Capítulo 13: Mirándote - RVFV
Buenas, buenaaaaaas. No olvides votar y comentar si la novela te está gustando. Ahora sí, te dejo con el capitulitooo. 💖
***
Había tenido un día que se podía resolver en una sola palabra: caótico. Lara, Gala y yo habíamos tenido dos presentaciones en la misma jornada, lo que nos había hecho estar bastante nerviosas, incluso en la interacción entre nosotras. La cosa resultó en Lara entrando en crisis en mitad de una exposición, mientras Gala temblaba como un flan. No sabía cómo, pero en ese momento había tomado valentía, saliendo en la defensa de mi amiga castaña, hablando en su lugar.
Me había inventado la mitad de lo que había dicho en la exposición? Cierto. ¿Se habían dado cuenta los presentes? Probablemente. ¿Quedó muy bien? La verdad es que genial. Y Lara pudo reengancharse después de respirar un par de veces. A eso lo llamo yo éxito.
Además, había podido contarles a mis dos amigas las novedades respecto a Marc, ambas habían gritado como si se tratara de fanáticos de su equipo favorito. Todavía me parecía irreal lo que había ocurrido el domingo... pero la verdad es que estaba flotando en una nube. También el hecho de que me hubiese hecho prometerle en la puerta de su casa que nos volveríamos a ver pronto me hacía sentir algo más ilusionada con todo lo que estaba ocurriendo entre nosotros. Lo recordaba, apoyado en el marco, con el pelo deshecho del que yo tenía gran parte de culpa. Si me tocaba los labios, todavía podía notar el sabor de su beso de despedida, junto con el conjunto de emociones que hasta el día de hoy estaba intentando sobrellevar.
No pude evitarlo, abrí nuestro chat en cuanto llegué a mi cuarto y dejé la mochila en el suelo. Habíamos estado intercambiando mensajes todos aquellos días. Él había tenido que presentar varios trabajos, a la vez que yo había estado hasta arriba. Era lo único que nos había impedido vernos.
Vega:
Necesito, literalmente, cafeína en vena.
Escribí. Casi al segundo vi cómo se conectaba, escribiéndome. Le quedaba apenas media hora de clase.
Marc:
Venga, peligrosa, es viernes.
Reí. Desde aquel día no había parado de llamarme por ese mote, uno que la verdad todavía me hacía gracia. Regresé la vista al móvil al recibir otra notificación de él.
Marc:
¿Cómo te ha ido la presentación? Espero que bien. Estoy 100% seguro.
Vega:
Digamos que la hemos salvado. Lara ha tenido un lapsus, pero hemos podido arreglar todo. Es normal, estábamos muy nerviosas.
Marc:
Mientras hayáis terminado bien, todo genial.
Oye, Vega, ¿salís hoy al final?
Marc me había hecho saber que hoy iba a salir con su grupo de amigos. Había estado preguntándome si iba a acudir, pues yo misma le había dicho que podría decirles a mis compañeras de ir y pasarlo bien una noche. Tanto Gala como Lara estaban de acuerdo, ambas decían que les apetecía demasiado salir. La realidad es que su instinto de cotillas —del que jamás las culparé, pues yo soy igual o peor— les hacía querer ir para saber cómo iba la dinámica mía con Marc. La verdad es que tenía muchas ganas de verle.
Vega:
Sí, hoy me han dicho que sí que pueden.
Así que nos veremos esta noche.
La emoción de esa última frase era mucha, para ser sincera. La realidad es que me daba algo de vergüenza mostrar que me sentía emocionada por volverle a ver, pero tampoco podía ocultarlo.
Marc:
No sabes la sonrisa de idiota que se me acaba de poner al leer eso. Tengo muchas ganas de verte.
Sonreí como una tonta, porque yo también estaba demasiado emocionada de volverle a ver.
Vega:
Yo también tengo ganas de verte. Tengo que comer y hacer unas cosas de clase, las chicas vendrán a mi casa a arreglarse. Nos vemos luego.
Escribí, intentando guardar la emoción dentro de mi cuerpo.
Marc:
Te dejo con tus tareas. Esta noche nos vemos, preciosa.
Bloqueé el teléfono antes de volver a leer nuestras conversaciones como si fuera la primera vez que me diera cuenta de que estaba ligando con mi crush de toda la vida y me dispuse a terminar las cosas que tenía pendientes. La realidad es que mi cabeza estaba siempre en lo que iba a pasar después, así que terminé haciendo lo necesario, continuando con mi rutina. Me puse demasiado feliz cuando, ya prácticamente entrada la noche, Lara y Gala llegaron a mi piso, con unas pizzas que olían demasiado bien.
Las tres fuimos a mi cuarto, donde cenamos y charlamos acerca de diferentes anécdotas del día de clase, también Gala nos contó acerca de su última cita y cómo había sido un desastre. Ya me arreglaba frente al espejo, maquillándome, teniendo cuidado a cada detalle de mi rostro.
Debía mentalizarme de que esa noche iba a salir con mis amigas, cosa que me parecía algo maravilloso porque recordaba con mucho cariño todas y cada una de las veces que habíamos salido en busca de muchas risas y de un baile que nos quitara todas las preocupaciones. Lara se adelantó a la fiesta, bailando tras de mí, haciendo un pequeño descanso de maquillarse para bailar con gran acierto una canción de funk brasileño que salía de su móvil. Gala la miraba mientras se vestía, riendo, mientras yo las observaba a través de mi espejo.
—Yo no sé cómo puedes mover tanto el culo, te va cada cachete para un lado —expresó Gala bebiendo de su vaso con alcohol, mientras la rubia sonreía y se dirigía a ella para pasarle un top.
—Cuando quieras te enseño —respondió, guiñándole un ojo a la castaña, quien soltó un montón de aire de entre sus labios.
—Eso solo acabaría conmigo en el suelo o enganchándome la espalda. No me apetece que me tengan que pinchar en el culo para el dolor de músculos, gracieeeeteees —contestó nuestra amiga, haciéndome reír.
—¡Ay, Gala! No es tanto, es moverte al ritmo del fondo —Para ella era sencillo decirlo, Lara había tomado más de una clase de baile cuando era pequeña.
—No, pero sabemos que tú tienes un talento para eso —intervine yo, cuando terminé de hacerme un delineado negro con rosa. Ese era todo el maquillaje que iba a llevar en mis párpados, lo más seguro para no terminar con unas ojeras llenas de colores.
—Mira quién fue a hablar —me respondió Lara, acercándose a mí con el móvil en su mano. Escuché cómo la música cambió, ahora sonaba una de Daddy Yankee que a mí me recordaba demasiado a mi adolescencia. Sin pensarlo comencé a bailar, juntándome con ella y haciendo que Gala nos coreara mientras ambas disfrutamos de aquel momento.
Terminamos riendo, en lo que yo me recolocaba mi vestido borgoña con aberturas en la cintura hasta la espalda, además del escote que me permitía no llevar sujetador gracias a la tela que me recogía el pecho. Estaba, a decir verdad, muy guapa.
—Ale, yo ya he terminado —mencioné, en lo que vi a Gala terminar de retocarse los labios frente a mi espejo.
—Mírala qué guapa se ha puesto, ¿no será porque en ese sitio que nos has insistido a ir hay alguien que quizá quieras ver, eh, pillina? —Lara me tocó las costillas con sus dedos índices, haciéndome cosquillas.
—¡Estate quieta! —grité, riéndome, tratando de meter las cosas necesarias en mi bolso negro. Me acerqué después a Gala, robándole un trago de su vaso.
—Bueno, fue Marc quien le hizo saber que hoy iba a estar en esa discoteca también. Eso para mí es una indirecta de ven a verme —exclamó Gala, a lo que yo la señalé.
—Yo os dije que iba a ir, vosotras habéis sido quienes han decidido acompañarme, ¡ah, no es mi culpa! —bromeé. La realidad es que les había insistido para que me acompañaran.
—¡Serás mentirosa! —exclamó Lara, lanzándome un paquete de pañuelos que agarré con puntería.
Salimos de mi piso riéndonos, mientras pasé por la puerta de la habitación de Vero y vi que tenía la luz encendida. Parecía que aquella noche no iba a salir, yo sabía que ella tenía exámenes la semana siguiente. Ignoré mis pensamientos y fui casi arrastrada por Lara y Gala hasta la parada de bus, donde fuimos directas para acceder a la discoteca. Lara nos contaba acerca de una anécdota con su novio, mientras Gala y yo nos reíamos. Nos entretuvimos hablando de cosas de clase, de cientos de cosas que nos hacían ser ignorantes de adonde íbamos.
Cuando llegamos, pudimos entrar dentro de poco ya que no había una cola de demasiada gente. La música estaba a tope y parecía que todo se comenzaba a llenar, aunque la fiesta parecía estar en su punto álgido. Era la una de la mañana.
Lara se sacó un poco de alcohol que había logrado entrar escondido, mientras Gala comenzaba a corear cuando escuchó a Bad Bunny en los altavoces. Pronto noté ganas de bailar, así que fui coreando la canción entre la gente, buscando un lugar donde pudiéramos estar las tres tranquilas.
—¡Venga, que empiece la fiesta! —mencionó Lara, dándole un trago a su botellita y pasándomela a mí, justo cuando encontramos un sitio para poder estar. Bebí un trago, mientras mis amigas comenzaron a bailar.
Disfrutamos de más música, riéndonos entre nosotras con las canciones de fondo, riéndonos una de la otra, pero contentas de poder olvidarnos por una noche de toda la presión universitaria que teníamos. Me sentía feliz de poder compartir esos momentos con ellas, de mostrar esa versión de mí que hacía apenas unos años que había comenzado a brotar.
De repente abrí mis ojos al escuchar Mirándote, con la voz tan característica de RVFV. La reconocí desde el principio, dando un par de saltitos mientras mis amigas se reían de mí, ya que conocían la gran adicción que había tenido con esta canción durante los meses anteriores. No me reconocí, comencé a bailar, disfrutando de los bajos que tenía esa canción. Di vueltas y moví mi cabello rosado, dejándome llevar, coreando el estribillo con mis amigas, quienes también disfrutaban del ritmo. Fue ahí cuando lo vi.
Marc estaba a cierta distancia de mí, observándome con una sonrisa ladeada que me hizo quedarme detenida durante un instante. Sentí esa corriente desde lo más hondo de mi pecho hasta cada hebra de mi cabello. Joder, me gustaba demasiado.
Él llevaba una camisa negra, junto con unos pantalones anchos que tenían algunos recortes curiosos de otros colores. No llevaba gafas, lo que me dejaba ver por completo su rostro y esos dos ojos que se iluminaban por las luces de colores. Su mirada, clavada sobre mi persona, solo se podía describir con una palabra: feroz. La canción seguía, a lo que yo me armé de valor y seguí bailando, mirándole a los ojos. Movía mi cuerpo, sintiéndome sensual con el ritmo, acompañando mis movimientos con los golpes de la música. Le vi caminar hacia mí, esquivando a la gente sin quitar sus ojos sobre los míos. Verlo avanzar hizo que mi corazón se acelerara, pero no me moví. Sabía que estaba buscándome.
Fue en el cambio de ritmo cuando comencé a mover mis caderas, casi al instante que Marc comenzó a bailar conmigo. Ni lo dudé cuando se juntó conmigo, me seguí moviendo, pegándome a su cuerpo y siguiendo con ese juego que habíamos accedido a tener sin mediar una sola palabra.
—Peli-rosa peligrosa, estás... —noté como contuvo el aliento en mi oído cuando coloqué una de mis manos en su muslo, de espaldas a él, mientras movía mis caderas y lo observaba hacia atrás con una sonrisa. Sabía perfectamente lo que estaba haciendo— espectacular.
—Buenas noches a ti también, Marc —jugueteé, al tiempo que sus manos se colocaron en mi cintura. Bailé notando su pecho en mi espalda, al tiempo que él se movía conmigo. Me olvidé de todo, de cómo habíamos llegado a aquella discoteca y de por qué estábamos bailando una canción de reguetón juntos mientras nuestros corazones acelerados nos gritaban que nos besáramos. Olvidé que casi no habíamos hablado esa noche, borré de mi memoria cualquier conversación pendiente y solo me quedé con lo que tenía en aquel instante: él y yo.
—No puedo dejar de mirarte, Vega. Eres tan magnética —la piel de mi cuello se erizó cuando dejó un beso ahí, acelerándome el pulso.
—Marc... —le respondí. Nos encontrábamos en mitad de la pista, pero tener sus manos grandes sobre mi cintura tampoco me ayudaba demasiado a centrar mis pensamientos.
—¿Por qué tu voz suena tan dulce cuando me llamas? —cuestionó, hablándome en el oído, dejándome notar su calidez. Pequeños escalofríos me recorrieron al tenerle cerca, pero respiré hondo para tratar de tranquilizar todas las sensaciones de mi cuerpo.
Seguimos bailando, a lo que yo me giré y coloqué mis brazos sobre sus hombros, encontrándome frente a su rostro para poder ver todas sus expresiones. Mirándonos a los ojos sonreímos, dándonos cuenta de cuánto habíamos necesitado vernos en toda esa semana. Me gustó la forma en la que acercó su nariz a la mía, dejando un beso en mi mejilla después.
—¿Quieres ir a por algo de beber? —me preguntó, acercándose a mi oído. La música estaba demasiado alta, por lo menos en la zona bar no había tantísimo ruido porque se encontraba cerca de la entrada. Asentí, así que Marc me agarró de la mano para conducirnos hasta aquel lugar.
Di media vuelta buscando a mis amigas, ambas bailaban juntas y me miraban de lado para comprobar que todo fuera bien. Me sonrieron cuando les hice señas de que iba a pedir algo para beber, a lo que ambas asintieron, saludando después a Marc. Él les devolvió el gesto, siendo agradable. Más tarde, caminamos hasta poder llegar a la barra, donde una chica atendía a la gente que había llegado antes de nosotros.
—Tenía muchas ganas de verte —confesé a Marc cuando él pasó una de sus manos por mi cintura, haciéndome coger aire por notar su contacto. Vi su sonrisa y no pude evitar sentirme muy afortunada de ser la causante de ese gesto. Desde luego, había caído por él pero bien.
—Yo también, Vega. Me apetece demasiado que quedemos un día y vayamos a hacer algo. Lo que sea, lo que quieras —me respondió, a lo que sonreí al ver la ilusión en su rostro.
—Por cierto, ¿y tus amigos? No les he visto —cuestioné.
—Estamos al otro lado de la pista, pero le he dicho a Jose que venía a buscarte. Seguro que les ha dicho algo a los demás —alcé mis cejas.
—¿Jose es tu amigo?
—Sí, mi mejor amigo. Él fue quien me presentó al grupo —habló, a lo que asentí. Me acerqué un poco más a él, sabiendo lo que hacía, colocando una de mis manos en su mentón. Me gustaba ver cómo el tamaño de sus pupilas aumentaba cuando realizaba ese gesto, sujetándole la barbilla y bajándola para que me observara bien.
—Entonces... ¿no te va a echar demasiado de menos, no? —pregunté, a lo que Marc sonrió.
—Sabe que estoy en muy buenas manos —respondió, acercándose a mi rostro— ¿Me dejas darte un beso? —preguntó. Él no sabía cuánto me gustaba esa forma suya de pedirme permiso antes de besarme, como si no supiera por mi lenguaje corporal que me moría por que lo hiciera.
—Si no lo haces tú, seré yo la que te bese a ti.
Sentí cómo si el aliento regresara a mí cuando noté sus labios sobre los míos. Fue un beso hambriento, en el que nos dijimos que nos habíamos echado de menos. En ese segundo fuimos conscientes de que el último día donde nos habíamos visto era real, lo que había pasado seguía latente en nuestros cuerpos y memorias. Recordábamos cada uno de los besos, nos sentíamos afortunados de sentir la misma atracción el uno por el otro. Quizá esto se nos estaba yendo de las manos e íbamos directos a algún destino que no nos habíamos planteado, pero no nos daba miedo. Me gustaba la forma en la que me miraba, en la que me pedía permiso para realizar cualquier acción, mientras me sentía demasiado afortunada de que él quisiera conocerme y compartir tiempo conmigo. Creo que él se sentía feliz también por la gran conexión que había descubierto conmigo, de la forma en la que estábamos construyendo algo poco a poco que tenía muy buena pinta.
Nos separamos, todavía con una sensación cosquilleante en los labios. No sé qué gesto puse al verle frente a mí, pero sí observé a sus ojos mirarme con algo que me llenaba de ilusión. Fue ahí cuando me conciencié de que esto ya no era una simple atracción para mí, sino que estaba comenzando a rebasar un límite que yo jamás había traspasado. Me dio vértigo, pero a la vez emoción. No iba a evitarlo en absoluto.
—Creo que necesito algo de beber —exclamé, casi de forma inconsciente.
—A eso hemos venido, peligrosa —respondió, dejando un beso en mi frente y acercándose a la barra, que en ese momento se encontraba algo más despejada. Trataba de llamar la atención de la camarera, mientras yo me acerqué para decirle que por favor me pidiera un ron con cola.
Le esperé, sacando mi teléfono para enviar un mensaje por el grupo que tenía con Lara y Gala. Les dije que estaba bien y que estábamos cogiendo algo para beber. Al segundo, mis amigas me contestaron con una serie de stickers. No los describiré, es mejor que se borren por completo de mi memoria dado su contenido, que me arrancó una risa en ese momento. Para cuando guardé mi móvil y alcé mi vista, noté literalmente cómo el suelo se movía bajo mis pies. Vero y su mejor amiga, Julia, caminaban hacia mí, junto con otra chica que sé que era de su grupo. Mi compañera de piso se acercó a mi persona y ni lo dudó cuando me abrazó, dejándome clavada en el lugar donde estaba.
—¡¡Vega!! Como siempre, cruzándonos en las discotecas —soltó, mientras yo no era capaz de pensar en qué decir, sobre todo por el hecho de que Marc estaba tras de mí a cierta distancia.
—Sí, así parece que Valencia no es tan grande —respondí, con una pequeña risa fingida al final, pero de la que no notaron diferencia.
—¿Y Lara y Gala? Has venido con ellas, ¿verdad? Antes os he escuchado hablando en tu cuarto —cuestionó.
—Sí, están en la pista. He venido a por algo para beber —le respondí, no siendo capaz de girarme. Pero de repente vi un ron cola siendo tendido frente a mí, con la que reconocí era la mano de Marc. Él se colocó a mi lado, mientras las tres chicas frente a mí lo miraban, sorprendidas.
—¡Marc, hola! —exclamó Vero, alternando la mirada entre nosotros dos, al no comprender por qué él me había dado una bebida.
—Pensaba que hoy te habías quedado estudiando —respondió el castaño, a lo que yo pude distinguir cierta tensión en su voz.
—Sí, bueno, pero la he convencido para que saliera. Adrián nos ha dicho que hoy salíais y que veníais tú y Jose, así nos reunimos todo el grupo un día —respondió Julia con una sonrisa a boca cerrada, a lo que yo comencé a comprender. Marc no sabía que Vero iba a venir.
Tuve un pánico enorme al ver cómo Vero observaba a Marc y su mano tendida hacia mí, sujetándome el vaso. Ella me había dicho que no sentía nada por él, pero en aquel momento vi algo en sus ojos que me hizo sentirme demasiado mal. Lo peor fue cuando parecía que su cabeza iba a mil por hora, borrándole todo al observar los ojos de mi acompañante, momento en el que su gesto se convirtió en uno parecido al que yo hacía cuando observaba a Marc. No me siento orgullosa de lo que hice, pero la realidad es que fue una reacción automática que no pude controlar.
—B-bueno, yo me vuelvo con las chicas —exclamé, agarrando la bebida que me tendía Marc. Él me miró, frunciendo el ceño, sin terminar de comprender—. Gracias por la bebida, Marc. Yo te curo del puñetazo y tú me invitas a un cubata, ahora estamos en paz. —Podía jurar ver el alivio en el rostro de mi compañera de piso.
—Vega... —habló él, agarrándome de la mano.
—¡Que sí, que sí, que ya estamos en paz! —exclamé, girándome hacia las tres chicas que observaban la escena, creyendo algo que no era la realidad— Me alegro de veros, chicas. Pasadlo muy bien en vuestra reunión de grupo —solté, comenzando a caminar, tratando de pasar desapercibido el gesto de Marc tragando saliva, a la vez que su mandíbula se apretaba por la tensión.
Me temblaban las piernas cuando escuché a todas decirme palabras acerca de que también deseaban que lo pasara igual bien aquella noche, aunque eso no iba a ser posible. Sentía que era una completa inútil por no ser capaz de seguir con aquello, por tener miedo de mostrar la realidad delante de Vero. Pero esa reacción fue lo que salió de mis adentros, una reacción de la que hoy en día no me siento orgullosa.
Marc y yo, sin saberlo, estábamos guardando un secreto que cada vez se volvía más grande. De lo que siempre estaré convencida es de que aquella noche le rompí un poco el corazón.
Amores míos, entiendo perfectamente que ahora no querráis hablarme demasiado, JAJAJAJA.
Este capítulo está POTENTE. OMG lo que me gusta a mí meter un buen drama. Yo solo digo: pañuelos en mis capítulos, siempre. Por si acaso. Os debo confesar que, a pesar de ello, me alegra que me sigáis queriendo tanto. Os debo mucho.
Eso sí, quiero saber qué pensais acerca de este capítulo. Os dejo mis preguntas:
¿Qué te ha parecido la reacción de Vega?
¿Cómo ves a Marc y Vega en un futuro?
¿Qué crees que va a ocurrir?
Os leo y os contesto, como siempre 💖. Recuerdo también que podéis seguirme por mis redes sociales y enviarme mensajitos bonitos, ahora más que por aquí por Wattpad ya no se pueden enviar mensajes privados. Mi Instagram y tiktok los encontráis como @autoraeva
OS AMO CON TODA LA PATATITAA 🧡🧡
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top