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—Yo creo que lo mataste—Mencionaba Michael, luego de haber visto al chico deslizarse hasta el suelo.

—Solamente le dí un beso—Gerard desenvolvía el obsequio que Frank le dió. Rompió el papel, para luego quedar asombrado por el cinturón con una hebilla de murciélago.—Esto es perfecto.

—¿De dónde habrá sacado dinero para comprar eso?—Indagó Ray, se veía bastante costoso, y encajaba totalmente con el estilo del pelinegro.

—No lo sé, pero me encanta—Se quitó el cinturón que llevaba puesto, poniendose el nuevo en su lugar.—No me arrepiento de haberlo besado.

—Hablando de eso, no sabía que eras gay.

—No soy gay, Bob—Miró de reojo al nombrado.—Pero me da igual que sea un chico, solo es un beso.

—¿Andas regalando besos por todos lados?—Preguntó Mikey con cara de asco. Tener que escuchar ese tipo de cosas de su hermano no era demasiado genial.

—No solo eso—Mencionó en tono de broma el pelinegro, para luego cambiar de tema.

Comenzaron a hablar sobre una nueva canción.

***

—Estas alucinando—Fue lo primero que dijo Jamia al escuchar la historia de su amigo.—Seguro ya tienes fiebre—Apoyó la palma de su mano sobre la frente del contrario.

—Claro que no—Quitó su mano.—Me besó y no voy a besar a nadie más en toda mi vida—Permaneció mirando la nada por unos segundos y luego sonrió.

Jamia le tiró una toalla sobre la cabeza para que pudiera secarse. Estaba realmente empapado, y su madre la regañaría si veía el suelo lleno de agua.

Frank puso su ropa a secar cerca de una estufa y se colocó una nueva. Había bastantes prendas suyas allí, siempre se quedaba a dormir. Luego su amiga comenzó a secarle el cabello con un secador.

—¿Cómo son sus labios?—Preguntó la mujer un poco emocionada, aunque no quisiera demostrarlo, le hubiera gustado ser ella la que recibiera el beso.

—Suaves, fue como besar un algodón de azúcar—Movía sus manos y reía nerviosamente. Aunque fueron apenas unos segundos de beso, se aseguró de disfrutarlo al máximo.—Para el próximo sábado quiero comprarle algo bonito y voy a escribirle una carta...¿qué harán con las cartas que les escribimos?.

—Seguramente las leen y después las guardan en una caja o algo así—Jamia estaba segura de eso, confiaba en que serían muy respetuosos con sus regalos.

En la casa de Raymond, todos reunidos tomando cerveza, leían las cartas y se reían tontamente por las cosas que decían. Iban desde declaraciones de amor, hasta chicas que le ofrecían su cuerpo para hacer lo que quisieran y dejaban su número.

Nunca prestaron atención a esas propuestas, no les interesaban. Pero les causaba gracia que eran escritas por niñas que no pasaban los dieciocho. A veces hasta dejaban una fotografía de ellas, como si fuese una entrevista de trabajo.

—Oh, esta es del novio de Gerard—Se burló Bob, tendiendole la carta que Frank escribió para él.

"Querido Gerard. Espero que hayas pasado un cumpleaños muy feliz, y ojalá te guste el regalo que compré, porque le saqué dinero de su bolso a mi madre para pagarlo...—Leyó el pelinegro, riendo por la última frase. El papel estaba un poco húmedo, pero aún así se notaban perfectamente todos los colores con los que había sido escrito, tenía corazones por todas partes y un pequeño garabato de él donde debajo decía "eres tú"....Pero no es importante, solo importa que te parezca bonito. Me encanta tu voz y la banda en general, ojalá puedan conseguir el éxito que se merecen. XoFrnk."

Gerard terminó la lectura, descubriendo que el nombre del chico era Frank, a menos que fuese un nombre falso, pero lo dudaba. Tenía cara de Frank.

Prestandole un poco más de atención, pudo notar un pequeño "te amo" un poco cubierto con colores. Tal vez lo avergonzaba escribirlo. Al mayor le causó algo de ternura.

—Que considerado, es el primero que no ofrece un servicio sexual—Mencionó Bob, riendo.

Parecía ser un chico bastante educado, y le interesaba demasiado la banda si permaneció bajo la lluvia más de treinta minutos para esperarlos.

—Tiene mala ortografía—Fue lo único que recalcó el pelinegro, dobló el papel y lo metió en uno de sus bolsillos. Nunca hacía eso, pero quería recordar a ese chico.

—Déjalo, debe estar en secundaria—Comentó Michael, cuando estaba en secundaria también escribía mal y no le gustaba que se burlaran.—Además el otro día me escribiste "ambiente" con "h" en un mensaje.

—Cállate, lo escribí apresurado—Sus mejillas se pusieron rojas. Eso no contaba para él.

—Como sea, ¿que haces si "Frank" quiere besarte de nuevo?—Preguntó Ray, no le parecía correcto ilusionarlo para nada.

—No creo que lo haga, apenas podía modular cuando le hablamos.

—No seas cruel, Bob. Pobrecito, estuvo ahí muriendo de frío mucho tiempo—Lo regañó.—Sería cool mencionarlo el próximo concierto, ¿no?.

—Claro—Asintió Gerard, estando de acuerdo con el rizado.

—Se va a desmayar de verdad—Dijo Mikey, se imaginaba la situación y le causaba un poco de gracia.

—Pero va a estar el príncipe Gerard para rescatarlo—Mencionó el rubio para burlarse. El nombrado le arrojó el sándwich que estaba comiendo.

* * *

En esta historia Bob es baterista desde el inicio de la banda.

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