Capítulo 19
Este capitulo contiene escenas explícitas +18 que avisaré con el siguiente separador hasta el siguiente.
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Si desea puede saltarse la escena.
Aunque dudo que lo hagan xD
«31 de diciembre,
último día del año.»
La brisa nocturna acarició con suavidad su bello y adornado cabello con las pequeñas flores blancas entre los rizos casi formando una corona que resaltaba su piel clara y sus pecas. El detalle había sido idea de Ashido y Hagakure quienes se encargaron de realizar su traje para aquella noche en específico.
Estaba solo desde hace un rato y sentía sus manos temblar al pensar en lo que ocurriría en un par de minutos. Aquello le producía unas ganas incontrolables de sonreír por lo que sus manos estaban sobre su boca cubriendo su felicidad.
Había estado todo el día en la habitación que Shinso le había preparado contándole de la tradición de que no debía verse antes de la ceremonia y si salía lo más probable es que el mismo Todoroki escalaría hasta su ventana solo para saber que estaba cómodo. Por eso la ventana estuvo cerrada todo su día.
Se miraba otra vez frente al espejo rozando sus dedos con sus labios cubiertos por un bálsamo de fresa que Yaomomo le había regalado en la tarde, le pareció que todos se veían muy felices por lo que estaba sucediendo y se preguntó que tan preocupados se había hallado todo Yuuei al pensar desde hace años que el joven bicolor no podría tener una vida próspera por la falta de quien era su destinado.
Otra sonrisa se escapó de sus labios.
Si bien se había sentido cohibido por lo que se le decía y las extrañas personas que había en el mágico reino ahora en un mes había aprendido a apreciar y querer al igual que a la gente, en específico a Todoroki. Quien desde el inicio se empecinó en lograr que le quisiera tanto como él lo hacía. Casi no podía creer como luego de ese tiempo había caído en los encantos del bicolor, nunca pensó en que algo como lo que esa noche sucedería. No se había esperado tener una linda relación donde podía sentirse realmente amado por alguien fuera de sus escazas amistades.
Recordó a Ochako y Tenya.
Se levantó de su asiento para asomarse a una pequeña mesa de madera donde reposaba la carta de respuesta que le había dado el cuervo arcoiris. Desdobló el papel para que sus ojos releyeran por cuarta vez aquellas palabras que habían sido escritas nerviosamente.
Izuku, nos alegramos por ti no sabemos dónde o con quien estás pero mientras estés bien y a salvo confiaremos en tu juicio. Tenya y yo hemos decidido guardarnos esto para nosotros, tu padre no lo sabe ni nadie más que nosotros.
No sé cuando leerás esto pero deseamos saber todo lo que pasa contigo mientras estés en donde estés.
Te extrañamos mucho, por favor, vuelve pronto. Es lo que más queremos.
Mordió suavemente su labio inferior para pasar saliva. Soñó despierto con sus dos amigos escribiendo aquella carta. Una carta en la que al final del papel podía notar pequeñas gotas casi desvanecidas.
—Seguro estabas muy feliz, Ochako e Iida muy preocupado.
Deseó que su respuesta haya sido exitosamente entregada.
Guardó el mensaje en el cajón de la mesa para volver a su sitio a revisar si todo en él estaba bien. Las flores, el bálsamo, el maquillaje casi invisible y natural que le habían aplicado, todo se veía perfecto en él. Repasó los pasos mentalmente al igual que el ritual que Shinso le explicó en su momento.
Apreció su reflejo en el espejo de madera de abeto tallada delicada y hermosamente con pequeños detalles de flores de madera. Era precioso.
Observó la ropa que le habían puesto y que le pareció tan bonita que le dio hasta pena usarla, sentía que no la merecía luego de que le dijeran que Mina, Hagakure y Ojiro la habían diseñado y fabricado solo para él.
Una camisa de algodón de un verde pastel y suave tacto, sobre ella llevaba un chaleco de color blanco con un bordado de hilo de plata y botones del mismo color, pantalones algo anchos blancos igualmente. Para su suerte le habían permitido mantener aquellas botas rojas que tanto le gustaban. Fue un alivio el tenerla pues hasta donde había llegado a entender este ritual era uno donde la pareja tenía que vestir de blanco puro, pero Todoroki intervino para que lo dejaran usarlas. El chico de ojos heterócromos también tendría que vestirse del impoluto color.
—Símbolo de lealtad a la Luna —murmuró para sí.
La puerta fue tocada suavemente llamando su atención. Se levantó de la silla mientras la puerta se abrió dejando ver al rubio de mechón negro vestido con una camisa similar a la que veía usar a Shinso cubierto de un extraño abrigo —a los ojos de Izuku— pantalones negros y unas botas cafés. En sus brazos llevaba un abrigo similar.
—¿Listo para esto, Midoriya? —le preguntó con una sonrisa en sus labios.
—Kaminari-kun.
—Ven, ya es hora y no puedes ir sin esto.
Izuku se acercó a su amigo que le mostraba aquella tela. No sabía que era eso, tenía una textura diferente a cualquiera que haya tocado antes.
—¿Qué es esto?
—Es un Kimono ceremonial, se usa para estas ocasiones y en las bodas también.
—¿Y lo que llevas puesto?
—Es un haori¹, son más corrientes que los kimonos pero en Yuuei se usa en ocasiones especiales como esta.
Extendió la prenda para pasarla por la espalda de Izuku y ayudó a ponérsela dejando a la vista los bordes de color rojo en este, un kimono que llegaba a cubrirle casi por completo.
—¿Así se usa?
—Sí, Todoroki usará algo similar así que piensa que esto es algo normal.
—¿Usaste uno similar en tu baile? —preguntó para ver que a aquella sonrisa se le añadía la nostalgia del momento que se repitió como una escena de cuento de hadas en los recuerdos de Denki.
Las vueltas y pasos en todas direcciones disfrutando del toque de sus manos en la danza interminable bajo la luz de la luna y las hojas de otoño rodeándolo a él y su pareja. Las miradas que se unían junto a la suave melodía al compás de sus cabellos. La escena era simplemente mágica a sus ojos.
—¿Kaminari-kun?
—Oh, disculpa. Vamos, me voy a encargar de llevarte hasta allá.
Midoriya pudo notar en la expresión de su amigo el cariño puro e inocente de alguien genuinamente enamorado. Le pareció maravilloso. Kaminari merecía ser feliz y que hubiera encontrado aquella felicidad en Yuuei no le molestaba en lo absoluto. Se preguntaba, mientras seguía los pasos del rubio a través de las vacías y nocturnas calles del reino, si se veía igualmente de feliz cuando pensaba en Todoroki.
Sus verdes ojos se dirigieron al cielo nocturno que los envolvía esa noche. Faltaba un hora y la luna estaría en su punto máximo; momento en el que —según se decía— se uniría a Todoroki, quien tendría más tiempo de vida gracias al amor que la luna profesaba sobre ellos.
Sus labios se curbearon en una nueva sonrisa sintiendo la brisa invernal sobre sus pecas. Sin dudar más siguió el camino de Kaminari.
Comenzaba a ver pétalos de flores por donde fuera, diferentes colores que caían de más arriba de los cuatro tipos de árboles que veía. Kaminari seguía a su lado hasta llegar a donde los pétalos ya cubrían todo el camino creando una capa de colores sobre este y adornando la noche en belleza y gracia.
Al momento de detenerse el rubio habló.
—Tráiganlo.
Sin saber a que se refería Kaminari se mantuvo quieto para sentir como un manto delgado y casi traslúcido de seda blanca bordada con detalles en rojos era puesta sobre su cabeza gracias a petirrojos y arrendajos que sostenían extremos de la no tan larga tela. Aquella cubría hasta cierta parte de su rostro sin dejarlo ciego ante el panorama que pronto vendría.
—Este es un velo de purificación, la luz de la luna lo hará a través de esto. Es algo que la pareja del guardián siempre usa, no importa si es hombre o mujer.
—Me sorprende todo lo que se necesita para esto.
—Puede que parezca algo un poco innecesario, pero créeme que se te ve bien.
—Seguramente te quedó mejor a ti.
—Yo diría que se me vio algo extraño.
Soltaron pequeñas risas entre el corto diálogo que mantuvieron cuando el rubio acomodó el sencillo velo sobre los desordenados cabellos verdes de su amigo.
—A partir de aquí tendrás que seguir el camino de pétalos tú solo.
—¿Tengo que hacer algo más?
Denki negó aunque luego le dijo que juntara sus manos, cuando viera el momento adecuado las separara.
Luego de ello el rubio se retiró pidiéndole que contara veinte segundos y siguiera el camino indicado. Midoriya contó en su mente para tomar aire, soltarlo y cobrar el valor para dar aquel paso.
El aire golpeaba su rostro, cabellos y ropas al lado contrario; sin embargo, no dejó de sentir que aquello era algo refrescante y le ayudaba a seguir manteniendo la cordura necesaria para no sentirse mareado por el festejo que se celebraría en Yuuei aquella noche donde tendría una unión física con Todoroki.
Sus ojos captaron aquella extraña cúpula rodeada de las hierbas y flores que se veían de colores dorados y platinados como nunca, casi podía decir que los centros de cada uno de aquellos bellos verdes seres era un diamante. Vio al pueblo con las cabezas cabizbajas alrededor de la construcción blanca. En medio de esta semana percató de la imponente figura del bicolor, arreglado con ropas blancas y rojas. Podía decir que estaban vestidos casi iguales de no ser por pequeños detalles o que el otro no llevaba el velo, pero hasta las astas estaban decoradas con pequeños hijos rojos y plateados brillantes.
Casi por el rabillo del ojo notó como habían personas sentadas en tres de los cuatro pilares y al lado de cada uno de ellos se hallaba una persona. Supuso que eran las Estaciones y sus respectivos escuderos.
Todoroki se acercó lentamente hasta donde él se encontraba para extenderle su mano. Acción correspondida por Izuku quien aceptó anonadado por la belleza que Shouto deslumbraba por sobre la de la luna.
—Te ves hermoso —el mayor comentó en un susurro.
—Gracias, tú ves muy atractivo —respondió de igual forma correspondiendo la sonrisa contraria.
Al sostener sus manos con fuerza Shouto llevó al pecoso al medio de la pista donde el pueblo entero alzó las miradas hacia la pareja que iniciaría el ritual.
Midoriya notó otros detalles a su alrededor, como que los habitantes de Yuuei vestían de forma ligeramente formal para la ocasión. Entre ellos logró ver a Yaoyorozu, Kirishima, Shinso y Kaminari a las espaldas del bicolor. Otro detalle fue ver que el agujero que debería haber en medio de la gran cúpula estaba cubierto por las hierbas de las enredaderas; esto le preocupó ligeramente hasta que vio directamente a los ojos dispares. Aquellos que lo veían con tanto cariño que siguió los instintos que su cuerpo le dictó para apretar el agarre de sus manos y poner la restante sobre el hombro del contrario.
Hicieron lo mismo que la primera vez que bailaron en ese mismo lugar.
Escuchó música; una melodía desconocida pero que sonaba como una orquesta hecha de instrumentos que crearon canción que antes había bailado. No se movieron hasta escuchar como una chica humana de cabellos cortos y oscuros comenzó a cantar tan prolijamente que sorprendió a muchos.
You're not alone.
Dieron un paso a la derecha meneándose de forma leve al inicio de la canción que iba comenzando despacio.
There's no doubt
Your gift
Isn't futile to be
Sus ojos se hallaban conectados, sin separarse ni una sola vez mientras sus ya no tan torpes pies gracias al entrenamiento de Ashido, quien se hallaba allí a unos metros.
If we'll be united
We're stronger together
We always have the high hope
Not all for one but one for all
Midoriya dio una vuelta a la par que se movían los dos por el piso de mármol que parecía más brillante que la primera vez.
El lugar ahora se había oscurecido dejando que las luciérnagas y las flores fueran las únicas luces que resaltaban las blancas vestimentas de la pareja que seguía con una rutina que variaba entre improvisada y la coreografiada por Mina.
Don't worry 'bout a thing
We'll reach out to you
Even if it's a harder way
It's plain to see the reason why
Oh, that's all because of the mighty heart
Creaban sus pasos por medio de la música cantada por Kyoka. Desde los bajos y los altos que las notas creadas generaban de forma rápida o lenta.
Se abrazaron con ternura sintiendo sus corazones fundirse bajo la luz de la luna.
Remember it's just natural that we'll be there if you need help
Far across the distance, rest assured that our faith just won't die
Todoroki enredó sus brazos alrededor del pecoso teniendo cuidado con el delicado y bello velo que resaltaba la pureza de Midoriya.
You know we apt to sacrifice ourselves
Whatever they may say
It's plain to see the reason why
Oh, that's all because of the mighty heart
Mientras más bailaban bajo la cúpula los retoños florecían dejando que los pétalos se mezclaran con las brisas que las tres personas con poderes en el lugar. Mandaron una ventisca helada acompañada de pequeños copos; una tibia adornada de bellas hojas de colores cafés y naranjas; la otra era cálida, aquella transportaba pequeñas flamas que incandecían en contraste de la obscura noche. Las tres se mezclaron un ambiente iluminado en un baile de salón, un baile donde los movimientos eran delicados, sin ser exagerados, sus manos no se separaban sin importar el movimiento que realizaran.
Remember it's just natural that
We'll be there if you need help
Si bien todo esto creó un aura sorprendente para los presentes algo increíble pasó. Las astas de Todoroki destruyeron los adornos dejando chispas brillando a su alrededor mientras la de la izquierda se prendía en llamas y la derecha era cubierta en un claro hielo. Midoriya jadeó al ver aquello.
Con los poderes de las Estaciones y lo que acababa de suceder el show de luces fue simplemente espectacular.
Far across the distance
Rest assured that our faith just won't die
Si bien el canto terminó los instrumentos seguían generando que su danza de coordinación perfecta siguiera hasta que gracias a una vuelta terminaran bajo el agujero en la cima de la construcción.
Las hierbas, como por arte de magia, dejaron libre paso a la luz lunar de media noche acompañada de una brisa que traía detrás de ella pétalos de flores de cerezo.
Habían sido finalmente bendecidos.
Todo quedó en silencio apreciando a la pareja que se detuvo a la par que el piano ya no se escuchaba más. Al levantar sus cabezas del cansancio del baile sonriendo para ellos.
Las luces, creadas por pequeñas flamas mágicas, se encendieron mostrando la felicidad en todos los nativos de Yuuei.
Al voltear a ver a los presentes Izuku por fin pudo ver a las Estaciones.
Caminaron hasta quedar en medio de los dos pilares del verano e invierno, los cuales estaban lado a lado. Mientras se mantenían tomados de las manos observaban a las dos estaciones encapuchadas. Estas se quitaron aquella prenda para dárselas a sus escuderos: un chico de ojos grises, cabello albino, más alto que Shouto y otro de cabellos rubios, ojos miel y unas grandes y notables alas rojas.
Con sus esmeraldas ojos pudo apreciar las resaltantes apariencias de Invierno y Verano.
Una mujer albina con ojos grises que usaba un vestido blanco y tonos celestes cubierta de una tela ligeramente pomposa y traslucida además del collar de hielo y zafiro adornando su delgado cuello, sobre ella parecían llover copos de nieve que caían de forma infinita por sobre ella; un hombre alto y fornido de cabellos pelirrojos y ojos turquesas con vestimentas azules oscuro, cafés y rojos.
Las dos estaciones juntaron sus manos sobre una daga que fue traída en una caja de madera con un símbolo dividido en cuatro por el frente por Fuyumi quien también se hallaba con ropas elegantes y el cabello recogido resaltando más sus orejas de ciervo.
La daga brilló ligeramente en un color cálido mientras los mayores la extendieron hacia la mano de su hijo. La punta del arma fue clavada en la palma del bicolor para dejar salir un pequeño chorro de sangre que escurrió hasta la puntas de sus dedos. Este proceso fue repetido con el pecoso.
Un silencio sepulcral se generó alrededor de la pareja que lentamente unía sus manos uniendo las sangres entre sus palmas. Estas se iluminaron dejando ver aquellos símbolos en las manos de la pareja dejándolos sorprendidos pero con grandes sonrisas.
Repentinamente aplausos y gritos vitoreaban la bendición dada por la luna. Además del sello de sangre ya hecho por ambos. Todo iba para bien.
—¡Vivan las estaciones!
—¡Vivan los novios!
—¡Tendremos todavía a las estaciones!
—¡Viva la pareja guardiana!
—¡Arriba Yuuei!
Algo en lo que dijeron los nativos del reino hizo que Izuku sintiera un cosquilleo extraño acompañado de un presentimiento peculiar, mas decidió ignorarlo.
Una fiesta empezó en aquel lugar nocturno como si el día siguiente nunca llegaría. Los habitantes danzaban alegres, se invitaban comida unos a otros a la par de las risas y el festejo común del poblado reunido bajo la pulcra cúpula.
Si bien todos estaban felices por toda la tradición correctamente realizada nadie notaba que un pecoso moría de nervios al tener en frente a sus suegros y cuñados.
Con Fuyumi no tenía tanto problema, la había visto una que otra vez en sus paseos con Shouto por el reino, pero no habían logrado conocer las apariencias o actitudes de los otros tres restantes.
—Izuku —le llamó el bicolor en un tono suave pero elevado por el bullicio—. Ellos son mis padres y hermanos.
Ambos lados dieron una leve reverencia en presentación.
—Nos han hablado mucho de ti, Midoriya Izuku —la mujer albina habló con calma—. Soy la dama del invierno y madre de Shouto, Todoroki Rei.
Izuku quedó embelesado ante la belleza invernal de la mujer de sonreía de una forma encantadora, le recordaba mucho a las facciones que Shouto tenía. Estaba claro que aquella era la madre el bicolor.
Su vista fue dirigida hacia el hombre con una barba de flamas rojizas iguales a sus cabellos pelirrojos. Junto a este el joven de alas rojas se azomaba al lado con una lanza.
—Guardián del verano, padre de Shouto, Todoroki Enji —dijo con una voz gruesa y totalmente serio al igual que su expresión. A Izuku le parecía que el rostro estoico lo había heredado de su padre—. Fuyumi nos ha contado que ya se conocen, así que doy paso a la presentación de los escuderos, de Rei y el mío.
Los mencionados se adelantaron a las estaciones.
—Escudero de la dama de invierno, mi madre; soy Todoroki Natsuo.
—Escudero del guardián del verano; me llamo Takami Keigo, pero puedes decirme Hawks.
—Y a mí ya me conoces, Midoriya-kun —mencionó Fuyumi apareciendo entre sus padres.
Izuku sonrió de soslayo hacia las personas frente a él, lo estaban aceptando en la familia como un futuro miembro, aunque casi se podría decir que ya era parte de ella por toda la ceremonia anterior. Sintió calidez por parte de todos, pero la dura mirada del hombre mayor le daba cierta inseguridad de si era aceptado.
—Joven Midoriya, deseo hablar un momento con usted, en privado —dijo verano sorprendiendo a todos los presentes.
—Enji... —llamó invierno.
—Rei, no haré nada malo.
Por como lo decía nadie estaba seguro de si era verdad, pero dudaban de si podría hacerle daño. Sin pensarlo mucho más dejaron al pequeño humano con el guardián del verano algo alejados en la plataforma de mármol en un lugar donde el menor de los Todoroki vigilaba a su pareja y padre de forma recelosa.
—Shouto, confía en papá —sugirió Fuyumi tocando el hombro de su hermano.
—No puedo, Hawks me dijo que se volvió loco cuando se enteró de que era un chico humano.
—Créelo, Fuyumi-san —el mencionado apareció al lado del bicolor mientras jugaba con sus plumas—. Tuvo una cara que hasta me hizo asustar.
—¿Tan mal reaccionó? —cuestionó Rei comenzando a pensar que dejarlos solos habría sido errado.
—No puedes esperar más del viejo, mamá —comentó indiferente Natsuo.
—Oh no, no reaccionó mal —dijo Hawks con una sonrisa hacia la familia—. Sonrió mucho y muy feliz, por eso me asustó.
Los ojos grises y turquesas se abrieron como platos por lo que escuchaban de la boca del escudero de verano.
Por el lado de Izuku, este se hallaba temblando bajo los fríos ojos turquesa del padre de Todoroki. ¿Habría hecho algo mal como para enfadarlo? ¿Se habría equivocado en alguna parte de la ceremonia?
La preguntas volaban en su cabeza mientras sudaba frío. Lo único que pudo hacer sin escapar de allí fue escuchar lo que Enji dijo. Le sorprendió.
—¿Cuántos años tienes?
¿En serio le preguntó aquello?
—Di-Dieciséis, Guardián-sama.
—Voy a ser tu suegro, puedes decirme Enji o si no deseas ser tan formal Endeavour.
—V-Vale, Endeavour-san.
—Te adaptaste a la forma de hablar nativa.
—Uh, sí. Tod- Shouto-kun, me ayudó con eso.
—¿Lo quieres?
—¿Eh?
Sus ojos verdes se fijaron con mayor sorpresa ante lo que el hombre de cabellos rojos.
—A Shouto, ¿lo quieres?
No entendía bien de donde salían esas preguntas, pero le parecía correcto responder como pensaba sin un posible arrepentimiento posterior porque sabía que los sentimientos que brotaban de su interior y se exteriorizaban en sonrojos, sonrisas y las rápidas palpitaciones de su corazón no eran algo pasajero; y la marca en su mano era prueba de ellos.
—Sí, quiero mucho a Shouto-kun. Casi se podría decir que lo amo —Midoriya cerró su puño justo sobre su pecho a la par que agachaba su cabeza con una sonrisa sincera y un sonrojo por sus propias palabras.
—Ya veo —Enji suspiró aliviado—. Por favor, cuídalo mucho, seas un humano un híbrido o cualquier cosa protege a Shouto de cualquier cosa.
—¿Por qué me dice todo esto?
—Shouto ha pasado por mucho, estoy seguro de que lo sabes.
El pecoso jugó con sus dedos pensando en ello. Tenía una idea de a lo que el hombre frente a el se refería. La mirada del bicolor cuando lo conoció era ligeramente fría, pudo notar como le costaba pero lograba expresarse con él de una forma tranquila, casi no le parecía correcto escuchar lo que le contaba y en ocasiones notaba que le costaba, pero ahora se generaron nuevas dudas enfocadas en Shouto, dos preguntas en específico.
¿Dónde estaba el supuesto cuarto hermano mayor? y ¿Por qué tenía una cicatriz?
—Lo suponía.
—En ese caso, te pido que lo cuides como si tu vida dependiera de ello.
—Lo haré, Endeavour-san.
Finalmente sonrió para Enji quien suspiró aliviado. Su hijo menor ya había pasado por demasiadas cosas en su niñez y sufrió años posteriores por todo lo sucedido desde hace poco más de diez años. Aquellos recuerdos perturbarían a su familia por siempre, sabía que el que más se sentía culpable era Shouto, pero confiaba en que el pecoso, del cual notaba que su hijo estaba tan enamorado, pudiera ayudarlo a superar los dolores que arrastraba con más pesar cada día que pasaba. Solo deseaba con una desbordante euforia la felicidad de sus tres hijos y la de su esposa.
Sin pensarlo mucho más gritó:
—¡Hawks!
El rubio se acercó al par rapidamente.
—Lo lamento, joven Midoriya, pero me debo retirar junto a este sujeto, tenemos asuntos que atender. Espero que pases bien esta velada con Shouto.
—No se preocupe, Endeavour-san, lo entiendo. Gracias por lo dicho.
El pelirrojo asintió, hizo una avenia y dio paso a marcharse seguido del rubio que imitó su acción; sin embargo, mencionó algo que creó otra duda en Midoriya.
—Suerte con la noche de la luna.
Finalmente se quedó solo en aquel espacio con tres preguntas, de las cuales no estaba seguro si Shouto o alguien más le respondería ahora. Consideraba que podría esperar.
—¿Todo bien?
Shouto se asomó por su izquierda para rodearlo en sus brazos. Midoriya soltó una pequeña risa mientras sentía un pequeño beso sembrado en su pecosa mejilla.
—Sí.
—¿Qué te dijo mi viejo?
—Nada importante.
—¿En serio?
—Sí, ¿por qué?
—Por nada, simple intriga.
Volvieron a la celebración recibiendo todo tipos de elogios por parte de todo Yuuei y sus amigos alrededor de una hora cuando un grupo de personas se hizo a un lado dejándole paso libre a una mujer con pequeñas hojas de colores naranjos y un vestido blanco con un color en degradé hacia el mostaza al igual que en sus mangas largas. Su cabello despeinado y hacia atrás, además de sus ojos violetas le recordaron a alguien en específico.
—Es un gusto volverlo a ver, Shouto-san.
—El gusto es mío, dama.
Shouto acarició la espalda del pecoso quien saludó con una reverencia a la desconocida mujer.
—Así que usted es el joven Midoriya, soy la madre de Hitoshi y dama del otoño, Shinso Chiaki.
—Oh, e-el gusto es mío, Dama-sama.
—Puedes decirme por mi nombre, no tengo problema alguno con ello.
Izuku le sonrió a ella, su sonrisa era tranquila y frenca como una brisa tibia de otoño.
Aquella noche le pareció simplemente encantadora.
Llegaron devuelta a la casa que era totalmente suya, Midoriya estaba cansado por lo que Shouto lo llevó de vuelta a descansar. Subieron las escaleras hasta el fondo del pasillo hacia la habitación donde descansaban ambos.
Siendo cargado por los brazos del bicolor se dejó hacer mientras reía abrazado al cuello del mayor.
Todoroki se sentía dichoso de todo lo que le pasaba, era el mejor día de su vida. Si bien en la mañana se hallaba preocupado por Midoriya ahora sabía que todo estaría bien porque estaban juntos. Y estaba feliz por ello.
Acostó al cansado peliverde sobre la cama que ahora no le preocupaba si era muy grande, ahora tendría alguien de por vida que llenaría ese espacio a su lado que desde hace años se hallaba en espera de su persona.
Acarició la melena enredada del pecoso mientras dejaba besos por toda su cara a la vez que el humano reía por las muestras de cariño que su pareja le brindaba con tanto amor y devoción. Así que Midoriya pensó en corresponder aquellas muestras de amor con un beso hacia quien ya consideraba su novio formal.
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Sin querer o poder hacer otra cosa Shouto correspondió el acto del menor con devoción y probó hasta la última parte de la pequeña boca.
De un momento a otro terminó sobre el otro a la par que calentaban más los besos que se daban. Por primera vez en su vida ambos usaron sus lenguas experimentando con la sensación que hacía que la sangre en sus cuerpos se agolpara en sus rostros y partes íntimas que rozaban deseosas entre ellas.
Todoroki luego de dejar jadeando a Midoriya comenzó a besar, lamer y succionar el cuello del contrario como si lo estuviera devorando lentamente entre suspiros y pequeños gemidos que escapaban de la hinchada boca de Izuku.
Poco a poco las ropas del chico humano desaparecieron mientras Todoroki se las quitaba observando a la presa que estaba debajo de él. Ver al chico que le gustaba debajo de él aceptando todo lo que le estaba haciendo con una mirada oscura como si le diera paso a un sentimiento nuevo. Ambos pudieron saber que ambos estaban sintiendo la pasión por primera vez.
Los besos calientes con lengua volvieron mientras el más bajo luchaba por arrebatarle con fiereza la ropa de colores blancos al bicolor que lo ayudaba en lo que podía, hasta que encontró otro punto con qué entretenerse además del cuello con pequeñas pecas esparcidas de allí hasta los hombros lechosos. Preparando su lengua lamió los botones de Midoriya quien solo gimió sorprendido de tal acción.
Sus ojos se hallaban acuosos, no entendía todo lo que su cuerpo estaba sintiendo era un hormigueo constante en su espalda, un dolor casi insoportable en su entrepierna y el placer en su pezones que eran cuidados por la lengua y mano de Todoroki. Midoriya estaba gimiendo con intensidad, sin saber donde poner sus manos se aferró a las sábanas debajo de él sin dejar de jadear.
Todoroki no quería dejar de jugar con el cuerpo del pecoso, era simplemente perfecto. Sus manos pasaban de arriba a abajo delineando la delgada silueta del menor. Daba todos los cuidados que se le pasaban por la cabeza hasta que bajó cada vez más por el estómago de su pareja hasta ver algo que fue de todo su interés.
Midoriya al sentir que el mayor no lo tocaba levantó la mirada hacia él para ver como aquellos ojos dispares se mantenían fijos en su miembro. Por vergüenza tuvo el instinto de cubrirse cerrando sus piernas, acción que fue detenida por Todoroki.
—No lo hagas —dijo con un tono ronco que generó un jadeo en Midoriya que vio como se le acercaba a su oreja mientras las manos ajenas recorrían sus muslos y trasero dándole una clase de masaje—. Eres muy hermoso, Izuku.
Sin perder más tiempo Shouto comenzó a mover su mano alrededor del miembro de Midoriya, este no podía dejar de gemir, era tan extraño para él, le generaba algo en su estómago algo que sentía saldría mientras el mayor siguiera con los constantes movimientos que cada vez iban más rápido. Arqueando su espalda intentó alertar al bicolor, pero fue demasiado tarde.
Se había corrido en la mano de Todoroki con un fuerte gemido.
Sin fuerzas dejó sus piernas caer y soltó las sábanas pensando que ya había acabado. Gran error.
El mayor se había deleitado con el sabor de su pareja sobre su mano, entonces sus instintos animales salieron a flote y desapareció todo rastro de cordura.
Todoroki tomó y elevó los muslos a Midoriya logrando que este se sorprendiera con un jadeo. Solo se concentró en un lugar entre aquellas para empezar a introducir sus dedos de uno a uno moviéndolos sacando más gemidos de mayor volumen al menor. Midoriya no entendía qué estaba haciendo, sus ojos soltaban lágrimas por el ligero dolor y por la comisura de su boca escurría un hilo de saliva, se sentía en la novena nube.
Los movimientos de tres dedos dentro de él siguieron por un rato hasta que sintió como tocaron algo que lo hizo gemir muy alto y que arqueara su espalda.
—Ahí...—escuchó susurrar a Shouto.
Podía sentir como los dedos tocaban ese lugar múltiples veces simulando embestidas, hasta que aquello se detuvo dejándolo con ganas de más hasta que vio como el bicolor se acomodaba mejor entre sus piernas dejando ver su miembro ante los grandes y deseosos ojos verdes.
—Shouto —intentó formular una oración, pero solo logró soltar un gemido al sentir el falo contrario en su entrada.
—Relájate y no dolerá.
Con la voz tan grave del mayor intentó confiar en él, cerró sus ojos, se abrazó a la ancha espalda esperando que el mayor se moviera.
Sus uñas se clavaron en la espalda ajena al sentir como el miembro del bicolor entraba en él con lentitud, gimió cuando todo estuvo dentro.
Pasaron unos minutos donde Todoroki se encargaba de besar todo el rostro pecoso y de acariciar los cabellos verdosos despeinados para que se distrajera de dolor alguno, estaba casi cegado por la lujuria, pero nunca dañaría a su pareja. Cuando el menor se encontró mejor hizo un movimiento con sus caderas como señal de continuar.
Al comienzo las embestidas eran lentes para que Midoriya se acostumbrara, sin embargo; no faltó mucho para que el choque de pieles fuera más intenso y continuo logrando que los gemidos de ambos se escucharan en la habitación.
—A-Ah~ Sh-Shouto~.
—Izuku~ eres muy estrecho.
El pecoso ya se hallaba al tope del éxtasis, aquel hormigeo en su vientre volvió a aparecer sin saber que era lo mismo para su pareja. Pronto ambos se corrieron, el mayor dentro de su pareja y este entre los cuerpos de ambos.
Al calmar un poco sus respiraciones Shouto le dio la vuelta en cuatro para seguir con la noche.
Por alguna razón Shouto se sentía más cómodo de esa forma e Izuku se había percatado de ello por como sus movimientos se volvieron más violentos al punto de tocar aquel punto una y otra vez logrando que tuviera nuevos orgasmos durante aquella noche donde la pasión desbordaba.
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A la mañana siguiente decidieron no salir de la cama hasta pasado el medio día, el cual era uno libre para Shouto.
Todo lo que quedaba de las horas conversaron de cualquier cosa e Izuku le mostró las cartas de sus mejores amigos a su pareja y discutieron sobre qué hacer, aunque el pecoso no estaba seguro si querer hablar de ellos con quien lo había alejado de ellos.
—Bien, está decidido.
—¿Eh? —se abrigó entre las mangas sobre su pecoso cuerpo desnudo.
—Te llevaré con ellos.
—¿¡Qué!?
Vale, volví :v
Estuve muy ocupada con la universidad y traté de compensar mi desaparición con un cap de más de 5 mil palabras u.u
Voy a publicar dos veces al mes a partir de ahora porque mi universidad iniciará relativamente pronto así que también haré los capítulos con más de 3 o 4 mil palabras uwu
Creo que eso sería suficiente compensación(? :v
Espero les haya gustado el capítulo y si tienen sugerencias, ideas o teorías las comenten uwu
Nunca cae mal ser conspiranóico xd
Bueno, sin más que decir
Bye bye, deers 💙💚❤
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