zac está tratando de oír lo que hacen. 

- ¿Y no debería tratar de oír desde la pared de MI casa? 

Alex resopló exasperado. 

-Se lo dije nueve veces, pero el idiota insiste en que va a funcionar a su manera, ahora cree que oyó "algo", y yo creo que ese "algo" son termitas. 

Blake reprimió una risa. 

-Así son los hermanos- concluyó, para luego perderse en sus pensamientos. 

Alex sabía que algo le pasaba, pero no la iba a presionar, sin embargo, no quería que volviera a perderse porque se podría resbalar de nuevo y caer, y esta vez no estaba muy seguro de lograr atraparla. Así que hizo lo que mejor se le ocurrió: le extendió  uno de los audífonos y se puso el otro en su oreja, Blake tomó el suyo con curiosidad y una vez que se lo puso, le dio play a una de las canciones de Yellow Summer .  

La rubia empezó a tararear alegremente la canción y Alex se sintió feliz de arrancarle una sonrisa a su seria y ruda vecina y por lo menos, aminorar su tristeza. 

*** 

AWWWWW. NO SE CUÁL ES MÁS BONITO. 

Eve y Félix o Blake y Alex. 

Ayúdenme, cuál es su opinión respecto a este cap .

Ahora es uno muy triste. buaaaaaaaaa

No sé para que pongo fechas de actualizar si casi nunca las cumplo. 

Da igual. En unos días voy a publicar otra novela, que no tiene nada que ver con esta y se llama "Lo que pienso, y lo que digo". Estoy súper feliz y espero que una vez que esté lista se pasen a verla. 

Sin más spam. Eso es todo. Gracias por los votos y comentarios y sigan haciéndolo porque me hace muy feliz.

Florsolcorazon se despide. 

Bye

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