26: Jour d'hiver.

—Hace frío fuera, quizá deberías abrigarte más.

JiMin se tambalea después de hablarle a un ensimismado YoonGi, obteniendo su atención de inmediato.

El mayor se apura en dar media vuelta y sostenerlo de la cintura.

Es casi gracioso. JiMin está seguro de que aquella parte de su cuerpo ya es imposible, debido al tamaño de su vientre.

—Cada día estoy más grande.

YoonGi sonríe, luciendo cansado debido al trabajo que le consume en esos últimos días.

—Y cada día se acerca más la llegada de este bebé. —Su mano frota la protuberancia con cuidado.

Suspirando, JiMin se deja envolver en un abrazo. Él oculta su rostro en el pecho ajeno, amando la sensación de protección que YoonGi siempre le brinda.

El clima frío sin embargo, parece no ayudar en nada.

—¿Qué haces fuera? Deberías quedarte dentro, ¿quieres café caliente? —Murmura, aún desde su refugio favorito.

YoonGi se queda en silencio por varios minutos, privandole de una respuesta concreta. Finalmente, frota su espalda con cariño y besa su cien.

—Sabes que es muy probable que tus padres y los míos no estén para la llegada de nuestro hijo ¿verdad?

Siente el tirón en su pecho y, casi sin quererlo, retiene el aliento. Hay decepción en la voz de YoonGi y el doloroso sentimiento de perdida no se hace esperar.

Muy en el fondo sabe que ha perdido la compresión de sus padres y que los de YoonGi pueden estar lo suficientemente enfadados con ambos, como para negarle la oportunidad a un niño inocente.

Le duele tanto que las cosas tengan que ser así, viéndose ambos como los traidores, como las horribles personas que no respetaron la muerte del mejor amigo y del esposo, siendo YoonGi un desalmado y según lo entendido, él la puta que solo esperó con ansias.

JiMin se apoya más contra el tacto ajeno, apretando los párpados para evitar llorar.

—Van a recapacitar en algún punto, quizá no hoy y puede que no en meses, pero lo harán y entonces podremos hablar de toda esta mierda falsa que hemos cargado por tanto tiempo. —YoonGi asegura, en un vano intento por aligerar la situación.

—No van a creernos.

—Pero es que no importa si lo hacen o no. Estoy cansado JiMin, estoy harto de escuchar la misma porquería repetitiva. Sé que tenemos la culpa, soy plenamente consciente de que TaeHyung fue el más afectado a pesar de ya no estar con nosotros, pero es justo y necesario que sepan como fueron las cosas en realidad, porque aún así, van a juzgarlos y entonces al diablo, que lo hagan con argumentos sólidos.

JiMin jadeó ante el repentino golpecito de su bebé.

YoonGi quien también lo sintió, se separó y observó su vientre, sonriendo en grande y acuclillandose. Él besó el centro de su vientre por sobre la tela de su camisa suave y murmuró palabras silenciosas, cosas que solamente compartía con su hijo.

—Mis hijos y tú son lo más importante. —Musitó en voz alta, aún de cuclillas. —No puedo regresar al pasado y siendo sincero, no estoy seguro de querer hacerlo. Baek es un pedazo de mi vida y me puedo arrepentir de muchísimas cosas, menos de mi bebé. Pero eso no quiere decir que no puedo tratar de arreglar las cosas, de al menos intentarlo y hacerles saber a todos que no existe cosa por la que puedan apuntarnos, porque nadie lo vivió y nadie lo sufrió como nosotros. Así que no importa si después de eso, ellos continúan siendo una bola de estúpidos, porque al menos tendré la seguridad de haber dejado las cosas claras para ti y para nuestros niños.

JiMin mordió su labio, sintiendo los ojos arder y apoyó una de sus manos en su espalda baja, un poco cansado debido al peso extra.

Él podía entender el punto de YoonGi, aunque le dolía saber que su hijo tendría que pagar por sus errores. Pero lo superarían, al igual que lo hicieron con muchas otras cosas.

—Amor. —YoonGi se levantó de nuevo y frotó círculos en sus mejillas, haciéndole cerrar los ojos y soltar un par de lágrimas. —Incluso si todo el mundo está en nuestra contra, recuerda que tenemos un bebé que traer al mundo y otro más que depende de nuestra estabilidad emocional en estos momentos. Por favor, vamos a mantenernos más unidos que nunca. Te prometo que saldremos adelante.

JiMin asintió en medio de hipidos, porque al final.. YoonGi tenía razón; nadie le arruinaria la felicidad de tener a su pequeña familia unida. Al menos ya nunca mas.

Ese día, justo cuando cumplió los ocho meses de embarazo, entendió con seguridad que tendría que ser muy fuerte. El más fuerte.

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