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—Solo fue un ataque de pánico—Musitó el pelinegro, intentando tranquilizarse más a él mismo que al contrario.

Ya se encontraban en su hogar, y el médico ya lo había visitado. No pasó de un tranquilizante, junto a una recomendación de visitar un psiquiatra para comenzar a consumir las pastillas que necesitaba, porque esa no era la primera vez que sufría un ataque de pánico.

Incluso después de escuchar a Mikey por largos minutos diciendo que lo acompañaría, no tenía ni la menor duda de que no tomaría pastillas. Pero accedió a visitar un terapeuta.

—Claro que si, solo relájate, no pienses en eso—Michael había estado acariciando su cabello los últimos veinte minutos, intentando que durmiera, pero no lo lograba.—¿Quieres un poco de agua?.

Gerard asintió, habían pasado varias horas desde el percance en el lugar del concierto, y no había sabido nada más de Frank, además de verlo llorando cuando salió de la habitación donde se había encontrado en su ataque.

Cerró por un momento sus ojos, pensando un poco en la reciente "ruptura" con Bert. Seguramente iba a tener que volver a verlo en alguna presentación, sabía que eso era lo último que quería el contrario, pero tal vez por la tristeza que sentía en ese momento, tenía ganas de verlo y abrazarlo, era la única persona que lo veía bonito desde la separación de Lindsey, o quizás antes. Y necesitaba la atención de alguien.

—¿Gee?—Michael llevaba en su mano un vaso de Star Wars, lleno de agua. El mencionado abrió sus ojos, dándose cuenta de que se había dormido.—Toma, antes de que vuelvas a dormir.

El pelinegro se incorporó en la cama, tomando el vaso con ambas manos, a penas apoyó sus labios en el borde del recipiente, su cabello se deslizó hacia adelante, haciendo que cayera un poco en donde estaba bebiendo. Antes de que pudiera hacer algo para solucionarlo, Mikey tomó su cabello y lo sostuvo fuera de su rostro, así Gerard pudo beber tranquilo.

—¿Volviste a tener cinco años?—Ray ingresó a la habitación mientras estaban en esa posición incómoda y extraña.

—Ojalá tener cinco años—Comentó, mientras Michael volvía a tomar el vaso entre sus manos al ver que Gerard lo iba inclinando poco a poco, sin darse cuenta.—Me gustaría volver el tiempo y hacerme...sacerdote.

—¿Sacerdote?—Preguntó el rizado, tomando asiento en su cama.—¿Por querrías ser eso?.

—Dedicaría mi vida a rezar, dormir, comer...—Permaneció en silencio por unos segundos, con sus ojos entrecerrados, intentando pensar en cuáles actividades hacían los sacerdotes aparte de las ya mencionadas.

—Y sufrir abstinencia.

—Después de Bert voy a tener esa mierda hasta que muera—Inclinó su cabeza, eso no sonaba genial. Raymond rió un poco, y Mikey hizo una expresión de asco.

—Debe haber alguien esperando por tus encantos—El moreno sacudió un poco el cabello oscuro de Gerard, como si fuera un cachorro.—¿Por qué no llamas a alguna de las jovencitas que dejan su número fuera del concierto?.

—Deben tener dieciseis años, Ray, no quiero ir preso—Lo observó levantando sus cejas, remarcando la edad de las chicas.—Además...quiero regresar con Lyn-Z, la extraño tant...

—¿Alguién quiere una manzana?—Mikey lo interrumpió bruscamente, intentando que no comenzara a hablar sobre ese tema. Dijo lo primero que le vino a la mente, ni siquiera estaba seguro de que haya manzanas en el comedor.

—Yo—Respondió Ray, entendiendo la intención de Michael.—¿Quieres una, Gee?.

El nombrado negó. No se tomó la interrupción demasiado bien, creyendo que no querían conversar con él sobre Lindsey, así que prefirió no continuar molestándolos, diciendo que prefería volver a dormir.

Ambos comprendieron, dándole las buenas noches y saliendo de la habitación. Mikey antes de salir dejó un beso sobre su frente, recordándole que lo amaba. El pelinegro apoyó su cabeza en la almohada, y solo sintió frío, deseaba poder sentir el perfume del cabello de Lindsey antes de dormir, pero no podía. Y antes de poder romper a llorar, cayó en su sueño.

***

—No voy a hablarte—Jamia cubrió el rostro del castaño con su mano, causandole molestia.—No puedo creer que hayas faltado a un concierto de My Chemical Romance y no me digas el por qué.

—Ya te dije que me sentía mal—Había decidido no hablar sobre la invitación al Backstage, y la contraria solo sabía sobre la cena, luego de eso nada más había sucedido, supuestamente.—Estuve vomitando toda la noche.

Oh, ¿en serio?—Puso una expresión de preocupación, y Frank la vió de reojo, asintiendo.—No te creo nada, me estas ocultando algo...

—Claro que no Jam, no podía ir de verdad—La jóven no podía creer en sus palabras, era imposible que estuviera tan tranquilo después de haberse ausentado al concierto.—¿Por qué me miras así?—Se rió de manera nerviosa, observando cómo Jamia entrecerraba sus ojos.

—¿Con quién estuviste el fin de semana?—Como no obtenía respuestas, iba a sacar sus propias conclusiones. Antes de que Frank pudiera contradecir la pregunta, su amiga suspiró, asumiendo algo que no era cierto.—¿Volviste a acostarte con el idiota de...—Antes de que pudiera terminar su frase, Frank la silenció con un movimiento de mano y una expresión de molestia.

—¡No!, ni siquiera me acosté con él—Ya estaba acostumbrado a decir esas palabras, el chico al que se refería Jamia era con el último que tuvo algo similar a una relación, nada formal y mucho menos serio.

—¿Entonces?, es por lo único que puedes llegar a faltar—Frank estuvo a punto de repetir su excusa, pero Patrick llegó casi chillando a su lado, en la cafetería del colegio.

—Peter me besó—Jamia dió un grito emoción, cambiando de objetivo toda su atención. El castaño agradeció eso.—Y salí corriendo.

* * *

Perdón por tardar en actualizar ):

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