Narra James:

Ese Hipogrifo es un vendido ¡Estoy seguro! Nada más acercarme me atacó... ¿Qué le habrá prometido mi papá, no lo sé? Pero Merlin sabes que ese Hipogrifo está comprado...

Regresé a la casa con la ropa toda rota, llena de tierra y sangre de lirón; los lentes torcidos, y el pelo más despeinado de lo usual.

-¡Hermanito! ¿Qué te pasó?-preguntó alarmada Lily en cuanto entré a la casa-
-Buckbeak, eso pasó...-me acomodé los lentes, y vi que mi papá intentaba contener la risa- ¿Te parece muy gracioso, papá?-le pregunté con una ceja levantada-
-No... para nada...-una minúscula sonrisa adornaba sus labios-
-¡JAMES! ¡Estás llenando de suciedad toda la casa! Vete a bañar en este mismo instante...-dijo mi mamá con mucha seriedad-
-Enseguida voy...-subí a mi cuarto, no toleraba más el olor a sangre de lirón-

Una semana más tarde:

No puedo creer que ya haya pasado una semana... por suerte hoy se termina mi castigo. Y no sé si sea impresión mía, pero creo que mi relación con Buckbeak a mejorado considerablemente, me sigue rasgando la ropa, pero ya no me tira al piso ni me tuerce los lentes.

Ahora mismo voy a darle de comer. Al llegar hice la reverencia y me dejo acercar... le di un lirón y ¡me dejo tocarlo! Así que mientras Buckbeak comía, yo le acariciaba el cuello. ¡Era asombroso! Pero eso confirmaba mi teoría: Era un vendido, para hacerme aprender la lección. Eres astuto papá, lo admito, pero no te lo voy a decir... aún.

Cuando acabó con sus lirones, se agachó, invitándome a que me montara... Lo hice, y él inmediatamente emprendió el vuelo.

¡Es lo mejor que he hecho hasta ahora!

-¡SOY EL REY DEL MUNDO!-grité abriendo mis brazos, aunque de todas formas no me oirían-

Al aterrizar, le di un fuerte abrazo a Buckbeak, y le susurré al oído: Gracias Buckbeak, eres el mejor...-él dio un picotazo al aire y batió las alas, como diciendo "Lo sé, y me gusta que me lo digan"- Espero verte pronto, pero en mejores circunstancias y no como parte de mi castigo-le sonreí y regresé a mi casa, pues ya había oscurecido-

Narra Harry:

Me parece que James ha aprendido la lección; y por lo pronto, evitará hacer muchas travesuras. O eso espero...

Ahora mismo lo vi entrar, y tenía una gran sonrisa en le rostro, la misma que tuve yo la primera vez que volé en Buckbeak.

-Espero que hayas aprendido la lección, James.-dije en cuanto pasó delante de mí-
-¿Eh? Sí...-borró la sonrisa de su rostro- trataré de no dar tantos problemas, pero no garantizo nada...-sonrío nuevamente-
-Jovencito, más te vale que no hagas nada hasta que por lo menos vayamos al Callejón Diagon por tus útiles, si no quieres que te lleve con tu tío Charlie a cuidar dragones ¿eh?-lo apunte con mi dedo índice-
-De acuerdo...-tragó grueso-
-Bien, ahora sube a tu habitación a darte un baño, que la cena no tarda en estar lista, y sabes cómo se pone tu madre con el tema de la higiene...
-Tienes razón-subió corriendo-

Cuando me aseguré que tenía la puerta de su cuarto cerrada, salí de la casa y fui a buscar a Buckbeak. Se había ganado su recompensa.

-Buckbeak-lo llamé, y salió de entre unos arbustos- Gracias...-acaricie su cuello, pero él parecía impaciente- Cierto, tu recompensa. Accio carne de hurón-un movimiento de varita y una enorme caja llena de hurones muertos se acercaba volando- Aquí tienes.-destape la caja y el Hipogrifo dio lo que me pareció un salto de alegría- Buen chico, felicidades. Te los ganaste-sonreí mientras le acariciaba el cuello- Pero ahora debo volver. Y mañana podrás regresar con Hagrid-volvió a dar ese salto-

Esa misma noche le escribí a Hagrid las siguientes líneas:

Querido Hagrid:

Gracias por mandar a Buckbeak. Hizo muy bien su trabajo, mi hijo James aprendió la lección, pero a la próxima lo mandaré a cuidar dragones con su tío Charlie. ¿Te lo imaginas? Yo en realidad no...

Bueno, en realidad quería decirte que Buckbeak regresará mañana. Por favor escríbeme para saber si llegó bien...

Con mucho cariño:

Harry Potter.

Enrollé la carta a la pata de Storm, y se la mandé. Solo espero que llegue a tiempo.

FIN DEL CAP.