Capitulo 3
Se había anunciado un torneo, otras escuelas habían llegado pero a Evangeline poco le importaba por ahora quería aprender igual que el resto de presentes, sus clases no eran junto a Draco gracias a la diferencia de edad cosa que le molestaba ya que era la única persona a la que le tenia un leve afecto en ese momento.
Antes de lo que esperaba las clases había iniciado, al entrar a la sala uno de los gemelos se puso firme al verla cosa que ella notó sonriendo levemente haciéndolo sonrojar pero al instante se sentó con los Slytherin.
—Alguien que me diga una de las tres maldiciones imperdonables.—Moody comenzó la clase.—Jordan.
—Imperio.—Anunció nervioso.
—¡Imperio!—Apuntó a un escarabajo que comenzó a dar saltos de un lugar al otro.
Todos se mantenían callados mirando al animal, los ojos de Evangeline brillaron cual estrellas ante tal demostración.
—¿Es divertido?—Lanzo al animal de un lado al otro.—Ahora imaginen esto en una persona... Podrían hacer que mates a alguien, podrían obligarte a ahorcarte si quisieran.
El rostro se Evangeline se apagó, las primeras veces que la obligaron a estar con alguien se negó a tal punto que tuvieron que hechizarla para seguir las órdenes.
—¿Qué otra maldición hay?—Habló amargado.
—Crucio.—Murmuró una chica de Gryffindor.
—¡Crucio!—El animal comenzó a retorcerte una de las mesas.
Al ver el rostro pálido de Evangeline, ojo loco la miró dejando descansar al animal, rápidamente continuo la clase bajo la atenta mirada de todos.
—Y la última, la más letal... Una persona aquí la utilizó, les aseguro que tuvo que haberse sentido extasiada ante tal poder pero ¿Saben en que terminó?—Se acercó a la Slytherin quien mantenía su mirada agachada.—La llevaron a Azkaban.
La mirada de todos voltearon a ella, los que estaban a su lado se apartaron gracias al temor que les provocaba.
—Cuéntenos un poco... ¿Como es la estadía ahí?
—Es fría, oscura, a veces no te dan de comer y los dementores son realmente aterradores, las noches son muy largas y en el día no divisas la luz del día... Pero sabe algo, usar Avada kedavra fue la mejor decisión que pude tomar en mi vida.—Aseguró haciendo que sus compañeros comenzaran a temblar.
—El que lo haya usado en defensa propia no quita el resultado.—Se apartó.—Un asesinato.
La mirada de los gemelos se calmó un poco al escuchar el porqué la había utilizado, querían acercarse a ella pero no tenían idea de cómo hacerlo sin incomodarla.
—¡Avada Kedavra!—Grito la última maldición y el escarabajo cayó en el pupitre, muerto.
La clase por fin había terminado, Evangeline salido del lugar con la cabeza agachada recordando la expresión del hombre al que había matado, los murmullos a sus espaldas iniciaron cosa que le dio menor importancia.
—¡Greyback!—Escuchó la voz de alguien llamarla.
Se detuvo volteando a ver al mismo pelirrojo con el que había chocado a principios de año.
—¿Si?—Preguntó intentando hacer la conversación lo más corta posible.
—Y-Yo sólo quería hablar un poco contigo.—Tragó saliva nervioso.
—Lo estás haciendo.—Frunció el ceño.
—Hmm... La ultima vez no nos presentamos bien, George Weasley.—Le extendió la mano.
La Slytherin sólo negó sin tomarle la mano, pero luego de pensarlo la tomó sintiendo la calidez en ella.
—Evangeline Greyback.—Se presentó.—Te diría algún apodo para que mi nombre no se te haga muy largo pero para ser sincera... Los apodos que me ponían no eran muy bonitos.
—Entonces te lo pongo yo.—Sonrió mientras sus mejillas tomaban un color rosado.—Eva.
—¿Eva?—Sonrió para el por primera vez.—Eva... Me gusta.
—Tienes un nombre realmente bonito, podría crear muchos apodos de el.—Sonrió.
—Con 1 basta.—Comenzaron a caminar juntos por los pasillos.—George...
—¿Si?—Preguntó mirándola con cariño e ilusión.
—¿No me tienes miedo? Quiero decir, luego de lo que Ojo loco dijo creo que muchas personas me temen.—Suspiró.—Yo realmente nunca quise lastimar a nadie pero llegué a un punto en el que me deje llevar por mis emociones y...
—Eva, no tienes que darme explicaciones.—La interrumpió.—Si lo hiciste en defensa propia lo entiendo.
Entonces Eva suspiró antes de mostrarle una sonrisa, George por su parte había sentido su corazón latirle como fuerza.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top