31

Había pasado una semana del desafortunado evento en la antigua casa de Roger. Por lo visto, a ninguno —exceptuando a Vincent—, le había interesado la desagradable y maleducada forma en la que lo trataron. Él seguía insistiendo que era Harry Potter y esa tropa de tontos eran los Dursley. Brian reía cada vez que el rubio lo mencionaba.

— ¿Y quién es Voldemort?

— No sé... ¿Marty? –ambos rieron ante ello.

— ¿Ron?

— Mike, incluso es Weasley –dijo-. Tú eres Ginny.

— ¿Qué? –rió-. Si alguno de los dos es Ginny, ese eres tú.

— Yo soy Harry, Brian, dah –dijo en tono obvio.

— No, tú eres Draco Malfoy.

— ¡No! ¡Por favor no! –imploró, Brian siguió riendo.

— Y Severus Snape.

— ¡Ese es un poco más aceptable! –exclamó.

— ¿Coincidimos en que Stuart es Neville?

— Así es, ambos son Longbottom –volvieron a reír.

Caminaban por el pasillo devuelta a las habitaciones tras un largo día. Iban a estudiar para los exámenes, así que iban cargados de libros de la biblioteca.

Mientras pasaban, un compañero de Roger le puso la palma en el rostro mientras él seguía caminando, sin percatarse de nada por hablar con Brian. Bueno, claramente se percató del palmazo, le llegó directamente en la nariz, por lo que se detuvo mientras se llevaba ambas manos a la zona afectada.

— ¿¡Qué demonios te pasa!? –exclamó en la misma posición.

— Nada, Roger, recuerda el cigarrillo –le dedicó una sonrisa cínica. Roger abrió los ojos con sorpresa, y por fin, tras meses, pudo recordar quién lo había atacado en la fiesta de Año Nuevo.

Porque lo tenía enfrente.

— ¿Qué quieres ahora?

— Roger, ¿quién es este imbécil? –intervino Brian.

— Un compañero –respondió simplemente mirando al tipo directamente a los ojos, queriendo demostrar el nulo temor que quería sentir. Le temblaron las piernas.

— ¿Tú te pones celoso, May? –preguntó el otro-. Con la fácil que tienes de novio, me sorprende.

Brian lo golpeó.

— ¡Brian, espera!

— Ah, bueno –dijo el tipo y se enderezó-. Muestra tu ataque de celos, perra histérica.

Lo volvió a golpear.

— ¡Brian, por favor, tranquilízate! –exclamó Roger asustado, pese a que los golpes habían ya desaparecido, la cicatriz por la quemadura del cigarrillo seguía en su frente. No quería que Brian obtuviese una peor.

— No pude hacer esto en la fiesta, déjame hacerlo ahora –le respondió.

— N-No es necesario... -murmuró.

— Oh, Rog, créeme, sí lo es.

Roger miró la expresión de Brian. Era una totalmente distinta a la que tenía cuando lo miraba a él, la cual era afable y amorosa. Cuando miraba al otro tipo, podía jurar que le salían las chispas por los ojos. Aquello le preocupó, Brian era temperamental, se enojaba difícilmente, pero cuando lo hacía, era como un volcán que despedía fuego. Pero pese a todo, se veía seguro.

El tipo lo volvió a golpear, Brian iba a explotar, pero Roger se ineterpuso, llevándoselo de allí.

— ¡Rog, déjame ir! –le reclamó mientras él se lo llevaba toándolo de la mano. Les lanzaron varios insultos que simplemente ignoraron, Roger no le respondió y siguió caminando-. ¡Roger, suéltame!

Subieron las escaleras mientras Brian forcejeaba en vano, Roger abrió la puerta de su habitación y dejó los libros en el escritorio básicamente tirándolos por el peso. Brian seguía reclamando que lo dejara ir y golpear al tipo.

— Bri.

— ¡Mira lo que te hizo! ¡Sufriste una crisis de pánico por su culpa! ¡Estuviste herido por dos meses por su culpa! ¡Estuviste adolorido todo el resto de las vacaciones de invierno! ¡Merece que le den su merecido! ¡Merece que...!

— Brian, no sacas nada –suspiró y se sentó.

— Yo solo quiero defenderte...

— Lo sé, y créeme que lo agradezco, pero solo vas a lograr que te sancionen, o que te expulsen –dijo-. No voy a dejar que arruines tu carrera por eso.

— No voy a arruinar mi carrera por defenderte –repuso.

— Si te echan por eso, puedes arruinar tu futuro... yo no quiero que te pase eso por mi culpa.

— Sería mía y no me arrepentiría por nada del mundo –aseguró.

— Bri...

— Piénsalo, Roggie –dijo-. Ya aguantaste toda la escuela, ¿ahora lo harás en la universidad?

— Sí...

— ¡Rog! –exclamó-. No quiero que estés mal...

— Y yo tampoco quiero que tú lo estés –dijo-a en torno a mí. Somos dos personas distintas, con problemas variados. Tú acabas de perder a tu papá...

— Sí, pero...

— Tú también eres importante –lo interrumpió-. También eres una persona.

— No sé por qué es malo defenderte...

— No he dicho eso... al contrario, me hace sentir bien que lo hagas –le sonrió con sinceridad-. Pero quiero tu bienestar también.

— Está bien –dijo más calmado-. Pero a la próxima que te hagan algo, les patearé el trasero.

— Está bien –rió levemente.

Así que se pusieron a estudiar. Cada uno estudiaba los suyo, pero les gustaba la compañía contraria. Era agradable. Podían concentrarse bien y estudiar lo necesario.

Pronto, el celular de Roger sonó. Él vio la pantalla para saber quién era. Brian naturalmente tambié quiso saber.

— Es Vince –respondió algo confundido.

— ¿Hally, somos gemelas?

— Ya cállate –rió.

— Lo siento –también lo hizo-. ¿Qué te dice?

— Se está... ¿disculpando?

— ¿Y por qué? Era el único agradable.

— Por cómo actuaron Prudence y Edith –respondió aún algo perplejo.

— Vaya, Annie es una buena gemela.

— Ya cállate –volvió a reír.

— Cállame.

— Meh, cállate solo –rió.

— ¡Hey, eso fue muy cruel! –rió también.

— ¿Me perdonas?

— No.

— Oh... por favor...

— No.

— Por favor... por favor, por favor, por favor, por favor.

— ¡Bien! –rió-. Te perdono.

— Gracias –besó su mejilla-. Bueno, sigamos estudiando.

— Espera, sácale información a Vince.

— ¡No voy a hacer eso! ¡Es mi hermano! –exclamó.

— Tu hermano que conociste hace una semana y cuya existencia descubriste hace dos.

— ¡Oye!

— Lo siento.

— No creo que sea bueno sacarle información –dijo Roger-. Acabo de conocerlo. Además ¿qué tipo d información puedo sacarle? ¿Dónde guardan las ollas?

— No, me refiero, lo que pensaron de ti.

— Ya sé lo que pensaron de mí –repuso-. Que soy muy desagradable. Qué orgulloso estoy.

— Vamos, tampoco debió ser tan así...

— Los comentarios, las indirectas, los menosprecios. ¿De verdad crees que no les caí mal? Yo no solo creo eso, creo que no me soportaron.

— Vince sí –repuso Brian-. Si no, no estaría enviándote mensajes para disculparse ¿no crees?

— No sé –admitió.

— Yo tampoco, solo estoy diciendo –dijo-. Además es perturbador el parecido entre ustedes.

— ¡Tú y tu papá eran un espejo! –repuso.

— Pero tú y el tuyo no.

— No sé, siempre pensé que me parecía a mi mamá –se encogió de hombros.

— Al parecer te pareces a él.

— ¡No, por favor no!

— No psicolcológico -dijo-. Físico.

— No quiero parecerme en nada en él —dijo

— Lo siento...

— No te preocupes, Bri —dijo—. Quizás es un problema mío.

— ¿Por qué sería tuyo?

— Porque no debería odiarlo.

— ¿Qué? ¿Y cómo no vas a odiarlo?

— Es mi papá.

— Roger, por favor mírame —tomó su rostro con ambas manos, él se sonrojó—. Ese tipo no es tu papá. Biológicamente sí, pero no uno real.

— Pero igual...

— Amor, era un monstruo contigo —dijo—. Y sigue siéndolo. Y su nueva familia también.

— No importa —le sonrió—. Ya lo superaré.

— Roggie...

— Iré de a poco, pero ya lo haré —insistió y le dio un beso corto—. Al fin y al cabo, no merece que me sienta así por él.

— Exactamente —corroboró Brian y le acarició el cabello—. Mereces ser feliz.

— Y lo soy.

— Yo también.

Se sonrieron y siguieron estudiando, sin embargo, Brian le robó un beso dulce e inocente. Roger recordó cuando comenzaban a salir y lo abrazó.

— Te amo muchísimo.

— Yo más a ti.

Y tras otro beso, siguieron estudiando.

(...)

— Profesor, estoy muerto.

— Taylor, levántese.

— No siento las piernas.

— Mala suerte, muévete.

— Me duele donde me llegaron los pelotazos.

— Si no se levanta en este mismo instante, voy a reprobarlo.

Roger se puso de pie rápidamente, al hacerlo sintió un leve mareo, pero no dijo nada. Sin dudas, educación física era su ramo menos preferido.

— Bueno, como saben, iniciamos hoy mismo la unidad de Rugby —dijo, varios de sus compañeros celebraron, mientras que él solo hizo una expresión cansada—. Así que formen dos equipos, capitán uno será Hooke y capitán dos... Matthews, vayan.

Roger bufó con pesar, siempre era escogido al último. Michael se le acercó y le pasó el brazo por los hombros.

— Bueno, ¿has sobrevivido? —le preguntó.

— Por poco no —rió él y se rascó la comisura de los ojos.

— Ya te irás acostumbrando.

— Van a taclearme —repuso—. Soy el blanco más fácil.

— No si corres rápido —le guiñó un ojo.

— ¿¡Correr rápido!? ¡Corro más lento que un caracol con parálisis! —exclamó. Michael se echó a reír—. ¡No es broma!

— Tranquilo, Rog, de seguro no te harán eso —le sonrió.

Pero sí fue así.

Roger subía desde los camerinos con el cuerpo adolorido. Como había predicho, fue tacleado cuántos minutos dura un partido. Estaba acostumbrado, no le dio más importancia.

Aunque claro, los escalones hacia las habitaciones se le habían sumamente pesados, como si llevase dos ladrillos en vez de zapatos. Llegaba a jadear por el cansancio.

Cuando llegó, soltó un suspiro de alivio. Se había duchado abajo, pero había olvidado llevar ropa y tuvo que volver a ponerse el uniforme de rugby que tanto detestaba al asociarlo a aquel deporte. Así que apenas llegó, se dirigió a la cómoda más cercana a sacar ropa para ponerse.

Sonrió cuando unos brazos tibios le rodearon la cintura. Sabía claramente quien era y no se equivocaba, así que tomó una de las manos de Brian que reposaban sobre su abdomen y la dejó allí. El mayor sonrió y le besó el cuello. Roger emitió una risa leve.

— Te ves bonito con el uniforme de rugby —le sonrió apoyando el mentón en su hombro.

— ¿Tú crees? —le sonrió devuelta.

— Precioso —corroboró y volvió a darle un casto beso en el cuello—. El cabello te huele a frambuesas.

— Es el champú —dijo con las mejillas coloradas.

— Yo creo que eres tú —besó su mejilla e hizo que quedara frente a él, Roger no tardó en abrazarlo por el cuello y besarle los labios con suavidad.

— O quizás eres tú y te confundiste —dijo.

— Mi cabello huele a laca y solo a eso —respondió riendo—. No sé por qué mi champú huele así.

— A mí me gusta como huele tu cabello —dijo y lo volvió a besar con suavidad.

— Adoro que hagas eso —rió nerviosamente—. Eres tan tierno cuando lo haces...

— Claro que no —rió y lo volvió a besar.

— Insisto, tierno —lo besó él esta vez.

— Ya, consíganse el motel —dijo Michael entrando por la puerta. Brian y Roger rieron, pero no se soltaron de su abrazo—. ¿Qué? Alguna vez tenía que ser yo el que interrumpiera y no Will.

— Tranquilo, comprendemos —río Brian y se sentó en la cama. Roger siguió buscando qué ponerse.

— Muchas gracias —dijo Michael y se echó en su cama para ver su celular—. Iré con Riley al cine, ¿recomiendan alguna película?

— No sé... —dijo Brian que estaba más concentrado en mirar a Roger.

— Bueno, veremos allá —dijo al notarlo—. Nos vemos.

— Nos vemos.

Michael salió por la puerta. Brian volvió a tomar a Roger por la cintura y él se recostó sobre su regazo. El mayor comenzó a hacerle cariño en el cabello y él sonrió.

— De verdad me encanta el uniforme de rugby —dijo. Roger rió un poco.

— ¿Te gustan los jugadores de rugby?

— Uno en particular —respondió—. Tiene los ojos azules, es muy bonito y tiene el cabello rubio. Se llama Roger y está en el equipo de la universidad de Oxford.

Roger rió un poco y tomó sus mejillas para plantarle un beso en los labios.

— No soy del equipo, me están obligando o a jugar —rió.

— Eso no hace que el uniforme te quede mal —comentó.

— Como digas —sonrió y volvió a besarlo.

Se besaron varias veces, hasta que Roger se levantó para terminar de buscar las cosas con las que vestirse.

— ¿Y si te quedas así todo el día? —pidió Brian. Roger rió levemente.

— Esto está sudado —respondió—. Sudo como cerdo cuando hago deporte.

— No me importa, igual hueles a frambuesa —dijo.

— No huelo a frambuesa —dijo divertido.

— No, porque también hueles a flores.

— Bri... —rió—. ¿Por qué siempre me halagas?

— Porque es fácil hacerlo —respondió.

— No sé... —dijo y se sentó a su lado con la ropa en la mano.

— ¡Es jodidamente fácil! —exclamó y Roger rió por la manera en la que lo dijo—. Me sale natural. Lo hago con los ojos cerrados.

— ¿Puedes hacerlo conmigo besándote? —se colocó frente a él y se sentó.

— Claro —respondió—. Te lo voy a demostrar.

— Hm... está bien —lo abrazó por el cuello y le hizo cariño en el cabello de la nuca para luego besarlo. Brian correspondió a tiempo que le colocaba las manos en la cintura.

— Eres... realmente muy hermoso —soltó en el beso y él sonrió también—. Tus ojos me vuelven loco.

— ¿De verdad?

— Tu calla y sigue besándome —dijo, Roger rió levemente pero obedeció a su pedido.

— Me encantas —dijo—. Muchísimo.

Finalmente se separaron por la falta de aire y Roger lo abrazó. Él le acarició el cabello con amor y besó su cabeza, pese a la leve hinchazón de ambos labios.

— Te amo, Roggie —murmuró.

— Yo te amo más —dijo en el mismo tono.

...*.*..***.*

bueno, había publicado y recordé que tenía que dar un anuncio xddd, perdón unu

Bueno, como quizás pudieron notar, Y DIGO QUIZÁS PORQUE WATTPAD ES UNA CACA, cambié la portada.

Asies, la nueva y hermosa portada hecha por NoahIsntReal , espero haberte etiquetado, mi wattpad está medio mal, si no lo etiquetó, por fa etiquétenlo:(, bueno, Noah el pan de dios, uno de mis mejor0s, que hace las mejores portadas, tkm bro nunca cambies <3

Aquí está uwu

Y eso, también avisar que como dije en un anuncio, Childish será trilogía, asies. La tercera parte se va a llamar Mature, pero no daré más detalles.

 Y respecto a las constantes peticiones de escenas smut, lo siento, no escribo ese tipo de estilo, honestamente ni lo he leído ni lo he escrito nunca, porque no estoy cómoda escribiéndolo, pero se dará a entender en algún momento de la historia si sucedió algo (recuerden que no lo han hecho xd), pero sin especificar nada y sin describirlo, como lo hice en I Want to Fix it (otro maylor, el que lo leyó capta xd), y de todas formas, aún queda mucho para que eso suceda, pero ya tengo planeado cómo lo redactaré y en qué momento será. Sean pacientes.

Así que eso, creo, ah, y como dato, Edith está basada en mi profe de lengua que me odia KJSLKSBF, eso bai

- Em

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