8| Problemas y un chico nuevo
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Vi como Thiago empezó a teclear rápidamente y tomé su mano, lo miré entre asustada y confundida. ¿Qué era lo que pensaba hacer?
— No hagas una estupidez, Thiago. Piensa en lo que vas a hacer. Él realmente no sabe en donde vivimos, ni siquiera sabe en donde estamos. Te está diciendo esto para que te asustes y hagas lo que él quiere, como siempre lo hace. — negué con mi cabeza, insistiendo con mi mirada que no hiciera algo que después se arrepentiría.
— Es mi hermana, Em. No la pondré en peligro, no quiero que sufra. — susurró. Solté un suspiro y miré a mis hermanos en búsqueda de ayuda, no sabía que carajos hacer.
Rodee el cuerpo de mi amigo en un abrazo y dejé que llorara en mi hombro, estaba muy tenso y podía notarlo. Thiago me devolvió el abrazo y empezó a sollozar, tragué saliva sintiéndome culpable de lo que estaba pasando, al fin y al cabo, yo fui quien le dijo que viniera conmigo.
Sabía que mis hermanos estaban carcomiéndose la cabeza con todas las preguntas que tenían y que más tarde tenía que explicarle todo lo que había pasado hacía dos años. Solté un suspiro y masajeé la espalda de mi amigo.
— Todo va a estar bien. — susurré. Sentí una mano en mi hombro y miré hacia arriba, le sonreí a Luke y me separé de mi amigo.
— ¿Están bien? ¿Qué está sucediendo, Emily? — Luke me miró confundido y Sam nos miraba serio, él no había dicho ni una palabra desde que apareció Thiago.
Abrí mi boca para explicarle lo que estaba sucediendo, pero Isabela apareció en nuestro campo de visión. Ella estaba bajando las escaleras, con su pijama puesto y refregándose los ojos, soltó un bostezo y nos miró confundida.
— ¿Isa? ¿Qué haces levantada tan temprano, hermosa? — Thiago giró su cuerpo para ver a su hermana, ya que estaba de espaldas a la puerta de la cocina y ella lo miró sorprendida.
— ¿Hermano? ¿Estás llorando? — él río y la alzó entre sus brazos, besó su mejilla y la miró.
— No, cariño. Pasa que Emily me dijo que me quería mucho y me emocioné. — ella me miró sonriendo.
— ¿Y a mí también me quieres, Ily? — reí al escuchar el apodo que me había puesto Isabela, como no le salía decir todo mi nombre, ella decidió llamarme así.
— ¿Ily? — preguntó Samuel divertido. Rodee mis ojos, ahora él se burlaría por el apodo que me había puesto Isabela.
— Si, cariño. Yo te quiero mucho, mucho. — sonreí estirando mis brazos para alzarla, ella se separó de Thiago y se estiró para que yo la tomara entre mis brazos. Besé su frente y miré a mi hermano. — Ella me puso así porque no puede pronunciar bien mi nombre, hace mucho que me dice así. — reí divertida.
— Emily no me gusta mucho, así se llama una niña del jardín que se burla de mí. — hice una mueca con mis labios y me senté en la butaca, acomodando a Isabela entre mis piernas para que pueda hablar libremente con mis hermanos.
— ¿Y porque se burlaban? — preguntó Luke curioso. Cerré mis ojos, queriendo asesinar a mi hermano por la pregunta que había hecho.
— Porque no tengo mamá. — contestó la niña que estaba sentada en mi regazo. Luke la miró sorprendido e hizo una mueca con sus labios, Samuel le golpeó la parte trasera de su cabeza y él empezó a sobarse.
— Me lo merecía, gracias, hermano. — todos reímos y nos quedamos en silencio.
— Ellos se burlan porque no tengo mamá y porque vivo con Thiago, que es mi hermano. Yo siempre les digo que él es como mi papá y que mi madre está viva, porque ella muere si yo la olvido y por eso siempre estoy acordándome de ella. —
— Y tienes mucha razón, pequeña. Tu madre siempre vivirá en ti si tú la recuerdas, no tienes que hacerles caso a quienes se burlan de ti, tú siempre tienes que sentirte orgullosa. — todos miramos a Samuel por las palabras que acaba de decir, él no era muy simpático con los niños, siempre decía que le daban dolor de cabeza y por eso me sorprendí de que él le hablara a Isabela. — ¿Qué? — dijo a la defensiva, sintiendo todas las miradas en él. —, me llegó al Cora y quise decirle algo lindo, esta niña se está ganando mi corazón. — bufó cruzando sus brazos sobre su pecho, reí ante el comentario de mi hermano.
— Vamos, enana. Todavía es muy temprano para que vayas al colegio, ve a dormir un poco más y yo iré a despertarte cuando sea la hora de levantarse. — tomó a Isabela de la cintura y la bajó de mi regazo, tomó su mano y la acompañó hacia su habitación. La niña nos saludó con sus manitas, reí y los tres le devolvimos el saludo.
— Esa niña es un encanto. — murmuró Luke sentándose en donde había estado sentado hacía un momento. Miró hacia mi dirección con una mueca en sus labios y me dedicaba una mirada de reproche. Solté un suspiro y esperé al sermón que se venía de mis hermanos.
— No creas que no nos dimos cuenta de que trajeron a esa niña sin el consentimiento de su padre, que se escaparon sin decir nada y que ahora los está buscando la policía por secuestro a una menor, hermana. — Luke cruzó sus brazos por encima de su pecho y esperaba una respuesta de mi parte.
Estaba jodida.
— Estas muy jodida, hermana. ¿Por qué no comentaste nada de eso? Podríamos haberlos ayudado. ¿Acaso te escapaste de mamá? — preguntó sorprendido. Negué con mi cabeza sin decir nada, no quería explicarles todo el drama a estas horas de la mañana, joder, todavía seguía teniendo sueño.
— No creas que te salvaste de esta, tienes que explicarnos todo, no te lo dejaré pasar. — murmura entre dientes Luke, lo miré confundida y él señaló con su cabeza detrás de mí, giré mi cabeza y Samanta venía caminando hacia la cocina. Lo miré agradecida y nos quedamos en silencio, esperando a que nuestra hermana tomara lo que quisiera y se fuera para poder conversar libremente.
— Ups — se detuvo en la puerta mirándonos divertida — ¿Acaso llegué en un mal momento? — río caminando hacia la heladera, tragué saliva y miré molesta hacia otro lado que no fuera en dirección de mi hermana, no tenía ganas de discutir con ella.
— Nunca llegas en un buen momento. — contestó Luke serio, mirándome de reojo. Samuel lo miró sorprendido, pero no dijo nada. — Toma lo que quieras comer y vete, estamos teniendo una conversación seria y no queremos tener tu presencia aquí. — ¿acaso la había echado de la cocina? ¿No era que quería arreglar las cosas con ella?
Samanta sacó la leche de la nevera y tomó unos cereales de la mesada y nos observó confundida y sorprendida. ¿Qué le pasaba que estaba tan feliz?
— Claro que no, esta es mi casa y yo puedo estar en donde yo quiera. ¿Justo deben tener una discusión aquí? ¿En la cocina? Joder, hermanitos, ustedes sí que son...
— Samanta, por favor, déjanos solos, es una conversación importante. — murmuró Samuel mirándola fijamente. Ella se cruzó de brazos y nos sonrío, llevaba puesto un suéter de lana de color verde oscuro, su cabello estaba liso y lo tenía suelto; me sorprendió al verla con un jogging, ya que ella siempre lleva jeans, y eso me confirmaba que no había pasado la noche aquí, sino, que venía de la casa de Nathan.
— Dime, hermanita ¿En qué problema te metiste? — me observó con una mirada burlesca, haciendo que la ira que sentía por toda esta situación crezca aún más. Abrí mi boca para contestarle de manera sarcásticamente, pero Luke tomó mi mano y negó con su cabeza, indicándome con la mirada que no siguiera el juego de ella.
Mi otra yo tomó el tazón con cereales y nos miró enfurecida.
— Parece como si hubieran matado a alguien — murmuró caminando hacia la puerta, se estaba yendo de la cocina. Se giró hacia mí y fijó sus ojos en los míos, sonrío burlesca. — O secuestrado. — abrió sus ojos y sus labios formaron una sonrisa sarcástica. Miré hacia otro lado y ella empezó a reír. — Parece que acerté mi suposición, me preguntó quién será la víctima, hermanita. ¿Tendré que llamar a la policía?
— Vete de aquí, Samanta. — escupió Luke. Ella hizo una mueca y se marchó de la cocina.
Nos quedamos mirando por donde se había marchado Samanta y luego nos mantuvimos en silencio, cada uno sumergido en sus pensamientos. Solté un suspiro y prendí el teléfono de Samuel que estaba sobre la mesa y miré la hora, quedaba poco para que sea el horario de entrada del instituto.
— Ya va a ser hora de entrar. Tenemos que prepararnos, iré a avisarle a Thiago para que vista a Isabela y la llevamos al jardín. — mis hermanos asintieron y cada uno se marchó a su habitación.
Qué mañana tan movidita. Y todavía quedaba el resto del día.
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Acomodé mi cabello en una cola de cabello y sujeté bien la chula, sonreí al ver a mi mejor amigo caminando hacia la cafetería, no lo había visto en toda la mañana.
— Tengo tanta hambre que podría comerme dos hamburguesas — dije divertida llegando al lado de mi amigo, él me sonrío y negó con su cabeza divertido.
—¿Solo dos? Una vez te comiste cuatro, tienes que romper el récord — solté una carcajada, recordando ese día. Joder, extrañaba esos momentos que teníamos antes de que todo se fuera al carajo.
— Tienes razón, este fin de semana iremos a algún bar y tendré que romper mi récord. No comeré en toda la semana para superar a mi yo del pasado. — mi amigo río divertido y entramos a la cafetería, divisamos a mis hermanos sentados en la mesa de siempre, junto con el equipo de futbol. Samuel alzó su mano y nos hizo una seña de que fuéramos con ellos. — No comeré nada hoy, no tengo mucha hambre. — había comido todos los pancake que había hecho Luke y estaba muy llena. Mi amigo asintió y se fue a comprar a algo a la cafetería.
Caminé hasta la mesa que estaban sentados mis hermanos y me senté junto a Luke, él me sonrío y siguió hablando con un chico sobre el partido del fin de semana.
—¿Todo bien? — preguntó Sam, estaba sentado frente a mí, comiendo un sándwich de verduras. Asentí con mi cabeza, sintiendo que Thiago se sentaba a un lado de mí.
— Nada de que preocuparse. — le dije sonriendo, él asintió, satisfecho con mi respuesta y siguió hablando con alguien que estaba su lado. Miré sorprendida a la persona que estaba hablando con mi hermano. Reí divertida ¿Qué estaba haciendo aquí con nosotros luego de la paliza que le dieron mis hermanos?
— ¿James? — pregunté sorprendida. Él me miró divertido por mi reacción.
— En vivo y en directo, preciosa. — contestó él sonriendo, me guiñó un ojo y Sam golpeó la parte de atrás de su cabeza. — ¿No tuviste suficiente la otra noche? Deja de golpearme, hermano. — sobó su cuello y Samuel empezó a reír.
— La otra noche te lo merecías y ahora también, no te hagas el galán con mi hermana. — negué con mi cabeza divertida y le robé una galleta a Thiago.
— Siempre contigo puedo ser un galán, preciosa. Pero tu hermano no me deja acercarme a ti, lo lamento, tendrás que conformarte con ser amigos. — solté una carcajada por la mirada que me estaba dando James en este momento, él sonreía pícaramente y movía sus cejas de arriba y abajo.
Levanté mi vista y vi un chico en la mesa frente de nosotros, tenía el cabello castaño claro, llevaba puesto una chaqueta de cuero junto con una remera de color azul y tomaba un café, podía saberlo por el vaso de plástico de la máquina de cafés que había cerca.
Mordí mi labio porque el chico realmente estaba bueno. Reí divertida por mis pensamientos pervertidos y miré a James que hablaba con mi hermano.
Mira a ese chico, James. — le dije. Él se dio media vuelta y miró a la persona que le señalaba con la cabeza, de reojo pude notar que se había dado cuenta que estábamos hablando de él. James deja de hablar con Sam y lo mira.
— Tiene pinta de ser nuevo, preciosa. — dijo volviéndose a mí, sonrío divertido frotando sus manos. — Carne fresca para los jugadores, veremos si entra al equipo o se queda con los nerds. — soltó una carcajada, rodee mis ojos y lo miré de nuevo y me sorprendí al chocar con su mirada, nos quedamos unos segundos mirándonos y luego quité la vista porque me hacía sentir incomoda.
— Oh, sí. — ronroneó Samanta apareciendo de la nada. — Chico nuevo, listo para mi conquista. — la zorra, digo, mi hermana desabotonó dos botones de su camisa y acomodó su pollera. Todos la observamos sorprendidos y no quitamos nuestra mirada de ella, hasta que se sentó con el chico nuevo.
Sentimos el suspiro frustrado de Luke y observamos como se puso de pie, caminando hacia la mesa del nuevo, le dijo algo que no pudimos escuchar, él asintió y ambos caminaron hacia nuestra mesa, dejando a Samanta sola, sin su nuevo conquista. Samuel lanza una carcajada, echando su cabeza hacia atrás y mi hermana gemela la miró ofendida.
—¡Hey! — dijo Thiago a mi lado observando como el chico nuevo tomaba asiento al frente de nosotros. — ¿Cómo es tu nombre? — el castaño miró a mis ojos sonriendo de costado y habló sin quitar su mirada en mí.
— Soy Tomás Cambar. — contestó guiñando un ojo en mi dirección, lo miré sorprendida y él empezó a reír.
¿Y a este que le pasaba?
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