9. Truth?



—Lo siento, Gatita.—Alcanzó a decir la rubia, viendo a su morena dormida como un tronco en la mitad de la cama. Depositó un pequeño beso en la comisura de sus labios, haciéndola removerse en su lugar y abrir los ojos segundos después.

—¿A dónde vas?—Cuestionó somnolienta, frotando sus ojos con sus puños.

—Debo buscar a alguien. Es importante.—Solo respondió, tomando sus cosas e intentando salir por la puerta.

—Es temprano, idiota.—Murmuró un poco alto. La rubia volteó a verla, con algo de incredulidad en su expresión.—¿Qué?—Dijo a la defensiva.

—Son las 10 de la mañana, Catra.—Indicó, mirando a su teléfono. La castaña se levantó alarmada, buscando su ropa en algún rincón del suelo y poniéndosela  con rapidez. Pero un segundo después pareció congelarse y analizar la situación.

—¡Es sábado!—Gritó furiosa, acercándose a la rubia y jalándola consigo.—Si tú quieres poner condiciones, yo pondré las mías también.—Dijo, sentando a la rubia a un extremo de la cama y quedando de pie, dándole una posición jerárquica alta.

—¿Qué quieres decir?—Inquirió curiosa, tratando de esconder una sonrisa.

—Que a partir de ahora, no puedes irte sin darme explicaciones, ni usarme cuando te dé la gana, y mucho menos puedes ver a otras personas a parte de mí, ¿entiendes?—Ordenó seria. La rubia rió fuerte y escuchó un gruñido molesto por parte de su contraria, por lo que la abrazó por la cintura, atrayéndola hacia sí misma.

La casi felina la miró indignada y apartó su mirada con los brazos cruzados a lo que la rubia rió nuevamente. Ella intentó zafarse del agarre.

—¿Te parece gracioso?—Bufó. La rubia negó de inmediato y besó el pecho de la morena con una sonrisa.

—¿Por qué no solo dices que me amas y ya?—Dijo en broma, pero notó que los colores se le subían a la morena y apartaba la mirada.—Oh, vamos. Sabes que te obedecería como un perro.—Continuó, y la morena contuvo la risa que intentó salir, pues ella era literalmente como un perro.—Puedo dejarte llevarme con correa.—Ofreció. La morena se tragó su humor y volvió a mirarla con esos ojos asesinos que veía muy seguido.

—Suéltame.—Ordenó.

—Ok, pero solo escúchame.—Aceptó.—Jamás te usaría de esa forma, y mucho menos estaría con otras personas además de ti. Tú eres mucho más que suficiente, gatita.—Admitió. La morena volvió a mirarla, esperando que aceptara la última condición.

—¿Entonces me explicarás todo esto?—Inquirió, un tono de súplica casi imperceptible en su voz.

—Está bien.—Dijo resignada. La castaña rió despacio y se acercó lentamente hacia la ojiazul, bajando su cabeza para poder rozar sus labios despacio, como queriendo disfrutar cada milímetro de su ser.

—En serio...—Susurró separándose a penas.—Eres la única que me tiene a sus pies.—Admitió volviéndola a besar.

—¿A dónde ibas?—Preguntó en un murmullo, oyendo a la rubia suspirar  y echarse a la cama.

—Debo hablar con mi padre.—Sentenció sin decir nada más.—Es el único que tiene las respuestas que necesito.

—¿Por qué, uh?—Farfulló.—¿Por qué sigues intentando averiguar esto? Lo que seas no define quién eres. ¿Cuando pararás de destruirte buscando respuestas? ¿Alguna vez dejarás este tema?

—Sí. Cuando sepa lo que quiero.—Respondió con simpleza.—Entonces, jamás volveré a hacer algo como esto.—Afirmó con determinación, y la morena dudó.

—¿Lo prometes? ¿Nunca más?—Cuestionó, queriendo una confirmación.

—Lo prometo, gatita.—Aceptó, acariciando su mejilla lentamente.

Si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él.

—Llévame contigo.—Pidió, más bien como una orden.—Randor también fue como mi padre.—Recordó con obviedad. La rubia observó en silencio y supo que no podía refutar.

—¿Estás segura?—Inquirió.

—No tienes que hacer esto sola, Adora. Ese siempre ha sido tu problema. Tratas de cargar con el peso del mundo a tus hombros y se te olvida que hay quien te puede ayudar.—Se sinceró, un tono casi dulce presente en su voz.—No tiene por qué ser así esta vez.

—¿Entonces sí estás segura?—Preguntó de nuevo. La de ojos bicolor rodó los ojos con un dejo de frustración, pues sentía que su discruso no había servido de mucho.

—Sí, idiota. Estoy segura.—Confirmó con un bufido. La ojiazul asintió, esperando a que la morena se arreglara para irse, y, cuando lo hizo, salieron de la habitación y encontraron a C'yra y Lyra sentadas en el sofá. C'yra se veía calmada, hasta con una ligera expresión de gracia; mientras que Lyra parecía ofendida, e incluso algo molesta y herida.

—Buen día.—Saludó la rubia con su mano en la nuca. La morena notó que eso era algo que hacía frecuentemente con ella cerca.

—¿Qué tiene de bueno?—Farfulló Lyra.

—Ma, ¿puedo salir con Adora por un par de horas? Desayunaremos fuera.—Pidió con un tono suave, como el que usaba cuando quería algo. De alguna manera, la muy astuta siempre lo conseguía.

—No.—Negó la mujer, de brazos cruzados.—Creo que tú y Adora tuvieron suficiente anoche.—Afirmó entrecerrando los ojos, a lo que la pobre rubia no pudo evitar sonrojarse, y la otra madre de Catra pareció regañar a su esposa con la mirada.

—¿Nos escucharon?—Cuestionó en un susurro.

—Al parecer.—Respondió apartando su mirada de los ojos azules.

—Tu madre bromea.—Interfirió C'yra.—Pueden ir, solo no vuelvas muy tarde.—Se resignó.—Ya estás lo suficientemente mayor para prohibirte cosas.

—Ok. Estaré aquí lo más pronto posible.—Aceptó.—Gracias y, adiós, mamás.—Se despidió, saliendo apresuradamente junto a la rubia, no queriendo oír lo que las mujeres pensaran sobre lo que habían hecho.

Aunque ellas habían hecho lo mismo alguna vez en sus vidas.

—¿Lista para irnos?—Preguntó, la morena asintió.

—¿Llamarás un taxi?

—¿Crees que necesito un taxi?—Dijo con sarcasmo, avanzando un par de pasos y sintiendo sus huesos crujir con fuerza, su forma y musculatura cambiar, y su cuerpo llenarse de pelaje, además de sentir los sonidos y olores de alrdedor potenciados. 

Pero el más fuerte provenía, como siempre, de Catra.

<<Huele a sexo>>  Pensó con suficiencia, al saber que ella era la causante.

—¿Por qué me miras como una pervertida?—Cuestionó acercándose con algo de cautela, acariciando el suave pelaje con las yemas de sus dedos.—También has crecido de esta forma.—Comentó.

<<¿Cómo no voy a crecer?>> Quiso decir. La morena continuó tocando su dorado pelaje sin pensar, hasta que se acerco a uno de sus puntos sensibles: sus orejas.

—¿Puedo?—Pidió, acariciando con delizadeza y oyendo un gruñido de aprobación, como pidiéndole que continuara.

<<No recordaba que se sintiera así de bien>> Aulló, apartando a la morena para indicarla que ya era hora de irse, a lo cual ella le pegó un manotazo al subirse.

—¡Perro inmundo! ¡Casi me caigo!—Reclamó.

<<¡No soy un maldito perro!>> Gruñó ofendida, empezando a adentrarse en el bosque para acortar el camino.

(...)

Lo escuchó.

Lo olió, lo sintió tan cerca. Ese olor a bosque y madera, olor a su padre, olor a Randor.

Su voz grave parecía solo aumentar con los años, y sintió una emoción inexplicable dentro de su corazón.

—Ey.—Llamó la morena en su lomo, acariciando despacio.—Está bien. Estoy aquí, ¿recuerdas?

<<No me digas que está bien, nada está bien>> La rubia solo bufó, deteniéndose para que Catra bajara y de nuevo, sintió el dolor usual junto con el frío de su piel sin pelaje.

—Mi padre está cerca.—Advirtió.—Debe estar cazando, o algo.

—Bien. Vamos.—Dijo la morena, empezando a caminar si un rumbo definido, hasta que vio a la rubia en el mismo lugar cuando se volteó.

—No. Tú quédate cerca, por favor.—Pidió.—No sé si mi padre quiera hablar de eso contigo a mi lado.

—Entonces ve.—Aceptó la castaña apartando su mirada, para segundos después sentir unos cálidos labios en su frente, bajando por sus mejillas y llegando finalmente a sus labios.

—No te enojes, gatita. Volveré pronto.—Aseguró, y la de ojos bicolor la miró con los ojos entrecerrados como diciendo que no estaba enojada por ello. Aunque eso no era del todo cierto.—Te amo.—Repitió, como si no hubiera sido suficiente repetirlo casi toda la maldita noche.

—Cállate.—Farfulló sintiendo sus mejillas calentarse ante la declaración.—No digas esas cosas en público.

—¿Qué público? Es un bosque.—Recordó obvia. La casi felina, al no lograr encontrar excusa, solo se volteó, dándole la espalda a la ojiazul.

—No me importa. Solo vete.—Ordenó con menos dureza de la que quería.

—Me hieres, gatita.—Dramatizó alejándose.

—Eres una estúpida, y una idiota.—Murmuró cuando creyó que se había librado.

—¡Te he oído!—Gritó a lo lejos.

—¡Pues eres una idiota!—Respondió, escuchando una risa desvaneciéndose con la distancia.—Y una distraida.—Volvió a murmurar con cierto grado de frustración.

(...)

—Papá.—Saludó la rubia, viendo al hombre detenerse en seco con la escopeta tiesa en su mano. El castaño la miró incrédulo, y dejó todo ahí para acercarse a su hija con los brazos exendidos.

—Adora. No sabes cuánto te he extrañado.—Dijo con una sonrisa, pero la ojiazul se apartó.

—No vine para un reencuentro familiar.—Respondió seca.—Vine por respuestas. Y tú eres el único que las tiene. Así que mejor empiezas a explicarte, papá.—Advirtió. El oajiazul suspiró, resignado.

—¿Quieres saberlo todo?

—Absolutamente, cada palabra, y más vale que sea verdad.—Admitió. El castaño hizo un espacio para su hija en el suelo cuando se sentó, pero ella prefirió mantenerse de pie.

(...)

No...

No podía ser cierto.

"Somos descendientes de una familia muy antigua. Somos werewolfs, Adora. Nuestro linaje se mantuvo oculto durante muchos años, y nadie jamás sospechó nada. No somos los únicos seres extraños en este mundo, pero sí de los más vulnerables ahora. Al principio, convivíamos con los humanos, pero hubo una familia que nos obligó a ocultarnos. Mató, inculpó. Con el tiempo, ya sin muchos de nosotros, se empezó a creer que éramos mitos.

Excepto que, no, no éramos mitos.

—¿Adora?—Cuestionó la morena, viéndola acercarse, pero esta no dijo nada. Se alejó de ella en silencio y en poco tiempo se transformó con un gruñido que sonaba amenazante, pero que en realidad reflejaba dolor.

<<Déjame>>

La morena se acercó y tocó el pelaje dorado con suavidad, transimtiendo calma, pero también queriendo saber qué fue lo que sucedió.

—No me iré, si eso es lo que quieres.—Dijo al aire.—Además, no puedes dejarme sola en el bosque, idiota.—Recordó, subiéndose al lomo de su contraria con un salto.

<<Como si no pudieras salir sola>> Bufó, empezando a andar lentamente.

Eran de la familia de los Prime. Se dedicaron a cazarnos, a matarnos y a sembrar una mala reputación sobre nosotros. Ya no quedaban muchas criaturas. Pero cuando el primero de los Prime murió, dejó descendencia. Y siguieron con las  ambiciones de su padre. 

Estamos yendo muy lento.—Se quejó Catra, a lo que la rubia gruñó, como diciéndole que la dejara en paz.

<<¿Qué no ves que necesito pensar?>>

No hubo verdaderos culpables en esta guerra. Los Prime habían engañado para obtener lo que querían. Y por su culpa ahora nos ocultamos. Porque los Prime no se detendrán hasta saber que fueron los únicos con el control absoluto de criaturas como nosotros. Para él, somos como animales, sujetos de prueba. Tu hermana... y yo... hemos hecho muchas cosas para mantenernos a salvo. Y no espero que lo entiendas. No voy a explicártelas.

¿Por qué Mara?

¿Por qué nunca supo nada?

Estaba frustrada. Alterada y con ganas de golpear a alguien. Solo que, tenía a la morena junto a ella, y eso la frenaba.

—¿Estás llorando?—Cuestionó la morena bajito desde su lomo. Entonces se escuchó a si misma, soltando quejidos lastimeros, como los de un cachorro abandonado. Quiso gruñir, pero todo lo que obtuvo fue un aullido doloroso, como confirmando lo que su contraria había preguntado.

<<No te burles, por favor.>>

—Lo entiendo.—Dijo al fin, acariciando con las yemas de sus dedos el pelaje de la rubia y acostándose suavemente boca abajo para abrazarla.—No sé qué te dijo Randor, pero no debe ser fácil.

El can se detuvo, y siemplemente se acostó en la tierra húmeda mientras la morena bajaba de su lomo, y, sin importarle si se ensuciaba, se colocó en la misma posiciónde antaño, el cuerpo cubierto de pelaje dorado envolviéndola, protegiéndola.

Aún cuando debía ser Adora la protegida.

—Aún no hemos comido nada.—Recordó en voz alta, pensando en que quizá aquello ayudaría a la rubia a recuperar energías.—¿Quieres que vayamos a comer algo?—Preguntó acariciándola levemente, y ella solo hizo un sonido para aceptarlo.—¿Podemos hablar?—Pidió, con algo de pesar. Sentía que ese no era el momento, pero, si no lo era, ¿cuándo? 

Sabía que la ojiazul solo evitaría el tema, y necesitaba respuestas también.

Adora se levantó con movimientos pesados, y en poco tiempo, con su dolor usual, estaba nuevamente usando su forma humana.

Pasó exactamente lo contrario que al principio: empezaba a disgustarle ser humana.

Pero, ¿podía culpar a alguien por ello?

La castaña se acercó a su contraria con cierto grado de cautela, abrazándola suavemente por la espalda y transmitiéndole, sin palabras, que estaba allí.

—Ya lo sé.—Dijo simple.—Pero aún no sé todo.—Terminó, volteándose para encarar a Catra y sostenerla con algo más de fuerza, buscando protección que ella no podía darle.

Pero sí pudo darle la calma que necesitaba.

Fue hace mucho tiempo , tanto que las viejas heridas ya han sanado por completo.

¿Entonces?—Solo logró cuestionar. No hubo respuesta.

No hasta unos segundos después.

Nos oculté. Esa es la razón por la que no les dijimos nada a ninguno de ustedes. Buscábamos su protección. Aunque hay alguien que... escapó de él.

Una bruja.

Debo encontrar a alguien. Alguien poderoso.—Sentenció.

Su nombre era Shadow Weaver. Ella debería saber cómo atacarlo. Te lo advierto. No te acerques a ella. Quizá suene estúpido sabiendo que ella puede detenerlo todo, pero no sabes de lo que es capaz.

Hagas lo que hagas, si alguna vez la encuentras, jamás intentes acercarte a ella.

Deja las cosas como están, Adora. Ya es suficiente. "

—¿Quién?—Interrogó, con un cierto tono sombrío en su voz.—¿A quién debes encontrar?

—A Shadow Weaver.—Respondió, volviendo a su forma de lobo, y, cuando la de ojos bicolor ya estuvo sobre sí, empezó a correr con agilidad a través del bosque.

¿Shadow qué?

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Wait, what?

ajshajshajshaj la verdad no sé qué me pasó por la cabeza escribiendo esto.

Supongo que es un capítulo algo corto, pero siento que no voy a añadir nada más. Me gusta así. ¿Qué opinan ustedes?

Creo que ahora sí estamos entrando en la verdadera historia y no puedo desear nada más que suerte.

Y que no tenga un bloqueo durante las próximas semanas 👹

Así que sí, eso es todo. Agárrense de sus lugares y póngansé cómodxs, porque esto recién empieza.

Y no, no voy a detenerme hasta que mi cerebro duela.

Espero publicar más seguido, teniendo esto en cuenta.

Y ya saben, si les gustó el cap no se olviden de dejar su estrellita y comentar, cualquier duda, sugerencia o crítica constructiva, yo estaré aquí para responder.

Sin más que decir espero que hayan disfrutado de las invenciones de este ser humano, cuídense, tomen awa y nos vemos en el próximo cap!

Lxs quiero <33

Atte: Heiwa









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