20

Cuando Brian salió del hospital, todos estaban muy contentos. Claro, tenía que atenderse semanalmente con un psiquiatra, pero eso era lo de menos.


En aquel momento, se encontraba con Roger en su habitación. Él había insistido en ir para cuidarlo y Brian aceptó sorprendido. No pensó que fuese en serio el que no lo dejaría solo.


— Estoy aburrido... —masculló.


— Podrás salir cuando te recuperes bien —dijo Roger.


— Rog, estoy aburrido —siguió.


— No sea burra —le respondió y Brian rió—. ¡Eso me decía mi abuela cuando me aburría!


— No sea burra —repitió riéndose—. Cántame una canción.


— Hm... bueno —dijo—. Un mamut chiquitito que quería volar.


— Pero... —se echó a reír.


— Trataba y trataba y no podía volar —siguió cantando.


— Dios mío.


— Un día la gaviota, la quiso ayudar. Y de un quinto piso, la hizo saltar. ¡Y el mamut se hizo m-!


— ¡Roger! —exclamó riéndose.


— Lo siento —rió también—. ¿Quieres oír otra?


— Quizás con qué salgas, así que no.


— Movimiento naranja, en futuro está en tus ma-


Brian le tapó la boca mientras seguía riendo, Roger también lo hizo con la boca tapada.


— ¡Hey, me lamiste la mano! —reclamó retirándola.


— ¿Me perdonas?


— No.


— ¡Oh, vamos Bri!


— Tendrás que hacer mérito.


— ¿Qué cosa?


— Un b- —se interrumpió al saber lo inapropiado de la petición. Roger lo miró confuso—. Un... telescopio.


— ¡Te di uno! —reclamó Roger.


— Sí, pero quiero otro.


— Estoy seguro que hay otra cosa —dijo.


«Vamos, Bri, no seas tímido»

Eh... no, creo que no —mintió.

— Bien —dijo Roger algo decepcionado—. Pero no tengo dónde conseguir uno, ¿aceptas un dibujo de un telescopio?


— Bien —se echó a reír.


— ¡Estupendo! —exclamó y tomó una hoja y un lápiz para hacer un telescopio. Cuando terminó, se lo entregó.


— Roger, eso parece otra cosa.


— ¡No sé dibujar telescopios! —reclamó él.


— ¿En qué cosas andas pensando, Rog? —siguió riéndose.


— En tu telescopio —dijo—. ¡No sé dibujarlos!


— Sí, pero por lo visto tienes un alto conocimiento en anatomía humana.


— ¡Estudio biología!


— Como digas... —rió.


— Gracias.


— ¿Así que los niños tienen telescopios y las niñas astrolabios?


— ¡Brian!


— Bien, bien —siguió riendo.


Siguieron molestándose mutuamente, mientras Roger se preguntaba qué hubiera pasado si de verdad Brian hubiese pedido ese beso.


(...)


— ¿Hijo, eres tú?


— Sí, mamá, soy yo —respondió Roger cerrando la puerta y fue a saludar a su madre.


— ¿Cómo estás, cariño?


— Bien, ¿tú?


— Bien —le sonrió—. ¿A dónde habías ido?


— Con Bri —respondió, ella lo miró algo confusa.


— Con... ¿con Brian? —preguntó y Roger asintió—. Roggie, ¿no crees que es algo un poco masoquista?


— No, ya no somos pareja —intervino—. Solo somos amigos, creo, y además prometí que no lo dejaría solo. No quiero que vuelva a pasar lo que pasó.


— Pero eso debe dolerte, cielo —dijo ella—. Yo sé cómo sigues sintiéndote por él.


— Sí, y por eso debo acompañarlo —dijo—. Yo lo amo, mucho, y no puedo dejarlo sufrir de ese modo y dejarlo estar solo. Quizás sea tonto de mi parte, pero ¿qué importa? Todos somos algo tantos por el amor, ¿no?


— Sí, supongo que sí —sonrió Winifred—. ¿Me pasarías el trapo? —Roger obedeció—. Creo que es algo muy fuerte de tu parte, mi niño.


— No lo es —sonrió al recordar el leve llanto que había tenido en el autobús devuelta, lo que hizo que varios pasajeros lo miraran extraño.


— Claro que sí —dijo—. Yo no podría.


— Oh, sí podrías, mami —sonrió y besó su mejilla—. Voy a volver a teñirme.


— ¡Pero te queda tan lindo tu cabello rubio natural! —exclamó ella.


— Me gusta más el rojo, con el rubio parezco Barbie de segunda —dijo entre risas y subió, la tintura ya se le había salido.


Cuando terminó, fue a su habitación. Tenía un texto de Brian. No recibía uno de hacía meses, y era contrastante leer el "claro, nos vemos, mi amor" al "olvidaste tu cuaderno en mi casa". Le respondió que lo traería devuelta al día siguiente.


No supo en qué momento terminó viendo sus conversaciones anteriores y sonriendo con ello. Y no supo que en el momento en el que se desconectó, Brian hizo lo mismo.


Era extraño estar con Brian, pero no ser su pareja. Eso creía. Pensó que si lo del mamut y lo del telescopio hubiese sido en el tiempo en el que fueron novios quizás hubiese terminado en la petición del beso que Brian iba a pedir antes. Extrañaba la sensación que sentía cada vez que Brian y él se besaban.


Se palpó los labios. Definitivamente no era el mismo tacto. Definitivamente ya no tendría aquel tacto. Él mismo lo había decidido. Por él. Por Brian. Por la salud mental de ambos. Si seguía separándose y volviendo se convertirían en una pareja tóxica. Si seguía viendo a Brian como su novio, terminaría sufriendo más. Debía concentrarse en verlo como si amigo. Solo su amigo. Debía tener clara la situación en la que estaban.


Pero no podía, porque aquello era peor que estar enamorado.


(...)


__ ¿Y qué diablos significa eso? —rió.


— Significa algo muy simple, Bri.


— ¿Y? ¿Qué es?


— Que estoy enamorado de ti.


— Y yo también de ti, Roggie —lo besó.


Y despertó.


Se frotó un ojo y miró a su alrededor. Ojalá aquel sueño hubiese sido real.


Se palpó los labios. El sueño había hecho que ese beso se sintiese muy real. No lo era y suspiró.


Se lanzó de espaldas nuevamente para acostarse y quedar mirando el techo. Aún tenía una foto suya y de Roger en la mesita de noche. La miró largo rato mientras intentaba imaginarse qué sería de su vida si estuvieran juntos.


Así que se levantó de la cama y sacó el telescopio que él mismo rubio le había regalado. Miró una Estrella y pensó que si aquella no tuviese nombre, le pondría el de su amado, porque él brillaba igual que ella. Así de simple.


Estuvo largo rato en ello.


Pensó en su cabello que se mantenía rojo como una rosa y en sus ojos que brillaban como las aguas del mar cuando el sol del verano se refleja en ellas. Sonrió. Sin embargo, la sonrisa se borró al pensar que aquellos labios rosados como dos malvaviscos, suaves y dulces, no volverían a posarse sobre los suyos.


— Déjame recuperarte, Roger —murmuró asomado a su ventana.

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