🖍️ . Yul y su secuaz, ¡Lake! . ★ .
En el arenero del patio se encontraba sentado un niño con el ceño fruncido. Era de cabello de hongo y ojos achinados, además de tener una remera roja con dibujos de llamas en las puntas.
Estaba aburrido, nunca pasaba nada en su guardería. Todo lo que veía eran niños siendo tontos, según él.
Su mirada estaba fija en un punto fijo del lugar, hasta que escucho los pasos firmes de su niñero.
Al verlo, notó como este tenía a una niñita rubia, con la piel tan blanca como la porcelana fría.
La dejó cuidadosamente en el piso, acariciando su pelo y dándole un juguete que encontró por ahí.
La niña además de parecer una peculiar muñeca, también tenía una especie de uniforme, haciéndola ver más formal. También tendría un chupete y una brochita de color naranja.
Yul la miró extrañado, queriendo hablarle.
Otros niños se le acercaron a la menor, tratando de hablarle igualmente, pero la nena no respondía, solo balbuceaba con su chupete color naranja en la boca. Tampoco era que les prestase mucha atención, debido a que la rubia solo jugaba con el peluche de felpa que le dió Connor. La dejaron tranquila para que juegue poco después.
Yul dejó sus cosas en el arenero, yendo con la pequeña y sentándose frente suyo.
— ... ¿Quien eres?- le preguntó Yul.
La niña no dijo nada, solo balbuceó.
Yul notó una pequeña pegatina en el abrigo de la menor: "¡hola, soy Lake!".
— Con que Lake, ¿Eh?- dijo, tomando el peluche de la niña para empezar a jugar un poco con él.
Lake frunció el ceño, quedándose cruzada de brazos sin decir nada. Eso desconcertó a Yul.
¿No debería llorar?, eso hacen los bebés, o por lo menos eso debería hacer 'Lake'.
— ... Mmh..- Yul le devolvió el peluche, viendo como Lake sonreía bajo el chupete, abrazando el juguete.
El asiático se quedó confundido, alzando a la niña entre brazos, como si fuera algo peligrosamente desconocido para él.
— ¿Por qué no lloras?- le preguntó.
Lake no respondió, solo posó su mano sobre la nariz de Yul.
— mmh... Interesante.- dijo Yul, con el ceño fruncido.
Sin explicación, la llevo al arenero, dónde este estaba jugando antes. La dejó a un lado, siguiendo con lo que estaba construyendo.
Lake miró a los niños jugar, su mirada de indiferencia e inocencia se hizo presente en su expresión. Mientras tanto, Yul hacía un castillo de arena, no muy estable que digamos.
Lake volteó a verlo, haciendo que Yul sienta su mirar.
— ¿Qué?, ¿Qué miras?- le preguntó.— ¿Mi castillo?, ¡ah!
Se limpió las manos con el pantalón, dejando la arena pegada a este.
— ¡Este es mi reino!, ¡dónde YO, Yul, soy el Rey!- habló con orgullo.— ¿Y tú qué eres?- le preguntó.
Lake llevo su pequeño dedo a su mejilla, rascándola y haciendo parecer que estaba pensando. Terminó por mostrarle su peluchito a Yul como respuesta.
— ... ¿Un conejo?- preguntó Yul.— ¡No puedes ser eso!, ¿Que harías siendo un conejo?, no, no. No puedo dejarte así.-
Lake bajo su peluche, frunciendo el ceño y arrugando la nariz.
— mmmmh... No creo que seas buena sirvienta, no, no..- Yul siguió pensando.— ¡Ah!- chasqueó los dedos.— ya sé. ¡Serás mi escudera!-
La rubia inclinó la cabeza a un lado, viéndose confundida.
— ... Ya sabes, esas personas que usas de escudo, creo.- explicó con vagancia.
Lake frunció el ceño nuevamente
— ay, ¡No me mires así!- dijo Yul.— quizás puedas ser otra cosa. Luego veremos, mientras sigamos con mi reino.- dijo, volviendo la mirada a su castillo.
Por mala suerte, este había chocado su pala con el castillo mientras explicaba, cosa de la que no se dió cuenta. El castillo quedó arruinado.
— ... Chucha.- dijo como insulto (no se le tenía permitido decir malas palabras).
Lake vió lo que pasó, acercándose para comenzar a darle forma al castillo, tratando de ayudar torpemente con lo que causó el asiático.
El niño miró como la rubia trataba de ayudarle, confundido.
— ¿Que haces?- le preguntó.— ¡Yo lo destruí!, ¡No deberías hacer el trabajo de alguien más!- le regañó.
Lake siguió tratando de darle forma, haciendo que Yul suspiré fastidiado.
— bien, déjame hacerlo a mí.- dijo, haciendo la otra parte del castillo.
Aunque Yul estuviera ya arreglando lo que hizo, Lake no sacaba sus manos de la arena. No parecía dejarlo hacerlo solo.
Un poco después, volvió a estar mejor, faltando solo la banderita que le puso el asiático. Ambos la buscaron por el arenero, pero no la encontraban.
— agh, ¡Se debió ir volando!, ¡Dios!- maldijo Yul.— ¿Ahora que le pongo...?-
Lake pensó un poco, prendiendo un foco arriba de su cabeza. Miró la etiqueta del peluche, tratando de sacarla.
Yul vió lo que hacía, aún así, no entendía.
Lake vió que no estaba resultando el usar su fuerza. Así que se sacó el chupete, haciendo ver su único diente. Comenzó a morder la etiqueta. Terminó por cortarla poco después.
Se puso nuevamente el chupete, mirando a Yul con una sonrisa para darle la etiqueta.
— mjh.. está asquerosamente babeada, pero... ¡Sirve!- dijo Yul, poniendo la etiqueta en la punta del castillo.
Lake aplaudió felíz, haciendo que Yul sonría con orgullo y despeine el pelo de la infante más chica.
— gracias, Lake.. ¡Al parecer eres más lista que estos tarados!- dijo Yul.
Lake le sonrió felizmente. Por mala suerte, esto causó que su chupete salga se su boca, haciendo que caiga en la arena y ensuciándolo.
La pequeña miró su chupete sucio, comenzando a brotar lágrimas de sus pequeños ojos.
— eh, ¿Lake?- pregunto Yul.
Lake comenzó a llorar imparablemente, haciendo que todos se aturdan por el llanto.
Lo mismo pasó con Yul, tapándose los oídos con dolor.
— ¡AAH!, ¡Espera, tranquila!- le dijo.— ¡Mira!- toma el chupete en manos.— ¡Yo te lo limpio, ¿¡Si!?-
Lake miró con los ojos llorosos el chupete, luego a Yul. Calmo un poco su llanto, pero aún así, seguía llorando.
— m-muy bien, vamos..- tomo a Lake en brazos, llevándola adentro.
Lake se calmó más al sentir que era cargada, calmándose con el agarre de Yul.
— huh... Bueno..- Yul reaccionó con confusión.
Aún así, no le molestó.
Llegaron al lavamanos. Dónde Yul pondría a Lake a su lado.
La infante se sintió mal nuevamente, comenzando a llorar, lo que alarmó a Yul. Este rápidamente cargo a Lake, calmándola al instante.
— ¿Eh?, ¿¡Pero como piensas que voy a lavar tu chupete!?- le preguntó, viendo como para su sorpresa, Lake apuntaba detrás suyo.
Miró dónde apuntaba, viendo las mochilas viejas que otros niños se olvidaban en su último año en el lugar de objetos perdidos, dándole una idea.
Fue y tomo una mochila, poniendo a Lake dentro. Al parecer cabía lo suficiente como para cargarla sin problemas, algo que desconcertó a Yul.
Aún así, no descartó la idea, utilizándola y viendo que Lake no lloraba, sonriendo feliz de que allá funcionado.
Fue nuevamente al lavamanos, donde comenzó a lavar el chupete de la infante. No fue por mucho, era algo pequeño con arena, fácil de quitar.
Terminó en un minuto, viendo el chupete brilloso y sonriendo.
— ten.- le dijo a la niña, dándole el chupete.
Lake se lo puso más que felíz. Saliendo como alborotada de la mochila.
— ¡Hey!, ¡Hey!, ¡Con cuidado!- le reprochó Yul.
Lake se bajó, yendo frente a Yul y abrazándolo. Yul la miró confundido, correspondiendo algo incómodo.
— sí, sí, como sea.- dijo avergonzado.— ¿Vamos?- le preguntó, viendo que Lake asentía.
Yul se quitó la mochila, volviendo afuera.
— ¿Sabes?, los conejos quizás no sean de mucha utilidad... Pero los castillos están en mundos mágicos, así que quizás si sea útil ser un conejo.- dijo Yul, caminando con la menor.— lo que digo es.... Que puedes ser un conejo.
Lake tomó la mano del otro en respuesta, sonriendo mientras caminaba con torpeza.
Al volver, comenzaron a jugar con tranquilidad. Ya pasando un rato, una pelota golpeó la cara de la infante, alertando al asiático.
— ¡Oh dios!, ¿¡Estás bien!?- preguntó un niño moreno de camisa verde.
Lake comenzó a llorar, viendo que tenía la nariz roja del golpe.
— ¡Kai, te dije que fueras más cuidadoso!- le dijo una de sus compañeras, la cual tenía el pelo rojizo junto a un vestido rosa.
Yul miró a Kai con ira, respirando erráticamente.
Antes de que los otros niños se dieran cuenta, Yul se abalanzó contra Kai, comenzando a golpearlo.
— ¡AH!, ¡KAI!- grito la niña.
Todo se convirtió en un caos, haciendo que otros niños vengan a ver.
Uno de ellos, Aiden, vió como sucedía, sin dudar en ir corriendo a llamar a Connor.
Connor se encontraba regañando a ambos niños.
Yul tenía lágrimas en los ojos, mientras que Kai estaba con el ojo morado.
— ya les dije muchas veces que si sucede algo me llamen, ¡No que se golpeen a lo loco!- dijo Connor.
— lo sabemos.- dijeron ambos.
— no me gusta hacer esto, pero están castigados.- dijo Connor.— pero primero, vengan. Les curaré las heridas.-
Connor llevó a ambos a la oficina, dónde estos se sentarían en las sillas frente al escritorio.
Lake también se encontraba ahí, pero ya con la naríz vendada.
Miró a Yul, el cual estaba mirando hacia abajo mientras jugaba con sus dedos. Su mirar era triste.
Lake quiso ir con él. Estaba justamente en el escritorio, lo cual se le hacía difícil para bajar.
Aún así, no se rindió. Bajó torpemente por la pata del escritorio, cayendo al suelo unos poco centimetros de altura. Se sobó y fue caminando descuidadamente.
Yul notó una mano a su lado, viendo que era la misma niña a la cual defendió. La niña abrazo su pierna, haciendo que Yul alze una ceja. Levanto a Lake, poniéndola en su regazo.
Lake lo abrazo nuevamente, está vez por el pecho. Yul la miró unos segundos, sonriendo finalmente.
Correspondió el abrazo feliz, sabiendo que su amiga estaba bien.
— ¿Sabes?, resultaste ser mucho mejor que todos los que están en esta prisión...- dijo Yul, mirando a Lake.— ¿Quieres ser mi secuaz?- le preguntó.
Lake sin pensarlo asintió.
Finalmente, Connor vino con los vendajes, envolviendo y limpiando las heridas de ambos niños.
¡Hola!, soy el creador.
Espero que les haya gustado el OneShot.
Un dato sin importancia: Los padres de Lake planeaban dejarla en un jardín privado, comprando el uniforme antes de tiempo. Cuando no lo consiguieron, tuvieron que dejarla en esta guardería. Aún así, no querían tirar el uniforme, así que ahora Lake lo usa para ir.
Eso es todo, ¡Nos vemos!
Atte: Dee dee !!
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