Capítulo 11
O ellos podían morir.
Era la última frase que revelaba el libro acerca de lo destinados. No había nada más acerca del tema ahí.
No había duda, Todoroki podía morir por su culpa. O al menos eso entendía cuando leía devuelta ese mismo párrafo.
Suspiró frustrado lanzando una piedrita hacia el estanque con el que compartía un par de noches desveladas con Todoroki al borde de este lanzando piedritas y preguntándose cosas sobre ellos. Sin duda lo podía considerar, como mínimo, un amigo.
Aunque este amigo parecía empeñado en conquistarlo.
Y a pesar compartían cama y cuarto ya sin problemas el bicolor nunca le hizo nada que no fuera más allá de abrazarlo y amodorrarlo en las pocas noches que parecían ser entre frías y calientes.
Miró hacia el cielo para luego soltar un suspiro. Cerró los ojos y apoyó su mejilla sobre su mano.
—Tengo que preguntarle a Todoroki-kun —susurró.
—¿Sobre qué?
—Si es posible que muera si no me caso con él.
—Oh, es verdad.
—¿Y cómo sab...?
Lanzó un grito al aire al notar que estaba hablando con la nada, y esta misma nada le estaba respondiendo. Estaba sumamente asustado, hubiera corrido lo más lejos que podía de no ser porque vio quien era la persona que respondió su pregunta.
Una cabeza salía del estanque con una flor de loto y la gran hoja sobre esta. Tenía unos grandes ojos oscuros, cabello verde y la lengua afuera.
—¿Qu-Qué?
La persona salió del estanque mostrando su cabello largo atado de una forma peculiar para Izuku. Observó los extraños ropajes de la chica que salía totalmente seca del agua. Aquella se sentó tranquilamente a su lado mirándolo con duda.
—Hola, gero.
—Ah... ¿hola? —el pecoso trató de recobrar compostura frente a la nueva conocida, pero no sabía como actuar ante la sitación que era tan rara.
—Así que tú eres el nuevo guardián.
—¿Eh? ¿Nuevo guardián?
—Cuando te casas con un guardián te vuelves uno, gero.
—Oh, no lo sabía.
—Cierto —la chica juntó sus dos manos y se inclinó ligeramente—. Soy Asui Tsuyu, mitad rana, encargada del cuidado de los anfibios.
Leyó sobre el saludo del lugar así que imitó las acciones de la contraria.
—Soy Midoriya Izuku, humano y al parecer pareja del guardían.
—¿Al parecer, gero?
Soltó otro suspiro cansado, talvez podría contarle un par de penurias y preocupaciones a la chica. Si bien no la conocía su rostro demostraba que era una persona en la que confiar y si bien no le diría todo podría preguntar por información que no halló en el libro.
—No sé bien que hago aquí y quisiera un par de respuestas, Asui-san.
La chica puso su dedo sobre sus labios pensando.
—Dime Tsuyu-chan —dijo de la nada, luego siguió—. Puedo ayudar, pero creo que eso le corresponde a Todoroki-san responder tus dudas, gero.
—Sí, luego le preguntaré.
—¿Entonces?...
Tomó aire para oxigenar bien su cerebro. No debía de mortificarse si no sabía nada de lo que podía pasar, solo debía seguir.
—Sobre lo de antes, si Todoroki-kun podría...
—Si puede, gero.
—P-Pero, ¿por qué?
—Eso te lo debe decir él.
—¿Las marcas de destinados son tan importantes?
—Los guardianes y estaciones los necesitan, es el complemento que necesitan para vivir.
—¿Y cómo sé que no es un error?
—La sangre une a las almas místicas de muchos seres, entre ellas a las criaturas más poderosas y "puras" con respecto a la magia —hizo el ademán con sus dedos.
—Pero soy humano.
—¿En su totalidad?
—Sí, mi padre y mi madre son ambos humanos.
—Pues algo debe de haber especial en ti, Izuku-chan —la chica levantó su dedo para señalarlo—. Ningún humano o mitad humano ha sido el destinado de un guardián o Estación.
—Pero Kaminari-kun...
La chica negó con suavidad.
—No podría decir algo que no sé, menos sobre Kaminari-chan.
—Uh... Supongo que no es mucho en lo que me ayudaste, pero te lo agradezco mucho, Asu- eh, Tsuyu-chan.
—No hay problema, gero, las charlas que tienes con Todoroki-san son muy románticas, debo decir.
—Ah, claro. Debemos de conocernos si es que vamos a cas- ¿¡QUÉ!?
La chica soltó una risilla para ver al atardecer que se escondía con gran paciencia esperando a que el chico dejara de murmurar con la cara roja.
Asui se cubrió mejor su cuello con su bufanda, realmente no le gustaba nada el frío. Eso lo notó el pecoso.
—¿Por qué llevabas una bufanda debajo del agua? ¿tu ropa no se moja?
—No, está hecha de un material fabricado por hadas de agua para que no se moje, gero.
—¿¡Ha-Hadas!?
A partir de esa pregunta todo se volvió en un ambiente ameno donde la chica mitad rana le explicaba las muchas criaturas que se podía encontrar en el extraño reino de Yuuei. El chico se hallaba impresionado a más no poder, la magia era vital en ese lugar logrando resaltar lo más bonito, deslumbrante o misterioso de las cosas
¿El hermano menor de la leyenda se concentró en la belleza por eso?
No estaba del todo seguro, pero agradecía a Asui por ayudarle con un par de dudas que ahora tenían que responder sus amigos.
Para cuando la noche llegó seguía hablando con su nueva amiga hasta que fueron interrumpidos por un bicolor que buscaba a su amigo/pareja.
Tsuyu se inclinó levemente saludando al mayor de los tres con respeto, aquel correspondió el gesto para dirigirse a Izuku.
—Midoriya, vamos a casa.
—Ah, sí.
Le dio su mano para que la tomara. Entrelazaron sus dedos mientras se alejaban del estanque de bellas luces donde la chica había estado en sus noches de desvelo.
—¡Izuku-chan! —la chica llamó—. ¡No te olvides preguntar sin pena!
El pecoso detuvo su andar para ver como la chica se despedía con su mano y una gran sonrisa. Al parecer había conseguido una nueva amiga.
—¡No lo haré, gracias, Tsuyu-chan!
Siguió el camino entre los árboles que rodeaban en poco camino de piedras hasta la parte en la que el pueblo comenzaba a tener "forma". Sus manos seguían juntas y aunque ya supiera el camino devuelta a la casa del medio ciervo no le parecía mala idea seguir tomados de la mano como siempre hacían cuando salían.
Sin saber que Shouto estaba asustado.
Miraba de reojo al tierno pecoso que se hallaba con una sonrisa boba y un sonrojo en su cara. Con ello un miedo a ser abandonado por su destinado se clavó en su corazón, aquel chico se negaba a quedarse, se negaba a la boda, se negaba a ser quien podría quererlo de verdad; pero este no lo sabía.
Todoroki sabía que seguro Izuku preferiría a una chica como esposa y no un hombre, habían doncellas en Yuuei que podrían considerarse deidades gracias a sus atributos físicos.
Siempre escuchó aquello sobre cuatro chicas en especial a lo largo del reino: Yaoyorozu, Asui y dos jóvenes más que no quería mencionar.
El chico del cual gustaba probablemente sonreía por conocer a la mitad rana, y eso le perturbaba en sobremanera.
Sabía que habían cosas que aclarar sobre ellos, solo se lo llevó un día de la nada. Sin presentarse, ni siquiera pudo decirle un hola en su forma humana. ¿Qué clase de guardián era? No tomó en cuenta los sentimientos del pecoso, no le dijo nada de su mundo, casi le mentía sobre muchas cosas, pero no lo hizo.
Tenían que hablar, y esperaba que llegando a casa esas dos semanas que faltaban para el último día del año no fueran su verdugo.
Holasss
Ya tengo algunos capítulos para un tiempecillo uwu
Ya no puedo esperar para iniciar el segundo arco :D
Tuve que dejar de publicar por un tema de la universidad, pero ahora todo se solucionó y mis clases inician en abril uwu
Bueno, comenten que quieren o piensan que pase
Bye bye ❤💚💙
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