Prólogo
Escuchaba con cuidado el cantar de algunos de los pajarillos reboloteando en el claro cielo o entre los aún espesos árboles que se cubrían de nieve. Los animales ya se estaban escondiendo del frío del invierno que invadía al reino de One for All.
Sus rojas botas se hundían en la nieve entre más caminaba hacia las entrañas del lugar que ejemplificaba la belleza de las tierras donde vivía; sin embargo, era una exuberancia engañosa. Mientras veía a los copos caer del gris cielo podría estar detrás de ti alguno de los míticos seres del bosque de Yuuei. Y justamente por este tipo de relatos Izuku estaba aterrado.
Tomaba una de las flechas entre sus enguantadas manos a la par que temblaba de frío y miedo de lo que sería de su pobre alma en aquel misterioso lugar al que se fue a meter por solo cerrarle la boca a Katsuki y a su padre. Este último seguro y estaba disfrutando con todo el licor que había en el pueblo por deshacerse del inútil pecoso.
Midoriya Izuku siempre fue fastidiado por su físico pálido, cuerpo y mejillas chispeadas de pecas, el cabellos y ojos verdes y corpolatura delgada que lo volvía débil; o eso decía su amigo de la infancia sobre él.
No importaba cuantas veces Ochako le dijera que era una belleza deseada por muchos, incluso por ella; Izuku siempre se sentía mal sobre su apariencia.
Una pelea con Bakugou fue la gota que derramó el vaso y gritándole que no era ningún inútil se encaminó rojo de furia primero a su casa, tomó sus arco y flechas para luego ir hacia el bosque de Yuuei prometiendo traer algún animal o ser desconocido para exhibirlo.
-Soy un idiota -se quejó el pecoso golpeando su cabeza con su palma, cada vez más frustrado por no encontrar ningún animal, nisiquiera un conejo para no volver sin nada. Porque no pensaba ni loco que sobreviviría si encontraba alguno de esos seres-. ¿¡Como pude gritarle a Kacchan!?
Lloriqueaba sintiéndose cansado de andar luego de sus tres horas entre árboles y arbustos blancos. Buscó un lugar en donde sentarse logrando divisar una roca a los pies de un viejo árbol. Así que quitando la nieve de ella y cubriéndola con el abrigo que colgaba desde su cuello, por sus hombros, brazos y espalda se sentó. Al hacerlo soltó un suspiro retirando el arco y flechas para ponerlas a un lado.
Sus ojos verdes se enfocaron en el suelo nevado, en sus zapatos y finalmente en el arco de clara madera que su madre le regaló. Cuando ella aún vivía.
Cuando su padre comenzó a alejarse de él por la tristeza de perder a la mujer que tanto amó.
Con un leve sollozo limpió sus ojos tratando de evitar llorar por su madre, pero con sus dieciséis años era casi inevitable no sentir algo aún con un año de luto por ella.
Suspiró tratando de alejar todos los pensamientos de su cabeza hasta que sus ojos captaron unas manchas rojizas que resaltaban en la nieve.
De la sorpresa se calló de la roca y sin pensar bien la situación siguió con prisa el camino de manchas que mientras más avanzaba mayor era la cantidad de sangre que había derramada. Estaba asustado de que fuera una persona que no obtendría ayuda si no fuera por él, sin tener la mínima idea de que podría ser un ser de los seres desconocidos.
Corrió deprisa con sus cosas en mano buscando al dueño de la sangre hasta que lo encontró. Sus ojos estaban maravillados con lo que apreciaban.
Un ciervo de gran tamaño casi el doble de su altura, gigantes cuernos, pelaje claro y una extraña quemadura por sobre su ojo izquierdo. Pero lo que más le sorprendió fue la profunda herida en la pata derecha trasera.
Midoriya se había escondido detrás de unos árboles observando al peculiar animal, ¿sería de aquellos seres con poderes?
Durante unos segundos pensó en esperar a que muera desangrado para llevárselo a su aldea, pero se lo negó a sí mismo. Aquello era cruel y despiadado, así que se acercó temeroso a intentar ayudar. Dejó de importarle lo que Katsuki decía de él al menos por esos momentos.
El ciervo, al notar su presencia, se puso a la defensiva con ayuda de los cuernos y trató de alejarse, pero la herida pareció dolerle más dejando salir un quejido que preocupó a Izuku.
-W-Wow, e-espera un segundo y-yo ehm... -el hecho de que el lastimado animal lo veía con desconfianza le dio una idea al notar a donde se dirigía la mirada contraria-. ¡O-Oh! Ya entendí.
Con las manos temblorosas dejó su arma a un lado junto a las flechas, posterior a esto levantó sus manos con lentitud y se acercó al ciervo.
-Y-Ya está... No pienso hacerte daño.
Se aseguró que la voz no le temblara al decir eso y que el miedo no lo invadiera totalmente.
Sintió la tensión entre él y el animal de grandes cuernos, todo por la humana mirada que le daba daba el ser. De alguna forma se sentía intimidado por un humano, pero eso era totalmente absurdo. Ya debía de estar sufriendo un ataque de paranoia.
Los extraños ojos de dos colores, que no había notado hasta ese momento, se cerraron y la cabeza se vovió hacia el lado contrario a donde Midoriya se encontraba. Este ultimo sonrió y a paso lento se acercaba a la lastimada pata.
Se quitó los guantes para sentir entre sus manos la herida con cuidado de no lastimar más al gran ciervo.
-Uhm... Parece que no es grave, solo hay que vendarlo y no debes moverte mucho, amigo -le dijo al animal con gracia.
Pensó en lo que podría usar para cubrir aquella herida, debía ser algo de tela de gran tamaño, pero no tenía vendas a la mano. Sin quererlo comenzó a murmumar como era su costumbre, logrando perturbar un poco al ciervo; para cuando se dio cuenta de lo que tenía que hacer quitó la mano de su mentón y susurró con una sonrisa:
-Lo siento, mamá, pero es una emergencia.
El animal observaba los movimientos del contrario sintiendo sorpresa al ver que rasgaba la parte baja de su abrigo de color verde oscuro. Lo que quitó lo envolvió en la pata lastimada.
Cuando terminó, Izuku elevó su mirada hacia el animal con una sonrisa y pequeñas lágrimas en sus ojos.
-Ya estarás mejor.
Sin saberlo, con esa última sonrisa la vida de Midoriya Izuku cambiaría para siempre.
Buenas a todos!
Primero que nada, feliz Navidad a todos uwu espero que lo hayan pasado lindo con su familia
Mi Navidad fue aburrida :v
Bueno, ahora, la historia ha sido una creación a base del fan art que ven en el separador, no sé cuantos capítulos tendrá pero mi idea es máximo 30 :v espero no sufrirla xd
Ya no sé que decir :v
Así que me voy a tomar chocolate:^
Posdata, intentaré publicar los viernes o algún día en específico que luego informaré :^
Bye bye, deers ❤💚💙
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