Realidad alterna

Se suponía que las cosas serían diferentes. Elle pensó que sería divertido viajar en motocicleta cuesta arriba por las curvilíneas calles que rodean la montaña, eso aunado a la espectacular vista que brindaban las alturas volvería el trayecto una experiencia increíble. Sin embargo no fue así, la tensión era palpable y si llegó al lugar es porque conocía la ruta, lo hizo en modo automático.

Ni la acogedora cabaña mejoró los ánimos, tan pronto entraron Light solo pareció preocuparse por buscar las habitaciones para dejar su mochila en una, acto seguido regresó a la pequeña sala, donde se dejó caer sentado en el piso de madera al lado de la chimenea, la cual para entonces ya estaba encendida.

El clima estaba frío, no obstante para Elle no era necesario encender la calefacción, con el fuego de la chimenea bastaba. Además, ¿a quién le importaba el frío? Llevaba cinco minutos de pie en el recibidor, viendo solo de reojo a través de una ranura hacía la sala, teniendo miedo de moverse o respirar. Era obvio que algo había pasado y era obvio que Teru o los Yagami estaban involucrados, ¿pero es que acaso su amigo no pensaba decirle nada?

Elle suspiró a la vez que echó la cabeza hacía atrás. No habían hecho dos horas de recorrido para pasar el fin de semana como si fueran dos extraños. Decidió dar el primer paso, caminó hasta la cocina y abrió el refrigerador. Creyó que sería buena idea ofrecerle algo de tomar para romper la tensión.Sin embargo, puso los ojos en blanco al ver que solo habían latas de cervezas. Claro, Mihael se ofreció a ser él quien reservara lo de comer y beber en el lugar y a última hora canceló, ¿qué se supone que iba a hacer con tantas cervezas? Definitivamente debía llamar a recepción para pedir algo más pero por el momento tomó algunas cuantas latas y caminó con ellas hacía la sala.

Light estaba sentado en el suelo, la espalda desganadamente contra la pared y solo ladeó un poco la cabeza debido a la presencia de Elle de pie frente a él. Algo había dicho pero no le escuchó, por lo que alzó una ceja para demostrar su confusión.

—Que si quieres... —repitió Lawliet, agitando la lata frente al castaño.

—¿Cerveza? —Junto las cejas en un gesto desconcertado mientras levantaba un brazo para tomarla.

—Es lo único que hay en el refri —dijo antes de dejarse caer sentado frente a él—. Culpa de Mello, pero descuida, llamaré a recepción luego de ver qué tienen en el menú... mientras tanto, ¿no te molesta si comenzamos nuestro mejor fin de semana echandonos un par? —Alzó la lata, esperando que el otro chocara la suya contra la de él.

Light encogió los hombros, nunca había tomado cerveza, en las reuniones familiares solo servían vino o champán, muy de vez en cuando martinis. Pero en ese momento el alcohol en cualquiera de sus presentaciones era bienvenido, por lo que la abrió y la chocó contra la de su amigo para, acto seguido, empinarse la cerveza y engullir casi la mitad de ella en un solo sorbo.

—Oye, hay suficientes, eh. No es necesario que...

—¡Puaj! —Exclamó, sacando la lengua y haciendo cara de asco— Es amarga.

—Si te la tomas toda de un solo es obvio que te va a saber mal —sonrió antes de dar el primer sorbo—. La idea es que la disfrutes de a poco.

—No hay forma que esto sepa mejor bebiendo de a poco —meneó la cabeza, poniendo los ojos en blanco, con su amigo era el único con quien podía actuar sin pensar previamente cada uno de sus movimientos o palabras—. Estoy seguro que solo lo dices por decir.

—Tienes razón, no tengo idea de lo que estoy hablando. Lo único que sé es que tener treinta cervezas en el refri no significa que debamos tomarlas todas.

Light suspiró con hastío y dio otro sorbo, esta vez más corto. Quizá Elle tenía razón, no diría que el sabor mejoró mucho pero tampoco le había parecido tan desagradable. Lawliet lo vio con disimulo en todo momento, el silencio se prolongó. No dijo nada cuando lo vio tomar la segunda lata, mientras Light bebiera despacio él no tenía ningún problema. Sin embargo, en un punto consideró que ya había sido suficiente tiempo para romper la tensión, su intención tampoco era emborracharlo, y encontró pertinente romper el silencio.

—¿Ya vas a decirme qué te pasa?

El otro alzó la ceja, la lata empinada contra sus labios.

—No te hagas, Light. Desde que pasé por ti has estado... raro.

El aludido guardó silencio y luego soltó un suspiro—Lo sé...

Antes de poder decir algo más, el celular del castaño comenzó a sonar, no era la primera vez que lo hacía desde que habían llegado. Se lo sacó del bolsillo y ambos alcanzaron a ver el nombre en la pantalla, lo que Elle no esperaba era ver a su amigo rechazando la llamada antes de proceder a apagar el aparato.

—Supongo que tiene que ver con tu novio.

—Supones bien —encogió los hombros, empinándose la lata hasta que salió la última gota—, aunque técnicamente ya no es mi novio. —Dijo como si nada, el otro frunció el ceño.

—¿Qué...? Oye no... —extendió un brazo hacia el frente en un intento de detenerlo al verlo tomar la tercera cerveza— ¿No quisieras dejar eso para después? Traje cuatro con la idea de que nos tomáramos dos y dos.

—¿Quieres que vaya a traerte una? Dijiste que el refri estaba lleno. —Lo vio a los ojos, Elle negó con la cabeza.

—No, no es eso, es solo... ¿sabes qué? Olvidalo —agitó las manos, restándole importancia—. Dime qué pasó con Teru...

—Ah... —puso los ojos en blanco mientras abría la lata, la cual le ofreció a su amigo para que le diera el primer trago. Podían compartirla si eso estaba mejor con el pelinegro—. Pues nada, terminó conmigo por venir aquí —encogió los hombros de nuevo—, bueno, dijo que si decidía venir podía dar por hecho que lo nuestro terminaba, así que sí, podemos decir que ya no somos novios.

A Elle le sorprendió la manera tan apática en la que Light se lo contaba, sin embargo no pudo evitar rascarse la mejilla nervioso. Para él esa relación no tenía sentido desde que los conoció, pero sentirse involucrado era algo muy incómodo.

—Uhm... ¿no crees que deberías haber hablado con él? No digo arreglar las cosas pero al menos dejar todo claro, en lugar de solo tomar tu mochila y emprender un viaje de dos horas de camino... —Dijo tratando de ser sútil, no quería hacerlo sentir mal pero tampoco quería sentirse en el medio.

Light se mantuvo estoico mientras daba un largo trago de cerveza, sin embargo su semblante comenzó a decaer y sus ojos se tornaron acuosos. En ese momento se dio cuenta que el enojo que sentía al salir ya no estaba, a lo mejor solo se sentía un poco ofendido por como se dieron las cosas, pero en el fondo, aunque lo intentara reprimir y jamás admitirlo, se sentía aliviado.Sin embargo, sentirse aliviado también lo hizo sentir culpable.

—Lo sé... nunca sé hacer las cosas bien, ¿verdad? —se mordió los labios, tragando saliva— pero sé que si me quedaba iba a terminar cediendo y ya estoy harto, Elle... —se cubrió el rostro con las manos, arañándose levemente la piel.

—Hey, tranquilo... —se arrastró por el suelo, acercándose a él para pasarle un brazo por los hombros— Si es la manera en la que tú creíste que podías hacerlo, es válido. —Pese a lo que dijo anteriormente, sus palabras eran sinceras, no estaba en él juzgar la forma en la que su amigo había decidido actuar y ahora se sentía mal por lo que había dicho.

—Yo intenté ser buen novio... —murmuró, encogiendo las piernas contra su pecho y apoyando el mentón en las rodillas— Le estoy tan agradecido que intenté ser lo que él merecía... —continuó en un intento quizá de sentirse menos mal consigo mismo.

Elle apartó la mirada, mordiéndose los labios con el propósito de retener sus palabras.

—Sí, Light, él fue muy bueno contigo —soltó chasqueando la lengua, no había podido callarse ni dos segundos—, me lo has dicho, pero estar agradecido no te obliga a estar en una relación en la que no quieres estar. Acéptalo, no lo amas. Y así como no está bien iniciar una relación solo con base en agradecimiento, tampoco es justo para Teru permanecer ahí solo porque tú estás "intentando" amarlo. —Finalizó, formando las comillas en el aire.

No le apartó la mirada de encima, atento a cualquier reacción, cabía la posibilidad de que su amigo se enojara por sus palabras.

Sin embargo, el contrario suspiró mientras se rodeaba con más fuerza las piernas. No quería discutir con Elle, o más bien no podía, sentía la cabeza un poco rara, parecía que la cerveza lo estaba comenzando a afectar. Además, tenía muchas cosas más rondando por ahí como para lograr ordenar sus ideas..

—No sé qué haré cuando vuelva a casa... —susurró, escondiendo el rostro entre las rodillas y rascándose un poco los brazos— No... ni siquiera creo que deba esperar tanto, seguramente Teru pondrá al tanto a mis padres, me llamarán y me harán regresar antes... —El temor era palpable y Elle lo notó.

—Te propongo algo... —dijo tras un suspiro. El otro levantó la cabeza y volteó a verlo con curiosidad— Ya apagaste el celular, y por lo que veo, seguirás en problemas sin importar si lo enciendes o no —le sonrió, apartándole un mechón de la frente y pasándoselo detrás de la oreja—, déjalo apagado. Que por este fin de semana esta sea nuestra realidad.

Light sonrió casi aliviado, no era como si todo lo que lo atormentaba desapareciera pero dio un rápido vistazo a lo que los rodeaba y la idea lo emocionó.

—Me encantaría... —murmuró nervioso porque el cuerpo comenzaba a picarle, pero por una vez en la vida, aunque fuera por un solo fin de semana quería sentirse libre, sin la presión de que podía equivocarse en cualquier momento.

Elle también sonrió. —Genial, ¿te parece si vamos a caminar por los alrededores? Un poco de aire fresco nos hará bien.

El pelinegro dudaba que su amigo fuera a dejar la mente en blanco así por así, tenían que distraerse e ir a dar una vuelta sonaba como una buena idea.

Light asintió y se puso de pie, sin embargo quizá lo hizo muy de prisa y tambaleó.

—¡Cuidado! —Lawliet se levantó veloz, logrando sostenerlo a tiempo. Light solo se rió bobalicón, dejando en evidencia que el alcohol estaba haciendo de las suyas— Ooook... —canturreó sinriente, rodeandolo de la cintura con un brazo mientras hacía maromas para agacharse y tomar del suelo la única lata que aún tenía contenido— Creo que esta me la terminaré yo... —Finalizó, dándole los últimos sorbos a lo que quedaba.

—No exageres, Elle, no estoy ebrio —respondió todavía risueño, removiéndose un poco para apartarse— Solo... me mareé porque me levanté muy rápido.

—¿Seguro? —La forma de hablar de su amigo era un poco floja, no es como sonaría alguien que está completamente sobrio, pero pudo sostenerse de pie sin problemas..

—Sí. —Respondió asintiendo con seguridad. Se sentía un poco mareado pero no al punto de ver doble.

—Bien... —suspiró, viéndolo de reojo atento por si volvía a tambalear— En la cocina está el código QR con los servicios que ofrecen, podemos ver y así nos preparan algo mientras estamos afuera. —propuso, recogiendo el resto de las latas del suelo.

—Como ordene su majestad. —Respondió a manera de broma haciendo una leve reverencia, Elle hizo un puchero.

—Anda, búrlate, pero te recuerdo que estás lejos de tu casa y que soy tu único medio para volver. Podría dejarte aquí varado. —Dijo lleno de malicia mientras sonreía de lado.

Light soltó un jadeo y como acto reflejo lo tomó del brazo para hacerlo voltear hacía él.

—¡No te atreverías!

—¿Quieres apostar? —Alzó una ceja, un brillo desafiante en sus ojos oscuros.

El castaño tensó la mandíbula pero al segundo siguiente se relajó, acortó la distancia entre ellos y esta vez fue él quien sonrió divertido.

—No te atreverías a dejarme aquí.

—¿Y por qué no? —Lawliet aún abrazaba las latas vacías contra su pecho, pero no le apartó la mirada pese a que ambos estaban muy cerca.

—Pooorque sé un secreto —se balanceó de forma juguetona mientras juntaba dedo índice y pulgar para hacer énfasis en lo «pequeño». En ese instante lo único que existía para él era ese momento—. Un secreto que tiene que ver contigo y conmigo.

—¿Ah, sí? Y me pregunto, ¿qué podrá ser?

—Uhm... —se llevó un par de dedos al mentón, fingiendo estar pensativo. Elle no recordaba haberlo visto antes tan... ¿juguetón?— Dijiste que lo que pase en esta cabaña, se queda en esta cabaña, ¿verdad?

Lawliet recordaba sus palabras muy diferente pero la intriga lo hizo asentir.

—Bien —continuó Light—. Digamos que... me contó un pajarito que... —lo dudó por un momento, su parte sensata le decía que no siguiera pero es que desde hace unos días que se enteró, las molestas mariposas que jamás desaparecieron solo se duplicaron y se volvieron más revoltosas—... que yo te gusto... ¿es cierto? —Soltó lo último con apenas un hilo de voz, dejando salir el aire y sintiendo que los dorsos de las manos y rostro comenzaban a arderle de la ansiedad.

—¡Mello! —gruñó entre dientes, apretando los labios y las cejas.

Mihael había insistido por días, o más bien semanas de que le soltara la sopa, porque para él tantas atenciones no era algo de así por así. Y cuando Light no llegó al cumpleaños de Elle, y cuando Elle estaba molesto porque ni siquiera le respondía los mensajes, no pudo evitar hablar de más con la persona menos indicada.

—Ese hijo de puta... —murmuró, comenzando a caminar de un lado a otro— ¿qué más te dijo?

Light dio un respingo cuando el contrario volteó a verlo con unos ojos que parecían ser capaces de lanzar llamas. Por inercia retrocedió un paso y cualquier rastro de alcohol en su organismo se esfumó cuando la alerta de pánico comenzó a sonar en su cabeza.

—No, nada... —susurró casi temblando, rascándose los antebrazos sobre la tela de las mangas— Olvida lo que pregunté. Es... es una tontería. —Intentó sonreír pero sus trémulos labios apenas y formaron una mueca.

A esas alturas ya debería saber que sus arrebatos de valentía nunca terminaban bien. A Mello se le había escapado y lo hizo prometer que no diría nada, algo que no había cumplido solo porque por un momento se le cruzó por la cabeza que quería dejarse llevar, que quería olvidar a todos y pensar que la burbuja en la que se encontraba era su realidad. Por más que culpara al alcohol y al revoloteo platónico que siempre se producía al estar o pensar en Elle, era una tontería lo que había hecho, ¿en qué estaba pensando? Un intento de dejarse llevar que como cualquier otro terminó mal.

Elle estaba molesto, caminando de un lado a otro. No quería que las cosas se malinterpretaran o que la amistad se dañara. Ser amigos para él era suficiente, entendía que Light estaba en una relación y no quería ponerlo en una situación incómoda, algo que se suponía le había dejado muy claro a Mello.

—Lawliet... yo.. —pese a que estiró un brazo para intentar tocarlo y llamar su atención, su cuerpo entero se estaba echando hacía atrás.

Fue entonces que Elle se detuvo y volteó a verlo, dándose cuenta que el Light risueño y juguetón de minutos atrás se había ido, y en su lugar había regresado el que siempre parecía estar al borde de un colapso.

—No... perdón... —murmuró el pelinegro, negando con la cabeza mientras su coraje disminuía de forma estrepitosa. Su intención no era hacerlo sentir mal.

—No pasa nada —también meneó la cabeza, sin embargo en su caso, sus emociones en lugar de disminuir iban en ascenso y la forma errática de respirar lo dejaba en evidencia—. Estaré en mi habitación.

Lawliet lo vio dar media vuelta, el problema es que en ese momento él tampoco estaba pensando con claridad. La situación le había nublado la razón pero tenía muy presente la pregunta que tímidamente Light había hecho. Ya fuese el alcohol o las emociones revueltas en su pecho, caminó de prisa hacía él y sin dudarlo lo tomó del brazo para hacerlo voltear. Con la misma determinación, por miedo a no ser capaz de hacerlo si lo dudaba un poco más, lo jaló hacía él y lo besó en la boca. Un beso corto pero en el que se atrevió a aprisionar con sus labios el labio inferior del contrario, aunque fuera por unos segundos.

—¿Eso responde tu pregunta? —Cuestionó tras separarse, viéndolo a los ojos con osadía.

Lo soltó del brazo y dio un paso hacía atrás para que ambos pudieran digerir lo sucedido, su amigo tenía los ojos muy abiertos y él sentía que el corazón se le iba a salir en cualquier momento del pecho. Sin embargo, antes de que Lawliet retrocediera otro paso, un par de brazos lo rodearon del cuello y la distancia entre sus cuerpos volvió a desaparecer. Los suaves labios de Light buscaron los suyos y esa vez el contacto fue más profundo. Tímido al principio pero volviéndose ávido en segundos.

Light nunca había sentido algo así al besar a alguien; era como un cosquilleo en los labios, una exploción en el pecho y un revoloteo en la panza. Todo al mismo tiempo.

Light nunca había sentido algo así pero quería sentirlo de nuevo. Por eso se aferró a Elle y lo único en lo que procuró pensar fue en besarlo hasta que le dolieran los labios.

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Notas de autor: ¿quién ya veía venir que estos dos iban a terminar enredándose en la más mínima oportunidad de estar solos? JAJA ay pero los amo.

¡Muchas gracias por leer y por el apoyo!

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