Capítulo 24
Dedicado a Berryxx
(Multimedia importante para el Cap y la historia en general)
Denle un buen vistazo ;3
Shinsou llevaba solo dos días viajando con su grupo conformado por su pareja, Kirishima, Ashido, Sero y el tal Bakugou del pueblo de Midoriya y ya se estaba arrepintiendo de haberse dividido del otro grupo. Normalmente no le molestaba el ruido debido a que Denki siempre le ayudó a volverse más tolerante ante sus molestias con los más mínimos sonidos.
Por ello, muchas veces no lograba dormir cómodo sin ser molestado por los grillos nocturnos, personas que todavía se movilizaban entre las rocosas calles junto con sus carretas o animales que pasean libres en la naturaleza. Shinso era capaz de oírlo todo, desventajas de ser parte búho.
Así que por esa misma razón quería transformarse y volar hacia el grupo de Todoroki para esperar en silencio durante el viaje Porque estaba dudando de si este grupo lo dejaría dormir en las noches siquiera como compensación por aguantarlos.
Kaminari intentaba sacarle plática a Bakugou de todas las formas posibles y de cualquier tema existente al igual que Kirishima, solo que este trataba de conocer al chico humano preguntando sus comidas favoritas, sus actividades usuales o estación favorita. Aquellos dos eran lo suficientemente intrusivos como para lograr que Katsuki gritara a cada segundo, sin contar que Ashido y Sero trataban de integrarse y acababan cada vez más con la paciencia del rubio cenizo.
—Por favor, silencio —murmuró cansado y agotado hasta el punto ya de intentar avanzar más rápido que los demás, así esperaba, al menos, poder reducir la molestia.
Las personas casi no notaron lo dicho por el sucesor de la estación, a excepción de Denki. Él ya estaba acostumbrado a escuchar los murmullos o susurros de Hitoshi cuando estaba muy cansado o molesto con algo, entonces se detuvo e intentó calmar y parar a sus amigos de acosar a bakugou, usando la excusa de que él era capaz de matarlos a todos si estallaba con su caracter horrible. Para su suerte funcionó, aunque le parecía que Kirishima estaba calmado más que nada para que el rubio no se molestara con él a que lo matara. Kaminari sonrió al sospechar lo que ocurría allí; caminó más rápido para alcanzar a Shinso para tomar su mano y seguir adelante en su viaje siendo correspondido su acto.
El primer día de viaje en grupos separados fue un desastre, al menos para la estación del Otoño. Para la noche fue más tranquilo, Bakugou era buen cazador y Kirishima de apoyo para cocinar con el fuego que salía de su boca fue un alivio el que no hubieran peleas. Naturalmente, hubo patrullaje constante por parte de todos, aunque Shinso fue el que más turnos tomó junto a un adormecido y cansado Kaminari que esperaba estar para su pareja como un apoyo.
Durante la noche no hubo ataques, pero el chico de cabellos violetas sentía como habían más seres a su alrededor buscando algo, aunque estaba claro que ellos eran la presa que estaban buscando. Cuando los pequeños rayos del sol salieron el chico no dudó en despertar a todos para empezar a moverse. Las quejas del grupo se hicieron escuchar, pero Shinso no tenía tiempo para esto.
¿Por qué las estaciones eran los gobernantes de Yuuei?
Sencillo. Son los seres más fuertes dentro de Yuuei y entre los humanos corrientes.
Los golpes en la cabeza que le dio a casi todos, a excepción de su pareja que ya estaba acostumbrado a despertar temprano, eran sumamente dolorosos, Bakugou estaba sorprendido de alguien que parecía más débil que él tuviera tanto poder. De alguna forma se sintió insultado, pero no dijo nada. Decidió permanecer callado solo observando.
Para Shinso, que estaba siempre alerta a su alrededor tratando de que su grupo no se vuelva un desastre que llame la atención de enemigos, fue sorprendente cómo cambiaron en la mañana a un modo silencioso a pesar de que seguían animados. De igual forma se sintió escrutiñado por la mirada persistente de Bakugou.
Gracias a Midoriya es que sabía alguna que otra cosa de su actitud explosiva y rebelde, pero esto era extraño e incómodo hasta cierto punto.
Kaminari de igual forma supo casi de inmediato lo que sucedía con ver al grupo.
Bakugou estaba asustando a los demás con su presencia concentrada en su pareja. No pudo evitar pensar en aquellos que huyeron del pueblo de Midoritani que era conocido como un lugar pequeño pero hermoso para vivir en paz y que ahora no existía más.
Aquel pueblo que lo recibió para sus labores y que había gente tan peculiar como recordaba a su familia.
Movió ligeramente su cabeza para concentrarse en el camino delante de ellos justo antes de que una persecusión empezara.
Un ruido, persistente y fuerte entre arbustos, como pasos
En este caso, había un Sombs junto a un Nomu.
—¿Y bien? ¿¡Alguna idea de cómo salimos de esta!?
El grito de Mina resonó en el bosque mientras lanzaba sus ataques de ácido que provenían de sus dedos ante los radicales y erráticos ataques del sombs frente a ella.
—¡Sero, apoya a Ashido! ¡Kirishima, conmigo! ¡Denki, Bakugou, cúbranos!
Shinso, a pesar de la sorpresa inicial, rápidamente se puso en acción. Sabía que no podía permitirse quedarse parados y ser presa de esos monstruos. Al ver a su pareja, Kaminari, luchando junto a Bakugou, decidió que era el momento adecuado para demostrar su valía en combate.
—Kaminari, mantén a raya a Bakugou y asegúrate de protegerlo. Yo me encargaré del Sombs —gritó Shinso mientras se transformaba en su forma de búho, desplegando sus alas y ganando altura en busca de una ventaja estratégica.
—¡Hey, no necesito que me protejan!
Desde las alturas, Shinso observó al Sombs con detenimiento, intentando comprender su patrón de movimiento y encontrar una apertura. Sabía que no era tan fuerte como Kirishima o Bakugou, pero tenía habilidades que podrían ser útiles en este combate.
En el suelo, Kirishima y Bakugou se movieron con una coordinación sorprendente para ambos, aprovechando la resistencia de Kirishima y la fuerza de Bakugou para enfrentarse a Nomu. Sabían que debían trabajar juntos para mantener al monstruo a raya mientras el resto del grupo se ocupaba del Sombs.
Sero y Ashido luchaban juntos, tratando de contener al Sombs con su habilidades y evitar que se acercara demasiado a los demás. El Sombs era rápido y esquivo, pero el trío estaba decidido a no dejarlo pasar.
Shinso, desde el aire, esperó el momento adecuado y se lanzó en picada hacia el Sombs, utilizando su quirk de control mental para confundir al monstruo. Logró distraerlo lo suficiente como para que el trío en tierra pudiera contraatacar.
—¡Ahora, chicos! —gritó Shinso mientras el Sombs se tambaleaba confundido.
Mina lanzó un potente ataque de ácido que impactó de lleno en el Sombs, debilitándolo considerablemente. Kirishima aprovechó la oportunidad y, con un golpe de su espada, logró inmovilizar al Nomu.
—¡Lo tenemos bajo control! —exclamó Bakugou, respirando agitadamente.
Shinso descendió de su posición en el aire y se unió al grupo, satisfecho de haber contribuido a la victoria. Aunque el encuentro fue peligroso, habían demostrado que podían trabajar juntos como equipo.
—Bien hecho, chicos. Ahora debemos estar aún más alerta. No sabemos cuántos más de estos monstruos puedan estar acechando en el bosque —advirtió Shinso, recordando que la amenaza aún no había terminado. Juntos, continuaron su viaje con miradas y actitudes serias hacia sus alrededores desconocidos.
La victoria contra el Sombs y el Nomu en el bosque fue un alivio momentáneo para el grupo liderado por Shinso, pero no tardaron en darse cuenta de que la amenaza que Yuuei les tenía preparada era mucho mayor de lo que habían imaginado. Después de unos momentos de respiro, mientras se recuperaban de la intensa batalla, Shinso reunió a su grupo para discutir su próximo paso.
—No podemos quedarnos aquí mucho tiempo. Esos son solo el principio. Si realmente queremos llegar a las Montañas Akaikazan y cumplir con nuestra misión, debemos seguir adelante —dijo Shinso con determinación.
Sin embargo, antes de que pudiera continuar su viaje, un sonido inquietante resonó en el bosque. Era un ulular gutural, como el de una bestia hambrienta, y se acercaba rápidamente. La tensión se apoderó del grupo mientras miraban en todas direcciones, tratando de identificar la fuente de ese aterrador sonido.
De repente, emergieron de entre los árboles cuatro Nomus, mucho más amenazantes que el que habían enfrentado anteriormente. Estos seres grotescos avanzan hacia el grupo con una determinación espeluznante.
—¡Maldición! —exclamó Bakugou mientras se preparaba para la lucha.
Shinso sabía que estaban en graves problemas. La situación se volvió cada vez más desesperada a medida que los Nomus rodeaban al grupo, acercándose peligrosamente. Sabía que necesitaban un plan rápido si querían sobrevivir a este ataque múltiple.
—¡Todos, mantengan la calma! No podemos enfrentar a todos estos Nomus de frente. Debemos buscar una forma de escapar y llegar a las Montañas. Sero, Ashido, Denki creen una barrera temporal que nos proteja mientras encontramos una salida —ordenó Shinso.
El trío asintió y comenzaron a trabajar juntos para crear una barrera de ácido que rodeaba al grupo creada por Ashido mientras que en sus puntos ciegos los chicos cubrían con sus espadas, disuadiendo a los Nomus de acercarse. Sin embargo, sabían que la barrera no sería suficiente para mantenerlos alejados por mucho tiempo. Kaminari se dio cuenta de que debían buscar una vía de escape o esto se descontrolaria.
—¡Kirishima! Necesitamos abrirnos paso y encontrar un camino hacia las Montañas Akaikazan. Confío en que puedes hacerlo —gritó Kaminari mientras peleaba contra los Nomus más cercanos.
Kirishima asintió sabiendo que debía actuar con rapidez. El chico endureció su cuerpo revelando partes de su cuerpo de dragón, volviéndose aún más resistente gracias a sus escamas, y avanzó hacia los Nomus, abriendo un camino a través de ellos con sus puños. Por su parte, el grupo empezó a avanzar.
Mientras tanto, Shinso se transformó en su forma de búho y voló por encima de la batalla, buscando una posible salida. Veía a los Nomus moviéndose torpemente, pero eran persistentes. La barrera de ácido de Sero, Denki y Ashido se estaba debilitando, incluso con Bakugou ayudando era complicado, y necesitaban encontrar una escapada lo antes posible.
—¡Chicos, tengo una idea! —gritó Shinso desde el aire—. Sigan avanzando hacia el este, hacia las Montañas. Yo los alcanzaré en un momento.
El grupo siguió las indicaciones de Shinso y comenzó a avanzar hacia el este, abriendo camino a través de los Nomus con determinación. Kirishima se mantenían a la vanguardia, luchando con ferocidad para proteger al resto del grupo.
Shinso, desde las alturas, se dio cuenta de que había una abertura en la densa vegetación del bosque hacia el este. Era un sendero estrecho que parecía conducir hacia las su destino. Sabía que era su oportunidad de unirse al grupo y escapar de la horda de Nomus.
Descendió en picada y aterrizó junto a sus compañeros, quienes lo recibieron con alivio.
—¡Vamos, no hay tiempo que perder! —exclamó Shinso mientras se unía al grupo en su carrera hacia el sendero.
Sin embargo, los Nomus no se rendirían tan fácilmente. Continuaron persiguiendo al grupo con tenacidad. Los monstruos rugían y gruñían mientras avanzaban, mostrando su determinación de atrapar a los intrusos.
Mientras corrían hacia el sendero, el grupo se enfrentó a una dura elección. Debían luchar contra los Nomus que los perseguían o continuar su huida hacia las Montañas Akaikazan. Sabían que si se detenían a luchar, podrían ser rodeados y superados en número, pero tampoco podía permitir que los monstruos los alcanzaran.
Shinso tomó una decisión rápida y arriesgada.
—¡Chicos! Enfrenten y distraigan a los Nomus solo un momento. Yo usaré mis poderes para confundirlos y retrasarlos. El resto, siguen corriendo por el sendero. ¡No se detengan por nada!
Los tres héroes se quedaron atrás, enfrentándose a los Nomus con valentía. Shinso, desde una distancia segura, comenzó a utilizar sus habilidades con el viento y hojas creando una ventisca, casi tornado, alrededor de los monstruos haciendo que se volvieran unos contra otros y se enredaran en peleas internas.
La estrategia funcionará temporalmente. Los Nomus, confundidos y desorientados, comenzaron a atacarse entre sí, lo que permitió al grupo escapar. Sin embargo, Shinso sabía que el tornado no sería suficiente para mantener a raya a los monstruos por mucho tiempo.
Mientras avanzaban por el sendero que se adentraba en las montañas, el grupo podía escuchar los rugidos y chillidos de los Nomus detrás de ellos. Sabían que los monstruos no tardarían en recuperarse y continuar persiguiéndolos.
—¡Tenemos que encontrar un lugar para escondernos o prepararnos para otra batalla! —exclamó Kirishima, jadeando por el esfuerzo.
Shinso ascendió, buscando desesperadamente una opción. Entonces, vio una cueva en el costado de una colina cercana. Era un refugio potencial, pero no sabía si estaría desocupado o si encontrarían algo aún más peligroso en su interior.
—¡Allí! ¡La cueva! —gritó Shinso, señalando hacia el refugio—. Rápido, entren todos.
El grupo entró apresuradamente en la cueva, con la esperanza de encontrar seguridad temporal. Sin embargo, lo que encontraron en su interior fue una sorpresa desagradable.
La cueva estaba ocupada por una criatura enorme y temible: un Nomu gigante. Era más grande y letal que cualquier otro Nomu que hubiera visto antes, con múltiples brazos y una expresión vacía en su rostro.
El grupo se quedó sin aliento ante la vista de la monstruosidad que tenían delante. Estaban atrapados entre los Nomus que los perseguían desde fuera y el Nomu gigante que bloqueaba su escape en la cueva.
—¡Esto no puede estar pasando! —exclamó Mina, sintiendo el miedo apoderarse de ella.
Shinso sabía que debían actuar con rapidez. No podía permitir que el Nomu gigante los atrapara en la cueva. Miró a su alrededor, buscando una salida o una forma de enfrentar a la criatura.
—¡Kirishima, Bakugou, Kaminari, Sero, prepárense para luchar! No tenemos otra opción —dijo Shinso con determinación—. Todos juntos, podemos derrotar a esta cosa.
El grupo se reúne en formación, listo para enfrentarse al Nomu gigante. Sabían que la batalla sería difícil y que no podían permitirse ningún error.
El Nomu gigante avanzó lentamente hacia ellos, sus múltiples brazos oscilando con cada paso. Los rugidos de los Nomus que los perseguían desde fuera de la cueva resonaban en sus oídos, recordándoles que el tiempo estaba en su contra.
La batalla que se desató dentro de la cueva fue épica. Kirishima y Ashido se lanzaron al ataque, tratando de dañar al gigante Nomu con todas sus fuerzas. Kaminari, junto a Sero y Bakugou, trataban de herir desde puntos ciegos y debilitar a la criatura. Shinso se mantuvo en la retaguardia, utilizando sus poderes para confundir y distraer al Nomu gigante.
A pesar de la ferocidad del Nomu gigante, el grupo luchó con valentía y determinación. Sabían que no podían rendirse, no cuando estaban tan cerca de las Montañas Akaikazan.
La batalla fue intensa y agotadora. El Nomu gigante no se rendía fácilmente y continuaba lanzando ataques poderosos. El grupo estaba herido y exhausto, pero seguía luchando con todas sus fuerzas.
Finalmente, después de una batalla feroz que pareció durar una eternidad, el Nomu gigante cayó derrotado. El grupo estaba cubierto de heridas y agotado, pero habían logrado sobrevivir una vez más.
—¡Lo hicimos! —exclamó Kirishima, respirando con dificultad—. Pero no podemos quedarnos aquí mucho tiempo. Los otros Nomus podrían estar a punto de alcanzarnos.
Shinso asintió, sabiendo que Kirishima tenía razón. No podía permitirse un momento de descanso. Se pusieron de pie y salieron de la cueva, solo para encontrarse con una visión aterradora.
Los Nomus que los habían perseguido habían reunido a más aliados y ahora formaban una horda imponente. Eran muchos más de los que el grupo había enfrentado hasta ahora, y parecían dispuestos a todo para atrapar a los intrusos en su territorio.
—¡Esto es una locura! ¿Cómo vamos a enfrentar a todos estos Nomus? —exclamó Sero, sintiendo la desesperación apoderarse de él.
Shinso miró a su alrededor, buscando una posible salida. Estaban atrapados en un callejón sin salida, rodeados por los monstruos que los perseguían.
Al estar el chico de cabellos violetas en frente fue el primero en intentar ser atacado y rodeado por todos los Nomus.
Fue un momento de tensión donde todos los chicos podían ver frente a sus ojos como el heredero de la estación del otoño se plantaba delante del grupo protegiéndolo de aquellas gigantes y grotescas manos llenas de garras.
—¡Hitoshi!
El grito desgarrador de Denki hizo eco con la cueva antes de que en un segundo pasara una luz blanca.
Aquellos habitantes de Yuuei supieron lo que era; sin embargo, para Bakugou fue ver y sentir en cámara lenta como a su lado pasaba volando lo que parecía ser una flecha hecha de rayos que se dividía en medio del momento en cuatro y golpeaba a cada Nomu. El destello blanco provino del cielo nublado donde una gran cantidad de rayos cayeron.
Al siguiente segundo solo se podía ver a los cuerpos heridos y carbonizados de los Nomus en el piso con el ademán de sus manos estiradas hacia Shinso.
Cuando Katsuki volteó a ver de donde provino esa flecha de electricidad puto ver a Kaminari con un arco, creado con la mismas energías siendo rodeado por pequeños rayos. Este jadeaba por aire y se le veía muy cansado antes de caer al suelo, exhausto, rápidamente fue asistido por el grupo y su pareja que lo regañaba.
—Denki, te dije que no podías usar tus poderes en exceso! Aún no sabes controlarlos bien!
—Jaja... oye, eres lindo, pero tengo prometido
Shiso suspiró al darse cuenta del estado confundido y confuso de Denki; por lo que subió al rubio en su espalda antes de decirle al grupo que había que seguir ,avanzando sin detenerse.
—Hey... —Bakugou habló llamando la atención de los demás—. ¿Qué fue eso que hizo Kaminari?
Shinso miró al rubio sin nada más que una expresión seria, casi desinteresada.
—Hay muchas cosas que no conoces, Bakugou, Denki es una de ellas.
Finalmente, después de una lucha desesperada, el grupo logró abrirse paso a través de la horda de Nomus y alcanzar las Montañas Akaikazan. Estaban heridos, exhaustos y llenos de cicatrices, pero habían logrado escapar momentáneamente de la amenaza.
Se detuvieron en un claro en las montañas, tratando de recuperar el aliento y evaluar su situación. No duró mucho hasta que el grupo se puso en marcha una vez más.
El sol se ocultó en el horizonte mientras continuaban su viaje, dejando atrás el bosque y adentrándose más profundamente en las misteriosas montañas.
Poco fue decir que al seguir avanzando Katsuki no despegaba la mirada del otro rubio a quien había visto usar algún tipo de poder. No dijo nada hasta que finalmente se alzaron delante de ellos las grandes y peligrosas montañas de Akaikazan. Aquellas nombradas como inhóspitas, pero no por eso menos letales.
Así es cómo a paso lento, observando a sus alrededores todos buscaron con la mirada a alguien o algo que les sirviera para guiarlos hacia lo que buscaban, aquello que los guardianes de las estaciones los mandaron a buscar, especialmente Inko, quien resaltaba la importancia de lograr la misión.
Katsuki estaba molesto, en su humano conocimiento siempre ha sabido que nunca nadie lograba llegar lejos en estas montañas, porque mientras más se adentraban entre los picos rocosos más se daba cuenta de los grandes volcanes inactivos que se mostraban imponentes.
—Hey, pelos rojos, ¿qué hacemos aquí? —le preguntó a Kirishima, a quien veía más amistoso sin ser muy molesto hacia su persona; sin embargo, al girarse y ver al chico este se veía serio, algo nostálgico viendo hacia los alrededores.
—Silencio.
La voz de Shinso fue cubierta por el retumbar de uno de los volcanes antes de que se sintiera el movimiento en el suelo y el aire pasando entre los pasajes de piedra y tierra. Cuando el grupo se dio cuenta ya estaban siendo rodeados por un amplio grupo de personas. Entre ellos una mujer de cabellos rubios y dientes afilados, usando un vestido rojo ceñido a su cuerpo, pero en sus manos se veían las garras ce color blanco.
—Sean bienvenidos, enviados por Primavera... veo que han venido a hacer un trato con nosotros —la mujer miró hacia donde estaban Kirishima y Bakugou—. Y veo que trajeron a dos de nuestra especie como mediadores.
El rubio abrió sus ojos sin entender lo que esta mujer desconocida le decía mientras de fondo el volcán cesaba su emoción y volvía a la inactividad.
—Mi nombre es Ryuko Tatsuma, líder del clan de los grandes dragones, síganme, tenemos que discutir un tema serio.
Buenas gente, me extrañaron?
Porque yo me olvide de wattpad xD
Breve resumen de lo que sucedió, me distancie del anime, me fui a los mangas y poco a poco caí en los manhuas y manwhas gays y de reencarnadas, mi nueva adicción
También me volví re fan de Genshin impact (le metí plata gente unu)
Ah si, estoy en mi cuarto año en la universidad xD
Supongo que también es importante, lamento la demora, siempre que quería escribir no se me ocurría nada, y eso que tengo toda la historia en notas, pero bueh
Luego de 4 años(? ... aquí está su capítulo y es Shinkami pe xD
Donde y que estarán haciendo el team Deku? Lo averiguaremos... o no :D
Bueno, estoy abierta a leer sus comentarios y recomendaciones,
nos leemos pronto... espero xd
Ishou se despide, bais
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