14. What to do next.


¿Qué quería exáctamente?

Tenía en claro sus prioridades. Recuperar a la loba, Catra, encontrar respuestas sobre qué era ella en realidad, hallar a aquel Prime y destruir a Weaver.

Pero, ¿para qué?

No entendía, no lo sabía bien. Pero algo en ello se sentía mal. Como si un odio la empujara a hacer algo que realmente no sabía si quería. Una vez, habiendo recuperado a la loba, no tenía nada más que hacer. No obstante, ese sentimiento persistente de odio seguía rondando.

Como si le quemara las entrañas, como si la consumiera de a poco.

—No.—Negó Mara casi de inmediato.—No lo hagas. Solo déjala en paz. Es una bruja, después de todo. No sabes de lo que es capaz.—Le indicó. Sabía, muy en el fondo, que tenía razón. Que, de alguna forma, ese monstruo había conseguido quitarle a la loba y dejarla con vida. Golpeó la mesa con fuerza, sintiendo su puño apretarse debido a la frustración. 

Sentía ese odio trepando sobre su cuerpo, y, no pudiendo contenerse, casi escupió sus palabras.

—¿Y me quedo ahí parada? ¿No tiene que pagar? ¡Ni siquiera le dí una puta razón para quitármela!—Espetó. La castaña la miró, sus profundos ojos azul-grisáceo analizandola con cuidado.  Y luego, todo lo que pudo hacer fue suspirar.

—Sé que en parte fue mi culpa. Por haberte metido en toda esta mierda.—Empezó, sus dedos dirigiéndose casi inconscientemente al puente de su nariz.—Pero si algo he entendido es que no es tan fácil, Adora. Quieres venganza, lo sé.—Afirmó, viendo a la rubia temblar, y no supo exáctamente por qué.—Y si es tu desición, entonces no puedo hacer nada. Pero escúchame bien: La venganza es un arma de doble filo.—Habló en tono firme.—Puede destrozar tanto como quieras. Así como también te destruye a ti y a todos los que te rodean.—Dijo despacio, como si quisiera que la ojiazul pudiera tener tiempo para asimilar cada una de sus palabras. 

Y ella realmente lo hizo. Sintió como se clavaban en su piel como cuchillas punzantes. Una advertencia, eso es lo que era.

—Lo sé.—Terminó finalmente, tomando su teléfono y preparándose para salir. Tenía que ponerse al corriente con las clases de la universidad, y por ello le había prometido a Bow que estaría más temprano para que este la ayudase a estudiar.

—Piénsalo.—Pidió Mara, sin despedirse.

—Lo haré.—Prometió.

Curiosamente, no pudo sacarse esas palabras de la cabeza.

Eran como insectos a la miel. Pensamientos que, aunque ahuyentaba, prontamente volvían a rondar en su cerebro sin opción a desterrarlas.

Se sentía rebotando en dos extremos. Quería destrucción. Quería que esa bruja le devolviera lo que era suyo. Pero, ¿a quienes lastimaría en el proceso? ¿a Mara? ¿Razz? ¿Sus amigos?

...¿Catra?

Ella había dicho que estaba bien, ¿no?

Su estómago se revolvió de manera extraña. Escuchó una voz familiar a lo lejos, pero no podía distinguirla bien, pues sonaba como si estuviera debajo del agua. Pero había algo más. Algo oscuro, susurrando palabras inconexas, y que a la vez tenían un significado. Imposibles de traducir, pero fáciles de obedecer.

—¡Adora!—Llamó el moreno, dándole un fuerte golpe en el brazo a la rubia. Esta lo miró por unos segundos, como si nada, antes de procesar los hechos.

—¡Auch!—Se quejó, quizá demasiado tarde.—¡¿Y eso a qué vino?!—Sintió como si una furia inexplicable intentara apoderarse de ella, y supo que iba más allá de lo que en realidad podía ver, dada la expresión algo aterrorizada de Bow.

—¡Lo siento!—Lloriqueó su amigo con culpa.—Estabas... en la nada.—Solo dijo. De repente, fue como si todas las emociones arremolinándose en su cerebro se congelaran por un momento.

 Como si... huyeran.

—¿Desde cuándo tus iris son rojos?—Preguntó una voz chillona que apareció de la nada, haciendo que el dúo se sobresaltara.

—¿Trapta?—Cuestionó Bow, ignorando la pregunta que amenzaba con taladrar su cerebro universitario.

—¿Rojos? Siempre han sido azules.—Respondió la rubia, confusa.

—Hace una fracción de segundo eran rojos.—Informó.—¡Los datos nunca mienten!—Exclamó con pasión, antes de ver que los dos pares de ojos se fijaban en ella incómodamente.—En todo caso, estoy aquí porque Catra me mandó a buscarte.—Avisó.

—¿Catra?

—Efectivamente. Ella está en clase ahora, pero me pidió que te dijera que te vería en la cafetería.—La ojiazul asintió pensativa, antes de regresar su mirada a la chica de largas coletas.

—¿Dijo algo más?—Inquirió.

—No. Probablemente solo quiera pasar algo de tiempo contigo como su novia, considerando que eso es lo que hacen las parejas y que han hecho desde siempre.—Contestó con naturalidad. Cierto. Adora casi lo había olvidado. Con tantas cosas en la cabeza... no podía esperar mucho de sí misma. Y la mayoría de esas cosas no se sentían como si fueran suyas. 

—¡¿Ya es tu novia?!—Se sobresaltó el moreno.—¡¿Desde cuándo?!

—Uh, hace unos días. ¿Y qué quieres decir con "ya"?—Respondió ambas preguntas a la vez, dándose cuenta de que Entrapta simplemente había decidido desaparecer a su conveniencia hace unos instantes. Lo supo porque, aunque era pequeña, al mirar abajo, no la vió a ella, sino al usual suelo de mármol blanco pulido.

—Era demasiado obvio.—Dijo, encogiéndose de hombros.—De hecho, esperaba que fueran un poco más... lentas. Todo el mundo lo sabía menos ustedes, par de lesbianas idiotas.—Se burló el moreno, y la rubia le dió un codazo juguetón, con una sonrisa y un rubor apenas visible brillando en su rostro.

(...)

—Hey, Adora.—Saludó la morena, su voz sonanso aterciopelada, casi como si fuera un ronroneo. Una sonrisa se posó de inmediato en la ojiazul, sintiendo que absolutamente todo lo que la molestaba se iba al demonio con esas dos palabras.

Se inclinó despacio hacia su novia, rozando sus labios con anhelo que no sabía que guardaba.

—Gatita...—Suspiró a pocos centímetros de distancia. Muy a su pesar, se separó de la castaña para sentarse a su lado. Por supuesto, no persió el tiempo, pues al siguiente segundo dirigió su mano hacia la cintura de su contraria, descansando apenas su cabeza tras su cuello. Pese a que la posición le resultara algo incómoda debido a la diferencia de altura y que tenía que encorvar su espalda para lograrlo, no le importaba en absoluto, pues poder tener un momento así se sentía como algo increíble.

Como un sueño, del cual tarde o temprano tendría que despertar.

—¿Qué tal tu día?—Cuestionó despacio cerca de su oído. La rubia se encogió de hombros, preparándose para soltar todo lo que le preocupaba.

—Verás, yo-

—¡Grayskull!—Gritó una voz chillona justo a su lado. Se contuvo de poner los ojos en blanco mientras disfrutaba por unos momentos el aroma de su remanso de paz. De alguna manera, fue suficiente para hacerla sonreír.

 —Vine tan pronto como me dijiste, Glimmer.—Se unió otra voz, tan calmada como siempre. Se obligó a salir de su refugio temporal para ver a su—no tan pequeño grupo de amigos, rodeándolas mientras miraba con ojos entrecerrados a Bow, que estaba justo frente a ella, mirándolas con culpa.

—Bow.—Demandó la rubia.

—Solo se lo dije a Glimmer, lo juro.—Habló, escondiendo casi perfectamente una sonrisa entre su expresión. El moreno jamás había mentido en su vida, así que no tuvo más opción que creerle. Así que, en otras palabras, era culpa de la pelirosa.

—Sparkles...—Habló la morena, pero antes de que la mencionada pudiera decir algo, un alarido enternecido las interrumpió.

—Awww, son tan lindas.—Dijo la peliblanca, apareciendo como si nada. Los ojos bicolor le lanzaron una mirada furtiva que claramente decía "¿Y tú de dónde saliste?", por lo que se apresuró a explicarse.—Estaba camino a almorzar con Entrapta y los ví a todos aquí. Realmente llaman la atención, ¿sabían?—Comentó casualmente, y el grupo repartió miradas antes de que, casi a la par, se sentaran, ocupando casi tres mesas del lugar.

—¿Cuándo iban a decirnos?—Inquirió Glimmer. La morena quiso hablar, pero la rubia posó su mano sobre la suya, y no intentó decir nada más.

—Tenía... muchas cosas en la cabeza.—Respondió con sinceridad.—Pero, ya que están todos, Catra es mi novia ahora.—Anunció, y las mejillas llenas de pecas se ruborizaron sin quererlo.

Le gustaba como sonaba eso. Aún no se acostumbraba del todo, pero sus oídos vibraban cada vez que lo escuchaba.

—Ya era hora.—Murmuró la pelizaul, siempre entusiasta.

—¿Y bien? ¿Quién se lo pidió a quién?—Preguntó Glimmer, apoyando sus codos en la mesa y observando como la expresión de la rubia cambiaba absolutamente y la de la morena se llenaba de orgullo.

—E-ella.—Confesó, sus mejillas sonrojadas a más no poder. Catra no pudo evitar la risa que salió de sus labios cuando asintió. Ni siquiera intentó decir algo más, pues el resto había iniciado una conversación (que bien pudo haber sido un debate) sobre ellas.

Viéndolo desde otra perspectiva, era realmente agradable convivir con sus amigos como no lo había hecho desde hacía mucho tiempo. Era reconfortante saber que aún estaban allí. Juntos como cuando eran niños y no entendían nada sobre la vida.

¿Estaba dispuesta a sacrificar eso?

Ella pensaba que no.

Pero se sentía empujada a decir que sí. 

(...)

—Voy a suponer que no estudiaste nada con Arrow Boy.—Pudo decir Catra al fin, después de un largo, verdaderamente largo día. La rubia extendió sus brazos esperando recibir a su novia en ellos, y cuando lo hizo, por fin pudo soltar el suspiro que había estado conteniendo todo el día.

—No.—Le dió la razón con una sonrisa.—Pero no es... no... ugh.—Intentó decirlo, pero cuando intentaba conectar las ideas, todo parecía revolverse en su mente.

La castaña la miró un momento y luego, lentamente, empezó a acariciar los brazos de Adora, como reconfortándola, apoyándola.

—No sé que haré después.—Finalmente confesó.—Yo... yo quiero mantenerte lejos de toda esta mierda, gatita.—Continuó.—Y aunque quisiera, ahora no puedo retractarme de mis decisiones.—El par de ojos bicolor observaron atentamente. Aquella preocupación en los orbes azules contrarios la llenaba de calidez abrasadora. 

¿Era normal, sentir tanto frío y a la vez calidez?

—Y solo me queda continuar hasta el fondo si quiero recuperar a la loba.—Continuó.—Pero, ¿y si no la recupero? ¿y si lo hago? ¿qué pasará contigo? ¿qué pasara con nosotras, con nuestros amigos? ¿qué... pasará... conmigo? ¿y si termino alejándote? ¿y si lo arruino todo?—La sarta de preguntas salieron como si no hubieran sido capaces de mantenerse encerradas y escaparan, todas a la vez, todas desesperadas. Pero la ojiazul tenía más que decir. No estaba por terminar. No iba a terminar aún.—Y, y tengo esta... sensación extraña, como si no fuera yo cuando algo malo pasa. Siento que me consume, y no sé ni siquiera qué es lo que me consume, y-yo solo...

—Adora, mírame.—Llamó Catra con voz firme.—Aún no es tiempo de preguntarse todo eso. Sé cómo te sientes, pero el desesperarte no cambia nada. Nunca lo ha hecho y nunca lo hará.—Indicó, llevando su mano hasta la mandíbula de su novia. Su mano, algo tibia, hizo que finalmente la rubia volviera a donde realmente estaba.—Eventualmente pensarás en algo, porque tu puedes ser veinte veces más terca que yo cuando te lo propones.—Le recordó, no pudiendo evitar sonreír.

La rubia sonrió, empezando a acercarse a su castaña más y más, simplemente porque la necesitaba cerca, era lo que le brindaba paz.

—Lo sé.—Acotó con una involuntaria sonrisa.

—Pero tengamos esto mientras, ¿ok?—Pidió.—Yo te amo, tú me amas. Medio mundo lo sabe. Y que se entere todo el mundo si quiere, mientras tú estés aquí. Sabremos qué hacer si estamos juntas. 

—¿Lo sabremos?—Repitió como si no estuviera segura. Catra asintió, simplemente sellando sus labios en respuesta.

—Lo sabremos.—Asintió.—Simplemente te quiero aquí conmigo, ¿sabes? Quédate conmigo. Solo quédate, sin importar lo demás.—Esta vez fue turno de la rubia para besarla, simplemente desarmándola hasta que no tuvo más que dudar.

—Gracias, gatita. Te amo.—Solo dijo, dejando que su novia sonriera suavemente antes de atacarla verdaderamente, su lengua tanteando los labios contrarios y abriéndose paso como cada vez.

Sentía como si todo se desvaneciera, se fuera en mil colores distintos hasta quedar simplemente en dos, el dorado y el azul de esos perfectos ojos disparejos por los que daría la vida. Sentía su corazón latir y la calma llegar como el mar a la orilla.

Y de repente, de alguna forma terminó sobre ella. Cuando abrió sus ojos se encontró con la morena mirándola con sus mejillas apenas ruborizadas y le otrogó una de aquellas sonrisas que solo tenía reservadas para ella, diciéndole sin decirle lo que necesitaba en este momento.

—Eres como una estúpida diosa griega.—Terminó por conceder lacastaña.

—Lo sé.—Le respondió Adora con una sonrisa de suficiencia. Besándola nuevamente y deteniéndose solo para redirigir su atención a un punto en su cuello.

—Eres insufrible.—Suspiró su novia sin querer.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Hey! Es bueno volver :3

Creo que realmente han pasado muchas cosas, mis episdios depresivos se volvieron muy seguidos y muy largos. Intenté seguir el ritmo, pero llegué a este punto donde no pude hacer más. De hecho, mi etado mental es tan horrible que mi habitación parece un desastre andante.

Además de eso, la última semana estuve terriblemente enferma (no fue grave, solo nunca me había enfermado de esta wea antes) así que mi capacidad cerebral fue smetida con medicación extra a la regular.

Por si fuera poco, durante este tiempo me di cuenta de hecho de que estaba enamorada de alguien que me restaba demasiado, y cuando finalmente pude dejarla ir me sentí liberada, como nunca. 

Pero eso a nadie le importa, asi que diré que este cap estuvo casi listo hace más de un mes, pero justo cuando me sentí dispuesta a seguir, las cosas siguientes me tiraron al suelo una y otra y otra vez.

Escribí este cap pensando en darles un descanso antes de entrar al nuevo arco, y de hecho, hubo algunas partes interesantes que decidí quitar, pues hubiera sido igual que un capítulo regular. Honestamente tampoco quedé extremadamente contenta, pero me gustó. Espero que a ustedes también.

En fin, eso ha sido todo por el cap de hoy, si les gustó no se olviden de dejar su estrellita y comentar, ya saben que cualquier crítica constructiva, pregunta o sugerencia que tengan trataré de responderla en los comentarios.

Tengan un buen dia/tarde/noche donde quiera que se encuentren y mi coonsejo es que jamás bajen la cabeza cuando alguien intente hacerlxs sentir mal por ser quienes son. Cuídense, báñense, tomen awita y descansen :3 espero que la semana lxs haya tratado bien, y si no, ahí nos viene otra :) 

Lxs quiero <33

Atte: Heiwa

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top