¿Con que así es como se siente?
Light no pudo negarse cuando Teru insistió. Los Mikami no estaban en casa, su novio ya sabía del sarpullido que tenía en el abdomen, por lo que no podía usarlo de excusa para impedir que las manos del otro fuera más allá, además tenían mucho tiempo sin intimar.
No es que no le gustara el sexo, para nada, pero tampoco lo veía como lo pintaban en las peliculas eroticas. Se había convencido de que su falta de deseo en esa área de la relación se debía a lo incómodo que era hacerlo a escondidas en casa de sus suegros.
—¿Estás seguro que no podemos quedarnos así la tarde entera? —Ronroneó Teru, girándose en la cama hasta apoyar su mentón en el pecho desnudo del otro. Las sábanas apenas cubriendo la desnudez de ambos.
El castaño sonrió con los ojos entrecerrados, aún recuperándose del orgasmo de hace unos minutos.
—De verdad tengo planes. —Respondió con dulzura mientras le acomodaba un mechon negro detrás de la oreja.
Teru hizo un leve puchero y suspiró resignado.
—Con el tal Elle, ¿no? ¿El chico que conociste hace unas semanas? —Comenzó a arrastrarse por el colchón para salir de la cama y comenzar a recoger las prendas que aventó quién sabe dónde cuando la calentura lo dominó— A ver cuándo me lo presentas, eh.
—Pero también van sus amigos —agregó acelerado, sentándose con la misma rapidez— ¿Recuerdas que te hable de ellos?
—Hey... —da media vuelta frunciendo el ceño antes de regresar unos pasos y apoyar la rodilla en el colchón para alcanzarle el rostro con la mano— Light, no me molesta que salgas, de hecho me da gusto que hagas amigos —sonrió con tanta dulzura que el aludido no pudo evitar también hacerlo—. Aunque debo ser sincero, si me da un poco de celos porque con mis amigos no te gusta salir.
Light soltó una breve risa al verlo hacer un puchero, su novio era tan serio y recto todo el tiempo que verlo con gestos así era gracioso.
—No te ofendas, pero cuando te juntas con Kiyomi solo hablan de libros y leyes que no entiendo. —Respondió sonriente mientras lo tomaba del rostro para jalarlo hacia él y besarlo en los labios. Un beso breve pero tierno.
—Nunca está de más que conozcas a un abogado, sino ¿quién va a asesorarte cuando te acusen de ladrón por robarte mi corazón?
El castaño rió otra vez y por acto reflejo le rodeó el cuello con los brazos para traerlo con él hacía la cama de nuevo. Quedarse un ratito más no le haría daño a nadie.
Teru no era un mal novio, tenían sus diferencias como cualquier pareja. Sin embargo, cuando le decía cosas como las de recién, en su pecho aparecían chispitas cálidas y algo se revolvía en su estómago; no al punto de compararlas con las mariposas que algunos decían, pero desde hace mucho se había convencido que las mariposas solo existían en los cuentos de hadas, no en la vida real.
Oooo
Light corrió, subiendo las escaleras eléctricas del centro comercial de dos en dos. Tal vez quedarse retozando en la cama con Teru un rato más fue una mala idea. Elle ya le había mandado un mensaje diciéndole que la función empezaría en diez minutos.
Con mucho esfuerzo y sin aire logró llegar al último nivel, donde se encontraban las salas de cine. Estiró el cuello y con la mirada intentó localizar al grupo, lo cual por suerte no le costó mucho, a lo lejos Elle levantó una mano y la sacudió en el aire para llamar su atención.
—¡Perdón! ¡Perdón! —Fue lo primero que escupió tras acercarse corriendo, casi sin aire— Se me hizo tarde por... porque no me fijé en la hora.
—Si dices que fue porque estabas cogiendo, te perdono. —Respondió Mihael con semblante serio, una seriedad que no le quedaba cuando abrazada como un niño una enorme caja de palomitas bañadas en chocolate.
—¡N-No! ¿¡Co-Cómo crees!? —Negó rápido con la cabeza, ruborizándose en el proceso.
—Ignoralo —le susurró Elle al oído tras ponerle la mano en la espalda al acercarse. No quería que se sintiera incómodo—. Ya sabes que ellos son especiales.
El castaño asintió. Sin embargo, no supo si lo caliente de sus mejillas persistía por el comentario de Mello o por la repentina cercanía de Elle.
—¿Quieres palomitas, Light? —Interrumpió el más pequeño del grupo, con voz monótona y enormes ojos fijos en él— Están dando un juguete coleccionable con cada compra. —Agregó con una pequeña sonrisa ladina, extendiendo las manos para mostrar orgulloso que ya tenía dos.
—Aprovecha, Light, el enano nos ha invitado a todos. —Comentó Mello, metiéndose un puñado de palomitas chocolatosas a la boca.
—Bueno... pero yo las pago, Near, no te preocupes. —No era mucho de comer chucherías, así que hubiese preferido compartir con alguien, pero las de Mello no le llamaban la atención y al ver de reojo, las de Elle estaban peor, ¿por qué las de su amigo tenían crema chantilly y chispas de colores arriba?
—Comenzaremos a hacer fila para entrar. —Dijo Elle, señalando hacía el pasillo que debían seguir luego que terminaran de comprar.
—Claro —Light asintió— pero,¿y Matt?
—Olvidó algo en el carro pero dijo que nos adelantemos. —Respondió Mello, aún atascandose de palomitas.
El castaño volvió a asentir y se dirigió con Nate a la dulcería.
Oooo
La mayoría habían elegido una película de miedo, no eran las favoritas de Light pero tampoco le desagrada. Sin embargo, no le había prestado atención desde que inició, no se podía concentrar cuando Elle decidió sentarse a su lado y sus hombros se tocaban debido a la cercanía.
Ni siquiera entendía por qué dicho gesto lo incomodaba, o más bien, lo ponía nervioso. Lo vio de reojo, el perfilado rostro de Elle cuyos enormes ojos atentos reflejaban la resplandeciente pantalla. No recordaba haberse sentido así cuando era amigo de Teru, tampoco le parecía correcto estar haciendo dicha comparación, por lo que sacudió la cabeza en un intento de alejar esos pensamientos de su mente.
De pronto un estruendoso sonido lo hizo dar un respingo, la sala se llenó de jadeos y algunos gritos.
—¿Estás bien? —Preguntó Elle tras inclinarse hacía él. El contrario asintió— Es lo que estás películas hacen, muchas veces asustan más los efectos que le ponen y no tanto la trama en sí.
—Lo sé... —murmuró con una leve sonrisa —Igual me tomó desprevenido.
—Oh... todo está en que sepas cuándo aparecerán. He visto tantas películas de miedo que ya sé cuándo pondrán un efecto de sonido fuerte basado en la secuencia de escenas.
—Pues como notarás yo no he visto tantas como tú, y es porque no me gustan estos sobresaltos de la nada.
Elle se mordió el labio inferior, nervioso.
—Te prometo que la siguiente vez elegirás tú. Esta vez porque le tocaba a Nate.
—Oh no, no... —negó con la cabeza, sintiéndose apenado por las palabras que usó— perdón, no quise que sonara como queja, más bien gracias por haberme invitado.
—Ustedes dos... —murmuró Mello tras inclinarse hacía ellos— ¿pueden dejar de secretearse y prestar atención a la peli?
Tanto Elle como Light asintieron, regresando la mirada hacía la pantalla de inmediato. Sin embargo, pasado unos segundos el de cabello negro volvió a inclinarse hacia el otro de manera disimulada y aprovechando de que su amigo tenía la mano en el reposabrazos, colocó la suya encima de la de él.
—Hagamos algo... —le susurró a Light casi al oído— cuando yo sepa que habrá un sonido fuerte, te apretaré la mano para que no te tome por sorpresa, ¿te parece?
El castaño se quedó inerte y apenas pudo asentir con la cabeza, sin dejar de ver hacía la pantalla, cosa que Elle tomó como respuesta suficiente y también continuó viendo la película. Sin embargo Light no estaba tan tranquilo, su corazón latía con fuerza mientras no podía evitar pensar en los delgados dedos del otro enredados con los suyos, a la vez que un cosquilleo en su abdomen iba en aumento, era como si fueran... ¿Esas eran las famosas mariposas?
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