No estoy listo
Meses después
Elle cruzó los dedos, sus pupilas dilatadas reflejaban la luz azul que emitía la laptop frente aa él. Últimamente tenía mucho trabajo encima con ciertos proyectos y ese en específico tenía que enviarlo a más tardar a las once de la mañana. Aprovechó el rato libre entre clase y clase para tirarse debajo de un árbol y apoyar la laptop en sus piernas para afinar unos últimos detalles, no era nada cómodo pero ir hasta la biblioteca le tomaría más tiempo, y ya solo faltaban cinco minutos para las once.
—Vamos... —Murmuró apretando los labios y todo lo que su cuerpo pudiera apretar, en la pantalla aún se veía un sobrecito flotando con la palabra "enviando" por debajo, ¿por qué estaba tardando tanto?
Cuando el envío se completó alzó los brazos en señal de victoria, y de no haber tenido las piernas entumecidas por la posición, hubiera saltado de alegría. Cerró la laptop con intenciones de guardarla en su maletín, sin embargo de pronto un par de manos le cubrieron los ojos desde atrás, llegando de golpe un aroma varonil y fresco que a Elle hizo sonreír.
—Mello huele a chocolate, Near a talco y Matt a humo de cigarro... —dijo apacible con una sonrisa ladina— Eres el único de mis amigos que usa perfume, Light.
—Ush... —el aludido apartó las manos y haciendo un puchero rodeó al otro para dejarse caer a su lado— Tú debes de ser el alma de las fiestas.
Elle soltó una breve risa, negando con la cabeza. —Tendrás que pensar en algo más si quieres sorprenderme.
—No me retes, puedo ser muy competitivo —alzó una ceja a la vez que se llevaba una mano a la espalda, buscando algo—. Ahora, cierra los ojos.
El contrario frunció el ceño, sin embargo acató sin dudarlo demasiado.
—Puedes abrirlos. —Continuó Light, extendiendo ambas manos hacia el frente y dejando a la vista una pequeña caja blanca con listón rojo.
—¿Lo recordaste...? —susurró Elle con apenas un hilo de voz, tomando con las manos temblorosas el pequeño obsequio.
—Mello lleva semanas hablando de este día, y aunque no lo hiciera, no iba a olvidarlo —se mordió los labios nervioso mientras lo veía tomar los extremos del listón— Solo que... bueno, ese no es tu regalo, solo... un detalle, digamos.
El contrario no parecía prestar atención a nada más que no fuera abrir su regalo. Lo único que le gustaba de sus cumpleaños es que las raciones de postre se duplicaban por ese día, pero recibir un obsequio precisamente de Light podría alegrarle el día sin importar la fecha.
—¿Un panda...? —Parpadeó rápido, sacando de la caja un llavero con un pequeño panda colgando.
—Bueno... siempre te he dicho que te pareces a uno, ¡en el buen sentido, eh! —se rascó la nuca, sonrojándose ansioso— Y me acordé de ti al ver ese llavero y por eso decidí comprarlo, ¡Pero tu verdadero regalo te lo doy en la tarde! —agregó de prisa, nervioso al creer que había cometido un error— tu abuelo me invitó esta tarde, te partiremos un pastel y ahí pienso darte tu verdadero regalo, ¿está bien?
—Light... —lo interrumpió, levantando el llavero hasta dejarlo paralelo a su rostro, viéndolo absorto— ¡Me encanta! ¡Ya sé en qué lo usaré!
—¿Ah, sí? —preguntó aliviado, arqueando una ceja.
El de cabello negro asintio frenético mientras guardaba todo en su maletín para ponerse de pie.
—Vamos. —Le ofreció la mano para también ayudarlo a levantarse.
Light lo siguió sin decir nada, Elle parecía muy emocionado y así en silencio caminaron hacia la zona de parqueos.
—¡Ta-ran! —Elle se detuvo y giró hacia el castaño, extendiendo los brazos al lado de una moto negra.
—¿Qué? —La pregunta fue sincera, no terminaba de comprender por qué habían caminado hasta ahí. Su reacción hizo que el contrario dejara caer los hombros, como si un globo se hubiera desinflado.
—¿Cómo que qué? ¡Te estoy mostrando mi moto! —recobró la emoción, una enorme sonrisa en su rostro— Mi abuelo me la regaló esta mañana por mi cumpleaños —Light abrió de par en par los ojos, prestando atención al objeto en cuestión— ¿Y adivina qué? ¡Ya tengo el llavero perfecto! —Concluyó, buscándose la llave en alguno de sus bolsillos para colgarla en el pequeño panda.
Light se sonrojó.
—De haber sabido que tu abuelo te haría semejante regalo, guardaba el mío para otro día —se acercó despacio, viendo la motocicleta más de cerca y atreviéndose a pasarle la yema de los dedos por la superficie del asiento—. Dudo que algo pueda ganarle a esto.
—¿De qué hablas? —aún sonriente se montó en la moto, volteando hacia su amigo— Un llavero era justo lo que me hacía falta. Ven, súbete.
—¿Qué? —Dio un respingo, casi echándose para atrás.
—¡Súbete! —insistió mientras se colocaba el casco, acto seguido llevó una mano hacia atrás para darle un par de palmadas a ese espacio que quedaba del asiento.
Light suspiró. Se apoyó de los hombros del otro para levantar una pierna y subirse detrás de él, por acto reflejo lo abrazó de la cintura y se pegó lo más que pudo, apoyando el mentón en el hombro. Nunca había andado en moto y a decir verdad le daba un poco de miedo. Dudaba que Elle fuera a encenderla, pero si lo hacía prefería estar preparado.
—¿Acaso no nos vemos bien? —Preguntó el pelinegro viendo a través de uno de los espejos, donde los rostros juntos de ambos se reflejaba— Te llevaría a dar una vuelta pero solo tengo un casco —suspiró, bajando con cuidado para luego ayudarle a su amigo— Pensaba comprar otro luego de mi última clase, ¿me acompañas? Podemos ir a la plaza que está cerca y después te voy a dejar a tu casa, o nos vamos de una vez a la mía.
Light le ayudó a sacarse el caso al verlo batallar, y tuvo que cubrirse los labios en un intento de contener alguna risa inoportuna por lo alborotado que le había quedado el cabello a su amigo, más que de costumbre.
—Me encantaría —si bien le daba un poco de miedo la idea de andar en moto, le gustaba pasar tiempo con Elle—, pero ya quedé de verme con Teru.
Lawliet dejó de cerciorarse de que todo estuviera bien con su motocicleta y volteó a verlo de forma veloz, frunciendo el ceño.
—¿Irán a ver apartamentos como me dijiste?
El contrario se mordió los labios y apartó la mirada por unos segundos. —Solo lo voy a acompañar.
—Eso ni tú te lo crees. ¿Cuándo vas a decirle que no quieres mudarte con él?
Las palabras tan directas hicieron que la piel de Light se erizara, quien por inercia se cruzó de brazos, más bien abrazándose a sí mismo.
—Solo debo encontrar el momento ideal.
Elle suspiró. —En los más de tres meses que llevo conociéndote no se lo has dicho, solo faltan dos para que estemos en las vacaciones de fin de año, ¿cuándo se supone que es el momento ideal?
—No es tan fácil, Elle —por acto reflejo se frotó el dorso de las manos, una acción que no pasó desapercibida para el pelinegro—. A mí familia le cae muy bien Teru y..
—Eso no les da derecho a meterse —interrumpió viéndolo a los ojos—. A mí también me cae muy bien Teru, las veces que te ha acompañado cuando hemos salido me ha quedado claro que es un tipazo, pero me es difícil creer que el hombre con el que tienes casi dos años de relación no sepa ver las señales.
—¿A qué te refieres...?
Lawliet suspiró, a lo mejor el comentario había estado de más pero no había marcha atrás.
—Escucha, por lo que me has contado —intentó ser cuidadoso con sus palabras, aunque así como había dicho de Teru, no se explicaba cómo su amigo se negaba a ver lo que era obvio—, a mí me parece que él le cuenta las cosas a tu familia no por tomarlos en cuenta como dices, sino más bien porque sabe que ellos lo van a apoyar y así tú vas a ceder.
Light parpadeó de prisa un par de veces y por inercia su cuerpo dio un paso hacía atrás. Pese a que dicha idea ya le había pasado por la cabeza, nunca le había dado tanta forma como Elle lo acababa de expresar, en parte porque creía que solo eran cosas suyas.
—¿Qué pasa? —continuó el pelinegro, usando esta vez una voz más condescendiente al notar el repentino cambio en su rostro— Parece que te hubiera dicho algún disparate, perdón si fue así —acortó la distancia entre ellos y le frotó los brazos con las manos, reconfortándolo—. Sé que puede parecer que yo también me estoy metiendo cuando te he dicho que nadie debería hacerlo, pero es porque te quiero. —Lo tomó de las manos, entrelazando los dedos para evitar que se siguiera lastimando al rascarse.
—Lo sé... —murmuró, apartando la mirada. Pese a que Elle solía tomarlo de las manos casi a diario, y que no percibía malicia en dicha acción, aún así se ponía nervioso como la primera vez que sus dedos se entrelazaron.
—Siempre dices que.. —dijo de forma distraída, inspeccionando los dorsos de las manos de Light—... que la universidad te pone así, pero estabas bien hasta que comenzamos a hablar de esto, ¿eso no te dice algo? —Alzó la mirada, viéndolo directo a los ojos al lanzar la pregunta.
Light tragó saliva.
Oooo
—¿Y qué te parece? —Preguntó Teru, extendiendo los brazos y dando un giro en la habitación vacía.
El apartamento estaba en el séptimo piso, en una de las mejores zonas de la ciudad, una pared completa de vidrio para apreciar la vista, piso de porcelanato, espacios amplios. Sin embargo a Light le hacía pensar que su novio ya estaba familiarizado con el apartamento por la forma en la que había hablado con la mujer de la agencia durante el recorrido.
—Es... bastante grande. —Murmuró como respuesta luego de unos segundos, aún paseando los ojos por todo el lugar.
—¡Sí, aquí no tendrán problemas de espacio! —se apresuró a decir la mujer con una sonrisa, su objetivo era convencerlos de cerrar el trato— Este lugar es perfecto para una joven pareja que desea comenzar a vivir juntos. La zona es muy tranquila y ¡solo miren esa vista! —extendió un brazo en dirección a la pared de vidrio.
Hubo silencio, Light podía sentir la mirada de ambos sobre él. Aunque le había dicho a Teru que solo lo acompañaría a ver, todo el recorrido se había hecho pensado para una pareja.
—¿Me permite un momento a solas con mi novio, por favor? —Pidió Light, mostrándose amable y apacible pese a que por dentro tenía un nudo de emociones.
La mujer asintió sonriente y dijo que esperaría afuera. Quien no se veía nada feliz fue Mikami.
—¿Qué pasa ahora, Light? —se acercó hasta él, frunciendo el ceño, entre molesto y preocupado.
—Teru, yo no... —se relamió los labios, apartando la mirada— no creo estar listo para esto...
El aludido abrió los ojos en señal de sorpresa e indignación.
—Hemos estado hablando de esto por meses, Light, no puedes salirme con esto ahora.
—Lo sé... —murmuró agachando la cabeza. Le daba la razón, todo este tiempo solo le estuvo dando largas al asunto, y tal como Elle le había dicho muchas veces: «no decir nada, también dice mucho»— De verdad lo siento, yo...
—¿Qué es lo que te hace dudar? —lo interrumpió, acortando más la distancia y tomándolo del rostro— ¿Cómo voy a saber en qué tengo que mejorar si no me lo dices? Yo te amo, Light —su voz se quebrantó, por lo que tuvo que morderse los labios un segundo antes de continuar—, de verdad me emociona la idea de vivir contigo, ¿a ti qué te detiene?
«Porque no quiero», no tenía el corazón para soltar con tanta ligereza lo que su mente había pensado, menos al ver a su novio tan afectado. El decirlo de esa forma podía malinterpretarse, como si a quien no quisiera fuera a Teru y eso no era así, lo quería y mucho, ¿tanto como para vivir juntos? No lo tenía claro. Su lógica le decía que lo normal era que estuviera brincando de felicidad ante la posibilidad de iniciar una nueva etapa junto al hombre que amaba, sin embargo... ¿amaba a su novio? A lo largo de la relación Teru se lo había dicho muchas veces, y él siempre había respondido con un «te quiero».
—Tus padres... —respondió en voz baja tras sopesar sus palabras por largos segundos—, sabemos que ellos realmente no aprueban la idea de que vivamos juntos y a mí no me gustaría que me vieran como alguien que se está aprovechando de ti.
Si bien no era esa la verdadera razón de su vacilación, era verdad que los Mikami soltaban comentarios sutiles pero mal intencionados cuando surgía el tema.
—¿Y a mí qué me importa lo que ellos digan? —sus manos bajaron hasta los hombros del otro, donde le incrustó levemente los dedos, como si quisiera transmitirle su desesperación— ¿Acaso no te he dado tu lugar frente a ellos? ¿No les he dejado claro que no me importa si se oponen?
Sí, sí que lo había hecho y muchas veces. Aún así...
—Lo siento... pero creo que me gustaría pensarlo bien.
Los hombros de Teru cayeron y su semblante cambió. Se apartó de él acomodándose los anteojos, su rostro lleno de disgusto.
—Entiendo —dijo con voz neutra, dándole la espalda—. Te pediré un taxi para que regreses a tu casa e iré a disculparme con la agente.
—Teru... —su garganta tembló y ansioso se acercó a él—, tampoco quiero que estemos así, podemos hablarlo...
—¿Y te parece que este es el sitio para hablarlo? —interrumpió girando de forma rauda hacia él, haciéndolo dar un paso hacia atrás de la impresión— De verdad prefiero que te regreses a tu casa mientras yo soluciono aquí.
Light volvió a acercarse despacio, sin dejar de verlo como si estuviera alerta a cualquier reacción .
—¿No preferirías que los dos hablemos con ella?
El contrario soltó una breve risa mordaz.
—¿Te parece que sea una buena idea luego de lo que me hiciste? Programé está cita con tanta ilusión y tú de la nada... ¿me sales con esto? —se pasó la mano por la cabeza, jalando el cabello hacia atrás en el movimiento— No quiero verte por hoy, hazme el favor y vete, ¿si? Te mandaré los detalles del taxi por mensaje, esperalo abajo. —Finalizó, dando media vuelta para caminar en dirección contraria a él.
Light se quedó petrificado por unos segundos, tan solo atinó a morderse los labios para no llorar.
Tal vez no había sido la forma correcta, pero había logrado al menos expresar que no estaba seguro de dar ese paso. Entonces, ¿por qué se sentía tan mal? ¿Por qué las veces que había hecho algo que se suponía debía liberarlo, terminaba sintiéndose peor?
oooo
Había decidido pagarle el viaje al taxi, sin embargo decidió no usarlo. Prefirió regresar caminando, no tenía ganas de regresar pronto a casa y consideró que caminar le ayudaría a pensar mejor en lo que había ocurrido, o a despejar la mente. Consideró la posibilidad de irse de una sola vez a casa de Elle pero creía que necesitaba un baño, no había forma en la que su aspecto luciera bien en ese momento.
Entró a casa y suspiró cuando nadie llegó a recibirlo, aún era muy temprano para que su padre volviera y quizá su madre estaba ocupada como para percatarse. Luego de lo sucedido no deseaba hablar con ninguno de ellos porque sabía que lo cuestionarían sobre si se habían decidido por algún apartamento, y lo único que él quería era ir a su habitación, tomar una ducha, descansar un poco e ir a casa de Elle por su cumpleaños.
Casi lo logró pero a mitad de las escaleras la voz de su madre lo sorprendió desde atrás.
—¿Light? No te escuché llegar.
El aludido volteó sobre su hombro, viéndola limpiarse las manos en la parte inferior del delantal que llevaba puesto.
—Pensé que estarías descansando y no quise molestar. —Sonrió y tuvo las intenciones de continuar, sin embargo...
—¡Espera! —Se apresuró a decir, subiendo un par de escalones para tomarlo de la muñeca— ¿Podemos hablar?
—Claro. —Respondió, ni siquiera tenía otra opción.
Caminaron hacía la sala y tomaron asiento en uno de los sofás largos, en completo silencio. Sachiko lucía nerviosa y eso le daba a Light un mal presentimiento.
—Teru me llamó... —Soltó la mujer, no tenía caso irse por las ramas. El semblante del contrario cambió de inmediato.
—¿Y eso? —Dejó caer la cabeza de lado, fingiendo inocencia.
—Light, no puedes estar haciendo esto. Lo hiciste perder su tiempo, ¿te das cuenta?
Recordó las palabras de Elle, no había querido pensarlo antes pero que alguien se lo dijera con todas sus letras le hizo darse cuenta de lo rígido que estaba en el asiento. Y reconoció que era algo que había experimentado muchas veces; siempre que Teru decidía "involucrar de buena fe" a su familia, él terminaba sintiendo que era puesto en la silla de los acusados, donde no le quedaba más opción que ceder.
—Mamá... —intentó decir algo, defenderse pero las palabras simplemente no llegaron.
—Habla con él, Light. Dile que ya lo pensaste y pídele disculpas.
El joven asintió por inercia, porque su mejor defensa era evitar las cosas, sino podía quejarse, al menos prefería eludirlas.
—Hablaré con él después —dijo sin verla a los ojos—. Ahora debo ir a darme una ducha, se me hace tarde para el cumpleaños de Elle.
—¿Piensas ir? —soltó alzando una ceja al mismo tiempo que por acto reflejo arrugaba la nariz, ese muchachito con ese aspecto no les agradaba para nada— ¿En serio piensas irte cuando tienes una plática pendiente con tu novio?
—Mamá...
—Intento hablar contigo para que hagas las cosas bien —se puso de pie de forma brusca, dando media vuelta—, pero a ti parece que te entra por un oído y te sale por el otro.
Light tragó saliva, su pecho se volvió pesado.
—¿Por qué siempre están del lado de Teru...? —Su voz se quebró, sin saber de dónde había sacado el valor para soltar eso, pero no podía regresar el tiempo para guardarse sus palabras.
Sachiko volvió a girar y con una sonrisa maternal se sentó de nuevo mientras llevaba una mano hasta la mejilla de su hijo, un gesto que le transmitió calidez al joven.
—Estamos de tu lado, mi amor, y solo queremos lo mejor para ti —dijo con demasiada ternura. Light estaba embelesado—. Sabes que no siempre has tomado las mejores decisiones, ¿verdad? Pero no te equivocaste con Teru. Además de ser un buen muchacho, ¿tú crees que cualquier otro hombre se hubiera ganado tan rápido a tu familia? ¿Sin la gracia, porte y elegancia que tiene Teru? Al menos eso hiciste bien, no lo arruines por un capricho.
Esa última frase hizo que la burbuja en la que Light se encontraba explotara y su ligera sonrisa desapareció.
—Gracias por tus palabras, mamá. —Respondió con apatía, acto seguido dio media vuelta para irse lo más pronto posible a su habitación.
Esa tarde decidió no salir. Ignoró las cientos de llamada de Teru y las mil de Elle, con éste último sentía vergüenza por haberle fallado, era su cumpleaños y le prometió que iría pero no se sentía de ánimos para nada. Sabía que Elle entendería, él sí entendería. O al menos eso esperaba.
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