Capítulo 3

Nuevamente se quedó mirando al bosque.

Llevaba haciendo eso durante todas las tardes de una semana. El quedarse viendo al atardecer frente al bosque ya sin animales y cubierto por el albino manto de nieve.

Era hermoso.

Pero se preguntaba que habría sido del imponente animal de grandes cuernos que le parecía la cosa más bella del bosque, por eso sentía una preocupación.

¿Y si el venado no se había recuperado como se debía? ¿Si algún animal lo atacó?, ¿pero él podría hacer algo por ayudar?

Preguntas de ese sentido rondaban y carcomían su cabeza mientras las luces naranjas del cielo se convertían en violetas y azules para darle paso a la noche frente a la entrada del bosque. Talvez el no dormir por pensar demasiado en las cosas le estaban haciendo mal.

Sentía las miradas de los habitantes del pueblo que pasaban una y otra vez por su espalda. Seguro y creaban algún rumor sobre él, pero no importaba, solo quería saber si el animal estaba a salvo.

Suspiró apretando la parte baja de su abrigo remendado con lana al borde donde había arrancado para curar la herida del ciervo. Ya no sabía que hacer con la loca idea de volver ahí y cerciorarse de la salud del ser que lo preocupaba tanto.

No entendía esa necesidad de volver a ver al animal.

Se dio un par de cachetadas mentales para emprender camino a su casa y dormir para volver a trabajar al día siguiente. Esa era su obligación, no cuidar de todos los animales del invernal bosque.

¿Y si hubo mucho frío y se resfrió?

Detuvo su caminata a mitad del sendero de piedra haciendo que un señor se chocara con él gritándole que tuviera más cuidado, aunque poco le importó ello y se quedó en una encrucijada de volver o seguir.

A veces envidiaba la habilidad que Kaminari tenía para decidir rápido.

Kaminari...

¿Cómo nunca se encontró con el rubio si siempre iba a una parte profunda del bosque? Porque sí, no es que fuera por el borde de este, Izuku encontró al ciervo en las partes más recónditas del lugar y ahora se sentía mareado de lo que le podría haber pasado a su amigo de mechón negro.

—Maldición...

Un murmullo salió de sus labios para darse la vuelta y volver al niveo bosque lleno de misterios y secretos.

Seguro que no pasaría nada malo, tenía su arco y flechas con él, una pequeña bolsa con comida y algo de valentía por si se arrepentía más adelante.

Y estaba seguro de que pasaría.

Tragando saliva empezó su andar sobre el grueso suelo nieve tratando de recordar cual era el camino a donde el ciervo descansaba en su espera además de su sendero devuelta al pueblo para volver más tarde. Aunque ahora ya la luna se imponía en el cielo con su platinado resplandor, por lo que ya volvía a dudar de si hacía lo correcto.

Notó el bello paisaje que había sobre su cabeza, los colores fríos que resplandecían entre su verdoso cabello. Se detuvo unos momentos admirando la belleza de la luna llena que otorgaba un brillo especial a sus grandes ojos.

Tomó aire hasta que sus pulmones estuvieran llenos, su cerebro pensara bien las cosas y que escuchara el crujir de unas ramas detrás de él.

Por un momento pensó en que sería un animal, pero ya no habían animales en el bosque por la temporada. Pensó también en que pudo ser el viento, pero el viento no rompía las ramas del suelo. Finalmente, sin ninguna excusa convincente, entró en pánico y comenzó a andar cada vez más rápido hasta correr escuchando como detrás de él los pasos lo perseguían al mismo ritmo.

Su respiración creaba un constante vaho que le nublaba su visión, el frío se colaba por su boca lastimando su garganta, solo corría ya sin importarle la dirección, mas no se percataba de que iba directo hacia el lugar donde su amigo ciervo solía descansar.

Escuchaba gruñidos detrás de él, el crujir de varias ramas y el jadeo de lo que sea que lo perseguía cada vez más cerca. Ya estaba cansado, pero no se pensaba detenerse hasta librarse de su perseguidor.

Al menos, eso pensó hasta que se tropezó contra la raíz de un árbol haciendo que su cuerpo chocara con fuerza sobre la nieve.

Soltaba grandes bocanadas de aire para regularizar su respiración a la par que tomaba su garganta entre sus manos. Su cuerpo temblaba horrores, tenía miedo, mucho miedo.

A Izuku se le empezó a nublar la vista mientras trataba de ver a la persona que lo seguía con tanta persistencia.

Se arrepintió casi al instante de hacerlo.

Un ser que parecía hecho de las sombras, pelo y el fuego del infierno mismo, con un rostro grotesco de la combinación entre animal y humano.

Aquella bestia lo observaba con profundos y grandes ojos rojos, caminó a su alrededor comenzando a mostrar una extraña boca con filosos y amarillos dientes los cuales corría la saliva para finalmente abalanzarse sobre Midoriya, quien cubriéndose, soltó un grito desgarrador con un solo pensamiento en su cabeza.

«Voy a morir»

No esperó que antes de que la criatura lo deborara unos cuernos empujaran a este haciendo que chocara con un árbol.

—¿Q-Qué...? —fue lo único que pudo balbucear al notar a su salvador—. ¡Ciervo!

Un grito agudo salió del pecho peludo del ser que se levantó en cuatro patas asemejándose más a alguna clase de animal, lo cual asustó en mayor cantidad a Midoriya.

—Hu...

Entonces una sílaba fue notada por el peliverde.

—...Ma...

Su cerebro trataba de descifrar lo que trataba de decir, pero deseó no haberlo intentado luego de escuchar ese grito que parecía salir del mismo infierno.

¡Humano!

La criatura atacó otra vez siendo detenido nuevamente por el ciervo; sin embargo, no de la misma forma a la anterior.

Los ojos verdes de Izuku se abrieron de par en par al ver como la criatura de pelaje oscura era rodeada y atravesada por filoso hielo que salía del lado derecho de su animal protector.

Otro gritó desgarrador fue provocado por el dolor que el extraño ser sintió al incrustarse en su pecho los témpanos de hielo y consecutivamente ser incendiado por las diestras flamas que el animal de gran tamaño lanzó.

El humo creado por la evaporación del hielo escondió el cuerpo muerto y en cenizas de la extraña criatura e instauró una neblina.

Entre ella se asomaron unos cuernos y serios ojos bicolores.

Un susurro se escuchó.

—Izuku...

Luego de eso, solo hubo negro.

Jsjsjsjs me olvidé que hoy era viernes xD
Sorry, pero ya les traje el nuevo cap AHORA INICIÓ LA VERDADERA TRAMA XD

Intento hacer como "arcos" pero es difícil porque nunca hice eso :v pero intentaré para darle sentido a la historia llena de magia y romanticismo me he hecho

Sin más que decir que
Si les gustó le den estrellita y comenten lo que quieren que pase, cualquier cosa puede darme ideas uwu

Bye bye, deers ❤💙💚

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