TaeHyung siempre le había mirado a los ojos para decirle si estaba haciendo las cosas bien o no.

Incluso cuando su amistad se fracturó desde adentro y JiMin intentó por todo lo bueno del mundo, luchar por ella.. Tae continuó observandole.

—Tienes que ser más fuerte JiMin-Ah, incluso si todo duele.. tienes que demostrarlo porque creo siempre en ti y apuesto con mi vida por ello.

JiMin había suspirado, acariciando levemente la argolla que ahora decoraba el dedo anular de su mejor amigo, mientras sus sentimientos le empujaban a llorar.

—En ocasiones siento que no puedo, Tae.

Deslizando una sonrisa, Tae besó su cabeza con cariño y se quedó quieto, contemplando el anillo en su dedo.

—Tu puedes.

JiMin abre los ojos, respirando con fuerza mientras el médico da las instrucciones y un aguja atraviesa su piel. Esta seguro de que ha sido eso.. lo siente, incluso si no puede verlo.

El dolor se intensifica, enviando un escalofrío por su cuerpo y sin poder evitarlo, un fuerte quejido escapa de su boca, mientras aprieta la sábana bajo su cuerpo.

Dios, lo está destrozando.

Puede escuchar el ruido de los demás, las voces y el sonido metálico, pero no la voz de YoonGi y eso le asusta mucho.

¿Dónde está? ¿Dónde está Baek?

Respira profundo, sintiendo como la parte inferior de su cuerpo se adormece con un hormigueo fastidioso. Y entonces el recuerdo parece destronar a su propio dolor.

Es hora. Su bebé viene en camino y YoonGi le ha traído al hospital para que de a luz a su hijo.

JiMin manoteo con su poca fuerza, intentando no ceder al sueño pesado que se instala en su cuerpo, porque quiere de alguna forma, ver a su bebé nacer.

—No te esfuerces chico, será un poco tardado pero te prometo que cuando despiertes, tendrás a tu bebé a tu lado.

JiMin distingue al hombre frente a él. Es un viejo colega del trabajo, al que dejó de ver cuando detuvo su trabajo para iniciar con su especialidad en línea y el cuidado de su familia.

En el fondo sabe que está en buenas manos, que lo ha estado desde hace mucho, incluso cuando su corazón parecía estar roto por el bienestar de alguien más.

Sin embargo, el miedo se adentra en sus últimos momentos de lucidez y recuerda entonces la última vez que vio a TaeHyung.

Tiene miedo de morir y no es por él, si no por la familia que estaría dejando atrás.

"No es lo mismo, no tiene porque repetirse. Por favor JiMin, quédate con nosotros." YoonGi le había repetido de camino al hospital, mientras él soportaba com todo lo que tenía.

Finalmente sus ojos se cerraron ante un último recuerdo: era ese donde TaeHyung le decía que él podía.

"—Tú puedes. —Susurró. —Porque si no, voy a empujarte tan fuerte para que vuelvas al camino."

Dentro de su sueño, TaeHyung aún estaba sonriendo, tan nítido y tan hermoso como lo fue hasta el último momento.

Y cuando las manos de su mejor amigo le empujaron hacia atrás en un breve instante que en realidad fueron horas, JiMin escuchó en medio de su bruma el llanto de un bebé que le exigía despertar.

Y lo haría, porque tenía una familia que le esperaba y un mejor amigo que siempre velaba por el, incluso en la distancia de la propia muerte.

"Te voy a empujar tan fuerte.. que regresarás, aunque yo no pueda."