Solos tu y yo
Mario y Rosy salieron de la habitación, pero Mario paró en seco a pocos pasos de la puerta causando que Rosy se topara con su espalda.
Rosy : Mario ¿estas bien?
Mario (se voltea) : Creo que deberíamos cambiarnos (toca el mango de la espada) y yo debería dejar esto.
Rosy : Buena idea.
Ambos entraron a la habitación nuevamente. Mario dejó la espada a un lado de la cama.
Mario : Espero que no te importe quedarte aquí Ignis.
Ignis salió de la espada y Luxia de Mario.
Ignis : De hecho si me importa.
Luxia : Así que mientras ustedes la pasan juntos, nosotros trataremos de explorar un poco. Hace milenios que no doy una vuelta por allí.
Mario : Perfecto, los veré mañana.
Ignis y Luxia salieron volando por la ventana.
Mario : Bien, ahora solo debo cambiarme y...
Mario se volteo justo a tiempo para ver a Rosy mientras se cambiaba. Ella estaba de espaldas a él y su vestido ya estaba en el suelo. Mario se volteo inmediatamente.
Mario (nervioso) : Eh... Rosy.
Rosy (pensativa) : ¿Si, Mario?
Mario : Te recuerdo que estoy aqui.
Rosy (entendiendo el punto de Mario) : ¿Te incomoda verme en ropa interior? Porque ... a mi no.
Mario (sorprendido) : ¿Que?
Rosy (vistiendose) : Cuando te perdí comprendi que hay ciertos temores que debo superar. Comprendí también que no quiero una vida sin ti y estoy dispuesta a llegar tan lejos como tu lo estes ... ya puedes ver por cierto.
Mario se volteo algo sorprendido por sus palabras, solo para quedarse sin palabras otra vez. Rosy llevaba puesto un vestido negro que marcaba su figura, el cual tenía una abertura por la que sobresalía su pierna derecha. Sus zapatos de tacón eran de color negro también.
Mario (boquiabierto) : Guau.
Rosy (poniendo su mano sobre su boca) : Gracias.
Mario : Por cierto ¿de donde lo sacaste?
Rosy : Puedo cambiar la forma de mi vestido, pero es más fácil hacerlo cuando no lo traigo puesto.
Mario : Entiendo, ¿puedes hacer algo parecido por mí?
Rosy : ¿Que cambie tu ropa? Nunca he probado hacerlo en alguien más.
Mario : Hay una primera vez para todo ¿no?
Rosy : Si tu lo dices.
Rosy apuntó su varita hacia Mario y su ropa comenzó a cambiar. Ahora vestía un pantalón negro, zapatos del mismo color y una camisa blanca de botones.
Mario : ¿Ves? Todo bien.
Rosy : Así parece.
Mario se acercó a Rosy y le tendió la mano.
Mario (en tono formal) : ¿Vamos, mi lady?
Rosy (riendo) : Claro.
Rosy tomó la mano de Mario y juntos bajaron hasta la base del castillo. Luego de preguntar por unas direcciones llegaron al comedor principal, el cual consistía de una mesa enorme. Ambos se sentaron en la parte final de la misma, mientras los meseros les traían la comida.
Mario : Creo que puedo acostumbrarme a esto.
Rosy : ¿A la vida de castillo?
Mario : A que me sirvan.
Rosy le sonrió a Mario.
Rosy : Te amo, pero no creas que pasaras el resto de tu vida tirado en un sillón rascándote la panza.
Mario : Lo sé, pero nada cuesta intentar ¿no?
Ambos rieron.
Rosy : Realmente extrañaba estos momentos.
Mario : Y trataré de que sean más comunes.
Rosy : ¿Cómo? Debemos proteger el cosmos y hacernos cargo de cientos de destellos.
Mario : Algo se me ocurrirá.
Rosy : ¿Recuerdas lo de pararte con ideas estúpidas?
Mario (sonriendo) : Creo que fue un error darte la idea.
Mario se quedó viendo a Rosy fijamente.
Rosy : ¿Pasa algo?
Mario : Es solo que, no puedo creer que este aquí contigo. Tu eres tan bonita, inteligente, amable, ... a veces siento que no te merezco.
Rosy se acercó a Mario y lo besó en la frente.
Rosy : Gracias por todos esos cumplidos, pero no digas esa tontera de que no me mereces. Tu eres valiente, tierno, gracioso y siempre estas dispuesto a sacrificar algo importante para estar conmigo ... yo también siento a veces que no te merezco por las veces que te mentí.
Mario comenzó a acariciar el rostro de Rosy mientras la seguía viendo fijamente.
Mario : Quiero que este momento dure para siempre amor, quiero admirarte, quiero sentir tus caricias, tus besos, toda tú, es lo único que quiero hacer ahora.
Rosy : Puede que esto no dure para siempre, pero podemos aprovechar cada segundo ... cariño.
Mario : Creo que ... ya no tengo hambre. ¿Quieres salir a ver el lugar?
Rosy : Yo ... estoy bien aquí adentro, contigo.
Mario y Rosy se miraron profundamente durante unos segundos, mientras Mario la seguía acariciando. Rosy se levantó de la mesa y le tendio la mano a Mario, levantandolo a él también.
Tomados de la mano se dirigieron al patio del castillo, donde estuvieron hablando por horas y horas, disfrutando la compañía del otro.
Mario: Oye, ¿porque no reconociste este lugar al inicio?
Rosy : Es por el lugar donde esta este planeta, ahora que se el nombre de la ciudad ya lo identifique. ¿Recuerdas el planeta donde te encontre?
Mario : ¿El que estaba al borde del universo?
Rosy : Exacto, en el sector alpha. Este planeta esta al otro lado, en el sector omega. No se suele visitar mucho, ya que este lugar esta rodeado por bastantes agujeros negros. Supongo que por eso aún no saben de Tenebris.
Mario : Tiene sentido.
Rosy (viendo al cielo) : Parece que esta anocheciendo.
Mario : ¿Quieres entrar Rosy?
Rosy : Sí, parece que va a hacer frío.
Ambos entraron al castillo nuevamente, donde se dieron cuenta de que estaba increíblemente concurrido. Carol se acercó a ellos con un vestido rojo. Su pelo iba arreglado por una tiara roja, sus uñas estaban pintadas e iba maquillada.
Mario : ¿Qué esta pasando?
Carol : Bueno, ustedes llegaron justo a tiempo para una importante celebración de este reino.
Rosy : Ah, no interrumpiremos entonces...
Carol : ¿Bromeas? ¡Estan invitado! Son mis invitados de honor, no lo olviden.
Mario : Bien, solo que no se si voy vestido para la oca... sabes que, olvidalo.
Justo en ese momento, una corbata roja y un saco negro aparecieron para complementar el look de Mario.
Carol : ¡Perfecto! Los espero dentro.
Mario se volteo y notó que Rosy tambien se habia arreglado. Ahora llevaba un pintalabios color rojo y una sombra celeste sobre los ojos. Su vestido, además, tenía ahora una abertura en la espalda en forma de rombo.
Rosy : Y ¿que tal?
Mario : Eres tan hermosa que opacarías todas las estrellas del firmamento.
Rosy (sonrojada) : Gracias.
Ambos entraron al salón donde toda la gente se había reunido. Todos posaron sus miradas sobre ellos, causando que Rosy se sintiera algo incómoda. Habia escogido este look para Mario, pero parece que no habia pensado en lo llamativo que sería para el resto. Una vez dentro, Carol se subió en los hombros de uno de los guardias y todos se callaron.
Carol : ¡Atenció pueblo de Amissa, tenemos dos invitados muy importantes hoy: Mario y Rosalina, los héroes del universo!
Todos comenzaron a aplaudir, por lo que Mario y Rosy los saludaron devolviendo el aplauso.
Carol : ¡Por ser los invitados de honor, los instamos a ser quienes inauguren la pista de baile!
Todos comenzaron a aplaudir y a silbar, coreando sus nombres. Mario fue el primero en reaccionar y tomó a Rosy de la mano, llevandola al centro de la pista. Una vez en el centro la abrazó, pegando su cintura a la suya. Mario tomó gentilmente el rostro de Rosy y lo puso frente al suyo.
Mario : ¿Te pasa algo mi estrella?
Rosy : Es que, todos nos miran. Eso me pone algo ... nerviosa.
Mario (le sonríe) : Tu solo piensa que solo somos tu y yo ¿ok? En estos momentos solo tengo ojos para ti y tu solo los tienes para mi.
Rosy : Esta bien.
La música comenzó y ambos comenzaron a bailar despacio. Rosy no apartaba la vista de Mario, y él hacía lo mismo. Con el tiempo, la música comenzó a ir un poco más aprisa, por lo que comenzaron a bailar de manera más enérgica. Unas chispas de fuego comenzaron a salir de los pies de Mario.
Mario : Rosy, tengo una idea. Sígueme el paso.
Mario se separó de Rosy y comenzó a hacer figuras en el suelo con sus pies, las cuales se iban formando gracias al fuego que salía de sus pies. Rosy comprendió lo que trataba de hacer y ella también comenenzó a hacer figuras en el suelo, pero con hielo. Llevaba la varita pegada a una de sus piernas, por lo que no habia restricciones sobre sus poderes.
Mario comenzó a acercarce a Rosy y la tomó de la mano. Ambos comenzaron a coordinar sus pasos, creando una danza de fuego y hielo a su alrededor. Todos los miraban asombrados de lo que podian hacer. En un movimiento, Mario tomó a Rosy por la cintura y dio una vuelta, causando que un pequeño aro de fuego y hielo los rodeara. Mario la inclinó sobre su espalda y colocó su otra mano en la pierna que Rosy llevaba destapada. Mario pasó su mano por toda la pierna de Rosy hasta su pie, causando que el hielo alrededor de ellos se derritiera. Finalmente, la volvio a parar pegandola contra él, y los aros de fiego y hielo desaparecieron por completo, dejando una fina estela de copos de nieve al desaparecer. Todos comenzaron a aplaudir alocadamente.
Rosy (susurrando al oído de Mario) : Quiero ir a nuestra habitación.
Mario : ¿Estas cansada?
Rosy : Un poco.
Rosy comenzó a caminar hacia la salida y Mario iba detrás de ella. Nadie pareció tomarle importancia al hecho de que abandonaran la fiesta tan rápido. Una vez llegaron a su habitación, Mario dejó el saco sobre la cama, igual que su corbata.
Mario (volteandose) : No entiendo como ya puedes estar cansa...
No pudo terminar de hablar ya que fue interrumpido por un repentino beso de Rosy. Mario la abrazó y le siguió el juego.
Rosy (hablando entre besos) : Ya no puedo ocultarlo más Mario ... te quiero, te necesito ... te deseo, este sentimiento que crece en mi interior cada vez que estamos solos ... ya no puedo con el, no después de sentir como acariciabas mi pierna.
Mario levantó a Rosy, quien se sujetó a él con sus piernas, poniendolas alrededor de su cintura.
Mario : Yo tampoco puedo ocultarlo más mi estrella, yo también te deseo. Hagamos de esta noche nuestra noche.
Mario bajó a Rosy y fue hacia la puerta para cerrarla con llave. Rosy corrió la cortina del balcón y se acercó nuevamente a Mario, quien la tomó en sus brazos y unieron sus labios en un profundo beso, uno que iniciaría una noche llena de pasión.
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