Capítulo 9
No sabía que estaba mirando, para ser precisos.
El techo no era lo más interesante y leer los títulos de los libros de lejos no servía de nada si se quedaba tendido sobre la alfombra de la biblioteca recordando como al volver tuvo que dormir con Shouto porque el cuarto adicional que tenía lo utilizaba como una clase de almacen, el despertar con el bicolor abrazado a su pecho lo había dejado shockeado desde la mañana hasta ese momento, todo mientras Denki lo miraba curioso para posteriormente dudar de qué pasaría con la descendencia de las estaciones.
—Midoriya —llamó.
—¿Hmn?
—¿Los chicos pueden tener hijos?
—Jaja, no kaminari, no es posible.
—Claro que lo es.
Una voz melodiosa se introdujo en su conversación para voltear hacia de donde esta provenía.
—Ah, Yaomomo, hola.
—Buenos días, señorita Momo.
—Muy buenos días a los dos.
La chica venía con su cabello suelto a como la conoció, parecía algo cansada aunque con una sonrisa adornada en su fino rostro, venía de una puerta al fondo de la biblioteca dándole una nueva pregunta al pecoso. Pero se detuvo en su nueva curiosidad para analizar lo que la vulpina acababa de decir, ni creía en la mínima idea de que fuera posible.
—Señorita Momo.
—Dile Yaomomo, Midoriya, ella tiene mi edad.
—¿Eh? ¿En serio?
La chica azabache tomó asiento asintiendo.
—Vaya, disculpa.
—No te preocupes, Midoriya. Pero si tienes mucho inconveniente puedes decirme Momo-san.
—¿-san?
—Sí, es algo que usamos aquí para referirnos a ciertas personas.
—¿Uh? ¿Por qué?
—Es algo complicado de explicar, aunque tiene mucho que ver con la historia de Yuuei.
El chico solo hizo un puchero aún tendido sobre la alfombra de colores apagados del lugar. Hasta que el rubio recordó algo que lo hizo saltar.
—¡Espera, Midoriya! —se levantó del sillón de una persona, esquivó a su amigo en el suelo y se dirigió a una estantería en específico buscando el título para gritar victorioso al encontrarlo. Aunque una señora mayor de orejas y cola de conejo con el cabello blanco lo hizo mantener silencio. Denki se disculpó y volvió con los otros dos. La chica ya parecía preocupada de que el peliverde se hallara tirado sobre el suelo con el alma apunto de escaparse de su cuerpo—. Toma.
Midoriya volvió de su transe para analizar la portada del libro que se le ofrecía. Una que era de color café claro con cuatro enblemas en un mismo escudo —supuso que se trataba de las estaciones—, eso significaba que ese libro era...
—Buena idea, Kaminari-san —la chica unió sus manos entrecruzándolas admirando el libro que sostenía el pecoso—. Midoriya, eso es el libro sobre la historia de Yuuei.
—¿Uh? ¿Toda?
—Claro, hermano— el rubio interrumpió volviedo a su asiento—. Me lo dio Hitoshi cuando recién llegué para aprender las costumbres tan extrañas que hay aquí y entenderlos un poco —Denki sonrió—. Te lo dejo de tarea.
Midoriya se levantó con los ojos brillando y una gran sonrisa en sus labios.
—Gracias, Kaminari.
El mencionado y la chica sonrieron al pecoso, pero este lindo momento se detuvo por una campanadas casi inaudibles que resonaron en la biblioteca.
—Oh, es ella.
—¿Qué le habrá pasado? Iré a verla.
Izuku nuevamente dudaba de que pasaba y del porqué habían campanas en un lugar en el que debería haber solo silencio. Preguntó sobre aquello a su amigo en lo que se levantaba de la alfombra a la par que se limpiaba.
—Si quieres vamos a visitarla.
Sin entender realmente a eso accedió a seguir al chico de mechón negro hasta una puerta casi al final de los estantes. Aquella era de una madera clara con una pequeña barra de color negro hecha de metal de la que se tiraba para abrir. Al hacerlo habían escaleras camino abajo iluminadas por velas extrañas en lámparas de vidrio. Izuku supuso que seguro era otra cosa mágica de la que no estaba enterado. Al llegar al final se encontró a un cuarto adornado con pocas cosas, pero lo que más destacaba eran una mesa de noche negra y a su lado una cama cubierta de mantas con una chica acostada en ella quien era alimentada por Yaoyorozu.
Pudo reconocer a la chica instantáneamente pero las palabras no salieron hasta que aquella volteó a verlo con notable sorpresa.
—¿Midoriya?
—¡Kyoka!
La chica sonrió aunque su gesto se mezclaba con su rostro lleno de curiosidad creando una mueca que hizo soltar una risilla a la vulpina que tenía un plato sobre sus piernas y el cubierto en sus manos. Ella estaba sentada al lado de cama en la que descansaba Kyoka.
Sin perder tiempo Kaminari llevó al peliverde al lado de la de pelo corto.
—No puedo creerlo, Midoriya, ¿qué haces aquí? ¿y cómo no me enteré de esto, Momo?
—Bueno, no soy la única que lo sabía.
—¡Denki!
—Lo siento, Kyoka, pensaba decírtelo después jeje.
—¿Y cuándo es para ti despu-?
La queja hecha por la chica se vio interrumpida por una fuerte toz con flema asustando a todos los presentes. Momo tomó un pañuelo para limpiar a la contraria con delicadeza en lo que el rubio frotaba su mano en la espalda de la chica de pelo corto.
—¿La toz volvió? —preguntó Denki.
—Un poco, aunque ya había disminuido ¿qué fue lo que pasó? —contestó.
Midoriya miraba preocupado a la que era la hermana de su amigo. Hermanastra para ser precisos. Aquella joven chica de su edad estaba enferma desde hace ya muchos años y ningún médico había podido curarla desde sus once años. Y cuando los padres de ambos murieron Denki tuvo que conseguir un trabajo con buena paga para pagar la medicina que le quitaba el dolor de la enfermedad.
Hasta que todo cambió un día.
El día en el que Kaminari se la llevó entre sus brazos en la noche hasta Yuuei.
Midoriya en un viaje al pueblo natal de su amigo conoció a la chica y de vez en cuando probaba con una medicina que su madre siempre le daba cuando era un niño, al ver que ayudaba a que la respiración de la chica sea más fluida se la encomendó al rubio. Se había encariñado con la chica y la consideraba otra amiga tan confiable como Ochako. Aunque Kyoka era un poco más seria que la castaña en ciertas cosas que la otra no y viceversa.
—Acuéstenla, si su condición está empeorando deben abrigarla pronto.
Tomaron rápido cuidado de la chica hasta que todo se normalizó y solo necesitaba una buena comida.
Kyoka les pidió que no se preocuparan mucho por ella, que estaba bien y que ya se sentía mejor, aún así la cuidaron el resto de la tarde mientras conversaban contándole qué pasaba mientras la chica de cabellos cortos asentía sin hablar, pues su garganta estaba ligeramente adolorida.
Pero a pesar de todo Izuku se encontraba feliz de encontrar a una más de sus pocos amigos en el mágico reino.
Todoroki llegó por él en la tarde al anochecer llevando en sus manos un gran ramo de distintos tipos de flores logrando sorprender al rojo pecoso que las aceptó con vergüenza despiéndose de sus amigos para ir a su nueva casa junto al bicolor.
Una senseción cálida se instauró en su pecho cuando se tomaron de las manos bajo el manto oscuro lleno de estrellas que los guiaban tímidamente.
No sé a que hora estoy publicando esto jajajaja
Pero tengo sueño :')
Todo porque her dormido demasiado (8 horas :u) para mí es demasiado xd
Bueno... Ehm
APARECIÓ KYOKA Y NO SE APELLIDA JIROU v
Ahora aclaro que este primer arco es la más soft y tierno de toda la historia ajbmdlkedsjas los demás van a ser más dramáticos y doloroso para nuestra parejita uwu pero trataré de hacerlos los más unidos posibles en estos momentos de dulceuwu
Tambien decidí que habrá lemon un par de veces no sé cuando pero ya veré donde va ;)
Bueno, sin más que decir que comenten que quieren o creen que pase (porque me dan ideas lol :v) y me retiro
Bye bye, deers ❤💙💚
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