Capítulo 15 - Cambios (Parte 3)
Por un momento pensé en preguntarle a Lidia el porqué de su desacuerdo con Amelia, pero desistí, tal vez no era el mejor momento de hacerle interrogaciones, recién de haber resuelto sus problemas. Ciertamente, no deseaba arruinar el ambiente animoso que había aligerado la situación en le que me encontraba.
—Rosalie, ¿querías mencionar algo? —Lidia decidió cuestionar ante mi conducta llena de incertidumbre.
—No, nada —aseguré; no me agradaba la idea de actuar de modo irrespetuoso.
—¿Estás segura? Hoy actúas un poco diferente —añadió con notable extrañeza e inquietud.
—Sí, no pasa nada. —Más demoré en afirmar que en contradecirme en seguida. Realmente pasaba algo, pasaba mucho conmigo.
Un olor extremadamente fuerte y desagradable llegó a mi nariz, era lo suficientemente repulsivo para formar muecas y cubrir mi rostro. No sabía de donde provenía aquel olor que parecía volverse cada vez más intenso, parecía provenir de todas partes; era verdaderamente insoportable.
—Necesito salir un momento —avisé e inmediatamente corrí en dirección al pasillo. Necesitaba, ansiaba tomar un respiro al aire libre; si no hubiera salido de prisa, seguramente habría sufrido una asfixia por inhibir el olor de cualquier cosa.
—Sé que te puede parecer insoportable y más aún con tus sentidos mayormente agudizados, pero te acostumbrarás. —No advertí la presencia de Nathan hasta que se hubo situado junto a mí, brindándome una mirada comprensiva acompañada de una sensación de seguridad.
—¿Qué fue eso? ¿Qué fue lo que me sucedió? —No sé si lo que le haya dicho a Nathan tuvo sentido, mas no entendía cómo reaccionar e igualmente intento resolver mi pregunta.
—Ese es el olor a carne.
—¿El olor a carne? —En absoluto entendí lo que me dijo, no tenía relación; eso no podía desprender un olor tan fétido.
—Es más fuerte cuando se encuentra cruda, alguien debió servirse de eso; además había bastantes platillos dispuestos con carne, lo lamento, se me olvidó mencionar eso.
—¿Y por qué posee un olor tan malo?, nunca lo había percibido así.
—De manera sencilla, el olor a un animal muerto es desagradable para las hadas, todo yace en su gran mayoría en la sangre. No es nada agradable, ¿verdad?
—No por lo general, y es dañina para su salud.
—Entonces, ¿cómo es que yo... ¿Eso significa que ya no puedo comer carne ni ningún derivado animal?
—No precisamente, al ser humana lo soportas fácilmente, pero tu cuerpo se está acostumbrando al cambio y te sientes más cómoda evitándolo.
—¿Esto es un proceso largo? ¿Me tardaré en acostumbrarme a los cambios?
—No debes preocuparte, en poco tiempo lo sentirás normal. Por otro lado, si no te sientes bien, te acompañaré a esperar en el salón.
Dubitativamente, acepté la ayuda de Nathan. Era mejor apartarme de la conglomeración que había en el comedor a demostrar la anormalidad en mi comportamiento, además de que realmente no me sentía capaz de soportar el permanecer por un lapso bastante largo.
En gran manera agradecí a Nathan por toda la ayuda extra que me estaba ofreciendo, sin su ayuda no habría sabido siquiera sobrellevar absolutamente nada; todo parecía indicar que su presencia era necesaria en el sentido de mi existencia, sin él no habría reconocido jamás que era un hada sin ser capaz de dominar plenamente lo que eso significaba. Todo era sumamente complejo, aún más en este momento, en el que mi realidad era más vívida que un sueño.
Nuevamente y gracias a Nathan, logré evitar los comentarios de mis amigas porque él ya les había dado una explicación con respecto a mi ausencia durante el almuerzo.
Las horas restantes de clases transcurrieron apaciblemente y sin ninguna alteración visible a mi rutina, aparte de lo que había sucedido en la mañana que por sí mismo ya había causado un desastre, pero afortunadamente no estropeé lo último que restaba de mi día en compañía de otras personas.
A pesar de que tan sólo hubiera pasado un día en el instituto, ya se sentía como una eternidad. No podía creer que cosas tan pequeñas se volverían problemáticas y pesadas de llevar. ¿Por cuánto tiempo debía cargar con la presión de actuar como una persona normal?, yo nunca antes, ni siquiera después del incidente ocurrido en mi infancia, me hizo preocupar tanto de mis acciones. Yo no sabía lo dura que podía llegar a ser la vida antes de conocer a Nathan, él debió haber pasado por situaciones similares a la mía y para él siempre había formado parte de su vida.
No me estaba resignando del todo a cambiar el estilo de vida que llevaba, me era todavía difícil asimilar. Mentalmente, me instaba a soportar un poco más hasta que me hallara fuera de la zona de peligro, o eso al menos así lo sentía.
Finalizando las clases, todos los alumnos ya se encontraban en el área de los casilleros, organizando sus pertenencias para el día siguiente y preparándose a las actividades que les correspondían.
—Rosa, ¿hoy vas a dirigirte el club de teatro? Hoy es tu audición, ¿cierto?, por poco se me olvida —cuestionó Lidia al tiempo que yo planeaba retirarme. Si no hubiera sido por el comentario de mi amiga, habría hecho caso omiso de la audición, que ciertamente se había esfumado de mi mente después de todos los problemas por los que pasé.
—Mmm... sí —respondí desinteresadamente, dado a que mis ideas habían desaparecido.
—Te deseo suerte, no te preocupes ni estés nerviosa, te aseguro que pasarás exitosamente —afirmó Lidia con una media sonrisa, emitiendo esa positividad que siempre me había brindado desde que la conocí, aunque en estos minutos no me sintiera especialmente entusiasmada por asistir a mi audición.
—Gracias Lidia —manifesté con sinceridad, no quería hacer notar mi evidente falta de ánimo.
—Yo la acompañaré, al fin y al cabo, todos debemos presentarnos a las audiciones —enunció Nathan apoyando mi hombro, dirigiendo su mirada a mí en busca de leer mis pensamientos a través de mis expresiones.
—Oh, está bien, les deseo suerte —aseguró Lidia haciendo un ademán con su mano antes de despedirnos fugazmente.
—Rosa... Mmm... ¿realmente quieres ir a la audición? Sé que te esforzaste para obtener el papel que querías, pero si te sientes inconfortable de realizarlo, le avisaré a la profesora y que pueda darte otra oportunidad.
—No, de cualquier manera falta poco tiempo y no podría hacerlo otro día. Realmente está bien, gracias por tu ayuda —afirmé sonriente, a pesar de haber tenido una sensación agridulce.
Dado mis decisiones, ingresé a la sala de teatro junto mis demás compañeros. Posteriormente nos separamos, situándonos detrás de los bastidores hasta que llegara nuestro turno. En ocasiones logré escuchar las voces de mis compañeros susurrando lo ansiosos que estaban por conocer su resultado
Yo por mi parte sosegué mi mente. Esta no era mi primera vez en aparecer en un escenario, sólo debía acordarme bien del diálogo que había escogido y sobre todo, rezar por suerte para no estropear nada.
Llamaron a mi nombre, y es ahí cuando salí y me presenté con formalidad, tal como nos había enseñado nuestra profesora.
—Rosalie, ¿para qué personaje deseas audicionar? —La profesora expuso antes de comenzar con la escena que tenía preparada.
—La muerte, para la obra de «La muerte impasible» —expresé, a pesar de mis esfuerzos, de forma inexpresiva.
—De acuerdo, puedes comenzar, tienes cinco minutos —dictaminó la profesora, manteniéndose a la expectativa de lo que sucedería con mi representación; no supe si fue culpa de mi imaginación, pero su rostro se mostró confuso.
Al principio de la escena me situé en una esquina del escenario, de donde debía provenir para hacer acto de presencia.
—Dime, pequeña niña, ¿cuál es el motivo de tu llanto? —Agravé mi voz, haciéndola más profunda, tomando como referencia uno de los consejos que me había dado Nathan.
Avancé sutilmente al centro, cuidando que el sonido de mis pasos no produjera eco. Debía hacer notar mi presencia con mucha fuerza, ese era el momento decisivo.
—No entiendo el sufrimiento humano, ¿y aún así quieres hacer un trato conmigo? —Una risa sonora provino de mi garganta, demasiado tétrica para ser mi voz.
—De acuerdo, aceptaré tu trato. Viviré entre ustedes como uno más, no lo notarán. Experimentaré todo lo que ustedes, pero si absolutamente nada me hace cambiar de opinión —elevé mi mano hacia donde se encontraría el rostro afligido de la pequeña Alicia, hincada y suplicante—, me llevaré aquello que dices ser muy precioso.
—¡Acto final! —Escuché a la profesora pronunciar, sin darme el tiempo suficiente de regresar a mi persona y dejar mi representación.
—Mmm... ¿sí? Disculpe, ¿se terminó el tiempo?
—Acabaste en un buen intervalo, no tienes que preocuparte por eso.
—Entonces, ¿puedo conocer mi resultado?
—Tu interpretación fue muy intensa comparada a la de los demás, se vio bastante profesional, pero no creo que sea lo más acorde en este momento. Debo serte sincera, en un principio creí que adicionarías para el papel de Alicia, su personalidad se adapta más a ti. Realmente me impresioné cuando ingresaste diciendo que representarías a la muerte, no estoy diciendo que haya sido algo malo. —Hizo una pausa, revolviendo entre los papeles que se encontraban dispuestos en su asiento—. A lo que me refiero es que tu interpretación puede sentirse un poco pesada y lúgubre de más, para los espectadores a los que nos estamos dirigiendo. Tu técnica ya es bastante profesional, y me alegra verlo en una de mis alumnas; pero aun así siento que carece un poco más de emoción, es muy sombría —emitió una última disculpa, dándome a entender que había fallado.
—Gracias por su atención y sus comentarios —retribuí una pequeña reverencia, antes de hacer acto de retirarme. Desde el principio tenía presente que fallaría de una u otra manera; en mi estado actual, no supe como fui siquiera capaz de pasar por la primera prueba.
—Espera, Rosalie, aún tengo un papel para ti. En realidad, ya tenía planeado un personaje en específico para ti, sólo espero que estés de acuerdo.
—¿Un personaje? —Eso quería decir que tenía la oportunidad de participar actuando en la obra.
—Sí, quiero que participes en El ruiseñor y la rosa. —La profesora al observar mi expresión desconcertada, se apresuró a resolver mi duda—. Quiero que seas el ruiseñor de la historia. —NI siquiera conociendo la respuesta, era más fácil de asimilar.
***
He aquí la última parte del capítulo :p
Por cierto, no sé si les parezca desconcertante la parte final.
Iba a actualizar este viernes pero no pude :(
Así que, no sé si alguien se acuerda; el 9 de noviembre fue el cumpleaños de...
Nathan y Rosalie
Eso al menos en mi mundo 😂
¡Qué tengan un buen día y feliz noviembre!
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