Mario y Rosy congregaron nuevamente a todos los destellos del lugar, incluso a Polari y a Destrella. Una vez todos reunidos, Mario tomó la palabra.

Mario : ¡Hola a todos! Los llamamos para decirles que es oficial, ya soy un guardian del cosmos.

Todos los destellos se pusieron a festejas que oficialmente Mario se iba a quedar a vivir con ellos. Destrella y Polari le estrecharon la mano.

Destrella : Felicidades capitán, es un honor tenerlo a bordo.

Polari : Lo mismo digo.

El pequeño destello maestro se acercó a ambos y le ofreció la gorra que llevaba a Mario. Este la tomó en sus manos y se la volvió a colocar.

Mario : Creo que deberías conservarla chiquitín, yo ya tengo la mía.

Destello M. : ¡Gracias papá!

Todos se quedaron en silencio, incluido el pequeño destello. Nervioso, volteo a ver a Rosy, quien tambien lucía bastante nerviosa. Mario, por su parte, se quedo en silencio. Ya antes habia oído al pequeño destello referirse a él en esos términos, pero nunca le había tomado la mayor importancia.

Rosy le había prohibido a los destellos llamar a Mario así, ya que no quería que se incomodara. Que los destellos jugaran con él era una cosa, pero que lo llamaran 'papá' lo consideraba demasiado. Mario tomó al destello e hizo que lo viera a los ojos. El pequeñín estaba temblando, por lo que Mario le sonrio tiernamente.

Mario : No me molesta que me llames así. De hecho, creo que lo prefiero a 'Maestro Mario'.

Destello M. : ¿En serio?

Mario : Sí, en serio, y no sólo para ti, para todos.

Inmediatamente después, Mario se arrepintio de haber dicho esas palabras, ya que nuevamente todos los destellos se fueron encima de él. Todos los destellos gritaban: 'Bienvenido papá' mientras abrazaban a Mario. Nuevamente fue Rosy la que se los quitó de encima.

Rosy : Pequeños tranquilos, su padre necesita oxígeno.

Mario logró levantarse, aunque algo mareado.

Mario : Guau, no creo que pueda acostumbrarme a eso.

Rosy : Creeme, lo harás.

Mario no pudo evitar sonreír. Rosy se dirigió a la cocina mientras Mario fue a la habitación a tomar su teléfono para marcarle a Luigi.

Luigi (contestando) : ¿Hola?

Mario : Hermano, soy yo, Mario.

Luigi : ¡Ah, Mario! Lo siento, aún no identifico tu nuevo número, y ¿que pasó?

Mario : Yo, tenía una propuesta para ti, ¿que te parece si convertimos la antigua casa en una base de operaciones?

Luigi : ¿Para qué?

Mario : ¡Para proteger el universo!

Luigi : Mmmmmm, no lo sé.

Mario : Vamos hermano, no tenemos que ser solo nosotros. Cualquiera tendrá acceso a esa base, incluso Bowser. Por favor, no quiero vender la casa. Además, podremos mantener más la comunicación de esa manera.

Luigi : Sí, creo que es una buena idea. Si eso te hace feliz, por mi esta bien. Hablaré con el resto.

Mario : Perfecto, oye ¿podría hablar con Daisy?

Luigi (confundido) : Ehhh, sssí, claro (apartandose del teléfono) ¡Amor, Mario te quiere hablar!

Luigi le da el teléfono a Daisy.

Daisy : ¡Hola Mario! ¿Que tal todo?

Mario : Ya sabes, sobre ruedas. Como sea, quería hacerte una pregunta (voltea a ver a ambos lados por si Rosy se acerca). Verás, se acerca mi aniversario con Rosy y realmente quiero hacer algo especial, así que ¿podrias ayudarme?

Daisy : Claro, ¿que quieres que haga?

Mario : Que cuando llegue el día la mantengas ocupada todo lo que puedas. No importa si requieres ayuda, confio en tí para esto.

Daisy : Consideralo hecho Mario.

Mario : Gracias Daisy, no sabes cuanto te lo agradezco, eres la mejor.

Daisy : No hay de que, ahora estoy consciente de todo lo que hiciste por Luigi. Consideralo una manera de devolverte el favor.

Mario colgó. El resto de días hasta su aniversario pasaron de manera tranquila, con Mario viajando al reino Champiñón de vez en cuando a observar el progreso de la nueva base de operaciones de la 'brigada intergalactica', como decidieron nombrarla todos. Esta estaba equipada con lo necesario: dos naves, radares, telefonos y una pantalla enorme que servía a varios propósitos.

Finalmente, el gran día llegó. Este comenzó de manera natural, con Mario dirigiéndose a la cocina temprano para prepararse su café, la parte más importante de toda mañana. Una vez dentro, le mandó un mensaje a Daisy indicándole que ya era hora de actuar. Con su taza de café en mano se dirigió a la habitación, y grande fue su sorpresa al ver que Rosy ya no estaba allí. Su cama estaba ya hecha y su pijama estaba doblada sobre su almohada. Mario recibió un mensaje de Daisy : 'Ella ya esta aquí.'

Lo que sucedió es que inmediatamente Mario salió de la habitación, Rosy se vistió rápidamente y se dirigió a Sarasaland. Una vez allí, comenzó a tocar la puerta frenéticamente. Daisy salió a abrir, luego de enviarle a Mario el mensaje antes mencionado. Una vez que abrio la puerta, Rosy entro sin siquiera saludar, a juzgar por su rostro estaba muy nerviosa.

Daisy (confundida) : Hola Rosa, toma asiento... si quieres.

Rosy : Lo siento Daisy, es sólo que no se si lo sabrás, pero hoy es mi aniversario con Mario.

Daisy (fingiendo sorpresa) : ¿En serio? Vaya, como vuela el tiempo.

Rosy : Lo sé, Mario siempre ha sido tan dulce conmigo y no sé que darle, es por eso que vine, necesito ayuda. Ya que tu estas casada, tal vez podrias ayudarme.

Daisy : Haré lo que pueda. Pero vayamos a la cocina, allí estaremos más cómodas.

Regresamos con Mario, quien ya comenzó con su plan. Primero, organizó a todos los destellos para que adornaran el observarorio con estrellas hechas de cartulina. Luego, les dijo que cuando llegara el momento se escondieran, para así dar una buena sorpresa. Una vez que todo estuvo hecho, Mario le mandó un mensaje a Rosy diciendole que la invitaba al observatorio.

Rosy por su parte, discutia con Daisy posibles maneras de celebrar su aniversario.

Daisy : Y ¿que tal si Mario ya lo tiene todo arreglado?

Rosy : ¡Claro que él ya tiene algo! Quien sabe cuantos años paso tratando de conquistar a Peach, es obvio que tiene algo en mente.

Daisy : Así que a puro tubo quieres darle algo.

Rosy : Exacto.

Daisy : Bueno, controlas el cosmos, ¿porque no le das un planeta, o algo?

Rosy : ¿Bromeas? Eso sería muy inmaduro de mi parte.

Daisy : Bien, ¿que tal un pequeño regalito? Ya sabes, algo más sencillo.

Rosy : No lo creo, eso sería muy sencillo.

Daisy : Veo que eres exigente, bien, que tal algo más ... personal.

Rosy vio como Daisy la miraba de pies a cabeza y no pudo evitar cubrirse con sus manos (a pesar de que iba vestida) mientras se ruborizaba.

Rosy (indignada) : ¡Claro que no!

Daisy : Esta bien, esta bien (en un suave murmullo) 'aunque a mi me funcionó con Luigi'.

Rosy (desparramándose en la silla) : Es inútil, no se me ocurre nada.

En ese momento, el celular de Rosy suena. Al verlo, se da cuenta de que Mario le mandó un mensaje.

Rosy : ¡Quiere verme!

Daisy : Y, ¿eso no es bueno?

Rosy : No lo sé, ¿tal vez?

Daisy : Escucha, debes despreocuparte, ¿ok? Solo, disfruta lo que sea que Mario tenga en mente.

Rosy : Sí, creo que será lo mejor.

En ese instante, Luigi entra corriendo.

Luigi (bastante agitado) : ¡Chicas, chicas!

Daisy : ¿Que pasa sweety?

Luigi (se detiene y empieza a recuperar aire) : ¡Es terrible!

Rosy (impacientandose) : ¡Que!

Luigi : La señal de auxilio de Mario se activó hace unos momentos, la última vez que su rastreador estuvo activo estaba en el observatorio.

Rosy y Daisy se voltearon a ver y comenzaron a caminar hacia la puerta.

Daisy : ¡Ven Luigi!

Luigi : Por supuesto cariño.

Rosy se les adelantó al transportarse al observatorio, y vaya si no se dio una sorpresa al llegar. El lugar estaba lleno de adornos en forma de estrella tirados por todos lados. Al verla, los destellos comenzaron a salir de sus escondites para dirigirse a Rosy. Luigi y Daisy llegaro poco tiempo después en una de las naves de la base. Polari se adelantó a hablar con ellos.

Polari : Que bueno que están aquí, esto es horrible.

Rosy : ¿Que pasó aquí Polari?

Uno de los destellos se adelantó.

Destello : Fue horrible mamá, unos hombres malos vinieron y se llevaron a papá y al destello maestro.

Luigi y Daisy se voltearon a ver.

Luigi : Pero, ¿quien podría hacer algo así?

Rosy los volteo a ver.

Rosy : Sólo una persona sería tan estúpida como para cometer ese error ... Margareth.