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Gerard volvió a dar vueltas en la cama, no podía dejar de pensar lo extraño que sería ver a Ray después de lo ocurrido.
Mientras él y Bert se encontraban besandose de una manera más intensa, el rizado ingresó sin tocar la puerta. Nunca hacía eso, pero ese día tuvo que ser diferente. Interrumpió su interrogación sobre dónde estaba el secador para llevarselo, al ver la situación, y sin decir nada, cerró nuevamente la puerta.
Robert había decidido irse un momento después de eso, y en la puerta de entrada le robó un pequeño beso, sin que nadie los observara.
Gerard sabía perfectamente que el contrario lo besaba con cariño, y lo tomaba como más que un simple beso. Pero él no lo veía así, quería intentar reemplazar a Lindsey, cosa que era imposible. Eran totalmente diferentes en muchos sentidos, pero no podía pensar tan claramente en ese momento.
Realmente besarlo era una especie de juego, porque él en realidad no buscaba sus labios, solo se dejaba besar cuando el otro quisiera. Aunque eso alimentara la ilusión de Bert por estar con él, necesitaba un poco de cariño, y no se sentía tan mal si no tenía que rogar por ello, solo sucedía, pero no significaba nada más que algo de compañía.
Lástima que para Bert no fuera así, y apenas se encontró con Jeph, le contó con emoción que había besado al pelinegro, y él lo había correspondido. Jeph no estuvo muy convencido sobre si eso era bueno o malo, pero animó al contrario a intentar algo con Gerard, porque no había más qué decir.
***
Los ojos verdes del pelinegro analizaban la guitarra del rizado. Se encontraban a punto de ensayar, estaban hablando sobre algunas canciones nuevas, y aunque todos pensaran que su opinión era muy importante, no tenía ganas ni siquiera de hablar. Solo guardaba su energía para cantar, y hasta eso parecía un pedido desesperado por estar debajo de una piedra y no allí. Su voz era más como gritos un poco desafinados que no sonaban demasiado bien con lo que quería lograr la banda. Pero nadie se animaba a decírselo, no deseaban deprimirlo aún más, aunque Gerard ya sabía muy bien que probablemente los oídos de sus amigos estaban sangrando en ese momento.
—¿Continuamos mañana?—Mencionó Michael, un poco inseguro, pero inmediatamente Raymond y Bob asintieron, dejando el moreno su guitarra y Bob las baquetas.
—Mañana no voy a cantar mejor—Mencionó el pelinegro, tomando un poco de su té. Era la verdad, al día siguiente no estaría menos deprimido, así que era en vano desperdiciar el día de ensayo.
—Pero sería bueno que descansaras, este sábado tampoco vamos a tocar—Respondió Ray, ya tenían asumido que Gerard no querría hacer una presentación. Habían decidido ignorar lo que había pasado.
—¿Por qué?, yo sí quiero hacerlo.
No le dieron tiempo a retractarse, en menos de una hora ya tenían organizado todo para presentarse el sábado. Habían pasado dos fin de semana en los que se ausentaron, así que no podían esperar para estar frente a la gente de nuevo, eso lo que los hacía mantener la esperanza.
—Hey, ¿estoy invitado a su gran show de regreso?—Mencionó Bert tomando lugar en la cama del pelinegro.
—¿Qué?—Preguntó con gracia al escuchar el título que tenía su próximo concierto.—Claro, pero no digas "gran show" porque estoy seguro de que va a ser uno de los peores.
—No digas eso, tu voz sigue siendo la misma, solamente no le estas poniendo energía.
—¿Será porque no tengo?.
—Sí tienes—Insistió el menor, sacudiendo un poco el cuerpo del contrario cuando éste comenzó a negar.—Pero necesitas un poco de diversión.
—No voy a ir a ningún lugar, toda la diversión que necesito está en mi habitación—Bert guardó silencio un segundo y observó su alrededor, había silencio, papeles y ropa sucia. Comprendía perfectamente cómo se sentía Gerard, pero esa no era la mejor manera de intentar superarlo.
Robert se puso de pie y caminó hasta el otro extremo de la habitación, donde había una guitarra en el suelo. La levantó y sacudió un poco, para después volver al lugar anterior y comenzar a afinarla.
—Te gusta Queen—Comentó como una afirmación, el contrario asintió.—Y también David Bowie.
Gerard lo observó con una ceja levantada, el menor terminó de afinar el instrumeto y comenzó a tocar la melodía de "Under Pressure". El de ojos verdes comenzó a negar riendo, diciendo que no iba a cantar, pero ante la expresión de perrito mojado que ponía el contrario no podía negarse.
El primero en comenzar la canción fue Bert, y apenas Gerard dijo las líneas de la canción que le tocaban, el menor formó una sonrisa. Había partes en las que debían hacer un tono más agudo, y como querían hacer la versión original, intentaban hacerlo igual, cosa que terminaba en risas de ellos mismos por el intento fallido.
Robert dió un grito de la nada, provocando que el pelinegro se sintiera emocionado, le encantaba la voz del contrario.
Michael dió un pequeño salto en la sala al escuchar ese grito, pero decidió ignorarlo, al parecer la estaban pasando bien.
Al terminar la canción, pasaron solo unos segundos para que dejaran la guitarra de lado y se besaran. Eran un lío de saliva, y Gerard no pudo ignorar lo excitado que se sentía. Entre besos, roces y miradas lascivas, terminaron teniendo sexo entre las sábanas de la cama del pelinegro.
Y cuando Mikey se dió cuenta de que los gritos eran demasiado agudos, decidió irse de allí, ya no estaba seguro de que estuvieran cantando.
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