Capítulo 1: "Los Mason's"

Lilly en multimedia


Lilly P.O.V

Que relajante.

No hay nada mejor que disfrutar de un jugo de frutilla mientras te meces en la hamaca de tu patio trasero a las siete de la tarde en verano, casi cuando va a anochecer.

Lo mejor es que mis queridos hermanos (nota el sarcasmo por favor) tenían que ser mis esclavos durante el resto del día, y sólo por ganar una simple apuesta.

Como han de suponer tengo hermanos, y no sólo uno... ¡tres!

Tres que tengo que soportar.

Está Zac, es mayor que yo por un año y tiene dieciocho, está a punto de graduarse de la secundaria, este es su último año.

Luego estoy yo, yupiiii, ¡soy genial!

Lamentablemente eso no les bastó a mis padres y para llenar el hueco en el hogar tuvieron dos hijos más. Mellizos, para especificar.

Está Alex, tiene quince y es nuestro espía mortal a la hora de vengarse.

Y también está Eve, ¡gracias a Dios otra chica en la casa! Eve es la menor, por dos minutos nació después de Alex. Pero todos la molestamos diciendo que es la más chica de todos, ella también tiene quince.

Y juntos somos los Mason's, los chicos que te hacen temblar de miedo si es que sabes nuestros antecedentes:

-Pelea en la cafetería

-Pie de manzana explosivo

-Poner en el techo el auto de mi profesor de álgebra (el hombre se lo merecía)

Para ser justos somos un desastre. O como nos describen los maestros de la secundaria: juntos somos una bomba a punto de explotar.

Bueno, retomando el tema, la verdad es que esta tranquilidad tiene más responsables que sólo mis hermanos.

Para ser más específicos nuestros vecinos son el problema. Unos insoportables chicos que ahora están de vacaciones con sus ricos parientes en Florida. ¡Bah! Si dependiera de mí, los mandaría a Alaska.

Pero lo bueno es que no vuelven hasta el final del verano y para eso falta mucho.

Di otro sorbo de mi batido de fresas, cuando de repente oigo a mi hermana gritar mi nombre.

- ¡Lilly! ¡Lilly! ¡Lilly! – Eve venía corriendo hacia mí, venía tan rápido que casi se tropieza con uno de los maceteros que tiene las hortensias favoritas de mamá. Y si esas flores se mueren nosotros también, tengo la ligera sospecha de que mamá los ama más que a nosotros.

Detrás de Eve venían Zac y Alex agitando los brazos para llamar mi atención.

Qué raro. Les di órdenes específicas de no molestarme en mi rato feliz, pero creo que mi tranquilidad les importa un pepino.

Cuando Eve por fin llegó hacia mí me obligué a levantarme de mi tan cómoda hamaca, sin detenerme de beber mi jugo, ¡estaba buenísima esa combinación líquida con sabor a fresa!

-Eve, ¿qué rayos te pasa? ¿No recuerdan que les prohibí molestarme en este día? ¿Qué no pueden esperar hasta mañana? – pregunté muy molesta.

Zac y Alex llegaron al lado nuestro y vi por sus rostros que no estaban nada felices.

Alex miró a su hermana melliza y le dijo:

-Eve, explícale lo que nos dijiste a nosotros.

Yo aproveché para tomar otro sorbo de mi jugo mientras que Eve asintió y dijo:

-Acabo de hablar con Melissa que habló con Fernanda que oyó de Lucía que oyó de Gabriel, y eso es un logro porque Gabriel nunca habla, que habló con Matías que habló con Emily y ella habló con el chico del que está enamorada el cuál es el primo de los vecinos-. Tomó una bocanada de aire y explotó con lo final:

-Y él le dijo que Félix (el vecino) le avisó de que ¡llegan hoy!

Abrí mucho los ojos en respuesta.

- ¡¿Pero no era que llegaban al final de vacaciones?! – pregunté con desesperación.

Eve me miró escéptica, Alex se pasó una mano por el pelo claramente exasperado, y Zac me miró irritado, cómo si me tuviera que explicar todo (cosa que sí tenía que hacer).

En ese tiempo volví a tomar otro sorbo de mi jugo.

-No, zopenca- me respondió Zac al fin-, ¡faltan cuatro días para que comiencen las clases!

Con esa declaración escupí todo el batido de fresas que tenía en la boca y por accidente cayó encima de Alex.

- ¡Oye! – me gritó él en protesta mientras que mis otros dos hermanos se reían.

-Perdón- me encogí de hombros.

Cuando por fin nos dejamos de carcajear, Zac habló:

-Bien, vamos a planear algo seguro para la broma que le haremos a los Gómez en el primer día.

Luego mi hermano sonrió maliciosamente.

- ¿Y a dónde vamos entonces, genio? – preguntó Eve con algo de sarcasmo.

Zac miró a Alex que seguía cubierto de jugo, y ambos dijeron al unísono alzando los puños en gesto teatral:

- ¡A la guarida de hombres!

-Sabes, si mamá entra todos los días para regañarles por lo desordenado que está su cuarto eso no se considera una "guarida"- dije sonriendo de medio lado.

Ambos me miraron serios.

-Tú matas la magia Lilly- me dijo Alex.

-Ya, en serio- dijo Zac-, preocuparnos por la aguafiestas de mi hermana no es el punto de esto.

- ¡¡¡¿¿¿Qué dijiste???!!! – grité enojada.

Zac tragó saliva y continuó:

-Nada hermanita. ¿Ahora si nos podemos ir a planear venganza?

Asentí lentamente y entramos a la casa.

La verdad es que los Gómez son nuestros peores enemigos, y competimos por todo desde que tenemos memoria.

¿Deportes? Obvio.

¿Calificaciones? No lo dudes.

¿Bromas? Esa es nuestra especialidad y la ponemos en competencia junto con los vecinos.

La verdad es que a cada uno le toca soportar a los pesadilla-viviente-Gómez.

A Zac le toca Carly, ella es la mayor y con mi hermano no se toleran. A cada ocasión se pelean con insultos. Y he tenido que abogar más de una vez a favor de mi hermano.

A mí me toca el idiota número dos: Jack. 

Jack es insoportablemente competente. Preferiría que fuera un deportista idiota o un nerd sin remedio. Pero de nuevo el universo demuestra que no me ama. Jack es el chico silencioso, sarcástico, popular en cierto modo y, por sobre todo, es fatal a la hora de la venganza.

Nunca sabes cuando viene el golpe, sólo sabes que viene y ya. Hablo en serio.

Alex y Eve deben tolerar a Félix (el chico que Eve nombró antes) y Blake.

Ellos van en el mismo curso, pero Blake y Félix son los que lideran cualquier cosa.

Tienen agallas, yo misma lo admito.

Una vez, en un castigo en que los encerraron con llave en el salón de detención lograron escapar con mostaza, un globo y tres canicas. Y así se ganaron el apodo de los mellizos problemas. Porque eso es lo que causan cuando están juntos

Ni siquiera sé si mis hermanos lograrían lo mismo, pero eso no implica que no les tenga fe.

-Chicas- anunció Alex cuando llegamos a su habitación-, ¡bienvenidas al cuarto de planificación!

Luego de esto abrió la puerta y entramos.

- ¿No era la "guarida de hombres"? – preguntó Eve con las cejas alzadas.

-Problemas de derechos de autor- dijo Zac rascándose la nuca.

-Primero alguien debe vigilar – advirtió Eve señalando la ventana abierta de los chicos que daba a la calle del vecindario.

- ¡Yo no! – dijimos todos al unísono.

Luego gruñimos.

- ¡Lilly va! – gritaron mis tres hermanos.

Abrí mucho los ojos y boqueé como un pez, hasta fruncir el ceño y decir:

-Está bien.

Los tres celebraron.

-Venganza- dijo Alex encogiéndose de hombros.

-Lo lamentarán- respondí entrecerrando los ojos y dirigiéndome a la ventana.

Me senté en el descansillo de esta y observé atenta la calle mientras mis hermanos tramaban no sé qué cosa para la broma. 

***

Luego de unos treinta minutos de aburrimiento, y de descubrir que mis vecinos de dos casas más allá bailan salsa a las ocho de la noche, divisé a la distancia una Van de color gris.

Sin duda eran ellos.

El auto se estacionó en la casa de al lado (obvio porque son mis vecinos), y los miembros de la familia Gómez bajaron uno por uno.

Primero los padres que entraron de los primeros a la casa dejando a sus hijos bajar solos. No los culpo, si pasar unas horas con los chicos es agotador no me quiero preguntar cómo será pasar todas las vacaciones.

Luego bajó Carly, que miraba su teléfono con ansias y no paraba de hablarle algo a Jack que no pude oír porque ella se lo decía en voz muy baja.

Jack no le prestaba atención y miraba nuestra casa detenidamente. Me di cuenta demasiado tarde que reparó en mí, así que no tuve más remedio que hacerme la desentendida y mirar hacia otra parte simulando observar el paisaje de forma contemplativa.

Una vez que me aseguré de que ellos dos habían entrado a su casa volví la vista al auto.

Los mellizos tardaron más en salir, por un segundo tuve la esperanza de que los hubieran dejado en Florida, pero como los oía gritarse adentro del auto supuse que no teníamos tanta suerte.

Cuando finalmente bajaron vi que Blake no paraba de gritare a Félix sobre qué era lo que había hecho con su shampoo de moras silvestres.

Félix parecía preocupado y le decía a su hermana que había creído que era yogur de moras y se lo había comido.

Lo siguiente que oí fueron los gritos de la chica diciéndole a su hermano lo inepto que era.

A decir verdad, concuerdo con Blake.

-Ya llegaron- anuncié una vez que vi que todos entraron a la casa. Incluso ese perro salchicha que tienen y que habían llevado de vacaciones llamado "Roberto", francamente no entiendo por qué le ponen nombres de humanos a los perros, es extraño y ridículo a mi parecer. Es como si a mis hermanos los llamara Lulú, o Fifí, o Misifús. Aunque no suena mal tratar. 

Zac, Eve y Alex se acercaron detrás mío.

-Genial- dijo Zac a mis espaldas.

- ¿Y cuál es el plan? -pregunté volviéndome hacia mis hermanos que se encontraban detrás de mí.

-Es muy simple- me aseguró Eve.

-Y te va a encantar- agregó Alex.

Los tres tenían una sonrisa malévola y yo no pude reprimir la mía.

-Me interesa- dije.

Los Goméz no sabrán que los golpeó.


Hola hola. Florsolcorazon aquí. Esta es una nueva historia, me encanta la temática y me encantaría que me digan que les pareció hasta ahora.

Como sea, voten, comenten y nos vemos en los otros capítulos ;)

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