Capítulo 13

Sonrió avergonzado.

El recuerdo de como ahora tenía una extraña relación con un extraño chico de un extraño lugar mágico en alguna parte del bosque que no consideraba más grande que todo lo que veía hasta que lo recorrió. Asumía que era algo con relación a la magia, aún así decidió preguntar aquello en la cita que acordó con Todoroki.

—¿Por qué nunca me dí cuenta de Yuuei, o todos los cazadores que vienen al bosque?

—Cuidado —jaló ligeramente de la mano del contrario para qur este no chocara contra una carreta que pasaba a su lado—. Ah, eso se debe a que la Luna y el Sol nos pusieron bajo un encantamiento de ocultismo para que ningún humano no invitado por alguien de alto rango pudiera ver o pasar al bosque.

—Hmm...

Con la sangre en las mejillas trataba de seguir el paso de Todoroki por el reino en el que paseaban tomados de la mano. Esto se diferenciaba de las ¿salidas? —no tenía ni idea de qué eran— en la noche donde nadie los notaba o no les daban importancia. En cambio, ahora, los ojos de diferentes colores y formas se posaban con diferentes expresiones en aquellos rostros híbridos.

Se quería morir de la vergüenza de tan solo estar entre una multitud siendo el centro de atención junto a su... ¿Novio?

Ahora solo entendía que estaban un paso más allá de la amistad pero antes del romanticismo. 

Finalmente llegaron al lugar que tanto quería llevarlo el bicolor.

Era una clase de restaurante junto a una barra un poco alejada de las mesas donde los comensales comían.

No, definitivamente era un restaurante y estaba en una cita con un chico mitad ciervo.

—Ven, vamos a sentarnos.

Asintió con la cabeza tomando más fuerte la mano de Todoroki al sentir que todos los miraban de nuevo. Seguramente el mayor se habría acostumbrado al silencio espectante de todos los seres en el reino que le pertenecía gran parte, pero él no y esperaba que cambiara.

Absorto en sus pensamientos decidió ignorarlos y prestar atención a la linda decoración del restaurante. Estaba iluminado entre las ventanas abiertas donde el sol se dejaba apreciar cálidamente y los candelabros de decoradas velas mostrando las paredes de piedra pulida y formada. Con pequeños acabados que le sorprendían continuó curioseando en los platos de los presentes mientras avanzaba con el bicolor hacia una joven quien parecía administrar el local.

Con una sonrisa la muchacha de orejas y cola de loba los guió entre un conjunto de mesas bajo las miradas enternecidas o sorprendidas hasta un lugar subiendo unas escaleras con peldaños de borde decorado con metal de color argentino.

Al llegar al segundo piso habían más mesas con personas hablando y comiendo para girar sus vistas sobre la pareja que cruzó el resinto sin mirar a nadie a du alrededor.

De alguna forma, a Izuku no le molestaba estar siendo observado mientras la cálida mano de Todoroki lo protegía de cosas que no le importaban ya.

Si pudo acostumbrarse en casa podía hacerlo en cualquier lugar.

Llegaron a un amplio balcón lleno de macetas con extrañas pero hermosas flores de distintos colores en los bordes enredandos sus tallos u hojas entre la baranda de metal. En medio se hallaba una linda mesa cuadrada de madera con platos y cubiertos en medio.

El clima era adecuado por lo que la vista desde ahí era perfecta para la cita que Todoroki le propuso en la noche antes de dormir.

El bicolor le ayudó a sentarse moviendo la silla como todo un caballero para posteriormnt tomar asiento en donde le correspondía. La chica les puso dos pequeños platos de ensalada delante de ellos.

—En unos momentos les traeremos sus debidos platos, esperen, por favor.

Asientieron y la muchacha se retiró por donde habían llegado.

Estaba solor con el semi albino, otra vez.

Se miraron un rato sin saber que decir, ninguno había sido parte de un cortejo formal, ni dándolo ni recibiéndolo por lo que todo era demasiado extraño pero al mismo tiempo agradable. Vaya confusión que apresaba los corazones de dos jóvenes inexpertos en el ámbito del romance.

Pero aún había temas a discutir entre ellos y esta era otra de esas oportunidades donde podrían charlar sin ser interrumpidos.

Comieron un poco en lo que decidían las palabras adecuadas para iniviar la conversación. Mientras Izuku pensaba más en la "boda" que tendrían, Shouto pensaba más en conocer a su nueva pareja. Ahora que Midoriya había aceptado quedarse quería hacer todo bien, desde el inicio y como era debido.

Porque el pecoso se merecía eso y más.

—Todoroki-kun —llamó—. Tengo una pregunta sobre esto del sello.

—Claro, dime.

—Cuando lo hiciste supongo que eso era una clase de ritual ¿no?

—Oh, sí es el ritual de la unión de sangre que, usualmente, se realiza en la ceremonia de la bendición de la luna.

—¿Bendición de la luna?

—Es más bien dicho un baile en el que tenemos que seguir ciertos pasos con una música ancestral, si terminamos en medio del salón justo debajo de la luz de luna estamos bendecidos.

—¿Y... Y si no?

—Nunca ha pasado, siempre se ha encontrado al destinado que la luna nos unió.

—Uhm.

Se imaginó el lugar como uno de los salones del rey. Aquellos que estaban hechos de bellezas a base de oro y piedras preciosas de todo el mundo reunidas en un solo cuarto donde la gente disfrutaba de gra des festines y bailes presuntuosos mientras presumían sus trajes en una competencia indirecta de quien era mejor.

Era un mundo al cual nunca quería entrar ni creía posible, y más ahora que se estaba instalando en un lugar totalmente opuesto a lo que parecía ser su imaginación del palacio.

—¿Podemos ir a ese lugar?

—¿Uh? Sí, pero no de día, solo aparece en la noche.

—Vale.

Pronto trataron de charlar con más tranquilidad entre ellos consiguiendo datos que no sabían del otro, y es que nunca dejaban de aprender del otro. Midoriya era un joven amable, gentil y apasionado por la belleza de la escritura y la pintura junto a la naturaleza mientras que Todoroki era serio, algo torpe con indirectas y con una fascinación ante el bosque y melodías invernales que su madre cantaba para él.

Habrían sido dos semanas juntos y ahora se podía decir que eran como amigos de toda la vida.

Las sonrisas resaltaban en sus rostros apenados cubiertos de rojo y rosa en sus mejillas.

Desde hace rato ya habían terminado de almorzar y estaban compartiendo una rebanada de pastel de durazno bajo la luz casi naranja de la tarde.

—Si no hubieras nacido como medio ciervo, ¿qué otro animal te hubiera gustado ser?

—Creo que... Un gato.

—¿Gato?

—Sí, así talvez mi padre me hubiera dejado dormir más a lo largo de mis días.

Izuku soltó un risa para luego llevar un pequeño pedazo de durazno a su boca, en eso recordó algo.

—Todoroki-kun —el llamado asintió—. Ayer dijiste que me contarías qué pasó con primavera.

—Oh, eso, bueno...

La generación pasada de Estaciones tuvo una crisis cuando Primavera estaba apunto de llegar a sus veinte años sin rastro de su destinado en todo Yuuei. Pidieron ayuda a algunos humanos que viven aquí para que trajeran personas de tribus mágicas para que ella pudiera seguir con su labor.

Nunca apareció.

—¿Entonces qué pasó?

Las Estaciones mueren de una forma única, su cuerpo se deshace y se convierte en uno de sus respectivos bosques aquí en Yuuei, pero ella, sin que nadie sepa encontró una forma de seguir viviendo aunque no tuviera un cuerpo físico.

—¿A qué te refieres?

Su cuerpo murió pero ella se confinó en su bosque y está aferrada al cerezo principal que otorga vida a todo. Prácticamente ella es un espíritu del bosque. Desde ese suceso esperamos a que Luna nos envíe a el o la siguiente primavera, porque sino la vida en el mundo desaparecerá; pues primavera es la más poderosa de todas las Estaciones.

—Vaya... —murmuró Midoriya al escuchar el relato del bicolor—. Eso significa que hubieras podido hacer lo mismo, ¿habían pensado en eso?

—Sí; sin embargo, luego de pensarlo bien nos dimos cuenta de que no podría porque no son mis habilidades el dar o aferrarme la vida de algo ya que esos son los poderes de Primavera. Además, tendría que quedarme solo en los bosques, confinado a estar ahí vagando sin cuidar de mis estaciones.

—Vaya, todo debe ser horrible el pensar en todo eso.

—Sí —en un lento acercamiento Todoroki tomó la mano del pecoso y la besó con delicadeza—. Pero gracias a ti ya no tengo que hacerlo.

Izuku se sonrojó en gran medida.

Luego de eso terminaron el postre, pagaron y se fueron tomados de la mano nuevamente, pero Shouto tenía una sorpresa especial para su pareja, aunque no sería esa noche que se apropiaba del cielo.

Hi, día 5 de mi cuarentena
Ya tengo dos historias nuevas que talvez nunca publique xd

¿Cómo van ustedes? :v
Trataré de mantenerme creativa viendo mucho bnha y más animes con más yaoi aunque no me es muy difícil mantenerme así

Trataré de meter más tensión en la historia, así que prepárense(? xd

Bueno, comenten que quieren que pase o piensan que pase, lávense las manos, quédense en casa y...

Bye bye, deers ❤💚💙

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